Éteres. Química Orgánica. Propiedades y reacciones
mod 3 Historia_Integral_de_la_Argentina_-_Los_anos_de_prosperidad_104120 (1).pdf
1. El derrocamiento de
Nicasio Oroño constituye
una de las primeras
escaramuzas que
preanuciaron las grandes
batallas entre católicos y
liberales.
Los antecedentes
La vinculación con el laicismo francés, entonces en
boga, no es la única explicación del debate religioso. La
moda ideológica puede haber pesado en la mentalidad
de los hombres que debatieron estos temas, pero lo
cierto es que había llegado el momento de legislar para
la nación, y definir las atribuciones del Estado en rela:
ción con las provincias y con la sociedad en general.
Tan importante como la creación de una moneda fue
te en todo el país, la definición de los límites con lo
países vecinos y la jurisdicción del gobierno sobre
los territorios ganados al indio, era el tema de cómo
educar. La educación —esto hay que señalarlo— fue con
cebida por Sarmiento y los hombres del 80 como un
manera de integrar en un proyecto común a la multip!
cidad de sus habitantes.
La controversia tenía sus orígenes en episodios ant
teriores, por ejemplo, el clima de anticlericalismo
creado por algunas logias masónicas y que provocó el
jesuitas, ocurrido en 1875. En Santa Fe, el gobernador
Nicasio Oroño estableció en 1868 el matrimonio ci-
vil, por lo cual fue destituido, sobre todo a causa de
lus protestas de la Iglesia. Los episodios de resistencia
más graves ocurrieron en Córdoba, donde el vicario
Uladislao Castellanos, en 1880, censuró la postura an-
ticlerical de algunos periódicos locales. La crítica mo-
tvó la reacción de los liberales contra esta invasión
por parte de la Iglesia en la esfera de la libertad de
prensa. Es que las reformas del gobernador Juárez
Celman, sobre todo en relación con los cementerios
y el Registro Civil, que habían pasado a depender del
Estado, suscitaron la protesta de los sectores católi-
cos. Se añadió a las medidas cuestionadas el proyecto
e Ramón Cárcano acerca de la equiparación de los
hijos ilegítimos o extramatrimoniales con aquellos
que provenían del matrimonio legal.
Pero el centro del debate residía en la educación,
porque no solamente se trataba de legislar sobre sus
La Iglesiay sus seguidores
sostenían que las
posiciones del liberalismo
conllevaban una tendencia
a la disgregación familiar,
al ateísmo y la
consiguiente amoralidad.
Colegio del Salvador,
ubicado sobre la calle
Callao, en la Capital
Federal.
2. 54 Los AÑOS DE PROSPERIDAD
formalismos, sino que entraban en juego las concep-
ciones científicas y la metodología y sus alcances. El
positivismo, concepción científico-filosófica que a
través de la ciencia pretendía reunir progreso social y
moralidad individual, había prevalecido en el clima
inicial de la escuela Normal de Paraná, creada en
1870, de donde saldrían los principales planteles del
RELIGIÓN, EDUCACIÓN Y ESTADO 55
A pesar de sus escasas
probabilidades de triunfo,
al menos a mediano plazo,
los líderes de la posición
católica sostuvieron
Jirmemente el debate
durante varios años.
Caricatura de José M.
Estrada.
magisterio y del profesorado.
El primer Congreso
Pedagógico
Ya en 1881 se resuelve realizar un congreso, un
amplio foro de discusión donde se expusieran todas
las ideas que circulaban en la época. La idea fue toma-
da por el ministro Manuel T. Pizarro, aunque luego
renunciaría debido a los incidentes, ya que era defen-
sor de las ideas católicas.
