Este documento habla sobre la importancia de rezar por las almas del Purgatorio. Explica que tenemos la obligación moral de ayudar a nuestro prójimo, especialmente a aquellos que más lo necesitan como las almas del Purgatorio. Dios y la Virgen María desean que ayudemos a estas almas a alcanzar el cielo más rápidamente. A cambio, las almas del Purgatorio ruegan fervientemente por sus benefactores y les devuelven el favor mil veces. El documento incluye oraciones y meditaciones para una novena a
PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pdf
Guía de Oración y Reflexión para las Almas del Purgatorio
1.
2. Pagina Legal 4...........................................................................................
Bibliografía: 5............................................................................................
La Biblia 5...............................................................................................
El Libro del Pueblo de Dios 5.................................................................
¿Qué son las novenas y rosarios? 6......................................................
¿Qué significado tiene rezar una novena? 6..........................................
Ángeles y Arcángeles 7..........................................................................
El Ángel Custodio 8................................................................................
¿Por qué y para que rezar por las Almas benditas del Purgatorio 9...
Estamos moralmente obligados a rogar por las animas benditas 9.......
Dios desea que las ayudemos 10...........................................................
Nuestra Señora quiere que los ayudemos 10........................................
Las benditas animas del purgatorio nos devuelven el mil por uno 10....
Las animas benditas del purgatorio pueden acortar nuestro propio
purgatorio 11...........................................................................................
¿Cómo podemos ayudar a las almas del Purgatorio? 13.....................
1. La Oración: 13....................................................................................
2. La Santa Misa: 14...............................................................................
3. Las Indulgencias: 14...........................................................................
Se gana indulgencia plenaria: 15..........................................................
Novena a las Animas del Purgatorio 17..................................................
Para Todos los Días 17...........................................................................
Acto de contrición 17..............................................................................
Oración al Padre Eterno 17....................................................................
Meditación del Día 17.............................................................................
Meditación Día Primero 19.......................................................................
Existencia del Purgatorio 19...................................................................
Meditación Día Segundo 21........................................................................
Sobre la pena de sentido en general 21.................................................
Meditación Día Tercero 23..........................................................................
Sobre el fuego del Purgatorio 23............................................................
Meditación Día Cuarto 25.........................................................................
Sobre la pena de daño 25......................................................................
Meditación Día Quinto 27.........................................................................
Remordimiento de un Anima en el Purgatorio 27...................................
Meditación Día Sexto 30...........................................................................
Paciencia y resignación de las benditas Almas del purgatorio 30..........
Meditación Día Séptimo 33.......................................................................
Descuido de los mortales en aliviar a las Almas del Purgatorio 33........
Meditación Día Octavo 35.........................................................................
Cómo recompensará el Señor a los devotos de las benditas Ánimas35
Meditación Día Noveno 38........................................................................
Agradecimiento de las benditas Ánimas para con sus devotos 38........
3. Librería Virtual 40......................................................................................
iTunes Store 40..........................................................................................
Seguridad 40..........................................................................................
Normatividad PEMEX 42........................................................................
Oraciones 43..........................................................................................
Google Play Store 44................................................................................
Liderazgo 45...........................................................................................
Normatividad Pemex 46.........................................................................
Oraciones 47..........................................................................................
6. ¿QUÉ SON LAS NOVENAS Y ROSARIOS?
Las novenas y rosarios son oraciones que el fiel dirige a Dios durante
nueve días consecutivos pidiendo la intercesión particular de la Virgen
María, de un santo patrón, de los arcángeles o de los ángeles custodios. Es
también usual rezar las novenas en preparación para las grandes fiestas
litúrgicas como Navidad, Pascua, Pentecostés, la Inmaculada o cerca de
otras solemnidades importantes.
Su objetivo es que el Señor nos conceda la gracia pedida, de la forma que El
lo disponga o que se cumpla lo mejor en relación al pedido. Se dice que una
novena abre las puertas del reino angélico.
El origen de esta práctica devota hace referencia a los nueve días que
transcurrieron entre la Ascensión y Pentecostés, mientras los discípulos –
según la indicación de Jesús – permanecieron en oración en espera del
Espíritu Santo. (Cfr. Lc 24,49; Hch 1,4).
El fiel que se presta para iniciar una novena lo hace para pedir ayuda a Dios
en una situación particular de sufrimiento suyo o de sus seres queridos.
Una novena muy difundida es aquella de sufragio de los difuntos y a favor de
las almas del purgatorio según una usanza que encontramos en el Antiguo
Testamento cuando Judas Macabeo ofreció con sus hombres un “sacrificio
expiatorio” en reparación de los pecados de los soldados caídos en batalla
(Cfr. 2Mac 12,38-45).
¿QUÉ SIGNIFICADO TIENE REZAR UNA NOVENA?
Rezar la novena es un modo de seguir el consejo de Jesús, que invitaba a
los discípulos a “rezar siempre sin cansarse” (Lc 18,1) como la viuda del
Evangelio que, con gran insistencia, le imploraba al juez que le hiciera
justicia frente a su adversario (cfr. Lc 18, 1-8).
Para hacer esto, para que una oración sea verdaderamente eficaz, son
necesarias la humildad, la constancia y la perseverancia junto a la conciencia
de que Dios escucha las oraciones de su pueblo. Con la parábola del fariseo
y del publicano (Lc 18 9-14), Jesús señala la humildad como característica
esencial de la oración cristiana.
7. ÁNGELES Y ARCÁNGELES
Numerosos textos bíblicos hacen referencia a los mensajeros (ángeles) de
Dios.
El Salmo 90 dice: “A sus ángeles ha dado órdenes Dios, para que te guarden
en tus caminos”. Aparecen en el anuncio de la encarnación de Cristo (Lc. 1,
26 - 38); también diciéndole a José que se refugie con su familia en Egipto
(Mt 2, 13); un ángel liberó a Pedro de la cárcel (Hch 12, 1-11); de igual
manera los ángeles sirvieron a Jesús después de las tentaciones del desierto
(Mt 4, 11). Y un texto clave para entender su función y su cercanía con cada
persona son las palabras de Jesús que leemos en el evangelio de Mateo 18,
10: “Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños porque yo les digo
que sus ángeles en el cielo ven siempre el rostro de mi Padre que está en
los cielos”
El día 29 de Septiembre se celebra particularmente a Miguel, Gabriel y
Rafael, a quienes se recuerda en algunos de los episodios de la Sagrada
Escritura: Miguel que significa “¿Quién como Dios?”, viene presentado en el
Apocalipsis (12, 7) en acto de combatir las fuerzas del mal (primera lectura);
Gabriel que significa “Fortaleza de Dios”, es enviado a la Virgen María para
anunciarle su vocación a ser la madre de Jesús y corredentora de la
humanidad; Rafael, que significa “Medicina de Dios”, es enviado por el Señor
a Tobías para curarlo de la ceguera (Tob 5, 4)
No es sencillo sentir la presencia amiga de estos seres espirituales en
nuestra vida; pero por testimonio de la Escritura y de nuestra fe, sabemos
que ahí están haciendo todo lo que está de su parte para que se cumpla la
voluntad de Dios y para llevarnos por buen camino. En la historia de la
salvación han intervenido en los momentos de mayor necesidad;
seguramente, en nuestra vida, cuándo más los necesitamos, ellos están a
nuestro lado.
Los santos Ángeles de hoy: Miguel significa “¿Quién como Dios?”. Se le
representa siempre en lucha contra Satanás. Gabriel significa “Fuerza de
Dios”. Rafael significa ”Dos curó”.
