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DIRECTOR:
Dr. Juan José Tabar Barrios
Centro Policlínico Veterinario “Raspeig“
San Vicente. Alicante
REDACTOR JEFE:
Elena Malmierca
DIRECTORES DE LA MONOGRAFIA:
Dr. Miquel Vilafranca Compte
Dr. Jaume Altimira Palau
HISTOVET.
Montserrat, 9
08192 St. Quirze del Vallès (Barcelona)
PRODUCCION EDITORIAL:
Fernando Latorre Margolles
TRATAMIENTO DE IMAGEN:
Isabel Velasco Granados
INFOGRAFIA:
Enrique Leiva Hidalgo
MAQUETACION:
Beatriz García Martín
Isabel Velasco Granados
COORDINACION EDITORIAL:
MIGUEL ANGEL GARCIA FERNANDEZ
CANIS ET FELIS N.° 32
ONCOLOGIA CUTANEA
PROGRAMA 1998
N.o
31 (Febrero)
NUTRICION CLINICA O
PALIATIVA CANINA Y FELINA
Dr. Jaume Camps
N.o
32 (Abril)
ONCOLOGIA CUTANEA
Drs. Jaume Altimira y
Miquel Vilafranca
N.o
33 (Junio)
OFTALMOLOGIA
Dr. Manuel Villagrasa
N.o
34 (Agosto)
DERMATOLOGIA:
ALOPECIAS CANINAS
Dra. M .a Teresa Verde
N.o
35 (Octubre)
PATOLOGIA Y CIRUGIA
DE LA RODILLA
Dr. Juan J. Martínez Galdames
N.o
36 (Diciembre)
COMPLICACIONES EN
OSTEOSINTESIS
Dr. Juan P. Zaera Polo
Publicación bimestral. Reservados todos los derechos de edición.
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grabación u otro sistema de reproducción, sin autorización expresa del editor.
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i
CANIS ET FELIS N.° 32
SINDROMES PARANEOPLASICOS CUTANEOS Y NEOPLASIAS
CUTANEAS SECUNDARIAS: MARCADORES DE CANCER
CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS
EN EL PERRO Y EL GATO
EDITORIAL
ÍNDICE DE COLABORADORES
STAFF
ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ESTUDIO RETROSPECTIVO DE TUMORES CUTANEOS
EN EL PERRO Y EL GATO (1997)
ndice
ONCOLOGIA CUTANEA
CANIS ET FELIS N.° 32
N el día a día de la consulta veterinaria, donde se exigen soluciones a todos los
problemas que se plantean, hablar de cáncer es hablar de diagnóstico, pronósti-
co y tratamiento. Y así se refleja en la mayoría de publicaciones sobre neoplasias
en animales domésticos, donde estos tres pilares básicos de la oncología se tra-
tan ampliamente. En cambio, para el patólogo que está al otro lado de la barrera
sin enfrentarse al cliente el problema del cáncer ya no se plantea de forma tan rigurosa. El
hecho de tratar con tejidos y no con mascotas acabe por inducir probablemente una visión
del cáncer diferente a la que pueda tener un veterinario clínico. De hecho, las preguntas
que muchas veces nos formulamos los patólogos sobre el cáncer tienen un enfoque distinto
al que se ofrece en las publicaciones sobre oncología clínica.
Estamos convencidos, sin embargo, que a pesar de esta discrepancia profesional, tanto la
práctica de la medicina clínica como la patología se exigen entre ambas una estrecha cola-
boración; extirpar un nódulo sin saber que se extirpa tiene el mismo sinsabor que diagnosti-
car una neoplasia sin conocer el cuadro clínico y su evolución. Desde esta perspectiva,
nuestra intención a la hora de elegir los temas de este monográfico sobre el cáncer cutáneo
ha sido la de ofrecer una serie de aspectos ligados a la patología tumoral, pero que espe-
ramos resulten de interés para el veterinario que afronta directamente el problema.
Los temas elegidos hacen referencia a aspectos prácticos y teóricos sobre las neoplasias
cutáneas en perros y gatos. En primer lugar, se ofrece una descripción sobre ejemplos prác-
ticos para interpretar citologías, una técnica diagnóstica muy práctica y sencilla cuyos pro-
blemas empiezan a la hora de interpretarla. En segundo lugar, se expone de forma muy
breve el principio de la carcinogénesis, con el fin de mostrar una explicación al motivo por
el cual aparece y cómo se desarrolla un cáncer cutáneo. Como sucede en todos los cam-
pos de la medicina, la oncología también es un área viva que se nutre continuamente de
información y nuevos datos, algunos de los cuales recogemos a modo de noticias breves en
el tercer capítulo. Aunque sin tratarse de tumores cutáneos, hacemos una revisión sobre
todos los síntomas que se manifiestan en la piel como consecuencia de neoplasias internas
(síndromes paraneoplásicos), un aspecto de la dermatología veterinaria del cual todavía no
se obtiene el partido del que disfruta en el caso de la dermatología humana para diagnosti-
car precozmente el cáncer. Finalmente, hemos creído interesante ofrecer información esta-
dística actual sobre la incidencia de las neoplasias cutáneas en España, información que
creemos puede contribuir a ampliar el grado de conocimiento sobre la epidemiología, inci-
dencia e incluso, en algunos casos, sobre la etiopatogenia de los tumores de piel en nues-
tros animales de compañía.
ONCOLOGIA CUTANEA
Dr. Miquel Vilafranca Compte
Dr. Jaume Altimira Palau
Histovet. Barcelona
i
ditorial
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
L estudio citológico de aspirados o improntas de lesiones nodulares cutáneas supo-
ne un método rápido, práctico y económico de investigar la naturaleza de estas
lesiones. Este estudio va a aportar siempre información valiosa y en muchos casos
nos permitirá establecer un diagnóstico definitivo o, cuando menos, suficiente
como para conducirnos a la toma de decisiones para realizar estudios comple-
mentarios (cultivos, toma de biopsias) o procedimientos terapéuticos (quimioterapia, antibiote-
rapia, cirugía limitada o radical).
DRS. JAUME ALTIMIRA y MIQUEL VILAFRANCA
Servicio de Diagnóstico Histopatológico Veterinario, Histovet
Montserrat, 9. 08192 Sant Quirze del Vallès (Barcelona)
INTRODUCCION
pesar de que son
evidentes las venta-
jas del uso de este
método diagnósti-
co, debemos ser
prudentes a la
hora de interpretar
y establecer diag-
nósticos definitivos basándonos única-
mente en los criterios citológicos. A
menudo se espera demasiado de la
información que puede proporcionar-
nos un examen citológico. En este artí-
culo se pretende hacer una revisión crí-
tica al uso e interpretación de la cito-
logía aplicada al estudio de masas
cutáneas en el perro y el gato. A con-
tinuación mencionamos algunas de las
características intrínsecas al estudio
citológico y que pueden resultar como
limitantes en su aplicación y fiabilidad.
Examen parcial
En una aspiración mediante aguja
fina o en una impronta, la zona estu-
diada es extremadamente limitada y,
por lo tanto, puede no ser representa-
tiva del proceso primario que ha lle-
vado a la aparición de la masa. Es
frecuente que en procesos neoplási-
cos se produzcan áreas de necrosis
por su rápido crecimiento y falta de
vascularización, o que el crecimiento
tumoral induzca inflamación u otras
alteraciones tisulares en el tejido que
invade (ver más adelante). A menu-
do, estas alteraciones secundarias de
los tejidos suponen una gran propor-
ción de la masa y puede ser el único
material presente en nuestra extensión o encontrarse
mezclado con las células tumorales.
Con el fin de evitar este problema cuando se utiliza
la técnica de aspiración con aguja fina, es recomen-
dable evitar la aspiración del centro de la masa
(donde generalmente se produce la necrosis) y de las
zonas más marginales (áreas que a menudo se encuen-
tran inflamadas). Además, y con el fin de conseguir
una mejor colección celular y aumentar la probabili-
dad de aspirar células tumorales, será conveniente reo-
rientar varias veces la aguja dentro de la masa reali-
zando sucesivas aspiraciones.
Criterios de malignidad/Displasia celular
El estudio del grado de malignidad de la población
celular no inflamatoria que predomina en la prepara-
ción citológica se realiza mediante la identificación de
alteraciones celulares y nucleares que se producen en
células que han sufrido una transformación maligna
(ver más adelante). En general, se considera que la
presencia de tres de los criterios nucleares de maligni-
dad en una población celular es indicativa de neopla-
sia maligna, aunque son frecuentes las situaciones que
pueden llevar a establecer falsos diagnósticos de
malignidad por la aplicación de esta norma. Por ejem-
plo, la presencia de inflamación u otra irritación en un
tejido induce alteraciones reversibles en la morfología
normal de la población celular de éste (displasia celu-
lar); estos cambios morfológicos en muchas ocasiones
coinciden con algunos de los criterios de malignidad,
pudiendo llevar al establecimiento de un falso diag-
nóstico, especialmente en procesos inflamatorios cróni-
cos. Se aconseja tener en cuenta este fenómeno cuan-
do la población celular sospechosa vaya acompaña-
da de un número significativo de células inflamatorias.
Metaplasia y Tejido de Granulación
Se trata de proliferaciones tisulares no neoplásicas que
con frecuencia acompañan procesos neoplásicos e infla-
matorios, y que pueden llevarnos a falsos diagnósticos.
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
organización tisular original (indicativo de benignidad)
o si por lo contrario han perdido esta capacidad (indi-
cando malignidad).
También la presencia de linfangiosis carcinomatosa
(invasión de vasos linfáticos) es un indicador importante
del potencial metastático de la neoplasia y que no
puede ser evaluado mediante estudio citológico (fig. 2).
Metaplasia consiste en la transfor-
mación de un tipo celular maduro,
bien diferenciado, a otro tipo celular
también maduro. Es una situación
reversible y que a menudo se asocia
a estímulos externos, algunos conoci-
dos: metaplasia escamosa en células
glandulares (glándulas ceruminosas
en otitis crónicas), metaplasia ósea o
cartilaginosa a partir de mioepitelio
glandular (mamario, glándulas apo-
crinas en general).
Tejido de Granulación: Consiste en
fibroblastos activos y vasos sanguí-
neos de nueva formación que constitu-
yen el tejido cicatricial, frecuente tanto
en procesos inflamatorios como neo-
plásicos. La inmadurez y actividad
nuclear de estas células fibroblásticas
pueden ser similares a las de procesos
neoplásicos mesenquimatosos.
Otros criterios de malignidad
Es obvio que algunos de los criterios
más importantes de malignidad en un
proceso neoplásico no pueden ser
evaluados mediante estudio citológi-
co y requieren un examen histológico
de la masa. Uno de los más impor-
tantes es la presencia de comporta -
miento infiltrativo de las células tumo-
rales, que resulta esencial en el diag-
nóstico de algunos tipos tumorales
(p.ej., carcinoma de células escamo-
sas) y va a ser indicativo de la capa-
cidad de recidivar localmente (p.ej.,
mastocitoma) (fig. 1).
Tampoco va a ser posible determi-
nar mediante citología si las células
tumorales conservan la capacidad de
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 1.— Comportamiento altamente infiltrativo en un masto-
citoma canino citológicamente bien diferenciado.
Fig. 2.— Linfangiosis carcinomatosa. Migración de células
neoplásicas epiteliales malignas a través de un
vaso linfático de la dermis.
mejora la definición celular y permite conservar la
muestra durante largo tiempo.
ESTUDIO MICROSCOPICO DE LA CITOLOGIA
Una vez se ha conseguido una tinción óptima, pro-
cedemos a su examen. En muestras de grosor elevado,
puede que tan sólo los márgenes sean adecuados
para el examen. A menudo esto es suficiente y preferi-
ble a una tinción excesiva, en la que se pierde defini-
ción celular y las células se encuentran amontonadas.
El examen debe ser:
Completo
Todas las extensiones preparadas deben ser exami-
nadas y en su totalidad (no centrarnos en un hallazgo
puntual en una de las muestras).
Sistemático
Debemos empezar siempre examinando la prepa-
ración a pocos aumentos (2-4x) para evaluar su celu-
laridad y localizar las zonas mejor extendidas y teñi-
das. A estos aumentos nos será posible determinar
Datos clínicos
La edad del animal, la localiza-
ción de la masa, sus características
macroscópicas y su comportamiento
biológico van a ser criterios impor-
tantes a tener en cuenta para emitir
un diagnóstico final del proceso. En
el caso de existir incongruencias
entre la información proporcionada
por estos datos y las características
citológicas observadas es siempre
recomendable repetir la toma de
muestras o proceder a realizar un
estudio histológico mediante biop-
sia antes de establecer un diagnós-
tico definitivo.
PREPARACION DE LA
MUESTRA
La aspiración con aguja fina es una
técnica válida en la gran mayoría de
situaciones. Las agujas de 20-22 g y
jeringas de 10 cc son adecuadas
para la obtención de material de una
masa cutánea. Una vez aspirado el
material se deposita sobre un porta-
objetos y se extiende con el canto de
otro en un ángulo de 45° C (fig. 3).
Se deja secar al aire y para su tinción
rutinaria se recomienda el uso de
colorantes tipo Romanowsky como el
Diff-Quick®. Un minuto en el primer
líquido (metanol) es suficiente para su
fijación. El fabricante especifica el
tiempo óptimo para los colorantes
eosinófilo y basófilo, pero se sitúa en
general entre 30 segundos y 3 minu-
tos. Es recomendable cubrir el espé-
cimen mediante un cubreobjetos y uti-
lizando cola del tipo Eukitt®, ya que
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 3.— Técnica de preparación de un frotis.
también otras características que
pueden ser útiles posteriormente (tin-
ción de fondo, material mucoide,
material extraño, elementos infeccio-
sos, agregados celulares/células
sueltas). A 10-20x, es posible exa-
minar la composición celular de la
extensión (inflamación, neoplasia, o
combinación de ambos), así como el
tipo celular predominante. A mayo-
res aumentos (40-100x), examinare-
mos las características celulares de
la población sospechosa de neopla-
sia, centrándonos en la morfología
citoplasmática y nuclear con el fin de
aplicar los criterios nucleares y celu-
lares de malignidad. Raramente es
necesario utilizar el aceite de inmer-
sión; tan sólo ocasionalmente para
la detección de cuerpos de inclusión
o microorgnismos.
Ordenado
Debemos aplicar en cada caso el
protocolo adecuado, metodológicamente, según la
localización de la masa o del líquido extraído. El
uso de un atlas de citología es esencial para pro-
gresar en la interpretación citológica1,2.
OBJETIVOS DEL EXAMEN CITOLOGICO
La primera pregunta a responder es: “¿se trata de infla-
mación o neoplasia?” Aunque parezca una pregunta
básica, a menudo resulta de difícil resolución, ya que
ambos fenómenos se encuentran presentes o por la pre-
sencia de cambios displásicos o metaplásicos en lesio-
nes inflamatorias. Una vez identificada la presencia de
una población celular no-inflamatoria, los principales
objetivos son identificar el tipo celular predominante y
estudiar el grado de malignidad de estas células
mediante la identificación de criterios de malignidad.
Tipo celular
Se aplican criterios de morfología celular para deter-
minar el origen tisular del proceso neoplásico. Se
habla, en general, de tumores de células epiteliales,
de células fusiformes y de células redondas o de tipos
tumorales específicos (tabla I).
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
TABLA I
EPITELIALES FUSIFORMES REDONDAS
Celularidad alta media-baja alta
Morfología redonda/poliédrica fusiforme/estrellada redonda
Tamaño celular medio-grande medio-pequeño medio-pequeño
Disposición agrupadas sueltas/agrupadas sueltas
Asi veremos las siguientes imágenes:
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 4.— Tumor de células epiteliales.
Predominan las células polié-
dricas discretamente pleomór-
ficas, con citoplasma abun-
dante y núcleo redondo u
ovoide (adenoma de glándulas
hepatoides).
Fig. 5.— Tumor de células fusiformes
(mesenquimatosas). Predomi-
nan las células alargadas con
evidentes “colas” citoplasmáti-
cas (“fusiformes”) y una de
ellas muestra morfología estre-
llada (hemangiopericitoma).
Fig. 6.— Tumor de células redondas. Las
células se encuentran sueltas y
presentan núcleo y citoplasma de
morfología redonda (Tumor vené-
reo transmisible). En esta imagen
puede también observarse gran
cantidad de eritrocitos y dos linfo-
citos –células de núcleo densa-
mente pigmentado–.
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 7.— Tumor de células redondas.
Células redondas sueltas, con
núcleo picnótico, muy escaso
citoplasma y marcado pleomor-
fismo celular (Linfoma).
Fig. 8.— Tumor de células redondas.
Células redondas de gran tama-
ño, abundante citoplasma y
granulación azurófila variable
del citoplasma (Mastocitoma).
Fig. 9.— Tumor de células redondas.
Células redondas monomórfi-
cas de tamaño medio, abun-
dante citoplasma claro y cro-
matina laxa (Histiocitoma).
Como excepción a las caracte-
rísticas de los tumores de célu-
las redondas, es característico
de los histiocitomas observar
algunos grupos celulares.
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 10.— Carcinoma Indiferenciado
Fig. 11.— Carcinoma Indiferenciado
Grado de malignidad
La presencia de un mínimo de 3 de
las siguientes alteraciones nucleares
es altamente indicativa de malignidad
(estos criterios son también aplicables
a tumores no-cutáneos)
Macrocariosis
Incremento en el tamaño nuclear (>
10 µm; como referencia, un eritrocito
mide aproximadamente 5 µm). En fig.
10, comparar el tamaño nuclear con el
de un linfocito en contacto con su cito-
plasma.
Incremento en el índice N:C
(Núcleo: Citoplasma)
Normalmente es de 1:3 a 1:8
según el tipo celular). Si se sitúa sobre
1:2 es sugestivo de malignidad (ver
fig. 11).
Anisocariosis
Variación en el tamaño nuclear.
Especialmente si se observa en célu-
las multinucleadas (figs. 11, 12
y 13).
Lobulación núclear
Presencia de núcleos deformados en
una misma célula o en células adya-
centes (fig. 11).
Granulación de
cromatina nuclear
Presencia de cromatina con aspecto
rugoso (figs. 12 y 13). Fig. 12.— Fibrosarcoma.
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Multinucleación
Presencia de múltiples núcleos en
una misma célula. Especialmente si se
observa variación en el tamaño de
dichos núcleos (figs. 12 y 14).
Mitosis
En un tejido no neoplásico las mito-
sis son infrecuentes. La presencia de
numerosas mitosis, especialmente si
presentan forma de “estrella”, es indi-
cativa de malignidad (fig. 13).
Anisonucleolosis
Variación en la forma y tamaño de
los nucléolos (también presente en
(figs. 11, 13 y 14).
Macronucleolosis
Nucléolos de gran tamaño. En gene-
ral, un tamaño superior a 5 µm es
indicativo de malignidad. Comparar
los nucléolos de la célula multinuclea-
da en la fig. 14 con los neutrófilos
presentes al lado de la misma (tam-
bién se observa macronucleolosis en
las figs. 10 y 11).
También algunos cambios en la mor -
fología celular general pueden ser
indicativos de malignidad:
Anisocitosis
Variación en el tamaño celular (pre-
sente en las figs. 11, 12 y 13).
Fig. 13.— Linfoma.
Fig. 14.— Carcinoma indiferenciado.
Fig. 15.— Linfoma.
CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 16.—Fibrosarcoma
1. COWELL, R.L. y TYLER, R.D.: «Diagnostic cytology of the dog
and cat». American Veterinary Publications, Inc., 1989.
2. PERMAN, V.; ALSAKER, R.D. y RIIS, R.C.: «Cytology of the dog and
cat». AAHA, 1979.
BIBLIOGRAFIA
Macrocitosis
Presencia de células de gran tama-
ño (figs. 10, 11 y 14).
Hipercelularidad
Incremento en la exfoliación debido
a la alta densidad celular en el tejido
afectado (fig. 15).
Pleomorfismo
Variación en la morfología celular
(presente en figs. 11, 12 y 16).
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
N el día a día de la clínica veterinaria, el cáncer representa un problema diag-
nóstico, pronóstico y terapéutico. Ya sea porque no resulta relevante desde el
punto de vista clínico, o porque todavía se ve al cáncer como un problema sin solu-
ción, es raro que nos preocupe el origen y la forma como se ha desarrollado la
enfermedad. Ahora bien, podría parecer poco ortodoxo desconocer el mecanis-
mo por el cual se ha producido la neoplasia que se está diagnósticando o tratando, en unos
tiempos en que la ciencia médica se ha popularizado hasta el extremo de divulgar sus cono-
cimientos incluso entre los que no tienen su dedicación profesional en la medicina. Conocer
el mecanismo de la carcinogénesis no sólo puede resultar enriquecedor para el que debe
afrontar el reto de tratar con tumores, sino que también puede ayudar a comprender la res-
puesta y el efecto que produce el tratamiento. En este artículo se revisa de forma muy breve
la etiopatogenia del cáncer, con especial atención a los tumores cutáneos.
DRS. MIQUEL VILAFRANCA y JAUME ALTIMIRA
Servicio de Diagnóstico Histopatológico Veterinario, Histovet
Montserrat, 9. 080192 Sant Quirze del Vallés (Barcelona)
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
INTRODUCCION
A incomprensión
que genera el cán-
cer se refleja en el
ánimo del propieta-
rio de un animal de
compañía cuando
se le comunica que
su perro o su gato
sufren un tumor maligno. La noticia
suscita cuestiones difíciles, a veces,
de responder explícitamente: "¿existe
tratamiento?", "¿qué pronóstico
tiene?" Ahora bien, si la pregunta
fuera "¿por qué y cómo se ha desa-
rrollado la enfermedad?", quizás no
sólo resultaría difícil de comprender
para el lego, sino incluso de explicar
para el propio veterinario con cono-
cimientos biomédicos.
Tratar de asimilar parte de la infor-
mación que se publica acerca de la
etiopatogenia del cáncer (carcinóge-
nos, oncovirus, oncogenes, trastornos
genéticos, nuevos tumores, etc.)
puede acabar por transmitir una ima-
gen abstracta de la enfermedad; en
lugar de simplificar, el sinnúmero de
publicaciones que aparecen diaria-
mente poco ayuda a reflexionar
sobre el cáncer en sentido genérico.
