1. MI OPINIÓN SOBRE EL PLAN DEL CARBÓN Y EL
FUTURO
El pasado viernes estuve en Laciana en la manifestación unitaria convocada por los
colectivos, sindicatos, asociaciones y partidos políticos del Valle. Unas 4.000
personas (lo que es una cifra tremenda teniendo en cuenta que el municipio tiene
poco más de 10.000) marcharon por las calles de Villablino reclamando futuro para
las cuencas. No deja de ser curioso que justo cuando el Gobierno y los
parlamentarios del PP sacan pecho por haber "arreglado el sector", el nivel de
desesperación en las cuencas mineras sea el mayor. Y es que hace unas pocas
semanas Gobierno, sindicatos y patronal firmaron un Plan del Carbón para regular
la actividad del sector entre 2013 y 2018 y para darle estabilidad en teoría.
Durante estos días mucha gente me ha ido preguntando mi opinión sobre el mismo
y de forma sesgada en alguna ocasión la he dado en alguna emisora, tertulia o
medio de comunicación. Espero que de forma general, sirva esta entrada en el blog
para expresar con toda la prudencia del mundo mi visión sobre el texto y sobre lo
que les espera a las comarcas mineras.
Hay que hacer una primera reflexión sobre el marco en el que se ha negociado el
Plan del Carbón. El PP ha dedicado prácticamente dos años a destrozar la minería y
a dejar que los problemas que ya había fueran empeorando, de suerte que la
situación era/es insostenible. Por un lado hacía muchos meses que el Gobierno
debería haber enviado a las instituciones europeas un Plan del Carbón (mintieron a
finales del año pasado diciendo que ya lo habían remitido) y su entrega era
condición indispensable para que se desbloqueara la posibilidad de cualquier plan
social y de inversiones en las cuentas. Por otro lado, la situación de las empresas,
los trabajadores y las personas en las cuencas era deplorable: ERES, liquidaciones,
meses sin salarios, desahucios...a lo que hay que sumar la más que evidente
intención del Gobierno de "no hacer prisioneros". Con lo que cuando sindicatos y
patronal se sentaron a negociar, lo hicieron en primer lugar con una guillotina
sobre sus cabezas (representando sus cabezas al sector) y en segundo lugar con la
urgencia de dotar de cierta estabilidad al sector. Con esto quiero decir que no es
precisamente una situación equilibrada entre partes, que es lo mínimo exigible en
cualquier negociación, pero comprendo perfectamente la necesidad de llegar al
máximo que el Gobierno estaba dispuesto a ofrecer, porque la alternativa hubiera
sido mucho peor. Esta situación la resume perfectamente la conversación que tuve
durante esos días con uno de los interlocutores: "las condiciones son draconianas,
pero nos han dado 24 horas para decir que sí, porque de lo contrario retirarán lo
2. poco que nos han ofrecido".
El Plan en sí mismo es un documento desiderativo y bastante ambiguo. Por ser
justos, es lo normal en esta clase de documentos, se deben luego desarrollar
legislativamente por el Gobierno de turno. Pero es cierto que en un momento de tal
incertidumbre y deterioro del sector, lo lógico es que se hubiera recogido algún
mecanismo para garantizar que al menos los mínimos del plan se cumplieran. Eso o
que inmediatamente después se hubiera publicado alguna resolución, o al menos
plan del Gobierno para cumplir con lo más acuciante...no ha sido el caso.
Pasando a analizar algunos de los puntos contenidos, comenzaré por las inversiones
en reindustrialización y en infraestructuras en las cuencas mineras. Echo de menos
para empezar un olvido imperdonable que fue una de las taras de los planes
anteriores: mayor presencia de los municipios a la hora de establecer prioridades en
la selección y ejecución de programas. Por otro lado las cantidades son mucho
menores de las establecidas en los planes anteriores, poco más de 200 millones
para todo el ciclo y para todas las Comunidades Autónomas. Baste señalar que solo
el montante de los proyectos paralizados y "sustraídos" pertenecientes al Plan
anterior, supera con creces esa cifra.
Bien es cierto que durante estos meses hemos pecado de pegarnos tiros en los pies y
de jugar al juego que planteó el Gobierno: hemos contribuido desde aquí a expresar
todas las dudas del mundo sobre el destino de los fondos de planes anteriores y a
extender una capa de presunción de fraude generalizado. Se entenderá que en un
momento en el que se están negociando fondos con el Gobierno Central, no es
precisamente lo más inteligente lanzar el mensaje hacia fuera de que somos unos
mangantes. Y ojo, no me niego a auditorías. actos de penitencia y juicios
sumarísimos, pero todo tiene su tiempo...además de que me niego a reconocer que
las taras y vicios que hubo aquí fueran mayores que en otras zonas o sectores que
han recibido tanta o más ayuda durante años.
El Plan ciertamente se recoge la tantas veces añorada concreción de la participación
del carbón en la producción eléctrica, en el mix energético. Es en este caso del 7´5
%; menos de la mitad de lo que ha supuesto su peso en estos últimos años (y lejos
del 12´5 % de la "amiga nuclear"), pero consideremos en positivo que al menos se
recoge un suelo mínimo. En cuanto a la producción, es cierto que no se aleja
demasiado de un escenario razonablemente planteado para 2018, esto es más de 5
millones de toneladas de producción. La duda es: ¿cómo? Con una de las más
grandes productoras en liquidación ya antes de firmarse el Plan y con un marco de
ayudas para la minería (de interior) hiperreducido, ¿cómo se prevé llegar a esa
cantidad?
