P24 Estudio Panorámico de la Biblia: Jeremías

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ESTUDIO PANORÁMICO DE LA BIBLIA
Un estudio de los 39 libros del
Antiguo Testamento y 27 libros del
Nuevo Testamento en 66 semanas
JEREMÍAS

LOS LIBROS DE LA BIBLIA
Génesis
Éxodo
Levítico
Números
Deuteronomio
Josué
Jueces
Rut
1 Samuel
2 Samuel
1 Reyes
2 Reyes
1 Crónicas
Esdras
2 Crónicas
Nehemías
Ester
Job
Salmos
Proverbios
Eclesiastés
Cantares
Isaías
Jeremías

2. Los Libros Históricos: 12 libros
3. Los Poéticos: 5 libros
EL A.T. SE DIVIDE EN:
1. El Pentateuco: 5 libros
4. Los Profetas Mayores: 5 libros
5. Los Profetas Menores: 12 libros

NOMBRE DEL LIBRO
Hebreo: Yirmeyáhu en su forma
abreviada es Yirmeyah – que significa:
“Yahweh escoge o establece”
Versión LXX: Ieremias – Significa:
“Dios pone orden”
Jeremías era un nombre bastante co-
mún entre los hebreos, y lo encontra-
mos a menudo en la Biblia.
La forma española viene del latín
Jeremías.

AUTOR: Jer 1:1; “Palabras de Jeremías
hijo de Hilcías, que era uno de los sacer-
dotes de Anatot”. Jeremías pertenecía a
los sacerdotes descendientes de Abiatar,
vivía en Anatot, a 5 Km de Jerusalén.
FECHA: Escrito entre los años 626-586
a.C. Su primera profecía fue en el 626
a.C. y profetizó hasta la caída de Jerusa-
lén en el 586 a.C. cuando ocurrió la
destrucción del templo.
EL LIBRO DE JEREMÍAS

Jeremías ministró por 40 años, durante el
reinado de los últimos 5 reyes de Judá y el
último gobernador: Gedalías. Incluso siguió
ministrando al remanente que huyó a Egipto.
EL LIBRO DE JEREMÍAS
Una antigua tradición rabínica nos dice que
Jeremías murió apedreado por su pueblo en
Egipto cuando los exhortaba a dejar la idola-
tría de los dioses de Egipto.
El remanente que huyó a Egipto nunca re-
gresó a Jerusalén, fueron exterminados allá.
Fueron los cautivos en Babilonia los que vol-
vieron a Jerusalén.

639 626 609 586
Los Últimos 5 Reyes de Judá
Sedequías
597608
Josías
639-609
31 años
Joacaz
608
3 meses
Joacim
608-597
11 años
Joaquín
597
3 meses
597-586
11 años
Caída de Jerusalén

Jeremías es conocido como el “profeta
llorón” por que su ministerio, mensaje y
persona fueron rechazados por su pueblo.
VIDA Y TIEMPOS DE JEREMÍAS
Se le acusó de ser profeta del mal agüero y
traidor, pues predicó que debían rendirse a
los babilonios.
El único compañero que tenía era un
escribano fiel, llamado Baruc quien escribía
las profecías que él pronunciaba.
El libro de Jeremías no está en orden crono-
lógico, sino que es mas bien un libro de tipo
temático.

Durante el reinado de Josías (639-609 a.C.)
Josías, hijo de Amón, nieto de Manasés y
bisnieto del buen rey Ezequías, empezó a
reinar a los 8 años, a la edad de 15 años,
inició la primera reforma. A los 19 años, hizo
un esfuerzo para barrer con la idolatría (2 Cr
34:3-7).
Josías y Jeremías tenían la misma edad, el
profeta admiraba al rey, la muerte inespera-
da del rey trajo dolor y luto al joven profeta
de Dios.

Jeremías recibió su llamado a los 20 años,
el 626 a.C., 5 años antes del hallazgo del
libro de la ley en el templo (1:4-10).
Jeremías tuvo oposición de su familia; por
eso el templo en Jerusalén fue el lugar de
su predicación y no su pueblo natal.
Cuando Asiria se debilitó, Josías dejó de
pagarles tributo.
Necao, rey de Egipto, cuando iba a luchar
contra Babilonia, mató al rey Josías y puso
en su lugar a Joacaz su hijo.

Joacaz no se mostró servil, Necao lo llevó
preso a Egipto donde murió, nombró rey en
su lugar a su hermano Joacim (2 Re 23:34).
Joacim reinó 11 años fue un rey malo y des-
preciaba profundamente a Jeremías.
Nabucodonosor gana la batalla de Carque-
mis derrotando a Egipto y se convierte en
potencia mundial (605 a.C.).
Durante el reinado de Joacim (608-597 a.C.)
A Jeremías se le prohíbe casarse como se-
ñal de la incertidumbre de los tiempos que
vivían (16:2).