Ahora bien, ¿es realmente el cáncer
un concepto tan heterogéneo y diver-
sificado, una malgama de neoplasias
sin relación? O, ¿existe por el contra-
rio un vínculo común en la forma de
desarrollarse de todas las enfermeda-
des que se engloban bajo este con-
cepto?
La búsqueda de este vínculo que
permita comprender la patogenia de
la enfermedad y establecer un tratamiento común para
todos los tipos de neoplasia ha sido desde siempre un
objetivo primordial de la oncología. A partir de los
años noventa, y gracias a estudios realizados en la
biología molecular y genética del cáncer, se ha llega-
do a definir un patomecanismo para entender la etio-
patogenia del cáncer, el cual es compartido de la
forma más mayoritaria por los diferentes tipos de neo-
plasia (hasta el 60% de todas las neoplasias en el
hombre)8,13. En este "mecanismo universal" juega un
papel fundamental el gen supresor del crecimiento
tumoral p53. Para comprender la importancia de este
gen es esencial conocer primero dos aspectos relacio-
nados: la teoría secuencial de la carcinogénesis y el
concepto de apoptosis.
¿COMO SE PRODUCE LA CARCINOGENESIS?
La teoría sobre el desarrollo del cáncer está funda-
mentada, exceptuando algunas neoplasias induci-
das por Retrovirus, en un modelo secuencial.25 Este
modelo se ha desarrollado a partir de las observa-
ciones registradas en estudios experimentales sobre
el cáncer cutáneo. Por ejemplo, la aplicación de un
hidrocarburo aromático como el DMBA (7,12-dime-
tilbencenoantraceno) en la piel de un ratón resulta
prácticamente inocua. Lo mismo sucede si se aplica
TPA (12-tetradecanoilforbolacetato). Ahora bien, si
después de aplicar DMBA se administra de forma
repetida TPA, se desarrollan papilomas cutáneos
múltiples. Observaciones como ésta han dado pie a
la teoría según la cual para que aparezca el cáncer
debe tener lugar más de una alteración en las célu-
las de un tejido, y esta alteración debe acontecer en
un orden determinado (fig. 1).
En una primera fase de esta secuencia (iniciación), un
carcinógeno ("inductor"; p.e., defecto genético hereda-
do, agentes biológicos, químicos o físicos) provoca una
mutación en un determinado gen. Esta mutación, aunque
es irreversible, sólo representa una lesión molecular en el
genoma sin reflejo fisológico ni expresión morfológica (no
confiere malignidad). La mayoría de estás "células inicia-
ONCOLOGIA CUTANEA
i
das" pasan imperceptibles durante toda
la vida. Unas pocas, sin embargo, sufri-
rán una expansión clonal (fig. 2A).
En esta segunda fase (promo-
ción), una sustancia denominada
"promotor" (p.e., aditivos, alcaloides,
pesticidas, radiación, etc.) induce
durante un período prolongado de
tiempo la expansión clonal de esta
célula mutada (iniciada), alteración
que se manifiesta morfológicamente
en forma de una hiperplasia o una dis-
plasia en el tejido. Esta lesión es pre-
neoplásica (precancerosa), pero toda-
vía carece de malignidad (p.e., las
dermatosis actínicas). No necesaria-
mente evolucionará hacia un cáncer,
e incluso puede involucionar si el estí-
mulo promotor desaparece (fig. 2B).
Finalmente, en una tercera fase deno-
minada progresión, el genoma vuel-
ve a ser agredido al igual que en la
primera fase de iniciación, de manera
que la célula expandida no sólo proli-
fera (sin poder ahora hacer marcha
atrás), sino que adquiere mayor veloci-
dad de crecimiento, capacidad de
invasión y capacidad de producir
metástasis. Esta segunda agresión del
genoma ha transformado el fenotipo de
la célula expandida hacia una forma
maligna. La progresión es un proceso
irreversible (fig. 2C).
Es decir, para que se forme un tumor,
el genoma tiene que ser dañado dos
veces ("multiple hit phenomenon"). La
"supervivencia" de estas mutaciones
genéticas producidas durante la fase
de iniciación es un aspecto fundamen-
tal para entender la génesis del cáncer.
Es importante porque, si se ha produci-
do un daño en el genoma, el organis-
mo podría evitar que esta mutación diese pie a una even-
tual neoplasia. ¿Cómo puede evitarlo? Es en este punto
donde adquiere relevancia el concepto de apoptosis.
APOPTOSIS
Para mantener la vida de un organismo se han desa-
rrollado una serie de mecanismos que permiten elimi-
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 1.— Teoría de la carcinogénesis. Para que las células
normales evolucionen hasta células neoplásicas, el
genoma debe resultar agredido dos veces.
nar aquellas células que ya no son necesarias para el
mantenimiento de las funciones vitales o aquellas que
pueden representar algun peligro. Uno de estos meca-
nismos es la apoptosis33.
La apoptosis es una forma de muerte celular análo-
ga a la necrosis. Ahora bien, la necrosis hace refe-
rencia a una muerte celular patológica; por ejemplo,
aquella que es inducida por una isquemia o algun
daño físico-químico. La necrosis es una forma de
muerte accidental, involuntaria y, por este motivo,
induce una reacción inflamatoria para poderla repa-
rar. Por el contrario, la apoptosis representa una
forma de muerte más sutil. Se ha denominado tam-
bién a la apoptosis como una "muerte celular pro-
gramada" o un "suicidio celular", si bien esta inter-
pretación puede resultar errónea y es mejor separar
el concepto morfológico del escatológico (a veces,
en los organismos vertebrados, la muerte de las célu-
las puede ser aceptable e incluso deseable, pero no
siempre hasta el extremo de estar programada).
Resulta más apropiado interpretar la apoptosis como
una forma de muerte celular "motivada por razones
fisiológicas". Un ejemplo de apoptosis realmente
programada es la autodestrucción de células como
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 2.A.— Piel normal.
Fig. 2.B.— Displasia epidérmica (queratosis actínica). Prolifera-
ción irregular benigna de los queratinocitos.
Fig. 2.C.— Carcinoma de células escamo-
sas. Proliferación maligna e
incontrolada de queratinocitos.
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
los polimorfonucleados neutrófilos
(el neutrófilo tiene un período de
vida limitado, ocurra lo que ocurra).
Sin embargo, en la mayoría de oca-
siones, la apoptosis sólo se activa a
través de una señal externa (no está
programada) como, por ejemplo,
durante la involución del tejido
mamario tras la lactación, o en la
destrucción de aquellas células T
tímicas autorreactivas que han desa-
rrollado actividad frente a antígenos
propios para los cuales no existe
tolerancia inmunológica. Estas célu-
las sólo activarán su muerte (apop-
tosis) si termina la fase de lactación,
o si aparecen autoantígenos hasta
el momento celosamente escondi-
dos ("crípticos"), pero nunca en
ausencia de estos estímulos. Así
pues, la apoptosis es un "suicidio"
premeditado con el fin de reparar,
regularizar y prolongar la vida.
¿COMO INFLUYE LA
APOPTOSIS EN EL
DESARROLLO DEL CANCER?
Una de las situaciones donde la
apoptosis juega un papel más decisi-
vo es cuando una célula sufre, por
cualquier mecanismo (defecto heredi-
tario, sustancia carcinógena, infec-
ción, radiación, etc.), un daño en su
ADN3. El organismo utiliza la apop-
tosis para eliminar estas células inde-
seables ("iniciadas"), ya que, como
hemos visto anteriormente, a través
de estas mutaciones podrían evadir
las medidas de control de su creci-
miento y diferenciación, progresando
hacia un cáncer.
¿Cómo se regula la apoptosis?
En el caso del cáncer, el mecanismo de la apoptosis
viene regulado a nivel genético de forma directa o
indirecta, entre otros mecanismos a través de oncoge-
nes y antioncogenes, que a la vez pueden interactuar
entre sí.
Antes de seguir adelante, es preciso definir ahora el
concepto de oncogen y antioncogen. Los oncogenes
(p.e., verb, ras, myc, src, jun, fos, etc.) son aquellas
secuencias normales del ADN (protooncogen), las cua-
les participan en la transmisión de señales que regulan
el crecimiento celular1. Algunos oncogenes también
pueden formar parte del genoma de un virus (oncoge-
nes víricos). La mayoría de protooncogenes codifican
para desarrollar funciones análogas a las de algunas
hormonas, factores de crecimiento o moléculas de
adhesión. Ahora bien, si se activan de forma aberran-
te (por ejemplo, a través de una mutación), hacen que
la célula pierda el control de su diferenciación porque
imitan el efecto de los factores de crecimiento, o bien
porque inhiben mecanismos reguladores. Es decir, los
oncogenes no aumentan el grado de división celular,
sino la capacidad de proliferar de aquella célula.
En el otro lado de la balanza, los antioncogenes o
genes supresores del crecimiento tumoral (p.e., p53,
RB-1, APC, DCC, NF-1...) limitan el grado de prolife-
ración celular18. Los antioncogenes controlan el exce-
so en la capacidad de crecimiento, regulando la trans-
cripción del ADN, el ciclo celular, la activación de pro-
teínas, etc.
Volviendo a la regulación de la apoptosis en el cán-
cer, en ocasiones, es la ausencia de un oncogen lo
que permite que aquellas células con mutaciones en su
genoma se "suiciden". Este el caso por ejemplo del
oncogen bcl-2, un gen anti-apoptosis que se expresa
de forma muy intensa en linfomas y diversos tipos de
carcinoma32. Si este protooncogen no se activa, las
células "iniciadas" podrán "suicidarse", con lo cual el
organismo habrá resuelto el problema. En la mayoría
de casos, sin embargo, la apoptosis de una célula
mutada se produce gracias a la activación de un gen,
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
y es la ausencia de este gen lo que
puede fomentar el cáncer. Esto suce-
de por ejemplo en el caso de los
genes RP-2, RP-8, TRPM-2, SGP-2,
Fas/APO-1 y p53. De entre todos
ellos, p53 es el antioncogen del cual
conocemos mejor su mecanismo de
acción.
p53
Ya en la edad adulta, las células
presentes en todos los tejidos pueden
distinguirse en tres grupos:
— Aquellas que se dividen conti-
nuamente.
— Aquellas que no se dividen
pero retienen la capacidad de vol-
verlo a hacer (frente a un daño o
estímulo).
— Aquellas que están completa-
mente diferenciadas y nunca más
podrán volver a entrar en mitosis.
La secuencia de acontecimientos que
tienen lugar durante esta división celu-
lar, incluyendo la mitosis, se conoce
como ciclo celular (fig. 3).
El ciclo celular está formado por
cuatro fases: G1, S, G2 y M. Las
células que están en reposo entran
en el ciclo de división a través de la
fase G1, la más larga y que deter-
minará el grado de proliferación
celular. En la siguiente fase (S), se
sintetiza el ADN. Posteriormente, y
tras una fase de transición (G2), la
mitosis se desarrolla durante la fase
M. Los mecanismos moleculares que
regulan este ciclo ejercen su acción
principalmente durante la fase G1
(fig. 4A).
¿Cómo actúa el antioncogen p53?
Cuando se produce un daño celular, la expresión del
gen p53 aumenta intensamente, uniéndose su produc-
to (una fosfoproteína de 53kD) al ADN de la célula
dañada de forma específica, provocando así el blo-
queo de la célula en G1 (fig. 4B)12.
A esta célula, que ha detenido su proliferación, se le
presentan ahora dos opciones. La primera opción con-
siste en reparar el error en su ADN y proseguir nueva-
mente con el ciclo celular. En este caso, p53 no sólo
habrá actuado deteniendo la célula para que pueda
reparar este error, sino que intervendrá de forma direc-
ta en el proceso de reparación del ADN (escisión de
nucleótidos). Por el contrario, si el daño producido en
el genoma es demasiado grave, la célula tiene la alter-
nativa de entrar en apoptosis y "suicidarse" ("better
dead than wrong phenomenon"). Así pues, el gen p53
obliga y ayuda a las células del organismo que han
sufrido alteraciones del genoma (células iniciadas), y
que "gracias" a estas mutaciones podrían llegar a pro-
mover la aparición del cáncer (ver arriba "fase de ini-
ciación" en la carcinogénesis), a repararse o, en el
peor de los casos, a suicidarse6.
Como hemos visto anteriormente, algunos tipos de
cáncer progresan gracias a que determinados onco-
genes como bcl-2 inactivan la apoptosis (bcl-2 es un
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 3.— Ciclo de división celular.
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
oncogen antiapoptosis). En estos
casos, p53 también puede promover
la apoptosis contrarrestando (repri-
miendo la expresión) la acción de
bcl-220.
Gracias a esta actividad por mante-
ner un control estricto del ciclo celular
contribuyendo a preservar el material
genético, el gen p53 se ha bautiza-
do como "guardián" o "policía" del
genoma. Pues bien, los problemas
empiezan cuando p53 deja de ejer-
cer su actividad de "guardián".
¿Cómo se inactiva el gen p53?
El bloqueo de la actividad del gen
supresor p53 es un fenómeno consi-
derado casi universal en el desarrollo
del cáncer. Su inactivación se produ-
ce como consecuencia de un blo-
queo que afecta justamente a aquella
fracción del gen la cual le permite
unirse al ADN de la célula que ha
sufrido una alteración en el genoma,
para poderla así detener en G12. La
inutilización de esta fracción del gen
consiste en una mutación puntual, es
decir, una sustitución de aminoácidos
aislados (C→T o CC→TT), que pue-
den afectar un alelo del gen (p53+/-)
o bien a ambos (p53-/-). La importan-
cia de que la mutación sea heteroci-
gótica la veremos más adelante.
La inactivación del gen puede produ-
cirse a través de dos mecanismos:
mediante la unión de esta fracción con
moléculas derivadas de oncoproteínas
víricas (Papilomavirus, Adenovirus),
oncogenes (MDM2) u otros carcinóge-
nos exógenos (aflatoxinas, productos
físico-químicos), o bien mediante la pro-
pia mutación de esta fracción (causas endógenas). Por
ejemplo, en el caso de los Papilomavirus, estos agentes
sintetizan oncoproteínas víricas (E6 y E7) capaces de
activar un sistema proteolítico, el cual no sólo puede inac-
tivar el gen p53 sino incluso degradarlo34. Con ello, los
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 4.— p53 controla la división celular.
(A) Las células sin alteraciones en su genoma se dividen
correctamente.
(B) Si el genoma es agredido, p53 detiene la división en
G1, de manera que si la mutación es reparada la célula
se divide correctamente, o en caso contrario entra en
apoptosis.
(C) Si no actúa p53 deteniendo la división, la mutación
promueve el cáncer o la necrosis de la célula.
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
Papilomavirus se aseguran su replica-
ción en los queratinocitos indefinida-
mente, sin que éstos puedan evitarlo
mediante su "suicidio". En el caso de la
radiación UV, son los fotoproductos
acumulados durante la misma los que
favorecen la mutación durante la repli-
cación del ADN35.
El riesgo que conlleva esta mutación
es obvio; la célula con defectos pro-
ducidos en su genoma no se deten-
drá a repararlos ni tomará la altruísti-
ca opción de suicidarse. Conservará
su mutación con el consiguiente ries-
go de carcinogenésis (riesgo de ser
“promovida”). Por otro lado, aquellas
células que hayan sufrido una muta-
ción parcial (p53+/-), si bien no esta-
rán preparadas del todo ("iniciadas")
para ser "promovidas" hacia un cán-
cer, verán reducida igualmente su
capacidad para poder autodestruir-
se, así como su capacidad para
reparar el ADN (la sola mutación de
un alelo ya altera la capacidad de
reparación por escisión de nucleóti-
dos) (fig. 4C).
Una situación límite que refleja la
gravedad de la inactivación de p53
se manifiesta en personas que sufren
el Síndrome Li-Fraumeni. Estos indivi-
duos heredan una forma mutada del
gen, de manera que, ya a edades
juveniles, desarrollan un número ele-
vado y variado de cánceres (rabdo-
miosarcomas, fibrosarcomas, carcino-
mas mamarios, tumores cerebrales,
osteosarcomas, leucemia, carcino-
mas adrenocorticales, carcinomas
pulmonares y melanomas).
Resulta pues que las alteraciones
que sufre el gen p53 podrían y, de
hecho, llegan a influir en un número muy elevado de
formas de cáncer, por lo que se ha llegado a consi-
derar estas mutaciones como la lesión genética más
importante del cáncer6,8,13.
¿Por qué es tan mutagénico el gen p53?
Parece ser que las mutaciones de p53 son co-
dominantes para el desarrollo de la apoptosis, es
decir, la mutación de un solo alelo favorece la super-
vivencia del heterocigoto (células con un alelo muta-
do y un alelo normal, -p53+/-) sobre el gen normal,
ya que estas células heterocigóticas tienen un capa-
cidad intermedia para "suicidarse" entre la células
homocigóticas (p53-/-
) y las células con un gen p53
normal (p53+/+
)9. Las células con un mutación com-
pleta del gen (p53-/-
) constituyen un grupo reducido
de células iniciadas que podrían evolucionar hasta
desarrollar un cáncer, pero son fácilmente detecta-
das y destruidas. Sin embargo, el grupo de células
que representa mayor riesgo son aquellas células
con la mutación en un solo alelo del gen (p53+/-),
ya que no se "suicidarán" y, lo que es peor, transmi-
tiran el defecto en su división. Esta codominancia
favorece la expansión clonal de las mutaciones par-
ciales, aumentando así el número de células que
potencialmente pueden volver a ser agredidas y dar
lugar a un tumor (se aumenta el número de células
que son más susceptibles a sufrir los efectos promo-
tores (fig. 5).
En un principio se suponía que esta alteración del
gen p53 sólo era determinante en las fases finales
del desarrollo de un cáncer. Parece ser ahora, por el
contrario, que p53 también puede jugar un papel
fundamental en las fases iniciales. Todo depende del
tipo concreto de neoplasia. Además, la mutación
suele ser incluso distinta, dependiendo de cada
forma de cáncer (intestino, pulmón, mama, hígado,
sistema nervioso, tejidos reticuloendoteliales, etc.).
En general, el pronóstico de un tumor será peor
cuantas más mutaciones del gen presenten las célu-
las que lo componen.
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
NEOPLASIAS CUTANEAS
Dentro de los diferentes tipos de
neoplasias, el cáncer de piel en sen-
tido estricto (no incluidas las neopla-
sias de tejidos blandos) es el grupo
de tumores en los cuales la importan-
cia de las mutaciones del gen p53 se
ha demostrado de forma más contun-
dente (hasta el 90% de los tumores
cutáneos en el hombre)21.
En general, el desarrollo del cáncer
en el tejido cutáneo se basa en la
suma de las alteraciones que producen 4 patomeca-
nismos independientes (fig. 6)11. En primer lugar, el
desarrollo de la neoplasia depende en gran medida
de la capacidad intrínseca del individuo para llevar a
cabo la reparación de las mutaciones en el ADN. Por
ejemplo, el hombre puede sufrir una trastorno heredita-
rio (Xeroderma Pigmentosum), caracterizado por una
incapacidad en estos individuos en poder reparar el
ADN dañado. El resultado es que la posibilidad de
desarrollar cáncer cutáneo en estas personas se multi-
plica por 1.000.
Como segundo factor involucrado en el cáncer cutá-
neo aparecen los eicosanoides (derivados del ácido
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 5.— La mutación parcial del gen p53 favorece la expansión clonal de estas células y aumenta con
ello las posibilidades de desarrollar el cáncer.
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
araquidónico y sus metabolitos) y pro -
teinasas. Tanto la radiación como
diversos agentes físico-químicos incre-
mentan la producción de prostaglan-
dinas, leucotrienos y enzimas cutáne-
os que favorecen la extensión e infil-
tración de las células neoplásicas.
En tercer lugar se encuentra la inmu -
nosupresión. Las alteraciones del sis-
tema inmunológico, fundamentalmen-
te celular, afectan la actividad de las
células presentadoras de antígenos y
la producción local de citoquinas
inmunomoduladoras. De hecho, el
desarrollo de las neoplasias epitelia-
les en perros se ha observado aso-
ciado a tratamientos inmunosupreso-
res, así como a disfunciones de linfo -
citos T y a una producción deficiente
de inmunoglobulinas en el marco de
trastornos tiroideos19,28.
Finalmente, el cuarto factor viene
representado por la mutación e inacti -
vación del antioncogen p53 (fig. 7A y
B). Como ya se ha mencionado ante-
riormente, los oncogenes víricos y la
radiación UV representan las causas
más frecuentes de mutación en este
gen. A este respecto, cabe mencionar
la relación observada en perros y en
gatos entre la exposición a la radiación
UV solar, el desarrollo de dermatosis
solares (keratosis actínica) y la apari-
ción de neoplasias cutáneas5,7,22. En
la especie canina, la radiación UV
incrementa en un 36,6% el desarrollo
de queratosis actínicas, dermatopatías
que a su vez aumentan hasta un 26%
las posibilidades de desarrollar un car-
cinoma de células escamosas o un
hemangiosarcoma dérmico22. Estas
queratosis actínicas contienen un núme-
ro muy elevado de mutaciones del gen p53 (fig. 2B)26.
Parece pues evidente que, al igual que sucede en la
especie humana, la radiación solar también juega un
papel importante en el desarrollo de tumores cutáneos en
perros5,14. En este sentido, resultaría interesante compa-
rar los resultados estadísticos actuales sobre la incidencia
y tipos de tumores cutáneos en perros y gatos con aque-
llos resultados que se puedan obtener en los próximos
diez o quince años.
P53 EN ANIMALES DE COMPAÑIA
Presentado el antioncogen p53 y una vez mostrado su
papel en el desarrollo del cáncer en seres humanos, la
pregunta de rigor ahora es: ¿qué relevancia tiene este
gen en las neoplasias que sufren los perros y los gatos?
