El documento describe la estrategia de marketing política utilizada en la exitosa campaña presidencial de Barack Obama en 2008. Obama aprovechó el poder de las redes sociales para comunicarse directamente con los votantes a bajo costo y humanizar su imagen. Cambió el enfoque del mensaje para enfatizar cómo la elección beneficiaría a los votantes, no a él. Esto, junto con el optimismo sobre la economía, contribuyó a aumentar su popularidad por encima de su oponente republicano en las encuestas recientes.