Miguel es nuestro compañero en las luchas que debemos librar en contra del
maligno; Gabriel renueva con su ayuda nuestras fuerzas cuenco comienzan
a declinar; Rafael cura las heridas que nos quedan de la batalla. La vida es
una constante lucha, pero no estamos solos.
8. EL ÁNGEL CUSTODIO
La palabra “Ángel” procede del vocablo griego ággelos y significa “enviado o
mensajero”. La presencia de los Ángeles como mensajeros de Dios en el
mundo ha sido revelada por Dios y se encuentra atestiguada en la Biblia de
principio a fin (Gén 3, 24; Ap 22, 16). cuando hablamos del “Ángel Custodio”
o “Ángel de la Guarda”, nos referimos al mensajero que Dios nos ha enviado
para cuidarnos y guiarnos en nuestro caminar por este mundo (Éx 23, 20; Mt
11, 10; 18, 10). La experiencia más cercana que tenemos la mayoría de los
seres humanos sobre nuestro Ángel Custodio está representada por la
presencia de nuestra madre que ha quedado plasmada en la filosofía
popular.
“Cuenta una antigua leyenda, que un niño antes de nacer le dijo a Dios: “Me
dicen que me vas a enviar ala tierra”, ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso
que soy?. - Entre muchos Ángeles escogí uno para ti que te estará
esperando y te cuidará… ¿Cómo entender lo que la gente me habla, si no
conozco el extraño idioma de los hombres?. - Tu ángel te dirá las palabras
más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con paciencia y cariño te
enseñará a hablar. ¿Y que haré cuando quiera hablar contigo?. - Tu ángel te
juntará las manitas y te enseñará a hablarme. “He oído que en la tierra hay
hombre malos, ¿quién me defenderá?. - Tu ángel te defenderá aun a costa
de su propia vida… “Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
- Tu ángel te hablará de mi y te enseñará en camino para que regreses a mi
presencia, aunque yo estaré siempre a tu lado.. “¡Dios mío, si ya me voy,
dime su nombre!, ¿cómo se llamará mi ángel… - Su nombre no importa, tú le
dirás: Mamá”. (Anónimo)
9. ¿Por qué y para que rezar por las Almas benditas del Purgatorio
El gran Mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo es que nos
amemos los unos a los otros, genuina y sinceramente. El Primer
Gran Mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas. El
Segundo, o mejor dicho el corolario del Primero, es amar al prójimo
como a nosotros mismos. No es un consejo o un mero deseo del
Todopoderoso. Es Su Gran Mandamiento, la base y esencia de Su
Ley. Es tanta la verdad encerrada en esto que El toma como
donación todo aquello que hacemos por nuestro prójimo, y como
un rechazo hacia El cuando rechazamos a nuestro prójimo.
Leemos en el Evangelio de San Mateo (Mt 25:34-46), las palabras
de Cristo que dirijirá a cada uno en el Día del Juicio Final.
Algunos católicos parecen pensar que su Ley ha caído en desuso,
pues en estos días existe el egoísmo, el amor a sí mismo, y cada
uno piensa en sí mismo y en su engrandecimiento personal.
"Es inútil observar la Ley de Dios en estos días", dicen, "cada uno
debe mirar por sí mismo, o te hundes”.
No hay tal cosa! La ley de Dios es grandiosa y todavía y por
siempre tendrá fuerza de ley. Por eso, es mas que nunca
necesaria, mas que nunca nuestro deber y por nuestro mayor
interés.
ESTAMOS MORALMENTE OBLIGADOS A ROGAR POR LAS ANIMAS
BENDITAS
Siempre estamos obligados a amar y ayudar al otro, pero cuanto
mayor es la necesidad de nuestro prójimo, mayor y mas estricta es
nuestra obligación. No es un favor que podemos o no hacer, es
nuestro deber; debemos ayudarnos unos a otros.
Sería un monstruoso crimen, por caso, rehusar al poder y
desposeído el alimento necesario para mantenerse vivo. Sería
10. espantoso rehusar la ayuda a alguien en una gran necesidad,
pasar de largo y no extender la mano para salvar a un hombre que
se está hundiendo. No solamente debemos ayudar cuando es fácil
y conveniente, sino que debemos hacer cualquier sacrificio para
socorrer a nuestro hermano en dificultades.
Ahora, qué puede estar más urgido de caridad que las almas del
Purgatorio? Qué hambre o sed o sufrimiento en esta Tierra puede
compararse con sus mas terribles sufrimientos? Ni el pobre, ni el
enfermo, ni el sufriente que vemos a nuestro alrededor necesitan
de tal urgente socorro. Aún encontramos gente de buen corazón
que se interesa en los sufrientes de esta vida, pero, escasamente
encontramos a gente que trabaja por las Almas del Purgatorio!.
Y ¿quién puede necesitarnos más? Entre ellos, además, pueden
estar nuestras madres, nuestros padres, amigos y seres queridos.
DIOS DESEA QUE LAS AYUDEMOS
Ellas son los amigos más queridos. El desea ayudarlos; El desea
mucho tenerlos cerca de Él en el Cielo. Ellas nunca más lo
ofenderán, y están destinadas a estar con Él por toda la Eternidad.
Verdad, la Justicia de Dios demanda expiación por los pecados,
pero por una asombrosa dispensación de Su Providencia El pone
en nuestras manos la posibilidad de asistirlos, El nos da el poder
de aliviarlas y aún de liberarlas. Nada le place más a Dios que les
ayudemos. El está tan agradecido como si le ayudáramos a El.
NUESTRA SEÑORA QUIERE QUE LOS AYUDEMOS
Nunca, nunca una madre de esta tierra amó tan tiernamente a sus
hijos fallecidos, nunca nadie consuela como María busca consolar
sus sufrientes niños en el Purgatorio, y tenerlos con Ella en el
Cielo. Le daremos gran regocijo cada vez que llevamos fuera del
Purgatorio a un alma.
LAS BENDITAS ANIMAS DEL PURGATORIO NOS DEVUELVEN EL MIL POR
UNO
11. Pero qué podremos decir de los sentimientos de las Santas Almas?
Sería prácticamente imposible de describir su ilimitada gratitud con
para aquellos que las ayudan! Llenas de un inmenso deseo de
pagar los favores hechos por ellas, ruegan por sus benefactores
con un fervor tan grande, tan intenso, tan constante, que Dios no
les puede negar nada. Santa Catalina de Bologna dice :"He
recibido muchos y grandes favores de los Santos, pero mucho mas
grandes de las Santas Almas (del Purgatorio)”.
Cuando finalmente son liberadas de sus penas y disfrutan de la
beatitud del Cielo, lejos de olvidar a sus amigos de la Tierrra, su
gratitud no conoce límites. Postradas frente al Trono de Dios, no
cesan de orar por aquellos que los ayudaron. Por sus oraciones
ellas protegen a sus amigos de los peligros y los protegen de los
demonios que los asechan.
No cesan de orar hasta ver a sus benefactores seguros en el Cielo,
y serán por siempre sus más queridos, sinceros y mejores amigos.
Si los católicos solamente supieran cuan poderosos protectores se
aseguran con sólo ayudar a las Animas benditas, no serían tan
remisos de orar por ellos.
LAS ANIMAS BENDITAS DEL PURGATORIO PUEDEN ACORTAR NUESTRO
PROPIO PURGATORIO
Otra gran gracia que obtenemos por orar por ellas es un corto y
fácil Purgatorio, o su completa remisión!.
San Juan Masías, sacerdote dominicano, tenía una maravillosa
devoción a las Almas del Purgatorio. El obtuvo por sus oraciones
(principalmente por la recitación del Santo Rosario) la liberación de
¡un millón cuatrocientas mil almas! En retribución, el obtuvo para sí
mismo las más abundantes y extraordinarias gracias y esas almas
vinieron a consolarlo en su lecho de muerte, y a acompañarlo hasta
el Cielo.