En primer lugar, hay que destacar que el gen p53 ya
ha sido secuenciado tanto en perros como en gatos,
pudiéndose determinar una homología con el gen
humano cercana al 100% en el caso del perro10 y pró-
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 6.— El desarrollo del cáncer cutáneo depende de la interac-
ción de 4 patomecanismos básicos. De los cuatro, las
diferentes mutaciones del gen p53 y sus distintas con-
secuencias representan el elemento más determinante.
el desarrollo de numerosos tipos de cáncer en animales
de compañía, de forma análoga a la especie humana:
1. El ADN de una célula resulta dañado (radia-
ción, infección vírica, agente físico-químico, defecto
hereditario).
2. Aumenta la expresión de p53.
3.p53 detiene la replicación de esta célula para
darle tiempo y ayudarla a reparar el error.
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
xima al 83% en el caso del gato23.
Entre el perro y el gato se ha deter-
minado un 87% de homología en la
secuencia del gen10. Conociendo
pues la existencia en perros y gatos
de un gen p53 análogo al humano,
¿es posible que las alteraciones de
este antioncogen influyan en las neo-
plasias que sufren los animales de
compañía de la misma forma que lo
hacen en la especie humana?
La respuesta es muy probablemente
sí. Utilizando técnicas inmunocitoquími-
cas y de hibridación, no sólo se han
podido demostrar mutaciones del gen
p53 en múltiples neoplasias caninas
(carcinomas mamarios, osteosarcomas,
carcinomas de células escamosas,
papilomas y carcinomas de tiroi-
des)4,15,29,30,31 y felinas (carcinomas
de células escamosas, fibrosarcomas,
carcinomas mamarios y linfo-
mas)16,17,24,29, sino que incluso se ha
observado una relación directa entre el
nivel de mutación del gen y la agresivi-
dad de la neoplasia. Por ejemplo, a
pesar de que la inactivación del antion-
cogen se produce en la mayoría de
neoplasias óseas del perro, ésta es
mucho más intensa en osteosarcomas
del esqueleto apendicular (84%) que
en osteosarcomas del esqueleto axial
(56%) o tumores multilobulares del crá-
neo (20%)27. El mismo fenómeno se ha
observado en carcinomas mamarios
de mayor o menor agresividad30.
Dejando aparte la posibilidad, toda-
vía no detectada, de que los animales
domésticos también puedan desarrollar
neoplasias asociadas a una mutación
hereditaria del gen p53, podría formu-
larse la siguiente hipótesis para explicar
ONCOLOGIA CUTANEA
i
Fig. 7.— Mutaciones de p53 en un carcinoma de células
escamosas en un perro. Cada núcleo coloreado en
marrón contiene numerosas mutaciones del gen
inactivo, permitiendo la proliferación neoplásica
de las células.
CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
4. Si el daño es demasiado grave y
no se puede reparar, p53 activa la
apoptosis y reprime los oncogenes
antiapoptosis.
5. Ahora bien, si p53 se ha inactiva-
do a través de una mutación o a través
de su unión con proteínas propias o víri-
cas, la célula acumula el error en su
genoma y, además, no se suicida, ya
que puede activar oncogenes (bcl-2)
que la protegen de la apoptosis.
6. La célula mutada se replica acumu-
lando mutaciones hasta seleccionar clo-
nes celulares marcadamente malignos.
RADIOTERAPIA,
QUIMIOTERAPIA Y p53
La disfunción del gen p53 no sólo es
relevante desde el punto de vista de
favorecer la "inducción" de la carcino-
génesis. p53 interviene también, como
se ha visto, de forma fundamental para
que se desarrolle la “apoptosis fisioló-
gica" tras una alteración del ADN. Si
se tiene en cuenta que el objetivo de la
quimioterapia y la radioterapia en algu-
nas neoplasias se basa en la capaci-
dad de inducir apoptosis en las células
tumorales dañando su ADN, resulta
obvio pensar que aquellas neoplasias
que no tengan alteraciones del gen
serán las que muestren una respuesta
más favorable a este tipo de tratamien-
tos (linfomas, tumores testiculares, etc.).
Por el contrario, las neoplasias con una
intensa disfunción (por mutación o inac-
tivación) del gen p53 (carcinomas,
melanomas...) no responderán a estas
formas de tratamiento, porque, aunque
se consiga dañar su ADN, esta altera-
ción de su genoma no representará un
estímulo suficiente para "suicidarse". Es posible incluso
que algunas neoplasias, que responden al principio a
estos tratamientos y posteriormente se vuelvan resistentes,
consigan esta resistencia a través de la adquisición a pos -
teriori de la inactivación de p53 (que no estaba presen-
te en un inicio de la terapia). Finalmente, y quizás el
hecho más importante, es que la aplicación de trata-
mientos dirigidos a alterar el genoma de las células can-
cerosas en neoplasias con un determinado grado de dis-
función de p53 (p53+/-
) podría suponer un riesgo, ya
que acabaría por inducir mutaciones y con ello conferiría
una mayor capacidad de "progresión" al tumor12.
CONCLUSION
Al conocer el mecanismo de acción del gen p53, se
está ahora en la posición de poder averiguar el funcio-
namiento de numerosos oncogenes, quizás de otros que
todavía están por descubrir, y determinar nuevos vínculos
que puedan homogeneizar y aclarar este concepto toda-
vía tan áspero que significa el cáncer. También es posi-
ble que ello obligue a replantear los tratamientos utiliza-
dos hasta ahora, teniendo en cuenta los posibles efectos
contraproducentes que pueden ejercer la quimioterapia y
la radioterapia sobre las células con alteraciones en el
gen p53. Por ejemplo, se ha propuesto un tratamiento
alternativo basado en inducir la expresión correcta del
gen p53 mediante un fármaco no-citotóxico para detener
las células normales en G1, tratando posteriormente las
células neoplásicas con un fármaco convencional a dosis
altas, lo cual incrementaría de forma drástica la efectivi-
dad del tratamiento12.
Quizás algún día no muy lejano la terapia génica
podrá emplearse para tratar el cáncer en nuestros ani-
males de compañía. Hasta que llegue ese momento,
tendremos que estar atentos a los avances que se con-
sigan en medicina humana. Mientras tanto, los ensa-
yos terapéuticos más recientes y esperanzadores
empleados en seres humanos se están basando en la
modulación de la actividad de determinados oncoge-
nes (p.e., ras) encargados de transmitir señales de cre-
cimiento entre algunas citoquinas y el núcleo celular.
ONCOLOGIA CUTANEA
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CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS
ONCOLOGIA CUTANEA
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BIBLIOGRAFIA
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
ONCOLOGIA CUTANEA
i
L término tumor cutáneo incluye aquellos crecimientos no necesariamente neoplási-
cos que derivan de la epidermis o de los anejos cutáneos, de células mesenqui-
matosas de soporte o de otros tipos celulares constituyentes del tejido cutáneo8.
Este artículo contiene una revisión de los procesos tumorales cutáneos más comu-
nes en el perro y el gato y en él se hace especial hincapié en las novedades más
destacables tanto a nivel de investigación como en los cambios epidemiológicos aparecidos
en los últimos años.
DRS. JAUME ALTIMIRA y MIQUEL VILAFRANCA
Servicio de Diagnóstico Histopatológico Veterinario, Histovet
Montserrat, 9. 08192 Sant Quirze del Vallès (Barcelona)
INTRODUCCION
N cada uno de los
tipos tumorales se
incluye información
práctica sobre la
presentación clíni-
ca, etiología, com-
portamiento del
tumor y pronóstico.
No es el objetivo de esta revisión la
inclusión de las pautas terapéuticas.
Para obtener información más deta-
llada sobre las posibles terapias en
cada caso recomendamos remitirse a
la bibliografía reseñada.
Las características macroscópicas,
la localización de la masa y los
hallazgos citológicos pueden ser
orientativos en lo que refiere a la cla-
sificación del tumor, pero es siempre
en última instancia el estudio histoló-
gico del tejido el que nos permitirá
clasificar la neoplasia de forma más
acurada y establecer un pronóstico
individualizado.
CLASIFICACION HISTOLOGICA
La primera publicación que nor-
malizó y clasificó los procesos neo-
plásicos en las especies domésticas
fue, en 1974, la editada por la
Organización Mundial de la
Salud18,19. Basada en criterios his-
tomorfológicos, algunas de las
nomenclaturas establecidas en
aquella publicación han sido modi-
ficadas posteriormente gracias a la
información proporcionada por estu-
dios prospectivos y retrospectivos
amplios así como por la aplicación
de técnicas que permiten determinar de forma más
precisa la histogénesis y el grado de malignidad de
cada neoplasia (inmunohistoquímica, citometría de
flujo, etc.).
Actualmente se acepta que, en conjunto, son pocos
los procesos neoplásicos cutáneos con comportamien-
to clínico maligno y muchas de las neoplasias histoló-
gicamente malignas tienen un pronóstico favorable si
son tratadas a tiempo y de forma adecuada6,17. Esta
evidencia ha hecho cuestionarse a numerosos grupos
de investigación la utilidad y validez de una clasifica-
ción histolomorfológica a menudo extremadamente
compleja y detallada22. Este tipo de clasificaciones
permiten compilar información prospectiva y pueden
ser por lo tanto útiles desde el punto de vista acadé-
mico o de investigación. Sin embargo, se sabe que
muchas de las divisiones y nomenclaturas utilizadas
corresponden a menudo a distintos patrones morfoló-
gicos de un mismo tipo tumoral que tienen en realidad
comportamientos biológicos idénticos. En este repaso
queremos reflejar esta situación agrupando bajo un
mismo apartado distintos tipos tumorales con caracte-
rísticas muy similares desde el punto de vista clínico y
de su pronóstico.
NODULOS NO NEOPLASICOS
(especies canina y felina)
En este apartado agrupamos algunas formaciones no
neoplásicas derivadas de componentes cutáneos que
clínicamente muestran en muchas ocasiones caracterís-
ticas macroscópicas idénticas a crecimientos neoplási-
cos7,8,17,22.
Quistes. Pueden ser de origen epitelial epidérmico o
folicular. Son formaciones aisladas en la mayoría de
casos y pueden aparecer asociadas a irritaciones cró-
nicas. La extirpación quirúrgica es curativa. Los quistes
de origen glandular apocrino pueden originar de una
sola o de múltiples glándulas. Los quistes dermoides
son formaciones congénitas consecuencia de un desa-
rrollo anómalo de la epidermis y anejos.
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
Nevos. Se consideran formaciones no-
neoplásicas de aparición espontánea
que consisten en la proliferación de uno
o más elementos cutáneos maduros.
Existen, por lo tanto nevos adnexales,
foliculares, colagenosos, epidérmicos y
apocrinos. Ocasionalmente son múlti-
ples pero no recidivan y son de pro-
nóstico muy favorable.
Especie canina
En esta especie se considera que la piel es el órga-
no más frecuentemente afectado por procesos neoplá-
sicos (un 30% del total de neoplasias)3,15. Algunas
razas predispuestas a desarrollar tumores cutáneos son
el boxer, el scottish terrier, el bull mastiff, el basset
hound, el weimaraner, el kerry blue terrier y el norwe -
gian elkhound17. Las neoplasias cutáneas con mayor
ONCOLOGIA CUTANEA
i
TABLA I Resumen-esquema de las características biológicas de algunos de
los procesos frecuentes en la especie canina (-, nula; +, baja; ++,
media; +++, alta)
Tipo tumoral Infiltración Presentación Recidivas Potencial
múltiple metastático
Histiocitoma –/+ –/+ –/+ –
Mastocitoma +/+++ +/++ +/+++ +/+++
Adenoma hepatoides + ++/+++ +/++ –
Schwann., Hemangiopericit. +/++ –/+ +/++ –/+
Lipoma –/++ –/+ –/++ –
Queratoacantoma/Epitelioma + +/++ + –
Adenoma sebáceo –/+ +/++ –/+ –/+
Melanoma benigno + –/+ – –
(melanocitoma)
Melanoma maligno ++/+++ –/+ ++/+++ +++
Tumores foliculares –/+ +/++ –/+ –
Papiloma – ++/+++ – –
Basalioma +/++ + –/+ –
Hemangioma – –/+ – –
Sarcomas de Tejidos Blandos ++/+++ –/+ ++/+++ –/+
(Fibrosarcoma, Mixosarcoma)
Carcinoma cél. Escamosas ++/+++ +/++ ++/+++ ++/+++
Hemangiosarcoma ++/+++ –/+ +++ ++/+++
Adenocarcinoma Hepatoides ++/+++ ++ ++/+++ ++/+++
Fibroma –/+ –/+ – –
Plasmacitoma –/+ +/++ –/+ –
Linfoma +/++ ++/+++ ++/+++ ++/+++
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
incidencia en esta especie son el his-
tiocitoma, el mastocitoma, el lipoma,
los tumores de glándulas sebáceas y el
schwannoma. Tan sólo un tercio de los
procesos neoplásicos en el perro mues-
tran características histológicas de
malignidad y la proporción de neo-
plasias con comportamiento localmen-
te agresivo y elevado potencial metas-
tático es aún menor (ver tablas I)7,17.
Tumores epiteliales
Tumores benignos de
células escamosas
Papilomatosis Oral Canina es la
única neoplasia cutánea canina de la
que se conoce una etiología vírica. Es
transmisible por contacto y se mani-
fiesta por la aparición de múltiples
formaciones verrucoides afectando
mucosas (principalmente la oral). El
pronóstico para estas neoplasias es favorable, ya que
en la mayoría de casos desaparecen espontáneamen-
te. Estudios recientes demuestran que los animales
inmunosuprimidos pueden estar predispuestos a sufrir
una infección por Papillomavirus10.
Otras presentaciones menos frecuentes son los
papilomas cutáneos y los papilomas invertidos.
Estos se presentan de forma aislada y, aunque exis-
ten descripciones puntuales en la bibliografía de
transformación maligna, la extirpación quirúrgica es
por lo general curativa. Clásicamente se han apli-
cado autovacunas para acelerar el proceso de cura-
ción. Sin embargo, debe hacerse mención de que
se han descrito casos de desarrollo de carcinoma
de células escamosas en puntos de aplicación de la
vacuna7.
Epitelioma intracutáneo cornificante/queratoacanto -
ma. Este tumor benigno puede presentarse aislado,
aunque frecuentemente lo hace de forma múltiple y
afecta predominantemente las zonas dorsales del cue-
llo y tronco. La apariencia clínica es a menudo la de
ONCOLOGIA CUTANEA
i
TABLA II Resumen-esquema de las características biológicas de algunos
de los procesos neoplásicos más frecuentes en la especie felina
(-, nula; +, baja; ++, media; +++, alta)
Tipo tumoral Infiltración Presentación Recidivas Potencial
múltiple metastático
Sarcomas de Tejidos Blandos ++/+++ +/++ +++ –/+
(Fibrosarcoma, HFM, etc.)
Carcinoma cél. escamosas ++/+++ +/++ ++/+++ ++
Basalioma +/++ –/+ –/+ –/+
Mastocitoma –/+ + –/+ –/+
Tumor gl. Ceruminosas +/++ –/+ ––/+++ +/+++
Linfoma ++/+++ ++/+++ ++/+++ +++
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
una masa con un poro central por el
que sale material pastoso (queratina
degenerada)7,8.
Carcinoma de células
escamosas
Crece a partir de células epiteliales
escamosas que producen queratina,
ya sea a nivel cutáneo, o en mucosas
(especialmente oral). Mediante técni-
cas de hibridación in situ, estudios
recientes han demostrado la presen-
cia de ADN de Papillomavirus, y se
están realizando investigaciones para
determinar el papel de este virus en la
aparición de estas neoplasias. La
exposición a la luz ultravioleta es un
factor causante de la aparición de
estas neoplasias, por lo que los ani-
males de capa de color clara o blan-
ca se encuentran predispuestos7.
Pueden aparecer en cualquier área
cutánea, pero son especialmente fre-
cuentes los derivados del epitelio
subungueal, pudiendo afectar múlti-
ples dígitos. Son tumores localmente
infiltrativos y agresivos, aunque la
extirpación quirúrgica amplia, espe-
cialmente en estadios iniciales de
desarrollo, puede ser curativa, ya que
las metástasis tienden a ocurrir en
aquellos casos menos diferenciados y
en estadios tardíos de crecimiento8.
Tumor de células basales
Se presentan como nódulos delimi-
tados o exofíticos, solitarios, típica-
mente en la zona de la cabeza o cue-
llo. A pesar de que existen distintos
patrones histológicos, todos tienen
muy buen pronóstico, ya que muy raramente recidivan
tras la extirpación quirúrgica y no poseen potencial
metastático7.
Tumores de glándulas sebáceas
Son tumores derivados de células epiteliales especia-
lizadas. Acostumbran a presentarse de forma solitaria
preferentemente en la zona de la cabeza, aunque en
razas predispuestas como el Caniche Miniatura, el
Cocker Spaniel, el Husky Siberiano y el Samoyedo no
es infrecuente la presentación múltiple. La gran mayoría
de los tumores sebáceos se comportan de forma benig-
na y no recidivan tras la extirpación quirúrgica. Las for-
mas malignas son muy infrecuentes y, cuando apare-
cen, se comportan de forma infiltrativa, y se han des-
crito también casos aislados de metástasis7,22.
Adenoma de glándulas hepatoides: estas neoplasias
se derivan de glándulas sebáceas especializadas y a
pesar de que son más frecuentes en la región perianal
(de ahí el misnoma "tumores de glándulas perianales"),
pueden en realidad aparecer en cualquier localiza-
ción. Se sabe que la exposición de estas glándulas a
los andrógenos lleva a la aparición de hiperplasias y
posteriormente adenomas. La extirpación quirúrgica es
curativa en la mayoría de casos, excepto en aquellos
en los que, en estadios avanzados, se ha producido
infiltración en tejidos vecinos. Es frecuente que apa-
rezcan nuevos crecimientos tras una primera extirpa-
ción quirúrgica, por lo que es muy recomendable la
castración. Ocasionalmente se detectan en machos
castrados y en hembras, animales que pueden estar
expuestos a hormonas endógenas (posiblemente de
origen adrenal)22.
La forma maligna (adenocarcinoma de glándulas
hepatoides) de esta neoplasia se considera infrecuen-
te. Se comportan de forma altamente infiltrativa y pue-
den metastatizar a los ganglios linfáticos sacros y
sublumbares. La castración no tiene efecto sobre el pro-
nóstico de estas neoplasias22.
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
Tumores de glándulas apocrinas
Los tumores derivados de las glán-
dulas sudoríparas de los anejos cutá-
neos aparecen de forma delimitada y
son de comportamiento benigno en la
mayoría de casos. Existen sin embar-
go formas benignas de presentación
múltiple, especialmente afectando la
zona del cuello y escápula, donde
puede afectar amplias áreas de teji-
do (cistomatosis apocrina)8. Las for-
mas neoplásicas malignas (adenocar -
cinoma) evolucionan formando pla-
cas cutáneas duras e inflamadas que
a menudo ulceran y poseen un eleva-
do potencial metastático a los gan-
glios regionales y a los pulmones en
estadios iniciales del proceso7.
Tumores de glándulas ceruminosas:
derivan de las glándulas apocrinas
especializadas del canal auditivo.
Aproximadamente 2/3 de estas neo-
plasias son de carácter benigno (ade-
nomas) y aparecen como crecimien-
tos exofíticos que provocan una sinto-
matología clínica similar a la de las
otitis externas crónicas. Se cree que
la irritación crónica que provocan
estas otitis puede tener un papel
importante en su aparición. Los carci-
nomas de glándulas ceruminosas se
comportan de forma agresiva local-
mente y poseen un elevado potencial
metastático7,8.
Adenocarcinomas apocrinos de los
sacos anales: se derivan de glándu-
las apocrinas asociadas a los sacos
anales, se sitúan en la región ventro-
lateral de éstos y conectan directa-
mente con su luz. Debido a su locali-
zación profunda, estas neoplasias acostumbran a
detectarse en estadios avanzados de su desarrollo,
cuando el tumor ha infiltrado profundamente. A menu-
do ha metastatizado ya a ganglios regionales (sublum-
bares, sacros) en el momento del diagnóstico, ya que
tienden a hacerlo en estadios tempranos. Pueden pro-
vocar sintomatología local por infiltración en el recto o
general al ser causantes de hipercalcemia como sín-
drome paraneoplásico22.
Tumores foliculares
A pesar de que existen clasificaciones histopatológi-
cas detalladas de estos tumores según sus patrones
microscópicos (tricoepitelioma, tricolemmoma, piloma -
trixoma, etc.), en nuestra opinión es preferible agru-
parlos por motivos prácticos, puesto que sus compor-
tamientos clínicos y pronósticos son muy similares. Se
presentan como masas aisladas, bien delimitadas y
muestran preferencia por la cabeza, cuello y rabo.
Ocasionalmente pueden comportarse de forma infiltra-
tiva a nivel local y, muy raramente, se han descrito
metástasis a ganglios regionales o pulmones22.
Tumores melanocíticos
Son neoplasias derivadas de las crestas neurales y
que se comportan en el perro de forma muy distinta a
la especie humana, en la que tienen un grave pronós-
tico. Los criterios de clasificación de estos tumores en
el perro se basan en la localización anatómica y las
características citológicas del tumor. En general es
correcto decir que los tumores melanocíticos que apa-
recen en las áreas cutáneas con pelo son de carácter
benigno (algunos autores los denominan "melanocito -
mas"). Se presentan como nódulos aislados, con forma
y pigmentación variable, y no recidivan tras la extirpa-
ción quirúrgica7.
Los tumores melanocíticos malignos ("melanoma malig -
no") presentan características citológicas de atipia, un
elevado índice mitótico, tienen comportamiento local-
mente infiltrativo y agresivo y poseen un elevado poten-
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
cial metastático. Son frecuentes en la
mucosa oral, uniones mucocutáneas y
a nivel subungueal. Aproximadamente
un 10% de estas neoplasias afectan
áreas cutáneas con pelo, y en esta-
dios iniciales pueden presentar carac-
terísticas macroscópicas idénticas a
las formas benignas7.
