Este documento describe varios milagros eucarísticos, incluyendo el milagro de Siena donde 223 hostias se conservaron milagrosamente después de haber sido profanadas, el milagro de la Beata Imelda donde una niña anhelaba comulgar, y el milagro de Bolsena donde la sangre brotó de una hostia consagrada. También describe el milagro de Buenos Aires donde una hostia se transformó en tejido muscular y sangre de corazón humano.