12. Este hecho es tan cierto que fue insertado por la Iglesia en la bula
de decretaba su beatificación.
El Cardenal Baronio recuerda un evento similar.
Fue llamado a asistir a un moribundo. De repente, un ejército de
espíritus benditos aparecieron en el lecho de muerte, consolaron al
moribundo, y disiparon a los demonios que gemían, en un
desesperado intento por lograr su ruina. Cuando el cardenal les
preguntó quiénes eran, le respondieron que eran ocho mil almas
que este hombre había liberado del Purgatorio gracias a sus
oraciones y buenas obras. Fueron enviadas por Dios, según
explicaron, para llevarlo al Cielo sin pasar un solo momento en el
Purgatorio.
Santa Gertrudis fue ferozmente tentada por el demonio cuando
estaba por morir. El espíritu demoníaco nos reserva una peligrosa y
sutil tentación para nuestros últimos minutos. Como no pudo
encontrar un asalto lo suficientemente inteligente para esta Santa,
el pensó en molestarla su beatífica paz sugiriéndole que iba a
pasar larguísimo tiempo en el Purgatorio puesto que ella
desperdició sus propias indulgencias y sufragios en favor de otras
almas. Pero Nuestro Señor, no contento con enviar sus Ángeles y
las miles de almas que ella había liberado, fue en Persona para
alejar a Satanás y confortar a su querida Santa. El le dijo a Santa
Gertrudis que a cambio de lo que ella había hecho por las ánimas
benditas, le llevaría directo al Cielo y multiplicaría cientos de veces
todos sus méritos.
El Beato Enrique Suso, de la Orden Dominicana, hizo un pacto con
otro hermano de la Orden por el cual, cuando el primero de ellos
muriera, el sobreviviente ofrecería dos Misas cada semana por su
alma, y otras oraciones también. Sucedió que su compañero murió
primero, y el Beato Enrique comenzó inmediatamente a ofrecer las
prometidas Misas. Continuó diciéndolas por un largo tiempo. Al
final, suficientemente seguro que su santamente muerto amigo
había alcanzado el Cielo, cesó de ofrecer las Misas. Grande fue su
arrepentimiento y consternación cuando el hermano muerto
13. apareció frente a él sufriendo intensamente y reclamándole que no
hubo celebrado las Misas prometidas. El Beato Enrique replicó con
gran arrepentimiento que no continuó con las Misas, creyendo que
su amigo seguramente estaría disfrutando de la Visión Beatífica
pero agregó que siempre lo recordaba en sus oraciones. "Oh
hermano Enrique, por favor dame las Misas, pues es la
Preciosísima Sangre de Jesús lo que yo más necesito" lloraba la
sufriente alma. El Beato recomenzó a ofrecerlas, y con redoblado
fervor, ofreció Misas y ruegos por su amigo hasta que recibió
absoluta certeza de su liberación. Luego fue su turno de recibir
gracias y bendiciones de toda clase por parte de su querido
hermano liberado, y muchas más veces que las que hubiera
esperado.
¿Cómo podemos ayudar a las almas del Purgatorio?
La preocupación de sufragar por las almas del Purgatorio no es
sólo un deber de justicia y de caridad, es también un gran
beneficio, porque las almas del Purgatorio están muy agradecidas
por los alivios que les damos y nos protegen.
Si nosotros con el sufragio rogamos por ellas, ellas ciertamente
responden rezando por nosotros. Sus plegarias son muy eficaces,
porque son santas y nos procuran beneficios inmensos, tanto para
nuestra vida corporal como espiritual.
Por las almas del purgatorio
Entre las obras de sufragio por las almas del Purgatorio, hay tres
que tienen un efecto maravilloso: La oración, la Santa Misa y las
Indulgencias.
1. LA ORACIÓN:
Es como un refrigerio que de nuestra alma sube hacia el cielo.
También una simple invocación, una jaculatoria, un sacrificio, un
acto breve de amor a Dios, tienen una eficacia extraordinaria de
14. sufragio. Entre las oraciones que podemos rezar prevalecen: el
«Oficio de los Difuntos», el Salmo 50, el Vía Crucis, y el Santo
Rosario. A todas estas u otras oraciones hay que agregar la santa
Confesión y Comunión; es necesario que en ocasión de la muerte
de una persona querida, todos los pariente se confiesen y
comulguen por el alma.
2. LA SANTA MISA:
Una sola Misa es para ellas de infinito valor. Los teólogos dividen
en tres partes el fruto de la misa:
- Una parte va en beneficio de todos los miembros.
- Otra parte va en ventaja del Sacerdote que la celebra.
- La tercera parte va en provecho de por quien se celebra, y esta
parte es aplicable a las almas purgantes. Pero no
basta celebrar una sola misa por los difuntos, es necesario hacer
celebrar muchas.
La Misa no se divide en tres partes, estrictamente hablando, pero,
lleva en sí tres formas del infinito tesoro de Jesús: La Iglesia, el
Sacerdote y los Fieles Vivos o Difuntos.
3. LAS INDULGENCIAS:
La indulgencia es una remisión de una pena temporal, adeudada
por los pecados, que la Iglesia concede bajo ciertas condiciones al
alma en gracia, aplicándole los méritos y las satisfacciones
abundantes de Jesucristo, de la Virgen y de los Santos, los cuales
constituyen su tesoro y por lo cual anulan sobre la tierra en todo o
en parte la deuda de un alma anulándola también en el cielo. Hay
indulgencia «Plenaria» y «Parcial». Para ganar la indulgencia es
necesario estar en estado de gracia y tener la intención de ganarla.
Por la Comunión de los Santos podemos socorrer a los difuntos, la
Iglesia nos da la facultad de aplicarles este inmenso tesoro de
15. misericordia, reduciendo así sus penas que son la satisfacción de
las culpas cometidas durante la vida presente.
Las indulgencias son tesoros espirituales con los cuales se
perdona la pena temporal merecida por los pecados ya
perdonados. Las indulgencias pueden aplicarse a nosotros o a las
almas del purgatorio. El Papa Pablo VI, en 1967, dictó normas
sobre las indulgencias. Cada día se puede ganar una sola
indulgencia plenaria y sin límite las parciales.
Para ganar una indulgencia plenaria se necesitan cuatro
condiciones:
1. Confesión
2. Comunión
3. Orar por las intenciones del Sumo Pontífice (bastará un Padre
nuestro y Ave María u otras oraciones por el Papa)
4. Exclusión de todo afecto al pecado
La confesión puede hacerse varios días o después de ganar la
indulgencia. Conviene que la comunión se haga el mismo día. Con
una sola confesión se pueden ganar varias indulgencias plenarias
en diversos días. Para cada indulgencia plenaria se requiere una
comunión especial.
SE GANA INDULGENCIA PLENARIA:
1. Visitando cualquier iglesia u orando por los difuntos el 2 de
noviembre.
2. Igualmente visitando la iglesia parroquial en el día del titular. (Por
ejemplo si usted se llama Ignacio, ir el 31 de julio).
3. El 2 de agosto por la «Porciúncula», visitando una iglesia.
4. Rezando el Santo Rosario en la iglesia o en familia.
5. Adorando al Santísimo Sacramento, a lo menos por media hora.
16. 6. Leyendo la Sagrada Escritura a lo menos por media hora.
7. Haciendo el Vía Crucis.
8. El viernes Santo venere y bese la cruz en la solemne acción
litúrgica.
9. Recitando la oración "A Jesús Crucificado" que se entrega a
continuación, los Viernes de Cuaresma delante de un crucifijo.