Tumores mesenquimatosos
Tumores de células fusiformes
Existe en la bibliografía una detalla-
da clasifición de estas neoplasias
según su histomorfología y el tipo de
matriz extracelular que producen. La
mayoría de estas neoplasias son de
origen fibroblástico y pueden por lo
tanto aparecer a nivel de dermis o
tejido subcutáneo.
Fibroma molle, fibroma durum y
mixoma: tumores de fibroblastos con
comportamiento benigno y muestran
delimitación y consistencia variable
según las proporciones de colágeno
y mucina que producen. Muy rara-
mente recidivan tras la extirpación
quirúrgica8.
Sarcomas de tejidos blandos: neo-
plasias derivadas de células mesenqui-
matosas con características malignas.
Son tumores con comportamiento infil-
trativo local, aunque su ritmo de creci-
miento y potencial metastático son muy
variables. En general, son tumores que
crecen de forma mal definida, infiltran-
do o formando capas concéntricas, las
más externas de las cuales a menudo
no son extirpadas quirúrgicamente y
dan pie a recidivas locales. Este constituye el problema
clínico principal, ya que las metástasis (pulmonares) se
desarrollan en un bajo número de casos, y tienden a
producirse solamente en los casos de crecimiento rápido
y características histológicas atípicas. Mientras que algu-
nos de estos tipos tumorales presentan por lo general un
comportamiento local moderadamente infiltrativo y no
poseen practicamente potencial metastático (hemangio -
pericitoma, neoplasias de vainas nerviosas -células de
Schwann- como el neurolemmoma, neurofibroma y el
schwannoma), otros pueden comportarse de forma más
agresiva localmente, recidivan de forma rápida y pose-
en un potencial metastático discretamente superior (fibro -
sarcoma, mixosarcoma, histiocitoma fibroso maligno).
Este último grupo de neoplasias se originan a partir de
fibroblastos y se cree que los distintos patrones histológi-
cos podrían en realidad representar manifestaciones de
un mismo tipo tumoral7,20.
Tumores de adipocitos
La mayoría se comportan de forma benigna (lipoma),
y sólo un bajo porcentaje de éstos se presentan de
forma múltiple. Algunos casos infiltran tejidos adyacen-
tes como las fascias o la musculatura estriada (lipoma
infiltrativo), produciéndose recidivas locales de progre-
sión lenta y sin potencial metastático. Las formas malig-
nas de los tumores de adipocitos (liposarcoma) crecen
de forma rápida e invasiva hacia los tejidos vecinos,
aunque las recidivas locales tras una extirpación
amplia y las metástasis son infrecuentes7,8.
Tumores vasculares
Son neoplasias derivadas de las células endoteliales
de los vasos. Se sabe que la exposición solar juega un
papel importante en la aparición y transformación
maligna de estos tumores, produciéndose especialmen-
te en animales de capa de color claro, de pelo corto y
en la piel expuesta más directamente a la luz solar. En
la forma benigna (hemangioma), estos tumores crecen
de forma aislada y delimitada y, gracias a su conteni-
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
do en sangre, son fáciles de delimitar
y extirpar quirúrgicamente de forma
completa. Ocasionalmente se presen-
tan de forma múltiple, en cuyo caso la
tendencia a la recidiva y a la transfor-
mación a la forma maligna (heman -
giosarcoma) es mayor. Los hemangio-
sarcomas son tumores que crecen de
forma mal definida, rápida e infiltrati-
va hacia los tejidos profundos, por lo
que son difíciles de delimitar quirúrgi-
camente y frecuentemente recidivan.
Su potencial metastático se considera
inferior al de sus equivalentes en órga-
nos internos (bazo, hígado, miocar-
dio), aunque esto puede deberse a
que su detección clínica se realiza en
estadios tempranos de desarrollo. Es
importante siempre en hemangiosar-
comas cutáneos considerar la posibili-
dad de que se trate de un foco de
metástasis en la piel de un tumor pri-
mario en un órgano interno7.
Procesos histiocíticos
Son derivados de las células cutá-
neas dendríticas presentadoras de
antígeno –de morfología histiocítica–,
poco estudiadas aún en la especie
canina. En la patogénesis de estos
procesos juegan un papel importante
los factores genéticos, las alteracio-
nes en la respuesta inmunitaria y la
expansión clonal de estas células. En
la especie humana, aunque la mayo-
ría de casos pueden ser clasificados
como fenómenos reactivos, la clonici-
dad de algunos de ellos es claramen-
te indicativa de un proceso neoplási-
co. A pesar de que estos estudios no
se han realizado aún en el perro, las
características clínicas y el comportamiento de estos
procesos han permitido reconocer cuatro síndromes y
se ha establecido una clasificación preliminar de los
mismos1:
Histiocitoma cutáneo. Es la neoplasia cutánea más
frecuente en la especie canina. Se presenta en la gran
mayoría de casos en forma de placa o nódulo erite-
matoso, aislado y afecta principalmente animales de
edad inferior a 4 años. El crecimiento de estos tumores
se autolimita y regresan de forma espontánea. Muy
raramente recidivan tras la extirpación quirúrgica.
Histiocitosis. Se considera actualmente un proceso
inflamatorio reactivo que puede ser cutáneo o sistémi -
co. Aunque inicialmente se describió asociado al
Boyero de Berna, puede también aparecer en otras
razas. Se desconoce el origen de este tipo de reac-
ciones, aunque se sospecha que las infecciones bac-
terianas o fúngicas pueden actuar como agentes induc-
tores. Se cree que existe en estos animales una altera-
ción en la inmunorregulación, ya que el control de la
progresión de estos síndromes requiere la administra-
ción de fármacos inmunomoduladores.
Sarcoma histiocítico. Se trata de un proceso neoplási-
co localmente agresivo con preferencia por las extremi-
dades y puede infiltrar tejido articular. Se describen oca-
sionalmente crecimientos metastáticos de estas neopla-
sias en los ganglios regionales o en órganos internos.
Histiocitosis maligna. También inicialmente descrita
en el Boyero de Berna, se sabe actualmente que
puede aparecer en otras razas. Se trata de un proce-
so neoplásico maligno, agresivo y de pronóstico grave
a corto plazo. Su localización es multicéntrica y rara-
mente afecta el tejido cutáneo y subcutáneo.
Tumores de mastocitos
Son neoplasias extremadamente heterogéneas en su
presentación y comportamiento; la mayoría se presen-
ONCOLOGIA CUTANEA
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CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
tan como nódulos o placas aisladas,
pero no es infrecuente la aparición de
múltiples crecimientos en un mismo
animal. Aunque pueden aparecer a
cualquier edad, son más frecuentes a
partir de los 4 años. En cachorros se
observan a menudo múltiples focos
de proliferación de mastocitos, aun-
que este fenómeno podría representar
un proceso no-neoplásico (hiperplási-
co reactivo) similar a la urticaria pig -
mentosa de la especie humana17.
Es una de las neoplasias de más fácil
diagnóstico citológico (ver artículo cito-
logías), aunque debe también realizar-
se un estudio histológico para poder
evaluar todos los criterios de maligni-
dad del proceso (pleomorfismo, índice
mitótico, infiltración). Existen distintas
nomenclaturas en la literatura para la
clasificación de los mastocitomas,
basadas en sus características de dife-
renciación citológica2,14. Aunque hay
una cierta correlación entre los distintos
grados de diferenciación de estos
tumores y su comportamiento clínico,
las excepciones son frecuentes y es por
lo tanto muy importante realizar un
estudio clínico (localización, tamaño,
delimitación, velocidad de crecimien-
to, linfadenopatía regional) e histopa-
tológico individualizado de cada caso
para establecer un tratamiento y pro-
nóstico13,17.
Estamos plenamente de acuerdo
con la afirmación de Goldschmidt y
Shofer: todos los tumores de mastoci -
tos deben ser considerados malignos
y todos tienen potencial, aunque
variable, para desarrollar crecimien -
tos multicéntricos y metastáticos. Las
recidivas locales son frecuentes, ya
que en muchos casos se comportan de forma infiltrati-
va y son de difícil delimitación quirúrgica. Las metásta-
sis tienden a producirse a los ganglios regionales y al
bazo e hígado en estadios avanzados7.
Se describen diversos síndromes paraneoplásicos
asociados a estos tumores como consecuencia de la
liberación de sustancias biologicamente activas. Estos
incluyen las ulceraciones gastroduodenales, hemorra-
gias locales, retraso de cicatrización y, ocasionalmen-
te, shock anafiláctico7,17.
Linfoma cutáneo
La piel actúa como un verdadero órgano linfoide que
participa en la defensa del organismo. Los linfomas
(=linfosarcomas) cutáneos se originan a partir de las
células linfoides asociadas a la piel (SALT). La presen-
tación clínica de estas neoplasias es muy variable e
incluye la presencia de máculas, placas, nódulos, eri-
tema, ulceración, alopecias y proliferaciones papilo-
matosas. Estas lesiones pueden ser aisladas, múltiples
y progresan, pudiendo afectar amplias áreas cutá-
neas. En estadios más avanzados se afectan los gan-
glios linfáticos periféricos y órganos internos como el
hígado y el riñón. Algunos hallazgos hematológicos
(no siempre presentes) son anemia, linfopenia, linfoci-
tosis y neutrofilia7.
La presentación histopatológica es igualmente varia-
ble. Actualmente se sabe que aquellas neoplasias que
presentan epiteliotropismo (Mycosis Fungoides) se ori-
ginan de linfocitos T, mientras que entre los no-epite-
liotrópicos predominan los de linfocitos T, aunque se
han observado también linfomas de células B4.
El pronóstico es grave a largo plazo, aunque existen
diferentes protocolos terapéuticos que pueden prolon-
gar la vida del animal21.
Plasmocitoma
Se presenta en la gran mayoría de casos como un
nódulo aislado, bien delimitado de los tejidos circun-
dantes. El tumor se comporta de forma benigna y las
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
recidivas son muy infrecuentes tras la
extirpación quirúrgica7,22.
Un bajo porcentaje de plasmacito-
mas (alrededor del 3%) producen
amiloide y recidivan después de la
extirpación quirúrgica. Muy ocasio-
nalmente pueden aparecer de forma
multifocal y afectar otros órganos
como la médula ósea, por lo que es
siempre conveniente realizar un segui-
miento estricto después de la cirugía.
Este seguimiento puede realizarse
mediante proteinogramas periódicos,
puesto que estas neoplasias frecuen-
temente se caracterizan por causar
una hipergammaglobulinemia mono-
clonal7,22.
ESPECIE FELINA
En la especie felina los tumores cutá-
neos se consideran, en estudios reali-
zados en EE. UU., los segundos en
frecuencia tras los procesos neoplási-
cos hematopoyéticos3,15. Según
nuestros datos, sin embargo, es posi-
ble que en nuestro país sean los
segundos en frecuencia después de
los de origen mamario. Las neopla-
sias cutáneas con mayor incidencia
en esta especie son el carcinoma de
células escamosas, los sarcomas, el
tumor de células basales y el tumor de
mastocitos7. En el gato, un porcenta-
je superior al 65% de las neoplasias
cutáneas presentan características his-
tológicas malignas y se comportan de
forma agresiva a nivel local, por lo
que cobra una importancia destaca-
da su diagnóstico precoz y la toma
de medidas terapéuticas, puesto que
la gran mayoría de estas neoplasias
pueden ser tratadas satisfactoriamente si se detectan
en estadios iniciales de crecimiento (tabla II)6,7.
Tumores epiteliales
Carcinoma de células escamosas
Se sabe que en el desarrollo de este tipo de neopla-
sias juega un papel importante la exposición cutánea
a la luz solar. Esta exposición provoca, en primera ins-
tancia, alteraciones displásicas (pre-neoplásicas) en
queratinocitos de la epidermis que reciben el nombre
de queratosis actínica17. La manifestación clinica de
esta entidad puede consistir en costras, escamas, ulce-
raciones o placas en las áreas cutáneas menos prote-
gidas (pabellones auriculares, plano nasal y hocico).
Es altamente recomendable el estudio histológico de
estas lesiones, puesto que clínicamente no pueden dife-
renciarse del estadio neoplásico del proceso7,8.
La queratosis actínica puede progresar a carcinoma
de células escamosas (CCE). Esta neoplasia se divide,
según el grado de desarrollo, entre las que se encuen-
tran a nivel más superficial, sin penetrar la membrana
basal de la epidermis (CCE in situ) y las que muestran
comportamiento infiltrativo hacia la dermis (CCE inva -
sivo). En estos estadios la neoplasia puede metastatizar
a nivel local y a órganos distantes8,22.
Enfermedad de Bowen (CCE
in situ multicéntrico)
El CCE in situ multicéntrico es una entidad clínica
infrecuente consistente en la aparición multifocal de
lesiones costrosas en forma de placas, a menudo alo-
pécicas, que preferentemente afectan a cabeza, cue-
llo, área escapular, extremidades anteriores y dígitos.
Estas lesiones, contrariamente a lo que ocurre en el
CCE, tienden a localizarse en zonas pigmentadas con
pelo. Se sospecha la posibilidad de una etiología víri-
ca o tóxica –como ha sido reconocido en la especie
humana–, aunque ésta no ha sido demostrada hasta el
momento en la especie felina. Las lesiones pueden per-
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
manecer inactivas durante un largo
período de tiempo y ocasionalmente
se ha descrito transformación de estas
lesiones a CCE invasivo y aparición
de CCE oral asociado. En general, la
extirpación quirúrgica completa es
curativa, aunque con frecuencia apa-
recen nuevas lesiones17.
Carcinoma de células
escamosas (CCE Invasivo)
Según el área geográfica, se consi-
dera la primera o segunda neoplasia
cutánea felina en incidencia. Consiste
en la invasión de queratinocitos de la
epidermis más allá de la membrana
basal, penetrando en la dermis, tejido
subcutáneo, ganglios regionales y
órganos distantes como los pulmones
en fases más avanzadas7.
Por tratarse de una neoplasia indu-
cida por la exposición solar, existe un
riesgo 13 veces superior de apari-
ción en gatos blancos que en aque-
llos con pigmentación cutánea. Las
lesiones tienden a aparecer preferen-
temente en pabellones auriculares,
hocico o plano nasal, y consisten en
eritema e inflamación con costras que
progresan a úlceras invasivas.
Pueden también aparecer en forma
de ulceraciones superficiales con bor-
des elevados6.
Aunque agresivos localmente, estos
tumores tardan en metastatizar, por lo
que en general la extirpación com-
pleta del pabellón auricular en esta-
dios iniciales de desarrollo confiere
un buen pronóstico al animal.
Aquellos tumores invasivos localiza-
dos en plano nasal u hocico pueden
destruir planos profundos y recidivan con mayor fre-
cuencia. Se ha demostrado que el pronóstico está en
función del grado de diferenciación histológica del
tumor: aquellos que muestran presencia de nidos celu-
lares con producción de perlas de queratina tienen un
mejor pronóstico que los organizados en láminas y
cordones infiltrativos sin producción de queratina6.
Tumor de células basales
Esta neoplasia se origina a partir de las células basa-
les pluripotenciales de los anejos cutáneos o de la epi-
dermis, y tiende a aparecer en animales de 7 a 10
años. Algunos estudios consideran ésta la neoplasia
epitelial más frecuente en la especie felina. Se presen-
ta en la mayoría de casos en forma de masa aislada,
que puede ser pigmentada –a menudo contienen gran
cantidad de pigmento melánico– y alcanzar hasta 10
cm de diámetro. A la palpación son masas compactas
y desplazables, no adheridas a planos profundos8,22.
El comportamiento de estas neoplasias es casi siem-
pre benigno. Aunque pueden aparecer nuevos creci-
mientos en zonas cercanas, la extirpación quirúrgica
es curativa y muy raramente metastatizan. Como ocu-
rre en otros tipos tumorales, sin embargo, aquellos
localizados en el área digital pueden comportarse de
forma más agresiva8,22.
Tumores de glándulas ceruminosas
Son tumores derivados de las glándulas sudoríparas
(apocrinas) especializadas del conducto auditivo exter-
no y en la especie felina tienden a afectar animales de
edad avanzada y a comportarse de forma maligna
(adenocarcinoma). Se sospecha en su patogénesis del
papel de la irritación provocada por las otitis crónicas,
puesto que a menudo se asocia a esta patología, aun-
que pueden también aparecer sin causa aparente6,22.
La presentación clínica puede consistir en un cuadro
de prurito o supuración en el conducto auditivo y
puede visualizarse un crecimiento nodular, a menudo
exofítico. A pesar de que los tumores benignos acos-
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
tumbran a crecer de forma peduncu-
lada y los adenocarcinomas tienden
a hacerlo de forma infiltrativa y se
presentan como crecimientos difusos
y ulcerados, se recomienda en todos
los casos una extirpación quirúrgica
amplia, ya que algunos tumores
malignos pueden tener un componen-
te exofítico e infiltrar a su vez en su
porción más profunda.
Los adenocarcinomas se comportan
de forma infiltrativa, pueden afectar
estructuras vecinas como la glándula
salival parotídea y producir deforma-
ción facial. Las metástasis al ganglio
regional (parotídeo o submandibular)
se producen en estadios iniciales del
proceso y se encuentran a menudo
presentes en el momento de presenta-
ción a la clínica6,22.
Tumores mesenquimatosos
Fibrosarcoma
Se trata de un tumor derivado de
fibroblastos del tejido dérmico o sub-
cutáneo y es la neoplasia más fre-
cuente en esta especie. En la actuali-
dad se separa en tres entidades clíni-
cas con características clínicas dife-
renciadas5, 6.
Fibrosarcomas múltiples de gatos
jóvenes. Aparece con mayor frecuen-
cia en animales de edad inferior a 5
años, infectados a la vez con el virus
de la Leucemia Felina (FeLV) y el virus
del Sarcoma Felino, que se ve favo-
recido del primero para su replica-
ción en fibroblastos. La presentación
clínica consiste en un crecimiento mul-
tifocal de masas de elevada consistencia, evolución
rápida, mal delimitadas y con adherencias en tejidos
vecinos. No se describe una terapia efectiva y aunque
en estadios iniciales pueden extirparse quirúrgicamen-
te, son frecuentes las recidivas y la aparición de nue-
vas masas. El pronóstico es grave6. En nuestra expe-
riencia, esta presentación es rara en España.
Fibrosarcomas aislados de gatos viejos. Tienden a
presentarse de forma aislada en cualquier área cutá-
nea en animales de 8 a 10 años, no infectados por
virus, y son de consistencia elevada, de contorno irre-
gular, crecimiento lento y mal delimitado. Las metásta-
sis se consideran infrecuentes (14%) y afectan predo-
minantemente los pulmones. Se aconseja una extirpa-
ción quirúrgica el máximo de amplia que permitan los
tejidos vecinos, ya que son tumores con una elevada
tendencia a las recidivas. La quimioterapia puede faci-
litar su extirpación quirúrgica ya que reduce el volumen
de la masa. El pronóstico empeora proporcionalmente
a la presencia de criterios histológicos de malignidad
(mitosis, pleomorfismo celular y anaplasia) y mejora en
aquellos tumores localizados en áreas en las que
puede efectuarse una cirugía agresiva6.
Fibrosarcomas asociados a vacunación. Desde los
primeros casos descritos en 1992, se sabe que existe
una asociación estadística entre la administración de
vacunas y la aparición de sarcomas en la especie feli-
na. A pesar de que se han descrito casos asociados a
la administración de vacunas de la rinotraqueítis, cali-
civirus y panleucopenia, solamente se ha conseguido
establecer una relación estadística entre la aparición
de sarcomas y la administración de vacunas del virus
de la Leucemia Felina (FeLV) y de la Rabia.
Investigaciones realizadas en EE. UU. indican que la
incidencia de estas neoplasias es baja, describiéndo-
se en distintos estudios 10 a 20 casos por cada
100.000 animales vacunados de FeLV o rabia.
También se conoce que el riesgo de desarrollar fibro-
sarcoma aumenta con el numero de vacunaciones que
ha recibido el animal en la zona afectada. Aunque se
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
desconoce aún la patogenia exacta
de estas neoplasias, un estudio
reciente ha demostrado que no se
encuentran asociadas a la presencia
de aluminio en el adyuvante, a la
casa comercial de la vacuna, a la vía
de administración (subcutánea o mus-
cular) ni a la presencia de infección
por el virus de la Inmunodeficiencia
Felina (FIV) o por el FeLV6,9.
Actualmente se cree que la transfor-
mación neoplásica puede ocurrir a
partir de fibroblastos y miofibroblas-
tos reactivos en inflamaciones cróni-
cas locales inducidas por adyuvantes
vacunales, antígenos o ambos11.
El intervalo entre la administración
de la vacuna y la aparición del tumor
oscila entre 3 meses y 3 años.
Cuando aparece, crece de forma
rápida, infiltrativa y muy raramente
metastatiza16. A pesar de que la
extirpación quirúrgica puede ser cura-
tiva, son muy frecuentes las recidivas,
incluso en casos en los que histológi-
camente se observa márgenes
amplios sin tejido tumoral. Esto puede
deberse a la presencia de distintos
comportamientos en misma masa
tumoral o al hecho de que con fre-
cuencia estas neoplasias presentan
crecimientos "satélite", alejados de la
masa principal6.
La Asociación Americana de
Veterinarios Clínicos Felinos aconseja
continuar los protocolos habituales
de vacunación de rabia y FeLV, dada
la baja incidencia de estas neopla-
sias en el total de la población vacu-
nada y al elevado riesgo que supon-
dría su suspensión para la salud
humana y felina. A continuación lis-
tamos algunos consejos que esta Asociación propone
y que creemos aplicables también a nuestro país6.
— Seguir los protocolos de vacunación especificados
por la casa comercial.
— Realizar vacunaciones subcutáneas cuando sea
posible. Las masas a este nivel se palpan con mayor
facilidad y por lo tanto pueden ser detectadas en esta-
dios iniciales, facilitando la posibilidad de una extir-
pación quirúrgica completa. Es preferible vacunar a
nivel de la extremidad. En el caso de recidivas, la
amputación del miembro sería curativa.
— Administrar las vacunaciones en áreas corporales
distintas. Si se utiliza siempre un área para el mismo
tipo vacunal, se podrá establecerse en el futuro una
relación entre tipo vacunal y aparición de sarcoma.
