3. (14:1) Este capítulo em-
pieza con lo que se lla-
ma la pasión de Jesús.
Estamos en el día miér-
coles, de semana santa
a dos días antes de que
sea crucificado.
Los líderes religiosos están molestos por las
palabras y acciones de Jesús, ahora busca-
ban cómo engañarlo, prenderlo y matarlo.
(14:1-2) Complot contra Jesús
4. (14:1-2) Complot contra Jesús
En Jerusalén había
más de un millón de personas, incluyendo a
los peregrinos galileos amigos de Jesús.
Sólo faltaban 2 días para la Pascua, era nece-
sario tener mucha cautela, y eliminarlo.
(14:2) La pregunta era ¿có-
mo apresar a Jesús sin cau-
sar un alboroto popular que
desatara la intervención de
las huestes romanas sobre
ellos?
5. (14:3-9) Jesús es Ungido
(14:3) Cada noche, Je-
sús iba a Betania a des-
cansar. Fue invitado a
cenar en la casa de Si-
món el leproso. No sabe
mos nada de él, quizá
Jesús lo sanó de lepra.
Cuando estuvo sentado a la mesa, vino una
mujer con un frasco de alabastro de perfume
de nardo puro. Quebró el frasco, lo derramó …
6. (14:3-9) Jesús es Ungido
En los hogares ricos a
los huéspedes se les ungía con 1 o 2 gotas
de este costoso ungüento. La gente no se ba
ñaba todos los días ni usaban desodorante.
… sobre su cabeza.
No era cualquier perfume, sino el que toda
mujer compraba, atesoraba y guardaba para
su noche de bodas. Ella lo había guardado
por mucho tiempo, ahora decide derramarlo
en Jesús. Lucas añade: “Cuando una mujer
de la ciudad, que era pecadora, se enteró de…
7. (14:3-9) Jesús es Ungido
… que Jesús estaba a la mesa,
en la casa del fariseo, llegó con
un frasco de alabastro lleno de
perfume. Llorando, se arrojó a
los pies de Jesús y comenzó a
bañarlos con lágrimas y a secar-
los con sus cabellos; también se
los besaba, y los ungía con el
perfume” (Lucas 7:37-38).
8. (14:3-9) Jesús es Ungido
Intuyó que su muerte estaba cerca, y por el
amor que le tenía, mezcla de aflicción, fe y
devoción, hizo que su acto tan precioso sea
recordado, donde se predique el evangelio.
De alguna manera ella comprendía mejor que
los discípulos cuán grande era el peligro que
se cernía sobre Jesús a causa del Sanedrín.
En medio de la fiesta, cuando los invitados ni
sus discípulos comprendían lo cerca que es-
taba del fin, ella se adelantó, derramó el …
9. (14:3-9) Jesús es Ungido
… precioso ungüento so-
bre su cabeza, y pies, lue
go los enjugó con sus ca-
bellos, como evidencia
del amor que le tenía, y la
casa se llenó del olor del
perfume.
(14:4-5) Esta devoción sincera fue vista como
una exageración por Judas (Jn 12:4-6) quien
se llenó de indignación por el hecho.
10. (14:3-9) Jesús es Ungido
Los discípulos, azuzados por Judas le incre-
paban; en realidad poco le importaban los
pobres, él quería sustraer el dinero para sí.
Para Judas fue un gesto de amor excesivo y
consideró que pudo ser vendido por más de
trescientos denarios, que era lo que un hom-
bre ganaba en un año de trabajo.
Noten algo que dice el texto: ¿en qué o quién
se había “desperdiciado” el perfume? ¡En
Jesús! ¿Qué desperdicio?
11. (14:3-9) Jesús es Ungido
Noten el contraste: Judas sabía que pronto
traicionaría a Jesús, por ello su odio era ma-
yor; ella de alguna manera conocía la cerca-
nía de su preciosa muerte, por ello le amaba.
Cuantas veces la gente no comprende, se mo
lesta y nos increpa por la profunda devoción
que le tenemos al Señor Jesús.
A Judas poco le importaban los pobres, lo
que en realidad quería, al ser él tesorero del
grupo, meter mano y robar del dinero.
12. (14:3-9) Jesús es Ungido
(14:6) Hay delicadeza y
ternura en las palabras
de Cristo: “Déjenla ¿por
qué la molestan?”. Sin
duda, ¡cualquier obra de
amor hacia Él no podía
ser un derroche!
Jesús dijo en su defensa, que ella hizo algo
bueno por Él. La palabra ‘bueno’ implica algo
amable y bello.
13. (14:3-9) Jesús es Ungido
“Por lo demás, hermanos, piensen en todo lo
que es verdadero, honesto, justo, puro, ama-
ble, en todo lo que es digno de alabanza; si
hay en ello alguna virtud, si hay algo que ad-
mirar, piensen en eso” (Fil 4:8).
El mundo sería distinto si todos los creyen-
tes cultiváramos lo que es bueno, amable y lo
que es correcto.
Este versículo nos dice que incluso debemos
de ser disciplinados en lo que pensamos.