17. Novena a las Animas del Purgatorio
24 de Octubre al 1 de Noviembre
(Para rezar en cualquier época del año y en especial del 24 de
Octubre al 1 de Noviembre)
PARA TODOS LOS DÍAS
Por la señal de la santa cruz, etc.
ACTO DE CONTRICIÓN
Pésame, Dios mío, y me arrepiento de todo corazón de haberos
ofendido. Pésame por el infierno que merecí y por el cielo que
perdí. Pero mucho más me pesa porque pecando ofendí a un Dios
tan bueno y tan grande como vos. Antes querría haber muerto que
haberos ofendido. Y propongo firmemente no pecar más y evitar
todas las ocasiones próximas de pecado. Amén.
ORACIÓN AL PADRE ETERNO
Padre celestial, Padre amorosísimo, que para salvar las Almas
quisiste que tu Hijo unigénito, tomando carne humana en las
entrañas de una Virgen purísima, se sujetase a la vida más pobre y
mortificada, y derramase su Sangre en la cruz por nuestro amor:
Compadécete, de las benditas almas del Purgatorio y líbralas de
sus horrorosas llamas. Compadécete también de la mía, y líbrala
de la esclavitud del vicio. Y si tu Justicia divina pide satisfacción por
las culpas cometidas, yo te ofrezco todas las obras buenas que
haga en este Novenario. De ningún valor son, es verdad; pero yo
las uno con los méritos infinitos de tu Hijo divino, con los dolores de
su Madre santísima, y con las virtudes heroicas de cuantos justos
han existido en la tierra. Míranos, vivos y difuntos, con compasión,
y haz que celebremos un día tus misericordias en el eterno
descanso de la gloria. Amén.
MEDITACIÓN DEL DÍA
18. Oración Final
Oh María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes
en el purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a
tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de
aquellas tinieblas a la admirable luz de su gloria, donde gocen de tu
vista dulcísima y de la de tu Hijo bendito.
Oh glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu
Esposa ante tu Hijo por las almas del purgatorio. Amén.
Dales, Señor el descanso eterno
y brille para ellas la Luz que no tiene fin.
Que descansen en paz.
Amén.
Que las almas de todos los fieles difuntos,
por la misericordia de Dios descansen en paz. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.
San José, ruega por nosotros.
19. Meditación Día Primero
EXISTENCIA DEL PURGATORIO
Punto Primero
Es un artículo de fe que las almas de los que mueren con alguna
culpa venial, o sin haber satisfecho plenamente a la Justicia divina
por los pecados ya perdonados, están detenidas en un lugar de
expiación que llamamos Purgatorio. Así lo enseña la santa Madre
Iglesia, columna infalible de la verdad: así lo confirma la más
antigua y constante tradición de todos los siglos; así lo aseguran
unánimemente los santos Padres griegos y latinos, Tertuliano, San
Cirilo, San Cipriano, San Juan Crisóstomo, San Ambrosio, San
Agustín, y tantos otros; así lo han definido los sagrados Concilios
de Roma, de Cartago, de Florencia, de Letrán y de Trento, dirigidos
por el Espíritu Santo. Y aunque la Iglesia no lo enseñase así ¿no lo
dice bastante la razón natural?.
Supongamos que sale de este mundo un alma con algún pecado
venial; ¿qué hará Dios de ella? ¿La arrojará al infierno, y siendo su
hija y esposa amadísima la confundirá con los réprobos y espíritus
infernales? Eso repugna a la Justicia y Bondad divinas. ¿La
introducirá en el cielo? Eso se opone igualmente a la santidad y
pureza infinita del Creador; pues sólo aquel cuyas manos son
inocentes, y cuyo corazón está limpio, subirá al monte del
Señor. Nada manchado puede entrar en aquel reino purísimo.
¿Qué hará, pues, Dios de aquella alma? Ya nos lo dice por
Malaquías: La pondré como en un crisol, esto es, en un lugar de
penas y tormentos, de donde no saldrá hasta que haya plenamente
satisfecho a la Justicia divina.
¿Crees tú esto, cristiano? Creas o no creas, te burles o no te burles
de ello, la cosa es, y será así. Negar el Purgatorio, sólo poner en
duda deliberadamente su existencia, es ya pecado grave. ¿Crees
tú esta verdad, y con esa indiferencia miras tan horribles penas?
¿Crees en el Purgatorio, y con tus culpas sigues amontonando leña
para arder en el más terrible fuego?
20. Medita un poco sobre lo dicho.
Punto Segundo
Es también un artículo de fe que nosotros podemos aliviar a
aquellas almas afligidísimas. Sí; en virtud de la Comunión de los
Santos, hay plena comunicación de bienes espirituales entre los
Bienaventurados que triunfan en el cielo, los cristianos que
militamos en la tierra, y las almas que sufren en el Purgatorio. En
virtud de esta comunicación de bienes, podemos con mucha facili-
dad, y mérito nuestro, bajar al Purgatorio con nuestros sufragios, y
a imitación de Jesucristo, después de su muerte, librar a aquellas
almas, y alegrar al cielo con un nuevo grado de gloria accidental,
procurando nuevos príncipes y moradores a aquella patria felicí-
sima.
!Oh admirable disposición de la Sabiduría divina! ¡Oh, que dicha y
felicidad la nuestra! Viéndose Dios obligado a castigar a aquellas
sus hijas muy amadas, busca medianeros que intercedan por ellas,
a fin de conciliar así el rigor de la justicia con la ternura de
Misericordia infinita. Y nosotros somos estos dichosos medianeros
y corredentores; de nosotros depende la suerte de aquellas pobres
almas.
Haz, pues, cristiano, con fervor este santo novenario. No faltes a él
ningún día; ¿quién sabe si abrirás el cielo a alguno de tus parientes
y amigos ya difuntos? ¿Y serás tan duro e insensible que le
niegues este pequeño sacrificio, pudiéndoles hacer ese gran favor
a tan poca costa?
Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu
mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la
gracia que deseas conseguir en esta novena.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
21. Meditación Día Segundo
SOBRE LA PENA DE SENTIDO EN GENERAL
Primero
Ven, mortal; tú, que vives como si después de esta vida no te
quedase nada que temer, ni que esperar: ven; penetra con el
espíritu en aquellos horrendos calabozos donde la Justicia divina
acrisola las almas de los que mueren con algún pecado venial; mira
si, fuera del infierno, pueden darse penas mayores, ni aun
semejantes a las que allí se padecen.
Considera todo el dolor que han sufrido los enfermos en todos los
hospitales y lugares del mundo; ¿igualarían todos ellos a los
dolores que padece un alma en el Purgatorio? No, dice San
Agustín; pues éstos exceden a todo cuanto se puede sentir, ver o
imaginar en este mundo.
Añadamos a todos estos males los suplicios y tormentos que la
crueldad de los Nerones, Dioclecianos, Decios y demás
perseguidores de la Iglesia inventó contra los cristianos,
¿igualarían al Purgatorio? Tampoco, dice San Anselmo, pues la
menor pena de aquel lugar de expiación es más terrible que el
mayor tormento que se pueda imaginar en este mundo.
Entonces, ¿qué penas serán aquéllas? Son tales, dice San Cirilo
de Jerusalén, que cualquiera de aquellas almas querría más ser
atormentada hasta el día del juicio con cuantos dolores y penas
han padecido los hombres desde Adán hasta la hora presente, que
no estar un solo día en el Purgatorio sufriendo lo que allí se
padece. Pues todos los tormentos y penas que se han sufrido en
este mundo, comparados con los que sufre un alma en el
Purgatorio, pueden tenerse por consuelo y alivio.
Segundo
22. ¿Y quiénes son esas Almas tan horriblemente atormentadas en el
Purgatorio? Este es un tema profundo para hacernos reflexionar.