(Rabia: pierna derecha; FeLV: pierna izquierda; vacu-
nas vivas modificadas: región interescapular).
— Utilizar vacunas sin adyuvantes (cuando sea posible).
— Agitar el producto antes de la administración.
— Evitar vacunas con aluminio.
— Evitar vacunas combinadas.
Mastocitomas
Esta neoplasia tiende a aparecer en animales de edad
media o avanzada (de 8 a 10 años). En la especie feli-
na existen dos presentaciones clínicas. La forma visceral
afecta principalmente órganos abdominales, aunque se
han descrito también metástasis cutáneas y presentación
simultánea en órganos internos y piel. La forma cutánea
se presenta afectando piel y tejido subcutáneo y se mani-
fiesta como una placa o nódulo que superficialmente
puede mostrar alopecia o ulceración. En animales jóve-
nes (edad inferior a 4 años) los mastocitomas cutáneos
tienden a presentarse de forma aislada y pueden remitir
espontáneamente. En animales de mayor edad se pre-
sentan predominantemente de forma aislada, aunque
aquellos con mayores signos histológicos de malignidad
(atipia celular, mitosis) pueden aparecer distintos nódulos
espaciados en el tiempo. Las recidivas locales tras la extir-
pación quirúrgica son infrecuentes y sólo ocasionalmente
ONCOLOGIA CUTANEA
i
CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO
se han descrito casos aislados de
metástasis a ganglios regionales y a
órganos internos. Aunque no ha sido
aún suficientemente investigada, algu-
nos autores sugieren que puede existir
relación entre el mastocitoma cutáneo y
la presencia de infección por el FIV6,7.
Los síndromes paraneoplásicos se
consideran menos frecuentes que en
el perro, aunque han sido descritas
las ulceraciones gastroduodenales.
Linfoma cutáneo
Se considera infrecuente en la espe-
cie felina y afecta predominantemen-
te animales de edad avanzada.
Recientemente se ha descrito que
puede existir una relación entre esta
neoplasia y la existencia de infección
latente por el FeLV. La presentación clí-
nica es extremadamente variable e
incluye pápulas, placas, nódulos,
úlceras, dermatitis exfoliativa, costras,
eritema o alopecia. Tiende a apare-
cer de forma aislada, aunque tam-
bién puede ser multifocal, afectando
preferentemente la zona de la cabeza, extremidades,
tórax y abdomen6.
Histológicamente se divide el linfoma cutáneo entre
aquellos que muestran epiteliotropismo (Mycosis
Fungoides) y los que afectan únicamente dermis y/o
tejido subcutáneo. Los primeros se componen por lin -
focitos T mientras que entre los segundos predominan
los de linfocitos B4.
El comportamiento de estas neoplasias es similar al
de otros tipos de linfoma. En estadios avanzados pue-
den afectar múltiples o amplias áreas cutáneas y
metastatizan a ganglios regionales y a órganos inter-
nos. La extirpación quirúrgica de lesiones iniciales o
aisladas mejora el pronóstico y se describen distintos
protocolos de quimioterapia con eficacia variable6,7.
TUMORES DEL DIGITO
(ESPECIES CANINA Y FELINA)
Entre los tumores primarios del dígito se encuentran el
carcinoma de células escamosas, los carcinomas de
glándulas ecrinas y, menos frecuentemente, el heman-
giosarcoma, el melanoma y los tumores de células
basales. Estos tumores tienden a comportarse de forma
más agresiva que sus equivalentes en otras áreas cutá-
neas y pueden metastatizar a ganglios regionales u
órganos internos12.
ONCOLOGIA CUTANEA
i
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ONCOLOGIA CUTANEA
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Oncologia cutanea

  • 1.
  • 2. DIRECTOR: Dr. Juan José Tabar Barrios Centro Policlínico Veterinario “Raspeig“ San Vicente. Alicante REDACTOR JEFE: Elena Malmierca DIRECTORES DE LA MONOGRAFIA: Dr. Miquel Vilafranca Compte Dr. Jaume Altimira Palau HISTOVET. Montserrat, 9 08192 St. Quirze del Vallès (Barcelona) PRODUCCION EDITORIAL: Fernando Latorre Margolles TRATAMIENTO DE IMAGEN: Isabel Velasco Granados INFOGRAFIA: Enrique Leiva Hidalgo MAQUETACION: Beatriz García Martín Isabel Velasco Granados COORDINACION EDITORIAL: MIGUEL ANGEL GARCIA FERNANDEZ CANIS ET FELIS N.° 32 ONCOLOGIA CUTANEA PROGRAMA 1998 N.o 31 (Febrero) NUTRICION CLINICA O PALIATIVA CANINA Y FELINA Dr. Jaume Camps N.o 32 (Abril) ONCOLOGIA CUTANEA Drs. Jaume Altimira y Miquel Vilafranca N.o 33 (Junio) OFTALMOLOGIA Dr. Manuel Villagrasa N.o 34 (Agosto) DERMATOLOGIA: ALOPECIAS CANINAS Dra. M .a Teresa Verde N.o 35 (Octubre) PATOLOGIA Y CIRUGIA DE LA RODILLA Dr. Juan J. Martínez Galdames N.o 36 (Diciembre) COMPLICACIONES EN OSTEOSINTESIS Dr. Juan P. Zaera Polo Publicación bimestral. Reservados todos los derechos de edición. Se prohíbe la reproducción o transmisión total o parcial del contenido de este número, ya sea por medio electrónico o mecánico, de fotocopia, grabación u otro sistema de reproducción, sin autorización expresa del editor. Tarifa de suscripción anual: Mediante cheque bancario adjunto de 6.015 ptas. Mediante contra reembolso de 6.666 ptas. Ejemplar suelto: 1.560 ptas. (IVAincluido). Empresa periodística núm. 3.725. Depósito legal: M. 1137-1993 ISSN: 1133-2751 Imprime: EGRAF, S.A. Pasaje Virgen de la Alegría, 14 Teléfono 405 15 95. Fax 403 49 07 e-mail: luzan@luzan5.es http://www.luzan5.es 28027 Madrid i
  • 3. CANIS ET FELIS N.° 32 SINDROMES PARANEOPLASICOS CUTANEOS Y NEOPLASIAS CUTANEAS SECUNDARIAS: MARCADORES DE CANCER CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO EDITORIAL ÍNDICE DE COLABORADORES STAFF ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ESTUDIO RETROSPECTIVO DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO (1997) ndice ONCOLOGIA CUTANEA
  • 4. CANIS ET FELIS N.° 32 N el día a día de la consulta veterinaria, donde se exigen soluciones a todos los problemas que se plantean, hablar de cáncer es hablar de diagnóstico, pronósti- co y tratamiento. Y así se refleja en la mayoría de publicaciones sobre neoplasias en animales domésticos, donde estos tres pilares básicos de la oncología se tra- tan ampliamente. En cambio, para el patólogo que está al otro lado de la barrera sin enfrentarse al cliente el problema del cáncer ya no se plantea de forma tan rigurosa. El hecho de tratar con tejidos y no con mascotas acabe por inducir probablemente una visión del cáncer diferente a la que pueda tener un veterinario clínico. De hecho, las preguntas que muchas veces nos formulamos los patólogos sobre el cáncer tienen un enfoque distinto al que se ofrece en las publicaciones sobre oncología clínica. Estamos convencidos, sin embargo, que a pesar de esta discrepancia profesional, tanto la práctica de la medicina clínica como la patología se exigen entre ambas una estrecha cola- boración; extirpar un nódulo sin saber que se extirpa tiene el mismo sinsabor que diagnosti- car una neoplasia sin conocer el cuadro clínico y su evolución. Desde esta perspectiva, nuestra intención a la hora de elegir los temas de este monográfico sobre el cáncer cutáneo ha sido la de ofrecer una serie de aspectos ligados a la patología tumoral, pero que espe- ramos resulten de interés para el veterinario que afronta directamente el problema. Los temas elegidos hacen referencia a aspectos prácticos y teóricos sobre las neoplasias cutáneas en perros y gatos. En primer lugar, se ofrece una descripción sobre ejemplos prác- ticos para interpretar citologías, una técnica diagnóstica muy práctica y sencilla cuyos pro- blemas empiezan a la hora de interpretarla. En segundo lugar, se expone de forma muy breve el principio de la carcinogénesis, con el fin de mostrar una explicación al motivo por el cual aparece y cómo se desarrolla un cáncer cutáneo. Como sucede en todos los cam- pos de la medicina, la oncología también es un área viva que se nutre continuamente de información y nuevos datos, algunos de los cuales recogemos a modo de noticias breves en el tercer capítulo. Aunque sin tratarse de tumores cutáneos, hacemos una revisión sobre todos los síntomas que se manifiestan en la piel como consecuencia de neoplasias internas (síndromes paraneoplásicos), un aspecto de la dermatología veterinaria del cual todavía no se obtiene el partido del que disfruta en el caso de la dermatología humana para diagnosti- car precozmente el cáncer. Finalmente, hemos creído interesante ofrecer información esta- dística actual sobre la incidencia de las neoplasias cutáneas en España, información que creemos puede contribuir a ampliar el grado de conocimiento sobre la epidemiología, inci- dencia e incluso, en algunos casos, sobre la etiopatogenia de los tumores de piel en nues- tros animales de compañía. ONCOLOGIA CUTANEA Dr. Miquel Vilafranca Compte Dr. Jaume Altimira Palau Histovet. Barcelona i ditorial
  • 5. CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i L estudio citológico de aspirados o improntas de lesiones nodulares cutáneas supo- ne un método rápido, práctico y económico de investigar la naturaleza de estas lesiones. Este estudio va a aportar siempre información valiosa y en muchos casos nos permitirá establecer un diagnóstico definitivo o, cuando menos, suficiente como para conducirnos a la toma de decisiones para realizar estudios comple- mentarios (cultivos, toma de biopsias) o procedimientos terapéuticos (quimioterapia, antibiote- rapia, cirugía limitada o radical). DRS. JAUME ALTIMIRA y MIQUEL VILAFRANCA Servicio de Diagnóstico Histopatológico Veterinario, Histovet Montserrat, 9. 08192 Sant Quirze del Vallès (Barcelona)
  • 6. INTRODUCCION pesar de que son evidentes las venta- jas del uso de este método diagnósti- co, debemos ser prudentes a la hora de interpretar y establecer diag- nósticos definitivos basándonos única- mente en los criterios citológicos. A menudo se espera demasiado de la información que puede proporcionar- nos un examen citológico. En este artí- culo se pretende hacer una revisión crí- tica al uso e interpretación de la cito- logía aplicada al estudio de masas cutáneas en el perro y el gato. A con- tinuación mencionamos algunas de las características intrínsecas al estudio citológico y que pueden resultar como limitantes en su aplicación y fiabilidad. Examen parcial En una aspiración mediante aguja fina o en una impronta, la zona estu- diada es extremadamente limitada y, por lo tanto, puede no ser representa- tiva del proceso primario que ha lle- vado a la aparición de la masa. Es frecuente que en procesos neoplási- cos se produzcan áreas de necrosis por su rápido crecimiento y falta de vascularización, o que el crecimiento tumoral induzca inflamación u otras alteraciones tisulares en el tejido que invade (ver más adelante). A menu- do, estas alteraciones secundarias de los tejidos suponen una gran propor- ción de la masa y puede ser el único material presente en nuestra extensión o encontrarse mezclado con las células tumorales. Con el fin de evitar este problema cuando se utiliza la técnica de aspiración con aguja fina, es recomen- dable evitar la aspiración del centro de la masa (donde generalmente se produce la necrosis) y de las zonas más marginales (áreas que a menudo se encuen- tran inflamadas). Además, y con el fin de conseguir una mejor colección celular y aumentar la probabili- dad de aspirar células tumorales, será conveniente reo- rientar varias veces la aguja dentro de la masa reali- zando sucesivas aspiraciones. Criterios de malignidad/Displasia celular El estudio del grado de malignidad de la población celular no inflamatoria que predomina en la prepara- ción citológica se realiza mediante la identificación de alteraciones celulares y nucleares que se producen en células que han sufrido una transformación maligna (ver más adelante). En general, se considera que la presencia de tres de los criterios nucleares de maligni- dad en una población celular es indicativa de neopla- sia maligna, aunque son frecuentes las situaciones que pueden llevar a establecer falsos diagnósticos de malignidad por la aplicación de esta norma. Por ejem- plo, la presencia de inflamación u otra irritación en un tejido induce alteraciones reversibles en la morfología normal de la población celular de éste (displasia celu- lar); estos cambios morfológicos en muchas ocasiones coinciden con algunos de los criterios de malignidad, pudiendo llevar al establecimiento de un falso diag- nóstico, especialmente en procesos inflamatorios cróni- cos. Se aconseja tener en cuenta este fenómeno cuan- do la población celular sospechosa vaya acompaña- da de un número significativo de células inflamatorias. Metaplasia y Tejido de Granulación Se trata de proliferaciones tisulares no neoplásicas que con frecuencia acompañan procesos neoplásicos e infla- matorios, y que pueden llevarnos a falsos diagnósticos. CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 7. organización tisular original (indicativo de benignidad) o si por lo contrario han perdido esta capacidad (indi- cando malignidad). También la presencia de linfangiosis carcinomatosa (invasión de vasos linfáticos) es un indicador importante del potencial metastático de la neoplasia y que no puede ser evaluado mediante estudio citológico (fig. 2). Metaplasia consiste en la transfor- mación de un tipo celular maduro, bien diferenciado, a otro tipo celular también maduro. Es una situación reversible y que a menudo se asocia a estímulos externos, algunos conoci- dos: metaplasia escamosa en células glandulares (glándulas ceruminosas en otitis crónicas), metaplasia ósea o cartilaginosa a partir de mioepitelio glandular (mamario, glándulas apo- crinas en general). Tejido de Granulación: Consiste en fibroblastos activos y vasos sanguí- neos de nueva formación que constitu- yen el tejido cicatricial, frecuente tanto en procesos inflamatorios como neo- plásicos. La inmadurez y actividad nuclear de estas células fibroblásticas pueden ser similares a las de procesos neoplásicos mesenquimatosos. Otros criterios de malignidad Es obvio que algunos de los criterios más importantes de malignidad en un proceso neoplásico no pueden ser evaluados mediante estudio citológi- co y requieren un examen histológico de la masa. Uno de los más impor- tantes es la presencia de comporta - miento infiltrativo de las células tumo- rales, que resulta esencial en el diag- nóstico de algunos tipos tumorales (p.ej., carcinoma de células escamo- sas) y va a ser indicativo de la capa- cidad de recidivar localmente (p.ej., mastocitoma) (fig. 1). Tampoco va a ser posible determi- nar mediante citología si las células tumorales conservan la capacidad de CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 1.— Comportamiento altamente infiltrativo en un masto- citoma canino citológicamente bien diferenciado. Fig. 2.— Linfangiosis carcinomatosa. Migración de células neoplásicas epiteliales malignas a través de un vaso linfático de la dermis.
  • 8. mejora la definición celular y permite conservar la muestra durante largo tiempo. ESTUDIO MICROSCOPICO DE LA CITOLOGIA Una vez se ha conseguido una tinción óptima, pro- cedemos a su examen. En muestras de grosor elevado, puede que tan sólo los márgenes sean adecuados para el examen. A menudo esto es suficiente y preferi- ble a una tinción excesiva, en la que se pierde defini- ción celular y las células se encuentran amontonadas. El examen debe ser: Completo Todas las extensiones preparadas deben ser exami- nadas y en su totalidad (no centrarnos en un hallazgo puntual en una de las muestras). Sistemático Debemos empezar siempre examinando la prepa- ración a pocos aumentos (2-4x) para evaluar su celu- laridad y localizar las zonas mejor extendidas y teñi- das. A estos aumentos nos será posible determinar Datos clínicos La edad del animal, la localiza- ción de la masa, sus características macroscópicas y su comportamiento biológico van a ser criterios impor- tantes a tener en cuenta para emitir un diagnóstico final del proceso. En el caso de existir incongruencias entre la información proporcionada por estos datos y las características citológicas observadas es siempre recomendable repetir la toma de muestras o proceder a realizar un estudio histológico mediante biop- sia antes de establecer un diagnós- tico definitivo. PREPARACION DE LA MUESTRA La aspiración con aguja fina es una técnica válida en la gran mayoría de situaciones. Las agujas de 20-22 g y jeringas de 10 cc son adecuadas para la obtención de material de una masa cutánea. Una vez aspirado el material se deposita sobre un porta- objetos y se extiende con el canto de otro en un ángulo de 45° C (fig. 3). Se deja secar al aire y para su tinción rutinaria se recomienda el uso de colorantes tipo Romanowsky como el Diff-Quick®. Un minuto en el primer líquido (metanol) es suficiente para su fijación. El fabricante especifica el tiempo óptimo para los colorantes eosinófilo y basófilo, pero se sitúa en general entre 30 segundos y 3 minu- tos. Es recomendable cubrir el espé- cimen mediante un cubreobjetos y uti- lizando cola del tipo Eukitt®, ya que CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 3.— Técnica de preparación de un frotis.
  • 9. también otras características que pueden ser útiles posteriormente (tin- ción de fondo, material mucoide, material extraño, elementos infeccio- sos, agregados celulares/células sueltas). A 10-20x, es posible exa- minar la composición celular de la extensión (inflamación, neoplasia, o combinación de ambos), así como el tipo celular predominante. A mayo- res aumentos (40-100x), examinare- mos las características celulares de la población sospechosa de neopla- sia, centrándonos en la morfología citoplasmática y nuclear con el fin de aplicar los criterios nucleares y celu- lares de malignidad. Raramente es necesario utilizar el aceite de inmer- sión; tan sólo ocasionalmente para la detección de cuerpos de inclusión o microorgnismos. Ordenado Debemos aplicar en cada caso el protocolo adecuado, metodológicamente, según la localización de la masa o del líquido extraído. El uso de un atlas de citología es esencial para pro- gresar en la interpretación citológica1,2. OBJETIVOS DEL EXAMEN CITOLOGICO La primera pregunta a responder es: “¿se trata de infla- mación o neoplasia?” Aunque parezca una pregunta básica, a menudo resulta de difícil resolución, ya que ambos fenómenos se encuentran presentes o por la pre- sencia de cambios displásicos o metaplásicos en lesio- nes inflamatorias. Una vez identificada la presencia de una población celular no-inflamatoria, los principales objetivos son identificar el tipo celular predominante y estudiar el grado de malignidad de estas células mediante la identificación de criterios de malignidad. Tipo celular Se aplican criterios de morfología celular para deter- minar el origen tisular del proceso neoplásico. Se habla, en general, de tumores de células epiteliales, de células fusiformes y de células redondas o de tipos tumorales específicos (tabla I). CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i TABLA I EPITELIALES FUSIFORMES REDONDAS Celularidad alta media-baja alta Morfología redonda/poliédrica fusiforme/estrellada redonda Tamaño celular medio-grande medio-pequeño medio-pequeño Disposición agrupadas sueltas/agrupadas sueltas
  • 10. Asi veremos las siguientes imágenes: CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 4.— Tumor de células epiteliales. Predominan las células polié- dricas discretamente pleomór- ficas, con citoplasma abun- dante y núcleo redondo u ovoide (adenoma de glándulas hepatoides). Fig. 5.— Tumor de células fusiformes (mesenquimatosas). Predomi- nan las células alargadas con evidentes “colas” citoplasmáti- cas (“fusiformes”) y una de ellas muestra morfología estre- llada (hemangiopericitoma). Fig. 6.— Tumor de células redondas. Las células se encuentran sueltas y presentan núcleo y citoplasma de morfología redonda (Tumor vené- reo transmisible). En esta imagen puede también observarse gran cantidad de eritrocitos y dos linfo- citos –células de núcleo densa- mente pigmentado–.
  • 11. CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 7.— Tumor de células redondas. Células redondas sueltas, con núcleo picnótico, muy escaso citoplasma y marcado pleomor- fismo celular (Linfoma). Fig. 8.— Tumor de células redondas. Células redondas de gran tama- ño, abundante citoplasma y granulación azurófila variable del citoplasma (Mastocitoma). Fig. 9.— Tumor de células redondas. Células redondas monomórfi- cas de tamaño medio, abun- dante citoplasma claro y cro- matina laxa (Histiocitoma). Como excepción a las caracte- rísticas de los tumores de célu- las redondas, es característico de los histiocitomas observar algunos grupos celulares.
  • 12. CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 10.— Carcinoma Indiferenciado Fig. 11.— Carcinoma Indiferenciado Grado de malignidad La presencia de un mínimo de 3 de las siguientes alteraciones nucleares es altamente indicativa de malignidad (estos criterios son también aplicables a tumores no-cutáneos) Macrocariosis Incremento en el tamaño nuclear (> 10 µm; como referencia, un eritrocito mide aproximadamente 5 µm). En fig. 10, comparar el tamaño nuclear con el de un linfocito en contacto con su cito- plasma. Incremento en el índice N:C (Núcleo: Citoplasma) Normalmente es de 1:3 a 1:8 según el tipo celular). Si se sitúa sobre 1:2 es sugestivo de malignidad (ver fig. 11). Anisocariosis Variación en el tamaño nuclear. Especialmente si se observa en célu- las multinucleadas (figs. 11, 12 y 13). Lobulación núclear Presencia de núcleos deformados en una misma célula o en células adya- centes (fig. 11). Granulación de cromatina nuclear Presencia de cromatina con aspecto rugoso (figs. 12 y 13). Fig. 12.— Fibrosarcoma.
  • 13. CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i Multinucleación Presencia de múltiples núcleos en una misma célula. Especialmente si se observa variación en el tamaño de dichos núcleos (figs. 12 y 14). Mitosis En un tejido no neoplásico las mito- sis son infrecuentes. La presencia de numerosas mitosis, especialmente si presentan forma de “estrella”, es indi- cativa de malignidad (fig. 13). Anisonucleolosis Variación en la forma y tamaño de los nucléolos (también presente en (figs. 11, 13 y 14). Macronucleolosis Nucléolos de gran tamaño. En gene- ral, un tamaño superior a 5 µm es indicativo de malignidad. Comparar los nucléolos de la célula multinuclea- da en la fig. 14 con los neutrófilos presentes al lado de la misma (tam- bién se observa macronucleolosis en las figs. 10 y 11). También algunos cambios en la mor - fología celular general pueden ser indicativos de malignidad: Anisocitosis Variación en el tamaño celular (pre- sente en las figs. 11, 12 y 13). Fig. 13.— Linfoma. Fig. 14.— Carcinoma indiferenciado. Fig. 15.— Linfoma.