El congreso comenzó el 10 de abril de 1882 y su
presidente honorario fue Sarmiento, aunque no com
Aunque se había previsto
que las deliberaciones se
desarollarían en diez días,
el Congreso Pedagógico currió a las sesiones. Lo reemplazó en el ejercicio de
sesionó durante casi un la presidencia Onésimo Leguizamón, y asistieron re-
mes,y el tema de la presentantes de los Estados Unidos, Uruguay, Brasil y
enseñanza religiosa ocupó 105 principales voceros de las tendencias políticas en
un puesto preponderante , we , [
Ex las: discusiones materia de educación en la Argentina. Lo que pudo
Asistentes al Congreso haber sido un debate de puertas adentro se transfor-
Pedagógico. mó, gracias a la excelente tarea del periodismo y al Interes genuino de la población, en un debate públi-
Do que encendió la polémica durante más de un mes.
Se había convenido no discutir el tema religioso,
Munque fue imposible mantener la prescindencia. Los
Mitólicos, encabezados por Estrada y Goyena, se reti-
iron del Congreso, en lo que sus partidarios conside-
iron una actitud digna frente a las presiones que su-
Iman por parte de los liberales. Lo cierto es que los
Mmunifiestos y publicaciones de esa tendencia no cesa-
fon de esgrimir sus ideas contrarias “a los conventos
y 1 las sotanas”, aunque bien podría decirse que éstos
ho llegaron a mezclarse en los argumentos sostenidos
En el debate.
Las posturas eran realmente antagónicas. Los cató-
llos querían ante todo defender la libertad descon-
tlencia frente a la ingerencia del Estado liberal. Pensa-
3. 56 Los AÑOS DE PROSPERIDAD
_ de los derechos individuales. Juan Llerena escribía en
ban que el liberalismo amenazaba la tradición argenti
na de la familia y la moral derivada de ella. Para resis-
tir esta amenaza, la mejor arma erá una sólida educa-
ción religiosa, que además serviría de componente
unificador frente a la presencia del elemento inmigra-
torio.
— Los liberales, en cambio, veían al poder eclesiásti-
co como avasallador de las conciencias y, sobre todo,
1887: “¿Cuál es la fuerza que mueve a otros pueblos,
y cuáles las ligaduras que nos tienen atados a noso-
tros? Indudablemente es la civilización, la luz, la cien-
cia, la libertad, la que impulsa a nuestros afortunados
rivales C...) Indudablemente es la rutina, la supersti-
ción, las ideas viejas, la ignorancia, la que nos ata e
Nuestros tutores espirituales, la curia y sus fieles ul-
tramontanos, tienen miedo hasta de nuestros pensa-
mientos; los norteamericanos, entre tanto, como los
ingleses, como los alemanes, jamás tendrán lo sufi-
ciente (...) la población, la riqueza, el poder de los
norteamericanos marcha a paso de gigante. ¿Quién
podría decir a ese coloso, detente? El mundo desea su
prosperidad, porque lleva consigo la libertad, la in-
dustria, la riqueza”.
Las ideas del liberalismo rechazaban la ingerencia
—
RELIGIÓN, EDUCACIÓN Y ESTADO 97
de la Iglesia en lo que respecta a los asuntos tempora-
les, donde reconocían al Estado pleno derecho, como
una manera de permitir también la convivencia de
distintas maneras de pensar. Esto implicaba el mono-
polio educativo por parte del Estado, para imprimir
también un sello característico de este progresismo
no intervencionista en el perfil del ciudadano.
Los líderes de la postura católica fueron José Ma-
nuel Estrada y Pedro Goyena, que sostuvieron duran-
te años sus posiciones en la Revista Argentina (sc-
punda época), en La Unión (fundada en 1882), y más
tirde en La Voz de la Iglesia. Eduardo Wilde y Onési-
mo Leguizamón encabezaban el bando opuesto, y
volcaron la defensa de sus ideas en La Tribuna, La
Prensa y La República, así como en los periódicos de
ugunas colectividades. Se trató de uno de los debates
más fuertes de esa época, pero que reiteraría,-Casi sc-
tenta años más tarde, la fuerza y la virulencia en otro
ie los puntos más ardientes del proyecto de Estado:
lu lucha por la educación laica o libre.
