El documento describe el paso de un modelo de gestión educativa centralizado y formalista a uno más descentralizado, participativo e interactivo en América Latina. El nuevo modelo se basa en principios como la gestión centrada en los beneficiarios, una estructura participativa y la mejora continua. La gestión escolar implica acciones coordinadas para lograr los objetivos pedagógicos e involucrar a la comunidad educativa.