  • 14. CAPITULO I ESTUDIO CITOLOGICO DE NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 16.—Fibrosarcoma 1. COWELL, R.L. y TYLER, R.D.: «Diagnostic cytology of the dog and cat». American Veterinary Publications, Inc., 1989. 2. PERMAN, V.; ALSAKER, R.D. y RIIS, R.C.: «Cytology of the dog and cat». AAHA, 1979. BIBLIOGRAFIA Macrocitosis Presencia de células de gran tama- ño (figs. 10, 11 y 14). Hipercelularidad Incremento en la exfoliación debido a la alta densidad celular en el tejido afectado (fig. 15). Pleomorfismo Variación en la morfología celular (presente en figs. 11, 12 y 16).
  • 15. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i N el día a día de la clínica veterinaria, el cáncer representa un problema diag- nóstico, pronóstico y terapéutico. Ya sea porque no resulta relevante desde el punto de vista clínico, o porque todavía se ve al cáncer como un problema sin solu- ción, es raro que nos preocupe el origen y la forma como se ha desarrollado la enfermedad. Ahora bien, podría parecer poco ortodoxo desconocer el mecanis- mo por el cual se ha producido la neoplasia que se está diagnósticando o tratando, en unos tiempos en que la ciencia médica se ha popularizado hasta el extremo de divulgar sus cono- cimientos incluso entre los que no tienen su dedicación profesional en la medicina. Conocer el mecanismo de la carcinogénesis no sólo puede resultar enriquecedor para el que debe afrontar el reto de tratar con tumores, sino que también puede ayudar a comprender la res- puesta y el efecto que produce el tratamiento. En este artículo se revisa de forma muy breve la etiopatogenia del cáncer, con especial atención a los tumores cutáneos. DRS. MIQUEL VILAFRANCA y JAUME ALTIMIRA Servicio de Diagnóstico Histopatológico Veterinario, Histovet Montserrat, 9. 080192 Sant Quirze del Vallés (Barcelona)
  • 16. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS INTRODUCCION A incomprensión que genera el cán- cer se refleja en el ánimo del propieta- rio de un animal de compañía cuando se le comunica que su perro o su gato sufren un tumor maligno. La noticia suscita cuestiones difíciles, a veces, de responder explícitamente: "¿existe tratamiento?", "¿qué pronóstico tiene?" Ahora bien, si la pregunta fuera "¿por qué y cómo se ha desa- rrollado la enfermedad?", quizás no sólo resultaría difícil de comprender para el lego, sino incluso de explicar para el propio veterinario con cono- cimientos biomédicos. Tratar de asimilar parte de la infor- mación que se publica acerca de la etiopatogenia del cáncer (carcinóge- nos, oncovirus, oncogenes, trastornos genéticos, nuevos tumores, etc.) puede acabar por transmitir una ima- gen abstracta de la enfermedad; en lugar de simplificar, el sinnúmero de publicaciones que aparecen diaria- mente poco ayuda a reflexionar sobre el cáncer en sentido genérico. Ahora bien, ¿es realmente el cáncer un concepto tan heterogéneo y diver- sificado, una malgama de neoplasias sin relación? O, ¿existe por el contra- rio un vínculo común en la forma de desarrollarse de todas las enfermeda- des que se engloban bajo este con- cepto? La búsqueda de este vínculo que permita comprender la patogenia de la enfermedad y establecer un tratamiento común para todos los tipos de neoplasia ha sido desde siempre un objetivo primordial de la oncología. A partir de los años noventa, y gracias a estudios realizados en la biología molecular y genética del cáncer, se ha llega- do a definir un patomecanismo para entender la etio- patogenia del cáncer, el cual es compartido de la forma más mayoritaria por los diferentes tipos de neo- plasia (hasta el 60% de todas las neoplasias en el hombre)8,13. En este "mecanismo universal" juega un papel fundamental el gen supresor del crecimiento tumoral p53. Para comprender la importancia de este gen es esencial conocer primero dos aspectos relacio- nados: la teoría secuencial de la carcinogénesis y el concepto de apoptosis. ¿COMO SE PRODUCE LA CARCINOGENESIS? La teoría sobre el desarrollo del cáncer está funda- mentada, exceptuando algunas neoplasias induci- das por Retrovirus, en un modelo secuencial.25 Este modelo se ha desarrollado a partir de las observa- ciones registradas en estudios experimentales sobre el cáncer cutáneo. Por ejemplo, la aplicación de un hidrocarburo aromático como el DMBA (7,12-dime- tilbencenoantraceno) en la piel de un ratón resulta prácticamente inocua. Lo mismo sucede si se aplica TPA (12-tetradecanoilforbolacetato). Ahora bien, si después de aplicar DMBA se administra de forma repetida TPA, se desarrollan papilomas cutáneos múltiples. Observaciones como ésta han dado pie a la teoría según la cual para que aparezca el cáncer debe tener lugar más de una alteración en las célu- las de un tejido, y esta alteración debe acontecer en un orden determinado (fig. 1). En una primera fase de esta secuencia (iniciación), un carcinógeno ("inductor"; p.e., defecto genético hereda- do, agentes biológicos, químicos o físicos) provoca una mutación en un determinado gen. Esta mutación, aunque es irreversible, sólo representa una lesión molecular en el genoma sin reflejo fisológico ni expresión morfológica (no confiere malignidad). La mayoría de estás "células inicia- ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 17. das" pasan imperceptibles durante toda la vida. Unas pocas, sin embargo, sufri- rán una expansión clonal (fig. 2A). En esta segunda fase (promo- ción), una sustancia denominada "promotor" (p.e., aditivos, alcaloides, pesticidas, radiación, etc.) induce durante un período prolongado de tiempo la expansión clonal de esta célula mutada (iniciada), alteración que se manifiesta morfológicamente en forma de una hiperplasia o una dis- plasia en el tejido. Esta lesión es pre- neoplásica (precancerosa), pero toda- vía carece de malignidad (p.e., las dermatosis actínicas). No necesaria- mente evolucionará hacia un cáncer, e incluso puede involucionar si el estí- mulo promotor desaparece (fig. 2B). Finalmente, en una tercera fase deno- minada progresión, el genoma vuel- ve a ser agredido al igual que en la primera fase de iniciación, de manera que la célula expandida no sólo proli- fera (sin poder ahora hacer marcha atrás), sino que adquiere mayor veloci- dad de crecimiento, capacidad de invasión y capacidad de producir metástasis. Esta segunda agresión del genoma ha transformado el fenotipo de la célula expandida hacia una forma maligna. La progresión es un proceso irreversible (fig. 2C). Es decir, para que se forme un tumor, el genoma tiene que ser dañado dos veces ("multiple hit phenomenon"). La "supervivencia" de estas mutaciones genéticas producidas durante la fase de iniciación es un aspecto fundamen- tal para entender la génesis del cáncer. Es importante porque, si se ha produci- do un daño en el genoma, el organis- mo podría evitar que esta mutación diese pie a una even- tual neoplasia. ¿Cómo puede evitarlo? Es en este punto donde adquiere relevancia el concepto de apoptosis. APOPTOSIS Para mantener la vida de un organismo se han desa- rrollado una serie de mecanismos que permiten elimi- CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 1.— Teoría de la carcinogénesis. Para que las células normales evolucionen hasta células neoplásicas, el genoma debe resultar agredido dos veces.
  • 18. nar aquellas células que ya no son necesarias para el mantenimiento de las funciones vitales o aquellas que pueden representar algun peligro. Uno de estos meca- nismos es la apoptosis33. La apoptosis es una forma de muerte celular análo- ga a la necrosis. Ahora bien, la necrosis hace refe- rencia a una muerte celular patológica; por ejemplo, aquella que es inducida por una isquemia o algun daño físico-químico. La necrosis es una forma de muerte accidental, involuntaria y, por este motivo, induce una reacción inflamatoria para poderla repa- rar. Por el contrario, la apoptosis representa una forma de muerte más sutil. Se ha denominado tam- bién a la apoptosis como una "muerte celular pro- gramada" o un "suicidio celular", si bien esta inter- pretación puede resultar errónea y es mejor separar el concepto morfológico del escatológico (a veces, en los organismos vertebrados, la muerte de las célu- las puede ser aceptable e incluso deseable, pero no siempre hasta el extremo de estar programada). Resulta más apropiado interpretar la apoptosis como una forma de muerte celular "motivada por razones fisiológicas". Un ejemplo de apoptosis realmente programada es la autodestrucción de células como CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 2.A.— Piel normal. Fig. 2.B.— Displasia epidérmica (queratosis actínica). Prolifera- ción irregular benigna de los queratinocitos. Fig. 2.C.— Carcinoma de células escamo- sas. Proliferación maligna e incontrolada de queratinocitos.
  • 19. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS los polimorfonucleados neutrófilos (el neutrófilo tiene un período de vida limitado, ocurra lo que ocurra). Sin embargo, en la mayoría de oca- siones, la apoptosis sólo se activa a través de una señal externa (no está programada) como, por ejemplo, durante la involución del tejido mamario tras la lactación, o en la destrucción de aquellas células T tímicas autorreactivas que han desa- rrollado actividad frente a antígenos propios para los cuales no existe tolerancia inmunológica. Estas célu- las sólo activarán su muerte (apop- tosis) si termina la fase de lactación, o si aparecen autoantígenos hasta el momento celosamente escondi- dos ("crípticos"), pero nunca en ausencia de estos estímulos. Así pues, la apoptosis es un "suicidio" premeditado con el fin de reparar, regularizar y prolongar la vida. ¿COMO INFLUYE LA APOPTOSIS EN EL DESARROLLO DEL CANCER? Una de las situaciones donde la apoptosis juega un papel más decisi- vo es cuando una célula sufre, por cualquier mecanismo (defecto heredi- tario, sustancia carcinógena, infec- ción, radiación, etc.), un daño en su ADN3. El organismo utiliza la apop- tosis para eliminar estas células inde- seables ("iniciadas"), ya que, como hemos visto anteriormente, a través de estas mutaciones podrían evadir las medidas de control de su creci- miento y diferenciación, progresando hacia un cáncer. ¿Cómo se regula la apoptosis? En el caso del cáncer, el mecanismo de la apoptosis viene regulado a nivel genético de forma directa o indirecta, entre otros mecanismos a través de oncoge- nes y antioncogenes, que a la vez pueden interactuar entre sí. Antes de seguir adelante, es preciso definir ahora el concepto de oncogen y antioncogen. Los oncogenes (p.e., verb, ras, myc, src, jun, fos, etc.) son aquellas secuencias normales del ADN (protooncogen), las cua- les participan en la transmisión de señales que regulan el crecimiento celular1. Algunos oncogenes también pueden formar parte del genoma de un virus (oncoge- nes víricos). La mayoría de protooncogenes codifican para desarrollar funciones análogas a las de algunas hormonas, factores de crecimiento o moléculas de adhesión. Ahora bien, si se activan de forma aberran- te (por ejemplo, a través de una mutación), hacen que la célula pierda el control de su diferenciación porque imitan el efecto de los factores de crecimiento, o bien porque inhiben mecanismos reguladores. Es decir, los oncogenes no aumentan el grado de división celular, sino la capacidad de proliferar de aquella célula. En el otro lado de la balanza, los antioncogenes o genes supresores del crecimiento tumoral (p.e., p53, RB-1, APC, DCC, NF-1...) limitan el grado de prolife- ración celular18. Los antioncogenes controlan el exce- so en la capacidad de crecimiento, regulando la trans- cripción del ADN, el ciclo celular, la activación de pro- teínas, etc. Volviendo a la regulación de la apoptosis en el cán- cer, en ocasiones, es la ausencia de un oncogen lo que permite que aquellas células con mutaciones en su genoma se "suiciden". Este el caso por ejemplo del oncogen bcl-2, un gen anti-apoptosis que se expresa de forma muy intensa en linfomas y diversos tipos de carcinoma32. Si este protooncogen no se activa, las células "iniciadas" podrán "suicidarse", con lo cual el organismo habrá resuelto el problema. En la mayoría de casos, sin embargo, la apoptosis de una célula mutada se produce gracias a la activación de un gen, ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 20. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS y es la ausencia de este gen lo que puede fomentar el cáncer. Esto suce- de por ejemplo en el caso de los genes RP-2, RP-8, TRPM-2, SGP-2, Fas/APO-1 y p53. De entre todos ellos, p53 es el antioncogen del cual conocemos mejor su mecanismo de acción. p53 Ya en la edad adulta, las células presentes en todos los tejidos pueden distinguirse en tres grupos: — Aquellas que se dividen conti- nuamente. — Aquellas que no se dividen pero retienen la capacidad de vol- verlo a hacer (frente a un daño o estímulo). — Aquellas que están completa- mente diferenciadas y nunca más podrán volver a entrar en mitosis. La secuencia de acontecimientos que tienen lugar durante esta división celu- lar, incluyendo la mitosis, se conoce como ciclo celular (fig. 3). El ciclo celular está formado por cuatro fases: G1, S, G2 y M. Las células que están en reposo entran en el ciclo de división a través de la fase G1, la más larga y que deter- minará el grado de proliferación celular. En la siguiente fase (S), se sintetiza el ADN. Posteriormente, y tras una fase de transición (G2), la mitosis se desarrolla durante la fase M. Los mecanismos moleculares que regulan este ciclo ejercen su acción principalmente durante la fase G1 (fig. 4A). ¿Cómo actúa el antioncogen p53? Cuando se produce un daño celular, la expresión del gen p53 aumenta intensamente, uniéndose su produc- to (una fosfoproteína de 53kD) al ADN de la célula dañada de forma específica, provocando así el blo- queo de la célula en G1 (fig. 4B)12. A esta célula, que ha detenido su proliferación, se le presentan ahora dos opciones. La primera opción con- siste en reparar el error en su ADN y proseguir nueva- mente con el ciclo celular. En este caso, p53 no sólo habrá actuado deteniendo la célula para que pueda reparar este error, sino que intervendrá de forma direc- ta en el proceso de reparación del ADN (escisión de nucleótidos). Por el contrario, si el daño producido en el genoma es demasiado grave, la célula tiene la alter- nativa de entrar en apoptosis y "suicidarse" ("better dead than wrong phenomenon"). Así pues, el gen p53 obliga y ayuda a las células del organismo que han sufrido alteraciones del genoma (células iniciadas), y que "gracias" a estas mutaciones podrían llegar a pro- mover la aparición del cáncer (ver arriba "fase de ini- ciación" en la carcinogénesis), a repararse o, en el peor de los casos, a suicidarse6. Como hemos visto anteriormente, algunos tipos de cáncer progresan gracias a que determinados onco- genes como bcl-2 inactivan la apoptosis (bcl-2 es un ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 3.— Ciclo de división celular.
  • 21. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS oncogen antiapoptosis). En estos casos, p53 también puede promover la apoptosis contrarrestando (repri- miendo la expresión) la acción de bcl-220. Gracias a esta actividad por mante- ner un control estricto del ciclo celular contribuyendo a preservar el material genético, el gen p53 se ha bautiza- do como "guardián" o "policía" del genoma. Pues bien, los problemas empiezan cuando p53 deja de ejer- cer su actividad de "guardián". ¿Cómo se inactiva el gen p53? El bloqueo de la actividad del gen supresor p53 es un fenómeno consi- derado casi universal en el desarrollo del cáncer. Su inactivación se produ- ce como consecuencia de un blo- queo que afecta justamente a aquella fracción del gen la cual le permite unirse al ADN de la célula que ha sufrido una alteración en el genoma, para poderla así detener en G12. La inutilización de esta fracción del gen consiste en una mutación puntual, es decir, una sustitución de aminoácidos aislados (C→T o CC→TT), que pue- den afectar un alelo del gen (p53+/-) o bien a ambos (p53-/-). La importan- cia de que la mutación sea heteroci- gótica la veremos más adelante. La inactivación del gen puede produ- cirse a través de dos mecanismos: mediante la unión de esta fracción con moléculas derivadas de oncoproteínas víricas (Papilomavirus, Adenovirus), oncogenes (MDM2) u otros carcinóge- nos exógenos (aflatoxinas, productos físico-químicos), o bien mediante la pro- pia mutación de esta fracción (causas endógenas). Por ejemplo, en el caso de los Papilomavirus, estos agentes sintetizan oncoproteínas víricas (E6 y E7) capaces de activar un sistema proteolítico, el cual no sólo puede inac- tivar el gen p53 sino incluso degradarlo34. Con ello, los ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 4.— p53 controla la división celular. (A) Las células sin alteraciones en su genoma se dividen correctamente. (B) Si el genoma es agredido, p53 detiene la división en G1, de manera que si la mutación es reparada la célula se divide correctamente, o en caso contrario entra en apoptosis. (C) Si no actúa p53 deteniendo la división, la mutación promueve el cáncer o la necrosis de la célula.
  • 22. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS Papilomavirus se aseguran su replica- ción en los queratinocitos indefinida- mente, sin que éstos puedan evitarlo mediante su "suicidio". En el caso de la radiación UV, son los fotoproductos acumulados durante la misma los que favorecen la mutación durante la repli- cación del ADN35. El riesgo que conlleva esta mutación es obvio; la célula con defectos pro- ducidos en su genoma no se deten- drá a repararlos ni tomará la altruísti- ca opción de suicidarse. Conservará su mutación con el consiguiente ries- go de carcinogenésis (riesgo de ser “promovida”). Por otro lado, aquellas células que hayan sufrido una muta- ción parcial (p53+/-), si bien no esta- rán preparadas del todo ("iniciadas") para ser "promovidas" hacia un cán- cer, verán reducida igualmente su capacidad para poder autodestruir- se, así como su capacidad para reparar el ADN (la sola mutación de un alelo ya altera la capacidad de reparación por escisión de nucleóti- dos) (fig. 4C). Una situación límite que refleja la gravedad de la inactivación de p53 se manifiesta en personas que sufren el Síndrome Li-Fraumeni. Estos indivi- duos heredan una forma mutada del gen, de manera que, ya a edades juveniles, desarrollan un número ele- vado y variado de cánceres (rabdo- miosarcomas, fibrosarcomas, carcino- mas mamarios, tumores cerebrales, osteosarcomas, leucemia, carcino- mas adrenocorticales, carcinomas pulmonares y melanomas). Resulta pues que las alteraciones que sufre el gen p53 podrían y, de hecho, llegan a influir en un número muy elevado de formas de cáncer, por lo que se ha llegado a consi- derar estas mutaciones como la lesión genética más importante del cáncer6,8,13. ¿Por qué es tan mutagénico el gen p53? Parece ser que las mutaciones de p53 son co- dominantes para el desarrollo de la apoptosis, es decir, la mutación de un solo alelo favorece la super- vivencia del heterocigoto (células con un alelo muta- do y un alelo normal, -p53+/-) sobre el gen normal, ya que estas células heterocigóticas tienen un capa- cidad intermedia para "suicidarse" entre la células homocigóticas (p53-/- ) y las células con un gen p53 normal (p53+/+ )9. Las células con un mutación com- pleta del gen (p53-/- ) constituyen un grupo reducido de células iniciadas que podrían evolucionar hasta desarrollar un cáncer, pero son fácilmente detecta- das y destruidas. Sin embargo, el grupo de células que representa mayor riesgo son aquellas células con la mutación en un solo alelo del gen (p53+/-), ya que no se "suicidarán" y, lo que es peor, transmi- tiran el defecto en su división. Esta codominancia favorece la expansión clonal de las mutaciones par- ciales, aumentando así el número de células que potencialmente pueden volver a ser agredidas y dar lugar a un tumor (se aumenta el número de células que son más susceptibles a sufrir los efectos promo- tores (fig. 5). En un principio se suponía que esta alteración del gen p53 sólo era determinante en las fases finales del desarrollo de un cáncer. Parece ser ahora, por el contrario, que p53 también puede jugar un papel fundamental en las fases iniciales. Todo depende del tipo concreto de neoplasia. Además, la mutación suele ser incluso distinta, dependiendo de cada forma de cáncer (intestino, pulmón, mama, hígado, sistema nervioso, tejidos reticuloendoteliales, etc.). En general, el pronóstico de un tumor será peor cuantas más mutaciones del gen presenten las célu- las que lo componen. ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 23. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS NEOPLASIAS CUTANEAS Dentro de los diferentes tipos de neoplasias, el cáncer de piel en sen- tido estricto (no incluidas las neopla- sias de tejidos blandos) es el grupo de tumores en los cuales la importan- cia de las mutaciones del gen p53 se ha demostrado de forma más contun- dente (hasta el 90% de los tumores cutáneos en el hombre)21. En general, el desarrollo del cáncer en el tejido cutáneo se basa en la suma de las alteraciones que producen 4 patomeca- nismos independientes (fig. 6)11. En primer lugar, el desarrollo de la neoplasia depende en gran medida de la capacidad intrínseca del individuo para llevar a cabo la reparación de las mutaciones en el ADN. Por ejemplo, el hombre puede sufrir una trastorno heredita- rio (Xeroderma Pigmentosum), caracterizado por una incapacidad en estos individuos en poder reparar el ADN dañado. El resultado es que la posibilidad de desarrollar cáncer cutáneo en estas personas se multi- plica por 1.000. Como segundo factor involucrado en el cáncer cutá- neo aparecen los eicosanoides (derivados del ácido ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 5.— La mutación parcial del gen p53 favorece la expansión clonal de estas células y aumenta con ello las posibilidades de desarrollar el cáncer.