Son obra maestra de la mano del Omnipotente, y vivas imágenes
de su divinidad; son amigas, hijas y esposas del Señor; ¡y no obs-
tante, son severamente purificadas! Dios las amó desde toda la
eternidad, las redimió con la sangre de sus venas, ahora las ama
con un amor infinito, como que están en su gracia y amistad divina:
¡y no obstante sufren penas imponderables!.
El Purgatorio. ¡Qué claramente nos manifiesta la justicia y santidad
de Dios! ¡Cuánto horror debe inspirarnos al pecado! Porque si con
tanto rigor trata Dios a sus almas amadas por faltas ligeras, ¿cómo
seremos tratados nosotros, pecadores; nosotros, que vivimos
tantas veces abandonados al arbitrio de las pasiones?.
Si con el árbol verde hacen esto, con el seco ¿qué harán? Si el
hijo y heredero del cielo es castigado por faltas que a muchos
parecen virtudes, ¿cómo seremos castigado nosotros, pecadores y
enemigos de Dios, por nuestros vicios y pecados tan horrendos y
abominables? Pensémoslo bien, y enmendemos nuestras vidas.
Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu
mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la
gracia que deseas conseguir en esta novena.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
23. Meditación Día Tercero
SOBRE EL FUEGO DEL PURGATORIO
Primero
Considera, amado cristiano, el tormento que causa a las almas el
fuego abrasador del Purgatorio. Si el fuego de este mundo, creado
para servicio del hombre, y efecto de la bondad divina, es ya el
más terrible de todos los elementos; si es ya tal su virtud, que
consume bosques, abrasa edificios, calcina mármoles durísimos,
hace saltar piedras y murallas, derrite metales y ocasiona terribles
estragos, ¿qué será el fuego del Purgatorio, encendido por un Dios
santo y justo, para con él demostrar el odio infinito que tiene al
pecado?.
Es tal, dice San Agustín, que el fuego de este mundo, comparado
con él, no es más que pintado.
Ahora bien; si tener el dedo en la llama de una vela sería para nos-
otros insoportable dolor, ¿qué tormento será para aquellas almas
sepultadas en un fuego que es, dicen Santo Tomás y San Gregorio,
igual en todo, menos en la duración, al del infierno?.
Sí; escuchémoslo bien, almas tibias, y estremezcámonos: Con el
mismo fuego se purifica el elegido y arde el condenado; con la
única diferencia, que aquél saldrá cuando haya satisfecho por sus
culpas, y éste arderá allí eternamente. ¿Y continuamos nosotros en
nuestra tibieza?
Segundo
Consideremos cuáles son las faltas por las que Dios, infinitamente
bueno y misericordioso, castiga a sus amadísimas Esposas con
tanto rigor, y veremos que son faltas leves, y a veces un solo
pecado venial. Qué mal tan grave debe ser éste delante de Dios,
cuando es tan severamente castigado en el Purgatorio!.
24. En efecto; el pecado venial es leve, si se lo compara con el mortal,
pero en sí es un mal mayor que la ruina de todos los imperios y que
la destrucción del universo: es un mal tan espantoso, que excede
en malicia a todas las desgracias y calamidades del mundo: es un
mal tan grande, que si cometiéndolo pudiésemos convertir a todos
los pecadores, sacar a todos los condenados del infierno, librar a
todas las almas del Purgatorio, aun entonces no deberíamos
cometerlo, pues todos estos bienes no igualarían la malicia del
pecado más leve: porque aquellos son males de la criatura, y éste
es un mal y una ofensa hecha al mismo Creador. ¿Podemos oír
esto sin horrorizarnos y sin cambiar de conducta?.
Pero ¿qué es nuestra vida, sino una serie in-interrumpida de peca-
dos? ¡Pecados cometidos con los ojos, con los oídos, con la
lengua, con las manos, con todos los sentidos! !Cuántas culpas por
la ignorancia crasa y olvido voluntario de nuestras obligaciones!
¡Cuántas indiscreciones por la distracción de nuestro espíritu; por
la violencia de nuestro genio; por la temeridad de nuestros juicios;
por la malicia de nuestras sospechas! ¡Cuántas faltas por no querer
mortificarnos, ni sujetarnos a otro, por nuestra ligereza en el
hablar!.
Lloremos, nuestra ceguera; y a la claridad del fuego espantoso del
Purgatorio, comprendamos por último qué gran mal es cometer un
pecado venial.
Si, es un mal tan grande; ¡y nosotros, lejos de llorarlo, lo
cometemos sin escrúpulo a manera de juego, pasatiempo y
diversión!
Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu
mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la
gracia que deseas conseguir en esta novena.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
25. Meditación Día Cuarto
SOBRE LA PENA DE DAÑO
Primero
Por horrorosos que sean los tormentos que padecen las Animas en
el Purgatorio, por espantosas que sean las llamas en que se
abrasan, no igualarán jamás la pena vivísima que sienten al verse
privadas de la vista clara de Dios.
En efecto; aquéllas constituyen la pena de sentido; ésta, la de da-
ño; aquéllas son limitadas; ésta, infinita; aquéllas privan a las Almas
de un bien accidental, cual es el deleite; por ésta, carecen de un
bien esencial a la bienaventuranza, en el cual consiste la felicidad
del hombre, y es la posesión beatífica de Dios.
Ahora no comprenderemos esta pena; pero ella es atroz, incom-
prensible, infinita.
¡Pobres Animas! Ustedes conocen a Dios, no con un conocimiento
oscuro, como nosotros, sino con una luz clara y perfectísima; ven
que es el centro de vuestra felicidad, que contiene todas las
perfecciones posibles, y en grado infinito; saben que si cayera en el
infierno una sola gota de aquel océano infinito de delicias que en sí
encierra, bastaría para extinguir aquellas llamas y hacer del infierno
el paraíso más delicioso.
Comprenden todo esto perfectísimamente, y así se lanzan ustedes
hacia aquel Bien infinito con más fuerza que una enorme piedra
separada de la montaña se precipita a lo profundo del valle; ¡y no
obstante, no lo pueden abrazar ni poseer? ¡Qué pena! ¡Qué gran
tormento!
Segundo
26. Si tan horrible pena sienten las Animas, viéndose privadas del
hermosísimo rostro de Dios, ¿cuál debería ser nuestro desconsuelo
como pecadores, si vivimos privados de su gracia y amistad?.
Las almas benditas del Purgatorio no poseen aún a Dios, es ver-
dad; pero están seguras de poseerlo un día, porque son amigas,
hijas y esposas suyas muy queridas. Pero hay mucho que saben
que viviendo como viven, no poseerán jamás a Dios. Saben que,
desde el momento que se rebelaron contra El perdieron su gracia,
y con ella la rica herencia de la gloria. ¿Cómo dicen: Padre
nuestro, que estás en los cielos?.
¡Cuántos se engañan! Dios ya no es su padre, ni su señor ni su rey.
Ojalá no nos encontremos nosotros en tal situación.
Y si así fuera, deberíamos hacer una buena confesión para
recuperar la amistad divina, y poder estar en paz, sabiendo que el
Señor será nuestro deleite para siempre.
Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu
mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la
gracia que deseas conseguir en esta novena.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
27. Meditación Día Quinto
REMORDIMIENTO DE UN ANIMA EN EL PURGATORIO
Imaginemos hoy una persona que haya llevado en este mundo una
vida semejante a la nuestra: que haya vivido tibia, inmortificada,
distraída en los ejercicios de piedad como nosotros, sin tener horror
más que al pecado mortal y al infierno, en el mejor de los casos.