Nabucodonosor, toma cautivos de Jerusa-
lén (entre ellos Daniel) deja al rey Joacim
en el trono, para garantizar su fidelidad.
Joacim quema el rollo de la profecía;
Jeremías lo vuelve a escribir y le añade
más palabras.
Muere Joacim y le sucede en el trono su
hijo Joaquín.
El sacerdote Pashur pone a Jeremías en
el cepo (20:1).

Con Joaquín fueron desterradas mil
personas, lo mejor de la nación (entre ellas
Ezequiel), el fin era dejar al pueblo sin
dirección política, evitando así una futura
rebelión.
Jeremías le hizo saber su destierro. Fue
depuesto y llevado preso a Babilonia.
Joaquín, también llamado Jeconías o Co-
nías ocupó el trono a los 18 años reinó sólo
3 meses (2 Re 24:8).
Durante el reinado de Joaquín (597 a.C.)

Nabucodonosor puso por rey a su tío
Sedequías, hijo de Josías (2 Re 24:17). Era
un rey débil, malo y de carácter blando.
Sedequías se dejó manipular por los
príncipes que odiaban al profeta Jeremías.
Durante reinado de Sedequías (597-586 a.C.)
Sedequías consultaba a Jeremías a escondi-
das, sin que los príncipes se enteren (37:17).
Jeremías aconsejó la sumisión al rey Nabu-
codonosor, como la opción ordenada y
aprobada por Dios.

Se inicia del sitio de la ciudad por los babilo-
nios, Jeremías anuncia la caída de Jerusa-
lén (34:1-7).
Cuando los caldeos se retiran del sitio para
enfrentar a faraón Hofra, Jeremías predice
que volverán para tomar la ciudad. Al tratar
de marcharse a Anatot, es detenido y pues-
to en una mazmorra (37:3-15).
Jeremías es echado en una cisterna, y es
rescatado por un etíope (38:1-13).
A petición de Jeremías, Sedequías lo hace
llevar al patio de la cárcel (37:16-21).

A la caída de la ciudad Jeremías fue tratado
bien, los caldeos se enteraron del esfuerzo
del profeta para conseguir la rendición.
Pudo escoger entre ir a Babilonia, o quedar-
se en Jerusalén. Optó por quedarse, pues
con Gedalías, su situación sería buena.
La Caída de Jerusalén (586 a.C.) Caps. 39 y 52
Gedalías fue asesinado por Ismael, un judío
noble, a instancia de los amonitas (40-41).
El pueblo huye a Egipto por miedo a las
represalias de los babilonios.

Jeremías murió en Egipto, puesto que ya
era bastante avanzado de edad cuando fue
allá. De acuerdo con una antigua tradición
fue apedreado por los judíos en Egipto.
El ministerio de Jeremías duró desde el año
13 de Josías (626 a.C.) hasta unos años
después de la caída de la ciudad en 586
a.C., o sea, más de 40 años.
Jeremías es llevado a Egipto. En el Cap. 44
tenemos su último discurso en contra de la
idolatría del pueblo judío.

650 610 530
Profetas Contemporáneos a Jeremías
550570
650 a.C. – 580 a.C.JEREMÍAS
630 590
NAHUM 640 a.C. – ? a.C.
SOFONÍAS 635 a.C. – ? a.C.
HABACUC 630 a.C. – ? a.C.
DANIEL620 a.C. – 530 a.C.
EZEQUIEL600 a.C. – 565 a.C.
ABDÍAS590 a.C. – ? a.C.

“Son dos los males en que ha incurrido mi
pueblo: Me han dejado a mí, que soy fuente
de agua viva, y han cavado sus propias
cisternas, ¡tan agrietadas que no retienen el
agua!” (2:13; RVC).
“No temas delante de nadie, porque yo
estoy contigo y te pondré a salvo. Palabra
del Señor” (1:8; RVC).
(1-25) PROFECÍAS A JUDÁ
“Aunque te laves con lejía, y te enjabones
demasiado, no se borra de mi vista la
mancha de tu pecado” (2:22; RVC).

¡Dios los compara con una ramera (3:3, 13).
“Porque a un pedazo de madera le dicen: Tú
eres mi padre, y a una piedra: Tú me has
engendrado. Porque me han dado la espal-
da, y no la cara. Pero cuando están en pro-
blemas, me dicen: ¡Levántate, y sálvanos!
(2:27; RVC).
“Así dice el Señor: Párense en los caminos y
miren, y pregunten por los senderos antiguos
cuál es el buen camino, y anden por él; y ha-
llarán descanso para sus almas. Pero dijeron
no andaremos en él” (6:16; LBLA).