  • 24. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS araquidónico y sus metabolitos) y pro - teinasas. Tanto la radiación como diversos agentes físico-químicos incre- mentan la producción de prostaglan- dinas, leucotrienos y enzimas cutáne- os que favorecen la extensión e infil- tración de las células neoplásicas. En tercer lugar se encuentra la inmu - nosupresión. Las alteraciones del sis- tema inmunológico, fundamentalmen- te celular, afectan la actividad de las células presentadoras de antígenos y la producción local de citoquinas inmunomoduladoras. De hecho, el desarrollo de las neoplasias epitelia- les en perros se ha observado aso- ciado a tratamientos inmunosupreso- res, así como a disfunciones de linfo - citos T y a una producción deficiente de inmunoglobulinas en el marco de trastornos tiroideos19,28. Finalmente, el cuarto factor viene representado por la mutación e inacti - vación del antioncogen p53 (fig. 7A y B). Como ya se ha mencionado ante- riormente, los oncogenes víricos y la radiación UV representan las causas más frecuentes de mutación en este gen. A este respecto, cabe mencionar la relación observada en perros y en gatos entre la exposición a la radiación UV solar, el desarrollo de dermatosis solares (keratosis actínica) y la apari- ción de neoplasias cutáneas5,7,22. En la especie canina, la radiación UV incrementa en un 36,6% el desarrollo de queratosis actínicas, dermatopatías que a su vez aumentan hasta un 26% las posibilidades de desarrollar un car- cinoma de células escamosas o un hemangiosarcoma dérmico22. Estas queratosis actínicas contienen un núme- ro muy elevado de mutaciones del gen p53 (fig. 2B)26. Parece pues evidente que, al igual que sucede en la especie humana, la radiación solar también juega un papel importante en el desarrollo de tumores cutáneos en perros5,14. En este sentido, resultaría interesante compa- rar los resultados estadísticos actuales sobre la incidencia y tipos de tumores cutáneos en perros y gatos con aque- llos resultados que se puedan obtener en los próximos diez o quince años. P53 EN ANIMALES DE COMPAÑIA Presentado el antioncogen p53 y una vez mostrado su papel en el desarrollo del cáncer en seres humanos, la pregunta de rigor ahora es: ¿qué relevancia tiene este gen en las neoplasias que sufren los perros y los gatos? En primer lugar, hay que destacar que el gen p53 ya ha sido secuenciado tanto en perros como en gatos, pudiéndose determinar una homología con el gen humano cercana al 100% en el caso del perro10 y pró- ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 6.— El desarrollo del cáncer cutáneo depende de la interac- ción de 4 patomecanismos básicos. De los cuatro, las diferentes mutaciones del gen p53 y sus distintas con- secuencias representan el elemento más determinante.
  • 25. el desarrollo de numerosos tipos de cáncer en animales de compañía, de forma análoga a la especie humana: 1. El ADN de una célula resulta dañado (radia- ción, infección vírica, agente físico-químico, defecto hereditario). 2. Aumenta la expresión de p53. 3.p53 detiene la replicación de esta célula para darle tiempo y ayudarla a reparar el error. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS xima al 83% en el caso del gato23. Entre el perro y el gato se ha deter- minado un 87% de homología en la secuencia del gen10. Conociendo pues la existencia en perros y gatos de un gen p53 análogo al humano, ¿es posible que las alteraciones de este antioncogen influyan en las neo- plasias que sufren los animales de compañía de la misma forma que lo hacen en la especie humana? La respuesta es muy probablemente sí. Utilizando técnicas inmunocitoquími- cas y de hibridación, no sólo se han podido demostrar mutaciones del gen p53 en múltiples neoplasias caninas (carcinomas mamarios, osteosarcomas, carcinomas de células escamosas, papilomas y carcinomas de tiroi- des)4,15,29,30,31 y felinas (carcinomas de células escamosas, fibrosarcomas, carcinomas mamarios y linfo- mas)16,17,24,29, sino que incluso se ha observado una relación directa entre el nivel de mutación del gen y la agresivi- dad de la neoplasia. Por ejemplo, a pesar de que la inactivación del antion- cogen se produce en la mayoría de neoplasias óseas del perro, ésta es mucho más intensa en osteosarcomas del esqueleto apendicular (84%) que en osteosarcomas del esqueleto axial (56%) o tumores multilobulares del crá- neo (20%)27. El mismo fenómeno se ha observado en carcinomas mamarios de mayor o menor agresividad30. Dejando aparte la posibilidad, toda- vía no detectada, de que los animales domésticos también puedan desarrollar neoplasias asociadas a una mutación hereditaria del gen p53, podría formu- larse la siguiente hipótesis para explicar ONCOLOGIA CUTANEA i Fig. 7.— Mutaciones de p53 en un carcinoma de células escamosas en un perro. Cada núcleo coloreado en marrón contiene numerosas mutaciones del gen inactivo, permitiendo la proliferación neoplásica de las células.
  • 26. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS 4. Si el daño es demasiado grave y no se puede reparar, p53 activa la apoptosis y reprime los oncogenes antiapoptosis. 5. Ahora bien, si p53 se ha inactiva- do a través de una mutación o a través de su unión con proteínas propias o víri- cas, la célula acumula el error en su genoma y, además, no se suicida, ya que puede activar oncogenes (bcl-2) que la protegen de la apoptosis. 6. La célula mutada se replica acumu- lando mutaciones hasta seleccionar clo- nes celulares marcadamente malignos. RADIOTERAPIA, QUIMIOTERAPIA Y p53 La disfunción del gen p53 no sólo es relevante desde el punto de vista de favorecer la "inducción" de la carcino- génesis. p53 interviene también, como se ha visto, de forma fundamental para que se desarrolle la “apoptosis fisioló- gica" tras una alteración del ADN. Si se tiene en cuenta que el objetivo de la quimioterapia y la radioterapia en algu- nas neoplasias se basa en la capaci- dad de inducir apoptosis en las células tumorales dañando su ADN, resulta obvio pensar que aquellas neoplasias que no tengan alteraciones del gen serán las que muestren una respuesta más favorable a este tipo de tratamien- tos (linfomas, tumores testiculares, etc.). Por el contrario, las neoplasias con una intensa disfunción (por mutación o inac- tivación) del gen p53 (carcinomas, melanomas...) no responderán a estas formas de tratamiento, porque, aunque se consiga dañar su ADN, esta altera- ción de su genoma no representará un estímulo suficiente para "suicidarse". Es posible incluso que algunas neoplasias, que responden al principio a estos tratamientos y posteriormente se vuelvan resistentes, consigan esta resistencia a través de la adquisición a pos - teriori de la inactivación de p53 (que no estaba presen- te en un inicio de la terapia). Finalmente, y quizás el hecho más importante, es que la aplicación de trata- mientos dirigidos a alterar el genoma de las células can- cerosas en neoplasias con un determinado grado de dis- función de p53 (p53+/- ) podría suponer un riesgo, ya que acabaría por inducir mutaciones y con ello conferiría una mayor capacidad de "progresión" al tumor12. CONCLUSION Al conocer el mecanismo de acción del gen p53, se está ahora en la posición de poder averiguar el funcio- namiento de numerosos oncogenes, quizás de otros que todavía están por descubrir, y determinar nuevos vínculos que puedan homogeneizar y aclarar este concepto toda- vía tan áspero que significa el cáncer. También es posi- ble que ello obligue a replantear los tratamientos utiliza- dos hasta ahora, teniendo en cuenta los posibles efectos contraproducentes que pueden ejercer la quimioterapia y la radioterapia sobre las células con alteraciones en el gen p53. Por ejemplo, se ha propuesto un tratamiento alternativo basado en inducir la expresión correcta del gen p53 mediante un fármaco no-citotóxico para detener las células normales en G1, tratando posteriormente las células neoplásicas con un fármaco convencional a dosis altas, lo cual incrementaría de forma drástica la efectivi- dad del tratamiento12. Quizás algún día no muy lejano la terapia génica podrá emplearse para tratar el cáncer en nuestros ani- males de compañía. Hasta que llegue ese momento, tendremos que estar atentos a los avances que se con- sigan en medicina humana. Mientras tanto, los ensa- yos terapéuticos más recientes y esperanzadores empleados en seres humanos se están basando en la modulación de la actividad de determinados oncoge- nes (p.e., ras) encargados de transmitir señales de cre- cimiento entre algunas citoquinas y el núcleo celular. ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 27. CAPITULO II CARCINOGENESIS, p53 Y NEOPLASIAS CUTANEAS ONCOLOGIA CUTANEA i 1. ANDERSON, M.W. y cols.: «Role of proto-oncogene activation in carci- nogenesis». Environ. Health Perspect. 98:13, 1992. 2. BRASH, D.E. y cols.: «A role for sunlight in skin cancer: UV-induced p53 mutations in squamous cell carcino- ma». Proc. Natl. Acad. Sci. USA 88:10124, 1991. 3. CARSON, D.A. y RIBEIRO, J.M.: «Apoptosis and disease». Lancet, 341:1251, 1993. 4. DEVILEE, P. y cols.: «The canine p53 gene is subject to somatic mutations in thypoid carcinoma». Anticancer Res. 14: 2.039, 1994. 5. DORN, C.R. y cols.: «Sunlight exposu- re and the risk of developing cutane- ous and oral squamous cell carcino- mas in white cats». J. Natl. Cancer Inst. 46:1073, 1971. 6. FINLAY, C.A.: «Normal and malignant growth by p53». En: Benz, CC y Liu, ET eds. Oncogenes and tumor supressor genes in human malignan - cies. Norwell, MA: Kluver Academic Publishers, p.327, 1993. 7. HARGIS, A.M. y cols.: «A retrospective clinicopathological study of 212 dogs with cutaneous hemangiomas and hemangiosarcomas». Vet. Pathol. 29: 316, 1992. 8. HOLLSTEIN, M. y cols.: «p53 mutations in human cancers». Science 253:49, 1991. 9. KAMB, A.: «Sun protection factor p53». Nature 372:730, 1994. 10. KRAEGEL, S.A. y cols.: «Sequence analysis of canine p53 gene in the region of exons 3-8». Cancer Lett. 92:181, 1995. 11. KRAEMER, K.H.: «Sunlight and skin cancer: another link revealed». Proc. Natl. Acad. Sci. USA 94:11, 1997. 12. LANE, D.P.: «p53, guardian of the genome». Nature 358:15, 1992. 13. LEVINE, A.J. y cols: «The p53 tumor suppressor gene». Nature 351:453, 1991. 14. MADEWELL, B.R. y cols.: «Sunlight skin cancer association in the dog: a report of 3 cases» J. Cutan. Pathol. 8:434, 1981. 15. MAYR, B. y cols.: «Sequence of an exon of the canine p53 gene-muta- tion in a papilloma». Br. Vet. J. 150:81, 1994. 16. M AYR, B. y cols.: «Sequence of an exon of tumor suppresor p53 gene – a comparative study in domestic ani- mals: mutation in a feline solid mam- mary carcinoma». Br. Vet. J. 151:325, 1995. 17. MAYR, B., y cols.: «Mutations in tumor suppressor gene p53 in two feline fibrosarcomas». Br. Vet. J. 151:707, 1995. 18. MARSHALL, C.J.: «Tumor suppressor genes». Cell , 64:313, 1991. 19. MILL, A.B. y cols.: «Concurrent hypothyroidism, IgM deficiency, impaired T-cell mitogen response, and multifocal cutaneous squamous papillomas in a dog». Canine Pract. 17:15, 1992. 20. MIYASHITA, T. y cols.: «Tumor supres- sor gene p53 is a regulator of bcl-2 and bax in gene expression in vi tro and in vivo». Oncogene 9:1799, 1994. 21. MOLES, J.P.: «p53 gene mutations in human epithelial skin cancers». Oncogene 8:853, 1993. 22. NIKULA, K.J. y cols.: «Ultraviolet radiation, solar dermatosis, and cuta- neous neoplasia in Beagle dogs». Radiation Res. 129:11, 1992. 23. OKUDA, M. y cols.: «Molecular clo- ning and chromosomal mapping of feline p53 tumor suppressor gene». J. Vet. Med. Sci. 55:801, 1993. 24. OKUDA, M. y cols.: «Cloning of feli- ne p53 tumor suppressor gen and its aberration in hematopoietic tumors». Int. J. Cancer 58:602, 1994. 25. PITOT, H.C. y DRAGAN, Y.P.: «Facts and theories concerning the mecha- nisms of carcinogenesis». FASEB J. 5:2280, 1993. 26. REN, Z.P. y cols.: «Human epidermal cancer and accompanying precur- sors have identical p53 mutations in adjacent areas of clonally expanded non-neoplastic keratinocytes». Oncogene 12:765, 1996. 27. SAGARTZ, J.E. y cols.: «p53 tumor suppresor protein overexpression in osteogenic tumors of dogs». Vet. Pathol. 33:213, 1996. 28. SUNDBERG, J.P. y cols.: «Involvement of canine oral papillomavirus in generalized oral and cutaneous verrucosis in a Chinese Shar Pei dog». Vet. Pathol. 31:183, 1994 29. TEIFKE, J.P. y LÖHR, C.V.: «Immunohistochemical detection of p53 overexpression in paraffin wax- embedded squamous cell carcino- mas of cattle, horses, cats and dogs». J. Comp. Path. 114:205, 1996. 30. VAN LEUWEN, I.S. y cols.: «p53 gene mutations in osteosarcomas in the dog». Anticancer Res. 16:3737, 1996. 31. VAN LEUWEN, I.S. y cols.: «p53 muta- tions in mammary tumor cell lines and corresponding tumor tissues in the dog». Cancer Lett. 111:173, 1997 32. VAUX, D. y cols.: «Bcl-2 gene pro- motes haemopoietic cell survival and cooperates with c-myc to immortalize pre-B cells». Nature 335:440, 1988. 33. WILLIAMS, G.T. y SMITH, C.A.: «Molecular regulation of apoptosis: genetic controls on cell death». Cell 74:777, 1993. 34. WONG, M. y GRUBER, J.: «Viral inte- ractions with the p53 gene in human cancer: NCI workshop». J. Natl. Cancer Inst. 86:177, 1994. 35. ZIEGLER, A. y cols.: «Mutation hots- pots due to sunlight in the p53 gene of nonmelanoma skin cancers». Proc. Natl. Acad. Sci. USA 90:4216, 1993. BIBLIOGRAFIA
  • 28. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO ONCOLOGIA CUTANEA i L término tumor cutáneo incluye aquellos crecimientos no necesariamente neoplási- cos que derivan de la epidermis o de los anejos cutáneos, de células mesenqui- matosas de soporte o de otros tipos celulares constituyentes del tejido cutáneo8. Este artículo contiene una revisión de los procesos tumorales cutáneos más comu- nes en el perro y el gato y en él se hace especial hincapié en las novedades más destacables tanto a nivel de investigación como en los cambios epidemiológicos aparecidos en los últimos años. DRS. JAUME ALTIMIRA y MIQUEL VILAFRANCA Servicio de Diagnóstico Histopatológico Veterinario, Histovet Montserrat, 9. 08192 Sant Quirze del Vallès (Barcelona)
  • 29. INTRODUCCION N cada uno de los tipos tumorales se incluye información práctica sobre la presentación clíni- ca, etiología, com- portamiento del tumor y pronóstico. No es el objetivo de esta revisión la inclusión de las pautas terapéuticas. Para obtener información más deta- llada sobre las posibles terapias en cada caso recomendamos remitirse a la bibliografía reseñada. Las características macroscópicas, la localización de la masa y los hallazgos citológicos pueden ser orientativos en lo que refiere a la cla- sificación del tumor, pero es siempre en última instancia el estudio histoló- gico del tejido el que nos permitirá clasificar la neoplasia de forma más acurada y establecer un pronóstico individualizado. CLASIFICACION HISTOLOGICA La primera publicación que nor- malizó y clasificó los procesos neo- plásicos en las especies domésticas fue, en 1974, la editada por la Organización Mundial de la Salud18,19. Basada en criterios his- tomorfológicos, algunas de las nomenclaturas establecidas en aquella publicación han sido modi- ficadas posteriormente gracias a la información proporcionada por estu- dios prospectivos y retrospectivos amplios así como por la aplicación de técnicas que permiten determinar de forma más precisa la histogénesis y el grado de malignidad de cada neoplasia (inmunohistoquímica, citometría de flujo, etc.). Actualmente se acepta que, en conjunto, son pocos los procesos neoplásicos cutáneos con comportamien- to clínico maligno y muchas de las neoplasias histoló- gicamente malignas tienen un pronóstico favorable si son tratadas a tiempo y de forma adecuada6,17. Esta evidencia ha hecho cuestionarse a numerosos grupos de investigación la utilidad y validez de una clasifica- ción histolomorfológica a menudo extremadamente compleja y detallada22. Este tipo de clasificaciones permiten compilar información prospectiva y pueden ser por lo tanto útiles desde el punto de vista acadé- mico o de investigación. Sin embargo, se sabe que muchas de las divisiones y nomenclaturas utilizadas corresponden a menudo a distintos patrones morfoló- gicos de un mismo tipo tumoral que tienen en realidad comportamientos biológicos idénticos. En este repaso queremos reflejar esta situación agrupando bajo un mismo apartado distintos tipos tumorales con caracte- rísticas muy similares desde el punto de vista clínico y de su pronóstico. NODULOS NO NEOPLASICOS (especies canina y felina) En este apartado agrupamos algunas formaciones no neoplásicas derivadas de componentes cutáneos que clínicamente muestran en muchas ocasiones caracterís- ticas macroscópicas idénticas a crecimientos neoplási- cos7,8,17,22. Quistes. Pueden ser de origen epitelial epidérmico o folicular. Son formaciones aisladas en la mayoría de casos y pueden aparecer asociadas a irritaciones cró- nicas. La extirpación quirúrgica es curativa. Los quistes de origen glandular apocrino pueden originar de una sola o de múltiples glándulas. Los quistes dermoides son formaciones congénitas consecuencia de un desa- rrollo anómalo de la epidermis y anejos. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 30. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO Nevos. Se consideran formaciones no- neoplásicas de aparición espontánea que consisten en la proliferación de uno o más elementos cutáneos maduros. Existen, por lo tanto nevos adnexales, foliculares, colagenosos, epidérmicos y apocrinos. Ocasionalmente son múlti- ples pero no recidivan y son de pro- nóstico muy favorable. Especie canina En esta especie se considera que la piel es el órga- no más frecuentemente afectado por procesos neoplá- sicos (un 30% del total de neoplasias)3,15. Algunas razas predispuestas a desarrollar tumores cutáneos son el boxer, el scottish terrier, el bull mastiff, el basset hound, el weimaraner, el kerry blue terrier y el norwe - gian elkhound17. Las neoplasias cutáneas con mayor ONCOLOGIA CUTANEA i TABLA I Resumen-esquema de las características biológicas de algunos de los procesos frecuentes en la especie canina (-, nula; +, baja; ++, media; +++, alta) Tipo tumoral Infiltración Presentación Recidivas Potencial múltiple metastático Histiocitoma –/+ –/+ –/+ – Mastocitoma +/+++ +/++ +/+++ +/+++ Adenoma hepatoides + ++/+++ +/++ – Schwann., Hemangiopericit. +/++ –/+ +/++ –/+ Lipoma –/++ –/+ –/++ – Queratoacantoma/Epitelioma + +/++ + – Adenoma sebáceo –/+ +/++ –/+ –/+ Melanoma benigno + –/+ – – (melanocitoma) Melanoma maligno ++/+++ –/+ ++/+++ +++ Tumores foliculares –/+ +/++ –/+ – Papiloma – ++/+++ – – Basalioma +/++ + –/+ – Hemangioma – –/+ – – Sarcomas de Tejidos Blandos ++/+++ –/+ ++/+++ –/+ (Fibrosarcoma, Mixosarcoma) Carcinoma cél. Escamosas ++/+++ +/++ ++/+++ ++/+++ Hemangiosarcoma ++/+++ –/+ +++ ++/+++ Adenocarcinoma Hepatoides ++/+++ ++ ++/+++ ++/+++ Fibroma –/+ –/+ – – Plasmacitoma –/+ +/++ –/+ – Linfoma +/++ ++/+++ ++/+++ ++/+++
  • 31. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO incidencia en esta especie son el his- tiocitoma, el mastocitoma, el lipoma, los tumores de glándulas sebáceas y el schwannoma. Tan sólo un tercio de los procesos neoplásicos en el perro mues- tran características histológicas de malignidad y la proporción de neo- plasias con comportamiento localmen- te agresivo y elevado potencial metas- tático es aún menor (ver tablas I)7,17. Tumores epiteliales Tumores benignos de células escamosas Papilomatosis Oral Canina es la única neoplasia cutánea canina de la que se conoce una etiología vírica. Es transmisible por contacto y se mani- fiesta por la aparición de múltiples formaciones verrucoides afectando mucosas (principalmente la oral). El pronóstico para estas neoplasias es favorable, ya que en la mayoría de casos desaparecen espontáneamen- te. Estudios recientes demuestran que los animales inmunosuprimidos pueden estar predispuestos a sufrir una infección por Papillomavirus10. Otras presentaciones menos frecuentes son los papilomas cutáneos y los papilomas invertidos. Estos se presentan de forma aislada y, aunque exis- ten descripciones puntuales en la bibliografía de transformación maligna, la extirpación quirúrgica es por lo general curativa. Clásicamente se han apli- cado autovacunas para acelerar el proceso de cura- ción. Sin embargo, debe hacerse mención de que se han descrito casos de desarrollo de carcinoma de células escamosas en puntos de aplicación de la vacuna7. Epitelioma intracutáneo cornificante/queratoacanto - ma. Este tumor benigno puede presentarse aislado, aunque frecuentemente lo hace de forma múltiple y afecta predominantemente las zonas dorsales del cue- llo y tronco. La apariencia clínica es a menudo la de ONCOLOGIA CUTANEA i TABLA II Resumen-esquema de las características biológicas de algunos de los procesos neoplásicos más frecuentes en la especie felina (-, nula; +, baja; ++, media; +++, alta) Tipo tumoral Infiltración Presentación Recidivas Potencial múltiple metastático Sarcomas de Tejidos Blandos ++/+++ +/++ +++ –/+ (Fibrosarcoma, HFM, etc.) Carcinoma cél. escamosas ++/+++ +/++ ++/+++ ++ Basalioma +/++ –/+ –/+ –/+ Mastocitoma –/+ + –/+ –/+ Tumor gl. Ceruminosas +/++ –/+ ––/+++ +/+++ Linfoma ++/+++ ++/+++ ++/+++ +++