Supongamos, no obstante, que haya tenido la dicha de hacer una
buena confesión, morir en gracia e ir al Purgatorio. ¿Qué pensará
en medio de aquellas penas y tormentos? Seguramente dos
pensamientos la afligirán enormemente.
Pensamiento
Pude librarme de estas penas, y no quise. ¡Yo mismo he
encendido estas llamas! ¡Yo soy la causa de estas penas! Dios no
hace más que ejecutar la sentencia que yo en el mundo pronuncié
contra mí mismo.
¡Cuántos medios me proporcionó Dios para evitarme esto! Caricias,
amenazas, beneficios, todo lo había agotado; gracias
singularísimas de inspiraciones, buenos ejemplos, libros piadosos,
padres vigilantes, confesores celosos, maestros y predicadores
fervorosos, remordimientos continuos, todo lo había empleado.
Pero, ¡qué locura tan grande la mía! ¡Por no privarme de un frívolo
pasatiempo, por ir a bailes, por divertirme o jugar con tal compañía,
por no abstenerme de una mirada, de un vil gusto, de una vana
complacencia, por hablar de los defectos del prójimo, me sujeté
voluntariamente a tantas penas y tormentos! Me lo decían todos los
años, me lo predicaban y repetían: ¡pero yo no hacía caso!…
¡Dichoso San Pablo, primer ermitaño; dichosas Gertrudis, Esco-
lástica, y tantos otros Santos que, habiendo satisfecho a la Justicia
divina en el mundo, subieron al cielo sin pasar por el Purgatorio!
¡Yo podía hacer lo que ellos hicieron, pero no quise! ¡Locuras
mundanas, conversaciones frívolas, pasatiempos, vanidad, qué
28. caro me cuestan ahora! Podría fácilmente haber evitado todo eso y
no lo hice. Y sólo porque no quise.
Pensamiento
Que aflige al alma tibia que vivió como nosotros vivimos, es este:
Yo querría librarme ahora del Purgatorio, y no puedo. ¡Si pudie-
ra yo ahora volver al mundo!, dirá cada una de aquellas Almas,
¡con qué gusto me sepultaría en los desiertos con los Hilariones y
Arsenios! Haría penitencias más espantosas que las de un Ignacio
en la cueva de Manresa, que las de un Simeón Estilita y de un San
Pedro de Alcántara; pasaría noches enteras en oración, como los
Antonios, Basilios y Jerónimos; me arrojaría en estanques helados
y me revolcaría entre espinas, como los Benitos y los Franciscos;
etc.
Pero, en realidad no era necesario nada de esto; con mucho
menos podrían haber evitado esas llamas. Sin hacer más que lo
que debían hacer cada día, pero haciéndolo con perfección, evita-
ban todo esto. Sí; los mismos Sacramentos, pero recibidos con
mejores disposiciones; las mismas misas, pero oídas con más re-
cogimiento y atención; las mismas devociones, pero practicadas
con más fervor; las mismas mortificaciones, ayunos y obras de
misericordia, pero hechas con menos ostentación, únicamente por
agradar á Dios, no sólo les hubieran librado de todas esas penas,
sino también asegurado a ellas y a muchas otras almas la posesión
del reino de los cielos.
Pero ahora sus deseos son inútiles: ya no es tiempo de merecer:
ha llegado para ellas aquella noche intimada por San Juan, en la
que nadie puede hacer obra alguna meritoria: ahora es necesario
padecer, y sufrir penas inexplicables, y sufrirlas sin mérito alguno.
¡Y yo lo he querido! ¡Pude fácilmente evitar estos tormentos, y no
quise! ¡Quisiera poder evitarlos ahora, y no puedo!.
¡Dichosos nosotros que oímos esto! Tenemos tiempo todavía: aún
no llegó para nosotros aquella noche tenebrosa. ¿Y seguiremos
29. perdiendo el tiempo, y los días tan preciosos? ¿No tomaremos la
seria resolución de confesarnos bien y de enmendar nuestra vida?
Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu
mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la
gracia que deseas conseguir en esta novena.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
30. Meditación Día Sexto
PACIENCIA Y RESIGNACIÓN DE LAS BENDITAS ALMAS DEL PURGATORIO
Primero
Es Verdad que las almas del Purgatorio padecen imponderables
penas, y sin mérito: pero las padecen con una paciencia y
resignación admirables. Conocen a Dios con luz perfectísima, lo
aman con amor purísimo, y desean ardentísimamente poseerlo:
pero al ver sus faltas, bendicen y adoran la mano justa y amorosa
que las castiga.
¡Y con cuánta más resignación que los hermanos de José, ex-
claman: Merito haec patimur! Con mucha razón padecemos,
Señor; pues cuando pecamos no temimos tu poder y tu justicia,
frustramos los designios de tu amor y de tu sabiduría,
despreciamos tu majestad y tu grandeza, y ofendimos tus
perfecciones infinitas. Justo es que padezcamos.
Hombres sin conocimiento de la verdadera religión fueron agrade-
cidos a sus bienhechores; Faraón hizo a José virrey de Egipto por-
que le interpretó un sueño misterioso. Asuero elevó a Mardoqueo a
los primeros empleos de Persia porque le descubrió una cons-
piración; hasta los osos y los leones y otras fieras salvajes agra-
decidas defendieron a sus bienhechores; y nosotros, creados a tu
imagen, redimidas con tu Sangre, honradas y exaltadas con tantos
dones de la gracia, ingratos te abandonamos en vida. Sí;
purifícanos en este fuego; ¡por ásperas que sean nuestras penas,
bendeciremos y ensalzaremos tu justicia y misericordia infinitas.
“Justo eres, Señor, y son rectos todos tus juicios”.
Todavía más: es tanta la fealdad del pecado, por leve que sea, que
si Dios abriera a esas almas las puertas del cielo, no se atreverían
a entrar en él, manchadas como están; sino que suplicarían al
Señor las dejara purificarse primero en aquellas llamas. Igual que
una juven escogida por esposa de un gran monarca si el día de las
bodas apareciese una llaga horrible en su rostro, no se atrevería a
31. presentarse en la Corte, y suplicaría al Rey que difiriese las bodas
hasta que estuviera perfectamente curada.
¿Oh pecado, por leve que parezcas, qué tan grave mal eres que
las mismas almas preferirían los horrores del Purgatorio antes que
entrar en el cielo con la menor sombra de tu mancha!.
Segundo
Miremos ahora en nosotros si puede darse incoherencia mayor que
la nuestra ... Nos reconocemos merecedores de horribles penas
por parte de la Justicia divina, debido a los enormes pecados que
cometimos en la vida pasada, y debido a las innumerables faltas en
que al presente caemos todos los días; reconocemos, además, que
no basta confesarse, ya que la absolución borra sí la culpa, pero no
quita toda la pena, y por esto sabemos que es preciso satisfacer a
la Justicia divina o en éste, o en el otro mundo; y sin embargo,
jamás nos preocupamos por hacer penitencia.
Ahora podríamos expiar nuestras culpas fácilmente, y con gran
mérito nuestro: una confesión bien hecha, una misa bien oída, un
trabajo sufrido con paciencia, una ligera mortificación, una limosna,
una indulgencia, un Vía Crucis hecho con devoción, podría
evitarnos espantosos suplicios: y nosotros todo lo descuidamos,
todo lo dejamos para la otra vida.
¿Acaso Hemos olvidado lo horribles que son y cuánto tiempo duran
aquellos tormentos? ¿No sabemos que, según afirman ciertos
autores, fundados en revelaciones muy respetables, varias de
aquellas almas han estado siglos enteros en el Purgatorio, y otras
estarán allí hasta el día del juicio final?.