No obstante, el Congreso Pedagógico no se limitó
a discutir acerca de la importancia de la educación re-
liglosa. Hubo una gran riqueza de opiniones y de te-
mas, y se presentaron trabajos sobre cómo sostener
lus escuelas del Estado, así como sobre la manera de
—
Artículos de
la Ley 1420 ;
Artícuto
1 La es-
cuela primaria tiene
por único objeto favo-
recer y dirigir simultá-
neamente el desarrollo
moral, intelectual y fisi-
co de todo niño se seis
a catorce años de edad.
Art. 2%: La instruc-
ción primaria debe ser
obligatoria, gratuita,
gradual y dada confor-
me a los preceptos de
la higiene.
Art. 3%: La obliga-
ción escolar compren-
de a todos los padres,
tutores o encargados
de los niños, dentro de
la edad escolar estable-
cida en el artículo pri-
mero.
Art. 4%: La obliga-
ción escolar puede
cumplirse en las escue-
las públicas, en las es-
cuelas particulares o
en el hogar de los ni-
ños; puede comprobar-
se por medio de certifi-
cados y exámenes; y
exigirse su observancia
por medio de amones-
taciones y multas pro-
presivas, sin perjuicio
te emplear, en caso ex-
tremo, la fuerza públi-
en para conducir a los
niños a la escuela.
Art. 5%: La obliga-
ción escolar supone la
existencia de la escuela
pública gratuita al al-
tance de los niños en
edad escolar. Con tal
objeto, cada vecindario
de mil a mil quinientos
habitantes en las ciuda-
des, o trescientos a qui-
nientos habitantes en
las colonias y territorios
nacionales, constituirá
un distrito escolar, con
derecho, por lo menos,
a una escuela pública
donde se dé en toda su
extensión la enseñanza
primaria que establece
esta ley. a
Art. 8%: La enseñan-
za religiosa sólo podrá
ser dada, en las escue-
las públicas, por los mi-
nistros de los diferen-
tes cultos a los niños
de su respectiva comu-
nión, y antes o después
de las horas de clase.
Art. 10%: La enseñan-
za primaria para los ni-
ños de seis a diez años
de edad se dará prefe-
rentemente en clases
mixtas, bajo la direc-
tras autorizadas.
ción exclusiva de maes- |
4. 58 Los AÑOS DE PROSPERIDAD
Entrerriano nacido en
1837, fue legislador por su
provincia y ministro de
Justicia, Culto e
Instrucción Pública
durante la presidencia de
Avellaneda. Presidió el
Primer Congreso
Pedagógico, donde se
destacó por su defensa de
las posiciones liberales.
Onésimo Leguizamón.
jerarquizar la profesión docente. En un marco de mo-
dernización, se abogó por la educación mixta, la su-
presión de los castigos corporales, la incorporación
de adultos, mujeres y minusválidos a ciertos niveles
de la educación. Por sobre todo se reclamó el desa-
rrollo de una pedagogía científica que tuviera en
cuenta el desarrollo evolutivo de niños y adolescen-
tes, con el auxilio de otras ciencias, de modo que se
permitiera una eficaz transmisión de los conocimien-
tos pero también una formación acorde con las nece-
sidades de la época.
En cuando a los contenidos, hubo reclamos sobre
la importancia de incluir instrucción cívica y conoci-
mientos de economía, como una manera de que los
niños comprendieran la necesidad de que el país se
desarrollara en el camino de la producción. Paul
Groussac planteó el dramático problema de la no
concurrencia a la escuela, ofreciendo el dato de que
solamente la séptima parte de la población infantil
cumple con la educación. “La República Argentina es-
tá —dijo— en la situación de un padre de siete hijos
que educa a uno rudimentariamente y deja a los otros
seis en la más floreciente ignorancia...”
