El documento critica la visión eurocéntrica y colonialista que ha dominado la forma de entender el mundo, imponiendo paradigmas sobre cómo deben vivir todos los seres humanos y considerando "el otro" como una amenaza. Se argumenta que la diversidad cultural es vital para fortalecer las identidades de grupos que han sido considerados "minorías" desde una perspectiva colonial. Se plantea la necesidad de erradicar estas imposiciones para aprender a aceptar la diferencia con respeto y libertad.