“Escuchen mi voz, y yo seré su Dios, y uste-
des serán mi pueblo. Vayan siempre por el
ca-mino que yo les mande seguir, para que
les vaya bien. Pero ellos no me hicieron caso
ni me prestaron atención, sino que por la
terque-dad de su malvado corazón siguieron
sus pro-pios consejos, y en vez de avanzar,
retroce-dieron” (7:23-24; RVC).
“No debe el sabio vanagloriarse por ser sabio,
ni jactarse el valiente por ser valiente, ni pre-
sumir el rico por ser rico. Quien se quiera va-
nagloriar, que se vanaglorie de entenderme y
conocerme” (9:23-24; RVC).

“Te tienen en la punta de la lengua, pero te
mantienen lejos de su corazón” (12:2b; RVC).
“Yo sé bien, Señor, que nadie es dueño de su
vida, ni nadie puede por sí mismo ordenar sus
pasos” (10:23; RVC).
“Así ha dicho el Señor: Maldito el hombre
que confía en otro hombre; que pone su
fuerza en un ser humano, y aparta de mí su
corazón” (17:5; RVC).
Se refiere a aquellas personas que no tienen
a Dios en cuenta en su vida.

“El corazón es engañoso y perverso, más que to-
das las cosas. ¿Quién puede decir que lo cono-
ce? Lo conozco yo, el Señor, que escudriño la
mente y pongo a prueba el corazón; que pago a
cada uno según su conducta y según el resultado
de sus obras” (17:9-10; RVC).
“Pero bendito el hombre que confía en mí, que soy
el Señor, y que en mí pone su confianza. Ese hom-
bre es como un árbol plantado junto a los arroyos;
echa sus raíces junto a las corrientes, y no se da
cuenta de cuándo llega el calor; sus hojas siempre
están verdes, y en los años de sequía no se marchi-
ta ni deja de dar fruto” (17:7-8; RVC).

La señal de la casa del alfarero (Caps. 18-19).
“¡Sáname, Señor, y recobraré la salud! ¡Sál-
vame, y quedaré a salvo! ¡Tú eres la razón de
mi alabanza!” (17:14; RVC)
“Me había propuesto no pensar más en ti, ni
hablar más en tu nombre, ¡pero en mi cora-
zón se prendía un fuego ardiente que me ca-
laba hasta los huesos! Traté de soportarlo,
pero no pude” (20:9; RVC)
El rechazo continuo al mensaje de Dios que
daba Jeremías hizo querer quedarse callado.

“Pero tú, Señor, estás conmigo, como un po-
deroso guerrero. Eso hará que mis persegui-
dores tropiecen y no logren vencerme. Que-
darán grandemente avergonzados, y no lo-
grarán triunfar” (20:11; RVC).
“Pongo ante ustedes la posibilidad de elegir
entre el camino de vida y el camino de la
muerte” (21:8b; RVC).
“¡Ay de ti, que explotas a tu prójimo y no le
pagas el salario de su trabajo!” (22:13b; RVC).
Dios condena tomar ventaja del prójimo.

“Vienen días en que haré que un descen-
diente de David surja como rey. Y será un rey
justo, que practicará la justicia y el derecho
en la tierra” (23:5; RVC).
“Yo mismo reuniré al resto de mis ovejas. Las
haré venir de todos los países por los que las
esparcí, para devolverlas a sus apriscos. Allí
se reproducirán y se multiplicarán” (23:3; RVC)
“¿Podrá alguien esconderse donde yo no
pueda verlo? ¿Acaso no soy yo el Señor,
que llena el cielo y la tierra?” (23:24; RVC)

“Para su bien he puesto mis ojos en ellos, y los
haré volver a esta tierra. Los edificaré, y no los
destruiré; los plantaré y no los arrancaré. Pon-
dré en ellos el deseo de conocerme, y de reco-
nocer que yo soy el Señor. Y si en verdad se
vuelven a mí de todo corazón, entonces ellos
serán mi pueblo y yo seré su Dios” (24:6-7; RVC)
“Toda esta tierra quedará en desoladoras
ruinas, y estas naciones servirán al rey de
Babilonia durante setenta años. Cuando se
cumplan los setenta años, castigaré por su
maldad al rey de Babilonia” (25:11-12a; RVC)

“Sólo yo sé los planes que tengo para uste-
des. Son planes para su bien, y no para su
mal, para que tengan un futuro lleno de es-
peranza. Entonces ustedes me pedirán en
oración que los ayude, y yo atenderé sus
peticiones. Cuando ustedes me busquen,
me hallarán, si me buscan de todo corazón”
(29:11-13; RVC)
“Serán llevados a Babilonia, y allí se queda-
rán hasta el día en que yo los visite. Des-
pués de eso, iré a buscarlos y los traeré a
este lugar” (27:22; RVC).
(26-45) VIDA DE JEREMÍAS

“Jeremías, yo soy el Señor, el Dios de toda
la humanidad. ¿Acaso hay algo que me sea
difícil?” (32:27; RVC).
“Hace ya mucho tiempo, el Señor se hizo
presente y me dijo: Yo te amo con amor eter-
no. Por eso te he prolongado misericordia”
(31:3; RVC).
“Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en
su corazón. Y yo seré su Dios, y ellos serán
mi pueblo” (31:33b; RVC).
¡Nada es imposible para Dios! (Mr 10:27).