Por no plantear que el Real Decreto de Restricciones de Suministro caduca en 2014
y el Gobierno ya ha declarado que no tiene intención de poner en marcha ningún
otro mecanismo legal para garantizar el consumo de carbón nacional en las
centrales ¿Qué ocurrirá si las empresas eléctricas simplemente se niegan a comprar
nuestro carbón? ¿En qué queda la previsión del Plan?
Hablando de ayudas, se contempla un marco decreciente hasta los 5 € la Tn de
carbón de interior y 0´5 para el carbón procedente de cielos abiertos, el último año.
De nuevo es un marco mucho más restringido que el que permitía la Resolución 747
de la UE y dinamita definitivamente el plan de viabilidad que las empresas habían
previsto en 2010. En palabras de algún responsable de alguna empresa que
3. aparentemente a día de hoy no tiene problema alguno, este marco hace peligrar la
producción más allá de 2014. Ningún problema económico hay para los cielos
abiertos, competitivos sin necesidad de ayuda alguna... me temo que éste sí es el
futuro y hablamos de una actividad poco intensiva en la mano de obra, sujeta a un
convenio inferior a la minería de interior y mucho más agresiva con el medio
ambiente.
En lo que toca a los trabajadores el Plan suscita alguna seguridad pero muchas
dudas. Seguridad en cuanto al marco al que se podrán coger los trabajadores en
plantilla de las empresas mineras, planteando un nuevo marco de prejubilaciones y
bajas incentivadas. Ahora a partir de los 54 años (antes eran 52) y dependiendo del
coeficiente, los mineros podrán retirarse con el 70 % de su salario, con
indemnizaciones máximas de 10.000 euros, con 35 días por año trabajado y un tope
máximo de 30 mensualidades. Cuatro cuestiones:
1.- a juzgar por lo que se extrae del documento, tan solo unos 400 trabajadores
podrán acogerse al marco de prejubilaciones
2.- Estamos en un momento en el que se están negociando los convenios muy a la
baja. Veremos sobre qué salario se hace el cálculo finalmente.
3.- ¿Qué ocurre con los trabajadores de empresas como Coto Minero Cantàbrico,
liquidadas pocas semanas antes de que se firmara el Plan, en virtud de la "tormenta
perfecta" empresario-Gobierno PP? ¿Realmente sus trabajadores no pueden
acogerse al Plan? Sobre esto voy a preguntar al ministro este próximo martes en el
Senado.
4.- ¿ Qué ocurre con los trabajadores de contratas y subcontratas que el Plan
califica como "excedentes"? Miles de empleados, que parten de principio con peores
condiciones, se quedan en terreno de nadie y no se prevé nada para ellos.
Muchas incógnitas que se irán despejando en los próximos meses, esperemos que
con buenas noticias.
Punto y a parte hay que hacer con el sector térmico, que se despacha en el Plan con
una declaración de intenciones sobre que el Gobierno hará todo lo posible, para que
las centrales se adapten a la normativa europea sobre emisiones de gases
contaminantes. Mucha voluntad pero ni un paso para saber si las centrales pasarán
ese tope de 2016 para instalar las desnitrificadoras y desulfuradoras, con unas
inversiones que en total se han estimado en 1.500 millones de €. Unas térmicas que
solo en mi provincia emplean a unas 1000 personas, sin contar con empleo
indirecto e inducido. Y sin centrales térmicas no hay carbón nacional...y sin carbón
nacional no hay centrales térmicas, al menos de interior. No tengo ninguna duda
sobre que las térmicas situadas en la costa se adaptarán, pero las de interior
dependerán en gran medida de una decisión política.
El Plan por último, pasa de largo de los proyectos de captura y almacenamiento de
CO2 que puso en marcha en este país el Gobierno del PSOE, más expresamente del
buque insignia que es la Ciudad de la Energía en Ponferrada. Mucho me temo que
este "olvido" signifique que estos proyectos han pasado a ser los últimos en la
agenda del Gobierno, lo que es pura ceguera. Un presupuesto raquítico en los PGE
no augura nada bueno, pero esto sí que lo desentrañaremos durante este mismo
año.
4. Hablando de CO2, tampoco hubiera estado de más, máxime al tratarse de un
documento de intenciones, una declaración de resistencia expresa a los Planes de la
Comisión sobre el backlouding (que elevaría los precios por emisiones de CO2 sumado al recargo tributario que ya aplicó el PP el año pasado-), así como sobre la
prohibición de importación del conocido como "carbón de sangre".
En fin, no me quiero extender, comencé diciendo que sería un breve repaso y ya me
he extendido demasiado. No obstante, este Plan será motivo de controversia en
cada uno de los aspectos en los próximos meses y podremos ir conociendo lo que de
fondo contiene de verdad el Plan...y si tendremos minería de carbón no a partir de
2018, sino mucho antes, tal es la situación de U.V.I. en la que nos hallamos en las
comarcas mineras.
JENNIFER CORNEJO
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