En la sociedad medieval, la población estaba dividida en estamentos privilegiados y no privilegiados. Los privilegiados, como la nobleza y el alto clero, constituían solo el 5-10% de la población y tenían derechos como no pagar impuestos. El 90-95% restante no tenía privilegios y estaba formado principalmente por campesinos y artesanos agrupados en gremios. Con el tiempo, los comerciantes y banqueros que conformaban la burguesía empezaron a ganar poder económico y social en las ciudades.