“En cuanto a Jeremías, Nabucodonosor
había dado a Nabuzaradán las siguientes
instrucciones: Tómalo y cuida de él. No le
hagas ningún daño. Más bien, haz con él lo
que yo te diga” (39:11-12; RVC).
“Clama a mí, y yo te responderé, y te ense-
ñaré cosas grandes y ocultas que tú no co-
noces” (33:3; RV60).
“Si atiendes a la voz del Señor, y a lo que yo
te digo, te irá bien y vivirás” (38:20b; RVC).
Jeremías escogió quedarse en Jerusalén
con el gobernador Gedalías.

Por esta razón Dios los destruyó en Egipto.
“Ustedes tienen miedo de la presencia del rey
de Babilonia, pero no hay razón de que le
teman, porque el Señor está con ustedes para
salvarlos y librarlos de sus manos” (42:11; RVC).
“Tú dices que nos has hablado en nombre
del Señor, pero no vamos a hacerte caso.
Más bien, vamos a cumplir con la promesa
que hemos hecho, de ofrecer incienso a la
reina del cielo y derramar libaciones en su
honor, como lo hemos hecho nosotros y lo
hicieron nuestros padres...” (44:16-17; RVC).

Filistea
Jeremías dirige profecías en contra de:
Egipto
(46-51) PROFECÍA A LAS NACIONES
Moab
Amón
Edom
Damasco (Siria)
Cedar y Hazor (Arabia)
Elam (Irán)
Babilonia

“Y tú no temas, siervo mío Jacob, ni desma-
yes, Israel; porque he aquí yo te salvaré de
lejos, y a tu descendencia de la tierra de su
cautividad. Y volverá Jacob, y descansará y
será prosperado, y no habrá quién lo atemo-
rice. Tú, siervo mío Jacob, no temas porque
yo estoy contigo; porque destruiré a todas
las naciones entre las cuales te he dispersa-
do; pero a ti no te destruiré del todo, sino
que te castigaré con justicia; de ninguna
manera te dejaré sin castigo” (46:27-28; RVC).

“Pero yo soy su poderoso Redentor. Mi
nombre es el Señor de los ejércitos. Yo seré
su defensor, y daré reposo a su tierra, pero a
los habitantes de Babilonia no los dejaré
reposar” (50:34; RVC).
“Con su poder, el Señor hizo la tierra; con su
sabiduría afirmó el mundo, con su inteligen-
cia extendió los cielos” (51:15; RVC)
“… porque Dios de retribuciones es el Señor,
ciertamente les dará la paga.” (51:56c; LBLA).

Se relata la caída de Jerusalén y el
cautiverio de Judá en Babilonia.
Se describen los últimos años del
reinado de Sedequías.
(52) APÉNDICE HISTÓRICO
Después de 37 años de estar preso en
Babilonia, el rey Joaquín es indultado y
se le dio honor, ropas reales y se sentó
a la mesa del rey de Babilonia, hasta el
día de su muerte.

Nunca se casaron y a ambos los rechazaron
sus propios pueblos.
Las similitudes entre Jeremías y Jesucristo
son dignas de notarse:
CONCLUSIÓN
Jeremías ministró bajo la amenazante som-
bra de Babilonia, Jesús lo hizo bajo la som-
bra de Roma.
A ambos, el pueblo los consideró traidores. A
Jeremías se le opusieron ferozmente los fal-
sos profetas; a Jesús los escribas y fariseos,
falsos líderes de su día.

Jeremías tuvo un puñado de gente a su alre-
dedor que escuchaba su mensaje; Jesús tuvo
un pequeño grupo que le seguía.
Ambos lloraron por la ciudad de Jerusalén y
predijeron su ruina.
CONCLUSIÓN
A ambos los persiguieron y arrestaron falsa-
mente.
Ambos enfatizaron seguir a Dios de corazón
y no simples formas y ceremonias externas.
Jesús citó a Jeremías 7:11 cuando limpió el
templo.

luchogarcia@graciacalvarychapel.org
www.graciacalvarychapel.org
Twitter Iglesia: @gcalvarychapel
Twitter pastor: @luchogarciaperu
Gracia Calvary Chapel
© Lima, 02 agosto, 2015

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