El Congreso llegó a conclusiones amplias, en las
que se abordaban apasionadamente todos los temas
que incidirían en el diseño de un proyecto educativo
eficaz. El ministro Wilde, al cerrar las deliberaciones,
dijo que la educación se había convertido en una “pa-
sión pública”. Sin duda, al tratarse la Ley 1420 esta
pasión se convirtió en un peligro: el de que se creara
una profunda división entre los miembros de la ciuda-
danía.
La educación popular
La necesidad de organizar la enseñanza primaria
mediante una ley adecuada se agudizó luego de que
Buenos Aires, al ser federalizada, diera a la nación las
escuelas de su jurisdicción. En 1875/se había sancio-
nado una Ley de Educación Común que se mantuvo
vigente provisoriamente, pero luego de las conclusio-
nes del Congreso Pedagógico correspondía dictar una
RELIGIÓN, EDUCACIÓN Y ESTADO 59
ley que rigiera las escuelas de la jurisdicción nacional.
La comisión de Justicia, Culto e Instrucción Pública
de la Cámara de Diputados trabajó durante los años
1452 y 1883 en la elaboración de un proyecto que pa-
MO a ser considerado por los legisladores en julio de
esc último año.
Ya se habían perfilado dos posiciones, que se pola-
rizaron apenas se conocieron los alcances del proyec-
lo, Gratuidad y obligatoriedad eran dos principios en
los que todos coincidían, pero las opiniones se divi-
dieron en torno al artículo tercero, que establecía
ijue “los padres, tutores o personas en cuyo poder se
encuentren los niños están obligados a proporcionar-
les como mínimo de instrucción las siguientes mate-
rias: C...) moral y religión y nociones sobre institucio-
nes republicanas, en especial sobre la Constitución
del país”. Añadía que era “necesidad primordial la de
formar el carácter de los hombres en la enseñanza de
la religión y las instituciones republicanas”, agregan-
ilo que el Consejo Nacional de Educación “estaría
obligado a respetar en la organización de la enseñan-
7 religiosa las creencias de los padres de familia aje-
hos 1 la comunidad católica”.
Los liberales impulsaron una redacción que cam-
biaba el punto de vista. Leguizamón, apoyado por
pros diputados, propuso que se considerara la posi-
bilidad de impartir enseñanza religiosa en las escuelas
Las manifestaciones
católicas contrarias a la
exclusión de la enseñanza
religiosa no influyeron en
el ánimo de los
legisladores.
Caricatura de El
Mosquito sobre las
recolecciones de firmas
para los petitorios
católicos.
5. — RAJ PANNIO 121% PROSPERIDAD
Más allá de las posiciones
encontradas, se imponía la
necesidad de una
legislación que organizara
a nivel nacional la
enseñanza entonces
dispersa y desordenada
que se brindaba en las
escuelas del territorio.
Escuela Normal de Jujuy,
1887.