¡Qué gran insensatez la nuestra! Las Almas, dice San Cirilo de
Jerusalén, querrían mejor sufrir hasta el fin del mundo todos los
tormentos de esta vida, que pasar una sola hora en el Purgatorio; y
nosotros queremos más arder siglos enteros en el Purgatorio, que
mortificarnos en esta vida un solo momento. ¡Qué gran absurdo!
32. Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu
mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la
gracia que deseas conseguir en esta novena.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
33. Meditación Día Séptimo
DESCUIDO DE LOS MORTALES EN ALIVIAR A LAS ALMAS DEL
PURGATORIO
Punto Primero. - ¡Pobres almas! ¡Están padeciendo tormentos y
penas inexplicables: no pueden merecer, ni esperar alivio sino de
los vivos; y éstos, nosotros, ingratos, no cuidamos de ellas! Tienen
ellas en el mundo tantos hermanos, parientes y amigos, y no
hallan, como José, un Rubén piadoso que las saque de aquella
profunda cisterna. Sus tinieblas son más dolorosas que la ce-
guedad de Tobías, y no encuentran un Rafael que les dé la vista
deseada, para contemplar el rostro hermosísimo de Dios. Se
abrasan en más ardiente sed que el criado de Abraham, y no hallan
una solícita Rebeca que se la alivie. Son infinitamente más
desgraciadas que el caminante de Jericó y el paralítico del
Evangelio. Pero no encuentran un samaritano u otra persona com-
pasiva que las consuele.
¡Pobres almas! ¡Qué gran tormento es para ustedes este olvido de
los mortales! ¡Podrían tan fácilmente aliviarlas y libertarlas del
Purgatorio; bastaría una misa, una Comunión y un Vía Crucis, una
indulgencia que aplicasen; y nadie se preocupa de ofrecerlas por
ustedes!.
¿Y quiénes son esos ingratos? ¡Son sus mismos parientes y
amigos, sus mismos hijos!. Ellos se alimentan y recrean con los
bienes o posibilidades que ustedes les dejaron, y ahora, como
desconocidos, no se acuerdan ya de ustedes.
¡Pobres almas! Con mucha más razón que David pueden ustedes
decir: si alguien que no hubiese nunca recibido ningún favor de mi
parte, si un enemigo me tratara así por doloroso que me fuera,
podría soportarlo con paciencia: ¡pero tú, hijo mío, hermano,
pariente, amigo, que me debes tantos beneficios; tú, hijo mío, por
quien pasé tantos dolores y noches tan malas; tú, esposo; tú, es-
posa mía, que tantas pruebas recibiste de mi amor, siendo objeto
de mis desvelos y blanco de mis incesantes favores: que tú me
34. trates así; que, descuidando los sufragios que tanto te encargué
me dejes en este fuego, sin querer socorrerme! ¡Ésta sí que es una
ingratitud y crueldad superior a todo lo que podemos pensar!
Segundo
¡Pobres almas! Pero más pobres e infelices seremos nosotros, si
no las socorremos. Acuérdate, nos gritan los difuntos a nosotros,
de cómo he sido yo juzgado: porque así mismo lo serás tú: A mí
ayer; a ti hoy. Tú también serás del número de los difuntos, y tal
vez muy pronto. Y por rico y poderoso que seas, ¿qué sacarás de
este mundo? Lo que nosotros sacamos, y nada más: las obras. Si
son buenas, ¡qué consuelo! Si son malas, ¡qué desesperación!
Como tú hayas hecho con nosotros, harán contigo.
¿Lo oyes? Si ahora eres duro e insensible con las benditas Almas
del Purgatorio, duros e insensibles serán contigo los mortales,
cuando tú hayas dejado de existir. Y no es éste el parecer de un
sabio; es el oráculo de la Sabiduría infinita, que nos dice en San
Mateo: Con la misma medida con que midiereis, seréis
medidos. Sí; del mismo modo que nos hubiésemos portado con
las almas de nuestros prójimos, se portarán los mortales también
con nosotros. ¡Ay de aquel que no hubiese practicado
misericordia, porque le espera, dice el apóstol Santiago, un
juicio sin misericordia. ¿Y no tiemblas tú, insensible para con los
difuntos? Si lleno de indignación, el Juez supremo arroja al infierno
al que niega la limosna a un pobre, que tal vez era enemigo de
Dios por el pecado, ¿con cuánta justicia y rigor condenará al que
niegue a sus amadísimas esposas los sufragios de los bienes que
les pertenecían?
Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu
mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la
gracia que deseas conseguir en esta novena.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
35. Meditación Día Octavo
CÓMO RECOMPENSARÁ EL SEÑOR A LOS DEVOTOS DE LAS BENDITAS
ÁNIMAS
Punto Primero.-Supongamos que, movidos por estas
meditaciones, hacemos una sincera y completa confesión, y ganan-
do la indulgencia plenaria de este santo novenario, sacamos un
alma del Purgatorio.
¡Qué grande será nuestra dicha! Si perseveramos, ¡qué gran
retribución recibiremos en el cielo! Si los reyes de la tierra, siendo
miserables mortales, recompensan con tanta generosidad al que
libra a uno de sus súbditos de un gran peligro, o expone su vida
sirviendo generosamente a los apestados, ¿cómo será el premio
que dará el Señor al que libre a una o más almas de las llamas del
Purgatorio?.
Hagamos esta comparación: Padres y madres, si un hijo de
ustedes cayese en un río o en un fuego, y alguien lo rescatara y se
los devolviese vivo, ¿cómo lo agradecerían? Si ustedes fueran
ricos y potentados, y esa persona fuera pobre, ¿cómo lo
premiarían?.
Ahora bien: ¿qué comparación puede haber entre el cariño del
padre más amoroso con el amor que Dios profesa a aquellas
almas, que son sus hijas amadas? ¿Qué son todos los peligros y
males de este mundo, comparados con las penas del Purgatorio?
¿Y qué comparación puede haber entre el poder y la generosidad
de un miserable mortal y el poder y la generosidad infinitos de Dios,
que promete un inmenso premio de gloria por la visita hecha a un
preso, a un enfermo, o por un vaso de agua dado a un pobre por su
amor?.
¡Cristianos! No dudemos decir que se ve como asegurada nuestra
salvación, si logramos sacar una sola alma del Purgatorio.
Sabiendo esto, ¿no haremos lo posible para lograrlo?
36. Segundo
No pensemos que estas sean sólo unas reflexiones piadosas; es
una promesa formal de Jesucristo, Verdad Eterna, que no puede
faltar a su palabra. ¿No nos dice en el sagrado Evangelio:
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia? Fundado en estas palabras infalibles, dice San
Gregorio: "Yo no sé que se haya condenado ninguno que haya
usado de misericordia con el prójimo”.
Dios quiere mucho a las almas; todo cuanto se hace por ellas, lo
mira, agradece y premia como si a El mismo se le hiciera; En
verdad os digo que todo cuanto habéis hecho con uno de esos
pequeños hermanos míos, lo habéis hecho conmigo. Qué
dichosos somos los cristianos; si socorremos a las pobres Ánimas
del Purgatorio, un día nos dirá nuestro generosísimo Juez: “venid,
benditos de mi Padre. Aquellas pobres almas tenían hambre, y
vosotros comulgando las habéis alimentado con el pan de vida de
mi sacratísimo Cuerpo; morían de sed, y asistiendo o haciendo
celebrar misas, les habéis dado a beber mi Sangre preciosísima;
estaban desnudas, y con vuestras oraciones y sufragios las habéis
vestido con una estola de inmortalidad; gemían en la más triste
prisión, y con vuestros méritos e indulgencias las habéis sacado de
ella”.