14. (14:3-9) Jesús es Ungido
(14:7) Jesús conocía el AT:
“En tu tierra nunca faltarán
menesterosos; por eso te or
deno que ayudes a tus com-
patriotas, a los pobres y ne-
cesitados” (Dt 15:11).
En la medida de nuestras posibilidades ayu-
demos a quienes lo necesitan. Ahora Jesús
añade que no estaría siempre con ellos, sabe
mos que en dos días se dejaría crucificar.
15. (14:3-9) Jesús es Ungido
(14:8) La mujer, sin saber
lo, vio en Jesús al Me-
sías sufriente. Tal como
los parientes preparan el
cuerpo de su difunto pa-
ra enterrarlo, ella a un
costo increíble se había
anticipado a ungir el cuerpo para la sepultura.
Ella supo que era el Mesías y que le aguarda-
ba la muerte segura en la cruz.
16. (14:3-9) Jesús es Ungido
(14:9) Jesús supo que el
evangelio sería predica-
do por doquier después
de su muerte. Por eso
prometió que su historia
de generosidad sería
contada en su memoria.
Jesús hablaba de nosotros, hoy honramos a
esta mujer y que su devoción por él recibiría
su justo reconocimiento.
17. (14:10-11) La Traición de Judas
(14:10) Judas sabía que
los sacerdotes habían de
cidido destruir a Jesús, y
luego de presenciar la ge
nerosa manifestación de
piedad hacia la mujer es-
taba enojado.
Los hombres perversos siempre unen fuer-
zas. El traidor fue a los corruptos principales
sacerdotes para entregarlo.
18. (14:10-11) La Traición de Judas
(14:11) Los sacerdotes, al
oír que uno de sus 12
discípulos, se ofrecía a
entregarlo, vieron que el
momento oportuno había
llegado, y se llenaron de
algarabía.
Judas, que irónicamente significa “alabanza”
no tuvo el menor reparo de sacar provecho
de la situación y ganar lo que pudiera.
19. (14:10-11) La Traición de Judas
¿Por qué hizo esto uno
de sus discípulos? Ju-
das era zelote, esperaba
convencer a Jesús de ser
el hombre que los
condujera a una rebelión
contra el poder romano.
Al constatar que Jesús no era un hombre am
bicioso y al ver que no quería ser el caudillo
revolucionario, se había desilusionado de Él.
20. (14:10-11) La Traición de Judas
Vendió a Jesús por 30 piezas de plata, el pre-
cio de un esclavo (Mt 26:15). Judas buscó ga-
nar lo que pudiera a costas de Jesús.
El mejor momento de entregarlo llegaría al
día siguiente, el jueves en la noche, después
de la última cena.
Judas finalmente se rindió a los pensamien-
tos oscuros en su alma y dejó la puerta abier
ta a Satanás.
21. Conclusión
Los enemigos de Jesús no pretendían hacer
de su muerte un espectáculo público. Bus-
caban cómo prenderle y no durante la fiesta,
para que no se haga alboroto del pueblo. Su
plan original era no hacer nada hasta que pa-
sara la Pascua y los que venían a adorar hu-
bieran regresado a sus hogares.
Dios estropeó sus planes y la muerte de Je-
sús tuvo lugar el mismo día que Jerusalén es
taba llena de gente y la fiesta de la Pascua …
22. Conclusión
… estaba en su punto más culminante.
Aunque los líderes religiosos pensaban que
acababan para siempre con Jesús, en reali-
dad estaban ayudando a establecer su Reino.
Pensaban que por medio de la crucifixión, lo
habían hecho detestable y vil y, en realidad, le
estaban dando la gloria. Pensaban matarlo
en privado y sin testigos y, sin embargo, se
vieron obligados a crucificarle en público y
ante toda la nación de los judíos.
23. Conclusión
El mundo sería testigo de estos hechos histó
ricos que no pudo hacerse a escondidas.
Pensaban haber silenciado a sus discípulos y
frenado sus enseñanzas y, sin embargo, les
dieron el texto y el tema para siempre. Así de
fácil es para Dios que la ira del hombre le
alabe (Sal 76:10). La mujer lo ungió, sin dudar,
como muestra de honra, respeto y en señal
de su propia gratitud y amor hacia Jesús. Pe-
ro fue criticada por haberlo hecho.
24. Conclusión
El frío corazón de Judas no podía compren-
der tal derroche. Lo consideraban un desper-
dicio, sin embargo era él quienes realmente
estaban ciego. Jesús salió en defensa de Ma-
ría, y en contra de Judas. Recuerden que Ju-
das le traicionó y María, en cambio le amó.
Tarde o temprano tu amor y devoción por
Jesús originará el rechazo de aquellos que no
creen en Él. Les parecerá un derroche de
tiempo y fanatismo. ¡Que ciegos están!
25. Conclusión
El mundo considera un des-
perdicio que vivamos nues-
tras vidas para Jesús, cuan-
do en realidad son ellos quie-
nes desperdician sus vidas
hasta la eternidad. Un día vas
a comparecer ante el tribunal de Dios. ¿Serás
como los escribas y los Judas o como la mu-
jer que, donde se predique el evangelio, será
recordada por su devoción? ¿Tú qué eliges?