“por los ministros autorizados de los distintos cultos
(...) antes o después de las horas de clase”. Esta pro-
puesta triunfó por 43 votos contra 10, aunque no sin
que se discutiera ardorosamente. Leguizamón calificó
el proyecto de inconstitucional, argumentando que
no respetaba la libertad de conciencia; Pedro Goye-
ña, por el contrario, señalaba que la Constitución no
Gallo, por su parte, acusó a los poderes eclesiásticos
de querer recuperar el poder que detentaban en tiem
pos de la colonia, y Wilde, con gran sagacidad políti:
Ca, mostró cómo la enseñanza religiosa coartaría la in;
serción de los inmigrantes en las escuelas,
Los senadores rechazaron la propuesta de Leguiza
món, pero Diputados insistió en el proyecto, esta ve
con mayor número de votantes a favor, y el 8 de julio
de 1884 se aprobó la ley con la redacción laicista de
artículo tercero. No obstante la mayoría obtenida en
El Parlamento, hubo alguna reacción en contra:
desfile de madres católicas, que manifestaron en ca-
rruajes, y un petitorio firmado por más de 16.000 pa:
dres de la Capital Federal. Un artículo de Sarmiento
se tituló, jocosamente, “La escuela sin la religión de
mi mujer”. :
— La importancia de la Ley de Educación Común iba
más allá de la cuestión religiosa: su intención radica:
ba en una democratización de los conocimientos, y
postulaba gratuidad, obligatoriedad y gradualidad pa
ra los niños de entre seis y catorce años. Se adoptó la
coeducación y se implantaron jardines de infantes y
Escuelas para adultos. Además, la Ley previó todos los
detalles de la estructura administrativa, incluyendo
obligaciones y facultades de los docentes y de las i
pecciones técnicas y administrativas. También descri:
bió los mecanismos de sostén económico y de distri:
bución de los recursos,
Durante el debate, la realidad política hizo que el
Enfasis se pusiera en el juego de poderes, desechando
los verdaderos alcances de una ley de esta naturaleza
El diputado Luis Lagos García dijo en aquella ocasión
que “la cuestión que se discute no es cuestión de es-
cuela atea ni tampoco cuestión religiosa: es, simple-
mente, una cuestión de dominación”. Lo cierto es
que esta oposición de poderes surgió ante la necesi-
RELIGIÓN, EDU
Mel de proyectar los destinos del país. La perspectiva
He una nación compuesta por ciudadanos de todos
ln origenes llevó sin duda a rechazar una supuesta |
Inperencia de la Iglesia Católica, que sin duda hubiera |
frenado la tan necesaria inmigración.
Algunas consecuencias
Inmediatas
Otras leyes siguieron a la de educación. Tras ella,
BE cerco el Consejo Nacional de Educación, con la pre-
Midencia de Benjamín Zorrilla, y ese mismo año
FINA) se sancionó la ley que establecía el registro ci-
VII para la Capital Federal y territorios nacionales, de-
CACIÓN Y ESTADO Ól
N
———————
tranjero. Los hilados
pagaban derechos rela-
tivamente bajos y se
importaban a pesar de
la abundancia de lana
en el país (...) Muchas
curtidurías y fábricas
de artículos de cuero
se habían establecido
en el país antes de los
años noventa, pero la
importancia de esta in-
dustria creció notable-
mente en aquellos años
(...) El sector de los me-
tales estaba representa-
do, en el período, por
fundiciones de hierro,
talleres que producían
varios tipos de maqui-
naria, fábricas de clá-
vos y tornillos, camas
de hierro, cajas de hie-
1ro, balanzas, utensilios
domésticos y letreros
Las nuevas
Industrias
Las industrias texti-
les estaban bastante de-
rrolladas a fines del
Bilylo XIX. Se producían
Medias, camisas, toa-
las, mantas, ponchos,
Misimires ordinarios,
pas, sombreros y za-
tillas. Sólo se impor-
Mban las calidades su-
riores (...) La manu-
tura de bolsas creció
Mpidamente con la ex-
nsión de la agricultu-
cinco fábricas te-
Nun, hacia 1900, capa-
dad para producir
de 100 millones de
des; la protección
duanera impedía la en-
da del producto ex-
metálicos. Las empre-
sas de Pedro Vasena,
Carlos Zamboni y Pe-
dro Merlini se ocupa-
ban de la fundición de
columnas, vigas y ba-
rras, al tiempo que
construían guinches,
sierras, calderas y va-
rios tipos de máquinas
(.:.) Otras industrias
protegidas que logra-
ron progresos impor-
tantes durante el perío-
do fueron la de los ca-
rruajes, el vidrio, el pa-
pel, los fósforos y el
tabaco.
VICENTE VAZQUEZ
PRESEDO
“Evolución industrial,
1880-1910”
en La Argentina del
Ochenta al ext