"Y no es precisamente a las Ánimas a quienes habéis hecho estos
favores; a Mí me los habéis hecho: Conmigo lo hicisteis: pues
todo cuanto hicisteis por ellas, Yo lo miro por tan propio como si lo
hubieseis hecho por Mí mismo. Por tanto, venid, benditos de mi
Padre, a recibir la corona de gloria que os está preparada en el
cielo”.
¿No quisiéramos, cristianos, lograr semejante dicha? Está en
nuestras manos.
Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu
mayor obligación, y pide, por la intercesión de María Santísima, la
gracia que deseas conseguir en esta novena.
38. Meditación Día Noveno
AGRADECIMIENTO DE LAS BENDITAS ÁNIMAS PARA CON SUS DEVOTOS
Primero
Llegamos hoy al día feliz; hoy, con las Comuniones y sufragios que
los fieles han ofrecido al Señor, no sólo en ésta, sino en tantas
otras iglesias, muchas de aquellas almas, ayer tan afligidas y
desgraciadas, han pasado a ser dichosos habitantes y príncipes
felices de la Corte celestial. Ya ven cara a cara la Hermosura y
Majestad infinita; ya poseen a Dios, que contiene en sí cuanto hay
de amable, de grande, delicioso y perfecto. Su entendimiento ya no
puede experimentar ni más alegría, ni más suavidad, ni más dicha.
Si pudiésemos entrar hoy en aquella dichosa patria y contemplar el
paso de aquellos Bienaventurados! ¡Qué alegría, qué abrazos se
dan tan afectuosos! ¡Qué cánticos entonan en acción de gracias al
Dios de las misericordias y a los generosos cristianos que las han
sacado del Purgatorio! ¡Cómo dan por bien empleadas las penas
que en este mundo padecieron!.
¡Con qué alegría está diciendo cada una de ellas: Dichosas
confesiones y comuniones; dichosas las misas que oía, las
limosnas, oraciones, penitencias y obras buenas que yo practicaba;
dichosas las burlas y escarnios que yo sufría por ser practicante! !Y
con qué generosidad pagas, Señor, hasta los sacrificios más
pequeños e insignificantes que hice por tu amor!.
¿No quisiéramos nosotros tener nosotros la misma suerte?.
Entonces luchemos contra las pasiones; que sin luchar no se
alcanza la victoria; sin pena, no hay felicidad.
Segundo
!Y qué dicha, cristiano, la tuya, si has logrado librar del Purgatorio a
alguna de aquellas almas! El cielo debe a tus sufragios el nuevo
39. regocijo y la nueva gloria accidental que ahora experimenta. Y
aquellas almas dichosas te deben la libertad, y con ella la posesión
de una felicidad infinita. ¿Cómo no suplicarán fervorosamente a
Dios por ti? ¿Cómo no van a socorrerte en cualquier necesidad que
te encuentres? ¿Qué empeño pondrán en conseguirte las gracias
necesarias para vencer las tentaciones, adquirir las virtudes y
triunfar de los vicios?.
Y si alguna vez te vieres en peligro de pecar y de caer en el in-
fierno, ¡con cuánto celo esas almas dirán al Señor: ¿Vas a permitir,
oh Dios, que se pierda eternamente un cristiano que me ha librado
a mí de tan horribles penas? ¿No prometiste que alcanzarían
misericordia los que la tuvieran con el prójimo? ¿Consentirías
ahora que cayese en el infierno aquel que con sufragios me abrió
las puertas del cielo?.
¡Dichoso cristiano, cuántos envidian tu dicha! Persevera, y tienes
segura la palma de la gloria.
Medita un poco lo dicho; encomienda a Dios las Animas de tu
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https://itunes.apple.com/us/book/novena-san-rafael-arcangel/id918236813?
l=es&ls=1&mt=11
Oración de Liberación con el Arcángel Miguel
https://itunes.apple.com/us/book/arcangel-miguel/id908019806?
l=es&ls=1&mt=11
Rosario de las santas llagas de jesus
https://itunes.apple.com/mx/book/rosario-las-santas-llagas/id925939359?
mt=11
Trisagio Bíblico
https://itunes.apple.com/mx/book/trisagio-biblico/id925903854?mt=1
44. Google Play Store
Google Play pone a tu disposición millones de libros, como nuevos
lanzamientos, los últimos éxitos de ventas, libros de texto y clásicos
gratuitos. Puedes modificar el tamaño de la letra y personalizar al máximo tu
experiencia de lectura. Puedes leer en línea o sin conexión y retomar la
lectura donde la dejaste en tu teléfono, tablet o computadora. ¡Empieza a
leer ahora mismo!.
Disfruta de una experiencia de lectura fantástica:
• Lee sin conexión.
• Agrega páginas a marcadores, resalta texto y agrega notas.
• Cambia de página 3D con elegancia.
• Los marcadores, las notas y las posiciones de lectura se sincronizan en
tus teléfonos, tablets y computadoras.
• Haz búsquedas en los libros, utiliza el diccionario, busca información
geográfica y descubre resultados web y de Wikipedia en la misma página.
• Selecciona el tipo y el tamaño de la letra, así como el diseño en los libros
disponibles en modo de secuencia de lectura.
• Selecciona entre los modos de lectura diurno, nocturno o sepia.
• Escucha los libros con la función de texto a voz, si el editor la habilitó.
• Carga archivos PDF o EPUB a tu biblioteca.
Para esto tendrás que tener en tu dispositivo móvil la aplicación Google Play
Books, si no la tienes la podrás
descargar la aplicación en el siguiente enlace:
https://play.google.com/store/apps/details?
id=com.google.android.apps.books&hl=es_419
46. NORMATIVIDAD PEMEX
ANEXO SSPA
https://play.google.com/store/books/details?id=P5QvBwAAQBAJ
Reglamento de la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las
Mismas
https://play.google.com/store/books/details?id=iihZBwAAQBAJ
Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con los Mismo
https://play.google.com/store/books/details?id=vyFZBwAAQBAJ
Ley de Petróleos Mexicanos
https://play.google.com/store/books/details?id=wkfIBwAAQBAJ
Reglamento de Seguridad e Higiene de PeMex y OS
https://play.google.com/store/books/details?id=vXQvBwAAQBAJ
Reglamento de la Ley de Petróleos Mexicanos
https://play.google.com/store/books/details?id=c5kvBwAAQBAJ
47. ORACIONES
Rosarios y Novenas
Misericordia Divina de Jesús
https://play.google.com/store/books/details?id=V1EWBwAAQBAJ
Rosario a la Sagrada Cabeza de Jesús
https://play.google.com/store/books/details?id=1uPdBwAAQBAJ
Rosario y Oraciones al Espíritu Santo
https://play.google.com/store/books/details?id=IqMvBwAAQBAJ
Novena de la Prosperidad
https://play.google.com/store/books/details?id=lVrHBwAAQBAJ
Rosario a las Santas Llagas de Jesus
https://play.google.com/store/books/details?id=Q3rfBwAAQBAJ
Novena de San Rafael Arcángel
https://play.google.com/store/books/details?id=uWUaBwAAQBAJ
El Santo Rosario
https://play.google.com/store/books/details?id=rErgBwAAQBAJ
Novena y Trisagio Bíblico
https://play.google.com/store/books/details?id=w8zHBwAAQBAJ
Rosario al Padre
https://play.google.com/store/books/details?id=X9zHBwAAQBAJ
Exorcismo de San Miguel Arcángel
https://play.google.com/store/books/details?id=i2PHBwAAQBAJ
Novena de la Bendición
https://play.google.com/store/books/details?id=zIXHBwAAQBAJ
Rosario y Novena al Divino Niño Jesús
https://play.google.com/store/books/details?id=52gaBwAAQBAJ