Las minas de sal de Wieliczka en Polonia contienen galerías subterráneas únicas con esculturas, capillas y un lago subterráneo, todo ello tallado en la sal por los mineros a lo largo de siglos. La mina más destacada es la impresionante catedral subterránea y la capilla de Santa Kinga, ambas talladas de forma meticulosa en la sal por los mineros devotos. La UNESCO declaró la mina Patrimonio de la Humanidad en 1978.