  • 32. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO una masa con un poro central por el que sale material pastoso (queratina degenerada)7,8. Carcinoma de células escamosas Crece a partir de células epiteliales escamosas que producen queratina, ya sea a nivel cutáneo, o en mucosas (especialmente oral). Mediante técni- cas de hibridación in situ, estudios recientes han demostrado la presen- cia de ADN de Papillomavirus, y se están realizando investigaciones para determinar el papel de este virus en la aparición de estas neoplasias. La exposición a la luz ultravioleta es un factor causante de la aparición de estas neoplasias, por lo que los ani- males de capa de color clara o blan- ca se encuentran predispuestos7. Pueden aparecer en cualquier área cutánea, pero son especialmente fre- cuentes los derivados del epitelio subungueal, pudiendo afectar múlti- ples dígitos. Son tumores localmente infiltrativos y agresivos, aunque la extirpación quirúrgica amplia, espe- cialmente en estadios iniciales de desarrollo, puede ser curativa, ya que las metástasis tienden a ocurrir en aquellos casos menos diferenciados y en estadios tardíos de crecimiento8. Tumor de células basales Se presentan como nódulos delimi- tados o exofíticos, solitarios, típica- mente en la zona de la cabeza o cue- llo. A pesar de que existen distintos patrones histológicos, todos tienen muy buen pronóstico, ya que muy raramente recidivan tras la extirpación quirúrgica y no poseen potencial metastático7. Tumores de glándulas sebáceas Son tumores derivados de células epiteliales especia- lizadas. Acostumbran a presentarse de forma solitaria preferentemente en la zona de la cabeza, aunque en razas predispuestas como el Caniche Miniatura, el Cocker Spaniel, el Husky Siberiano y el Samoyedo no es infrecuente la presentación múltiple. La gran mayoría de los tumores sebáceos se comportan de forma benig- na y no recidivan tras la extirpación quirúrgica. Las for- mas malignas son muy infrecuentes y, cuando apare- cen, se comportan de forma infiltrativa, y se han des- crito también casos aislados de metástasis7,22. Adenoma de glándulas hepatoides: estas neoplasias se derivan de glándulas sebáceas especializadas y a pesar de que son más frecuentes en la región perianal (de ahí el misnoma "tumores de glándulas perianales"), pueden en realidad aparecer en cualquier localiza- ción. Se sabe que la exposición de estas glándulas a los andrógenos lleva a la aparición de hiperplasias y posteriormente adenomas. La extirpación quirúrgica es curativa en la mayoría de casos, excepto en aquellos en los que, en estadios avanzados, se ha producido infiltración en tejidos vecinos. Es frecuente que apa- rezcan nuevos crecimientos tras una primera extirpa- ción quirúrgica, por lo que es muy recomendable la castración. Ocasionalmente se detectan en machos castrados y en hembras, animales que pueden estar expuestos a hormonas endógenas (posiblemente de origen adrenal)22. La forma maligna (adenocarcinoma de glándulas hepatoides) de esta neoplasia se considera infrecuen- te. Se comportan de forma altamente infiltrativa y pue- den metastatizar a los ganglios linfáticos sacros y sublumbares. La castración no tiene efecto sobre el pro- nóstico de estas neoplasias22. ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 33. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO Tumores de glándulas apocrinas Los tumores derivados de las glán- dulas sudoríparas de los anejos cutá- neos aparecen de forma delimitada y son de comportamiento benigno en la mayoría de casos. Existen sin embar- go formas benignas de presentación múltiple, especialmente afectando la zona del cuello y escápula, donde puede afectar amplias áreas de teji- do (cistomatosis apocrina)8. Las for- mas neoplásicas malignas (adenocar - cinoma) evolucionan formando pla- cas cutáneas duras e inflamadas que a menudo ulceran y poseen un eleva- do potencial metastático a los gan- glios regionales y a los pulmones en estadios iniciales del proceso7. Tumores de glándulas ceruminosas: derivan de las glándulas apocrinas especializadas del canal auditivo. Aproximadamente 2/3 de estas neo- plasias son de carácter benigno (ade- nomas) y aparecen como crecimien- tos exofíticos que provocan una sinto- matología clínica similar a la de las otitis externas crónicas. Se cree que la irritación crónica que provocan estas otitis puede tener un papel importante en su aparición. Los carci- nomas de glándulas ceruminosas se comportan de forma agresiva local- mente y poseen un elevado potencial metastático7,8. Adenocarcinomas apocrinos de los sacos anales: se derivan de glándu- las apocrinas asociadas a los sacos anales, se sitúan en la región ventro- lateral de éstos y conectan directa- mente con su luz. Debido a su locali- zación profunda, estas neoplasias acostumbran a detectarse en estadios avanzados de su desarrollo, cuando el tumor ha infiltrado profundamente. A menu- do ha metastatizado ya a ganglios regionales (sublum- bares, sacros) en el momento del diagnóstico, ya que tienden a hacerlo en estadios tempranos. Pueden pro- vocar sintomatología local por infiltración en el recto o general al ser causantes de hipercalcemia como sín- drome paraneoplásico22. Tumores foliculares A pesar de que existen clasificaciones histopatológi- cas detalladas de estos tumores según sus patrones microscópicos (tricoepitelioma, tricolemmoma, piloma - trixoma, etc.), en nuestra opinión es preferible agru- parlos por motivos prácticos, puesto que sus compor- tamientos clínicos y pronósticos son muy similares. Se presentan como masas aisladas, bien delimitadas y muestran preferencia por la cabeza, cuello y rabo. Ocasionalmente pueden comportarse de forma infiltra- tiva a nivel local y, muy raramente, se han descrito metástasis a ganglios regionales o pulmones22. Tumores melanocíticos Son neoplasias derivadas de las crestas neurales y que se comportan en el perro de forma muy distinta a la especie humana, en la que tienen un grave pronós- tico. Los criterios de clasificación de estos tumores en el perro se basan en la localización anatómica y las características citológicas del tumor. En general es correcto decir que los tumores melanocíticos que apa- recen en las áreas cutáneas con pelo son de carácter benigno (algunos autores los denominan "melanocito - mas"). Se presentan como nódulos aislados, con forma y pigmentación variable, y no recidivan tras la extirpa- ción quirúrgica7. Los tumores melanocíticos malignos ("melanoma malig - no") presentan características citológicas de atipia, un elevado índice mitótico, tienen comportamiento local- mente infiltrativo y agresivo y poseen un elevado poten- ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 34. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO cial metastático. Son frecuentes en la mucosa oral, uniones mucocutáneas y a nivel subungueal. Aproximadamente un 10% de estas neoplasias afectan áreas cutáneas con pelo, y en esta- dios iniciales pueden presentar carac- terísticas macroscópicas idénticas a las formas benignas7. Tumores mesenquimatosos Tumores de células fusiformes Existe en la bibliografía una detalla- da clasifición de estas neoplasias según su histomorfología y el tipo de matriz extracelular que producen. La mayoría de estas neoplasias son de origen fibroblástico y pueden por lo tanto aparecer a nivel de dermis o tejido subcutáneo. Fibroma molle, fibroma durum y mixoma: tumores de fibroblastos con comportamiento benigno y muestran delimitación y consistencia variable según las proporciones de colágeno y mucina que producen. Muy rara- mente recidivan tras la extirpación quirúrgica8. Sarcomas de tejidos blandos: neo- plasias derivadas de células mesenqui- matosas con características malignas. Son tumores con comportamiento infil- trativo local, aunque su ritmo de creci- miento y potencial metastático son muy variables. En general, son tumores que crecen de forma mal definida, infiltran- do o formando capas concéntricas, las más externas de las cuales a menudo no son extirpadas quirúrgicamente y dan pie a recidivas locales. Este constituye el problema clínico principal, ya que las metástasis (pulmonares) se desarrollan en un bajo número de casos, y tienden a producirse solamente en los casos de crecimiento rápido y características histológicas atípicas. Mientras que algu- nos de estos tipos tumorales presentan por lo general un comportamiento local moderadamente infiltrativo y no poseen practicamente potencial metastático (hemangio - pericitoma, neoplasias de vainas nerviosas -células de Schwann- como el neurolemmoma, neurofibroma y el schwannoma), otros pueden comportarse de forma más agresiva localmente, recidivan de forma rápida y pose- en un potencial metastático discretamente superior (fibro - sarcoma, mixosarcoma, histiocitoma fibroso maligno). Este último grupo de neoplasias se originan a partir de fibroblastos y se cree que los distintos patrones histológi- cos podrían en realidad representar manifestaciones de un mismo tipo tumoral7,20. Tumores de adipocitos La mayoría se comportan de forma benigna (lipoma), y sólo un bajo porcentaje de éstos se presentan de forma múltiple. Algunos casos infiltran tejidos adyacen- tes como las fascias o la musculatura estriada (lipoma infiltrativo), produciéndose recidivas locales de progre- sión lenta y sin potencial metastático. Las formas malig- nas de los tumores de adipocitos (liposarcoma) crecen de forma rápida e invasiva hacia los tejidos vecinos, aunque las recidivas locales tras una extirpación amplia y las metástasis son infrecuentes7,8. Tumores vasculares Son neoplasias derivadas de las células endoteliales de los vasos. Se sabe que la exposición solar juega un papel importante en la aparición y transformación maligna de estos tumores, produciéndose especialmen- te en animales de capa de color claro, de pelo corto y en la piel expuesta más directamente a la luz solar. En la forma benigna (hemangioma), estos tumores crecen de forma aislada y delimitada y, gracias a su conteni- ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 35. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO do en sangre, son fáciles de delimitar y extirpar quirúrgicamente de forma completa. Ocasionalmente se presen- tan de forma múltiple, en cuyo caso la tendencia a la recidiva y a la transfor- mación a la forma maligna (heman - giosarcoma) es mayor. Los hemangio- sarcomas son tumores que crecen de forma mal definida, rápida e infiltrati- va hacia los tejidos profundos, por lo que son difíciles de delimitar quirúrgi- camente y frecuentemente recidivan. Su potencial metastático se considera inferior al de sus equivalentes en órga- nos internos (bazo, hígado, miocar- dio), aunque esto puede deberse a que su detección clínica se realiza en estadios tempranos de desarrollo. Es importante siempre en hemangiosar- comas cutáneos considerar la posibili- dad de que se trate de un foco de metástasis en la piel de un tumor pri- mario en un órgano interno7. Procesos histiocíticos Son derivados de las células cutá- neas dendríticas presentadoras de antígeno –de morfología histiocítica–, poco estudiadas aún en la especie canina. En la patogénesis de estos procesos juegan un papel importante los factores genéticos, las alteracio- nes en la respuesta inmunitaria y la expansión clonal de estas células. En la especie humana, aunque la mayo- ría de casos pueden ser clasificados como fenómenos reactivos, la clonici- dad de algunos de ellos es claramen- te indicativa de un proceso neoplási- co. A pesar de que estos estudios no se han realizado aún en el perro, las características clínicas y el comportamiento de estos procesos han permitido reconocer cuatro síndromes y se ha establecido una clasificación preliminar de los mismos1: Histiocitoma cutáneo. Es la neoplasia cutánea más frecuente en la especie canina. Se presenta en la gran mayoría de casos en forma de placa o nódulo erite- matoso, aislado y afecta principalmente animales de edad inferior a 4 años. El crecimiento de estos tumores se autolimita y regresan de forma espontánea. Muy raramente recidivan tras la extirpación quirúrgica. Histiocitosis. Se considera actualmente un proceso inflamatorio reactivo que puede ser cutáneo o sistémi - co. Aunque inicialmente se describió asociado al Boyero de Berna, puede también aparecer en otras razas. Se desconoce el origen de este tipo de reac- ciones, aunque se sospecha que las infecciones bac- terianas o fúngicas pueden actuar como agentes induc- tores. Se cree que existe en estos animales una altera- ción en la inmunorregulación, ya que el control de la progresión de estos síndromes requiere la administra- ción de fármacos inmunomoduladores. Sarcoma histiocítico. Se trata de un proceso neoplási- co localmente agresivo con preferencia por las extremi- dades y puede infiltrar tejido articular. Se describen oca- sionalmente crecimientos metastáticos de estas neopla- sias en los ganglios regionales o en órganos internos. Histiocitosis maligna. También inicialmente descrita en el Boyero de Berna, se sabe actualmente que puede aparecer en otras razas. Se trata de un proce- so neoplásico maligno, agresivo y de pronóstico grave a corto plazo. Su localización es multicéntrica y rara- mente afecta el tejido cutáneo y subcutáneo. Tumores de mastocitos Son neoplasias extremadamente heterogéneas en su presentación y comportamiento; la mayoría se presen- ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 36. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO tan como nódulos o placas aisladas, pero no es infrecuente la aparición de múltiples crecimientos en un mismo animal. Aunque pueden aparecer a cualquier edad, son más frecuentes a partir de los 4 años. En cachorros se observan a menudo múltiples focos de proliferación de mastocitos, aun- que este fenómeno podría representar un proceso no-neoplásico (hiperplási- co reactivo) similar a la urticaria pig - mentosa de la especie humana17. Es una de las neoplasias de más fácil diagnóstico citológico (ver artículo cito- logías), aunque debe también realizar- se un estudio histológico para poder evaluar todos los criterios de maligni- dad del proceso (pleomorfismo, índice mitótico, infiltración). Existen distintas nomenclaturas en la literatura para la clasificación de los mastocitomas, basadas en sus características de dife- renciación citológica2,14. Aunque hay una cierta correlación entre los distintos grados de diferenciación de estos tumores y su comportamiento clínico, las excepciones son frecuentes y es por lo tanto muy importante realizar un estudio clínico (localización, tamaño, delimitación, velocidad de crecimien- to, linfadenopatía regional) e histopa- tológico individualizado de cada caso para establecer un tratamiento y pro- nóstico13,17. Estamos plenamente de acuerdo con la afirmación de Goldschmidt y Shofer: todos los tumores de mastoci - tos deben ser considerados malignos y todos tienen potencial, aunque variable, para desarrollar crecimien - tos multicéntricos y metastáticos. Las recidivas locales son frecuentes, ya que en muchos casos se comportan de forma infiltrati- va y son de difícil delimitación quirúrgica. Las metásta- sis tienden a producirse a los ganglios regionales y al bazo e hígado en estadios avanzados7. Se describen diversos síndromes paraneoplásicos asociados a estos tumores como consecuencia de la liberación de sustancias biologicamente activas. Estos incluyen las ulceraciones gastroduodenales, hemorra- gias locales, retraso de cicatrización y, ocasionalmen- te, shock anafiláctico7,17. Linfoma cutáneo La piel actúa como un verdadero órgano linfoide que participa en la defensa del organismo. Los linfomas (=linfosarcomas) cutáneos se originan a partir de las células linfoides asociadas a la piel (SALT). La presen- tación clínica de estas neoplasias es muy variable e incluye la presencia de máculas, placas, nódulos, eri- tema, ulceración, alopecias y proliferaciones papilo- matosas. Estas lesiones pueden ser aisladas, múltiples y progresan, pudiendo afectar amplias áreas cutá- neas. En estadios más avanzados se afectan los gan- glios linfáticos periféricos y órganos internos como el hígado y el riñón. Algunos hallazgos hematológicos (no siempre presentes) son anemia, linfopenia, linfoci- tosis y neutrofilia7. La presentación histopatológica es igualmente varia- ble. Actualmente se sabe que aquellas neoplasias que presentan epiteliotropismo (Mycosis Fungoides) se ori- ginan de linfocitos T, mientras que entre los no-epite- liotrópicos predominan los de linfocitos T, aunque se han observado también linfomas de células B4. El pronóstico es grave a largo plazo, aunque existen diferentes protocolos terapéuticos que pueden prolon- gar la vida del animal21. Plasmocitoma Se presenta en la gran mayoría de casos como un nódulo aislado, bien delimitado de los tejidos circun- dantes. El tumor se comporta de forma benigna y las ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 37. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO recidivas son muy infrecuentes tras la extirpación quirúrgica7,22. Un bajo porcentaje de plasmacito- mas (alrededor del 3%) producen amiloide y recidivan después de la extirpación quirúrgica. Muy ocasio- nalmente pueden aparecer de forma multifocal y afectar otros órganos como la médula ósea, por lo que es siempre conveniente realizar un segui- miento estricto después de la cirugía. Este seguimiento puede realizarse mediante proteinogramas periódicos, puesto que estas neoplasias frecuen- temente se caracterizan por causar una hipergammaglobulinemia mono- clonal7,22. ESPECIE FELINA En la especie felina los tumores cutá- neos se consideran, en estudios reali- zados en EE. UU., los segundos en frecuencia tras los procesos neoplási- cos hematopoyéticos3,15. Según nuestros datos, sin embargo, es posi- ble que en nuestro país sean los segundos en frecuencia después de los de origen mamario. Las neopla- sias cutáneas con mayor incidencia en esta especie son el carcinoma de células escamosas, los sarcomas, el tumor de células basales y el tumor de mastocitos7. En el gato, un porcenta- je superior al 65% de las neoplasias cutáneas presentan características his- tológicas malignas y se comportan de forma agresiva a nivel local, por lo que cobra una importancia destaca- da su diagnóstico precoz y la toma de medidas terapéuticas, puesto que la gran mayoría de estas neoplasias pueden ser tratadas satisfactoriamente si se detectan en estadios iniciales de crecimiento (tabla II)6,7. Tumores epiteliales Carcinoma de células escamosas Se sabe que en el desarrollo de este tipo de neopla- sias juega un papel importante la exposición cutánea a la luz solar. Esta exposición provoca, en primera ins- tancia, alteraciones displásicas (pre-neoplásicas) en queratinocitos de la epidermis que reciben el nombre de queratosis actínica17. La manifestación clinica de esta entidad puede consistir en costras, escamas, ulce- raciones o placas en las áreas cutáneas menos prote- gidas (pabellones auriculares, plano nasal y hocico). Es altamente recomendable el estudio histológico de estas lesiones, puesto que clínicamente no pueden dife- renciarse del estadio neoplásico del proceso7,8. La queratosis actínica puede progresar a carcinoma de células escamosas (CCE). Esta neoplasia se divide, según el grado de desarrollo, entre las que se encuen- tran a nivel más superficial, sin penetrar la membrana basal de la epidermis (CCE in situ) y las que muestran comportamiento infiltrativo hacia la dermis (CCE inva - sivo). En estos estadios la neoplasia puede metastatizar a nivel local y a órganos distantes8,22. Enfermedad de Bowen (CCE in situ multicéntrico) El CCE in situ multicéntrico es una entidad clínica infrecuente consistente en la aparición multifocal de lesiones costrosas en forma de placas, a menudo alo- pécicas, que preferentemente afectan a cabeza, cue- llo, área escapular, extremidades anteriores y dígitos. Estas lesiones, contrariamente a lo que ocurre en el CCE, tienden a localizarse en zonas pigmentadas con pelo. Se sospecha la posibilidad de una etiología víri- ca o tóxica –como ha sido reconocido en la especie humana–, aunque ésta no ha sido demostrada hasta el momento en la especie felina. Las lesiones pueden per- ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 38. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO manecer inactivas durante un largo período de tiempo y ocasionalmente se ha descrito transformación de estas lesiones a CCE invasivo y aparición de CCE oral asociado. En general, la extirpación quirúrgica completa es curativa, aunque con frecuencia apa- recen nuevas lesiones17. Carcinoma de células escamosas (CCE Invasivo) Según el área geográfica, se consi- dera la primera o segunda neoplasia cutánea felina en incidencia. Consiste en la invasión de queratinocitos de la epidermis más allá de la membrana basal, penetrando en la dermis, tejido subcutáneo, ganglios regionales y órganos distantes como los pulmones en fases más avanzadas7. Por tratarse de una neoplasia indu- cida por la exposición solar, existe un riesgo 13 veces superior de apari- ción en gatos blancos que en aque- llos con pigmentación cutánea. Las lesiones tienden a aparecer preferen- temente en pabellones auriculares, hocico o plano nasal, y consisten en eritema e inflamación con costras que progresan a úlceras invasivas. Pueden también aparecer en forma de ulceraciones superficiales con bor- des elevados6. Aunque agresivos localmente, estos tumores tardan en metastatizar, por lo que en general la extirpación com- pleta del pabellón auricular en esta- dios iniciales de desarrollo confiere un buen pronóstico al animal. Aquellos tumores invasivos localiza- dos en plano nasal u hocico pueden destruir planos profundos y recidivan con mayor fre- cuencia. Se ha demostrado que el pronóstico está en función del grado de diferenciación histológica del tumor: aquellos que muestran presencia de nidos celu- lares con producción de perlas de queratina tienen un mejor pronóstico que los organizados en láminas y cordones infiltrativos sin producción de queratina6. Tumor de células basales Esta neoplasia se origina a partir de las células basa- les pluripotenciales de los anejos cutáneos o de la epi- dermis, y tiende a aparecer en animales de 7 a 10 años. Algunos estudios consideran ésta la neoplasia epitelial más frecuente en la especie felina. Se presen- ta en la mayoría de casos en forma de masa aislada, que puede ser pigmentada –a menudo contienen gran cantidad de pigmento melánico– y alcanzar hasta 10 cm de diámetro. A la palpación son masas compactas y desplazables, no adheridas a planos profundos8,22. El comportamiento de estas neoplasias es casi siem- pre benigno. Aunque pueden aparecer nuevos creci- mientos en zonas cercanas, la extirpación quirúrgica es curativa y muy raramente metastatizan. Como ocu- rre en otros tipos tumorales, sin embargo, aquellos localizados en el área digital pueden comportarse de forma más agresiva8,22. Tumores de glándulas ceruminosas Son tumores derivados de las glándulas sudoríparas (apocrinas) especializadas del conducto auditivo exter- no y en la especie felina tienden a afectar animales de edad avanzada y a comportarse de forma maligna (adenocarcinoma). Se sospecha en su patogénesis del papel de la irritación provocada por las otitis crónicas, puesto que a menudo se asocia a esta patología, aun- que pueden también aparecer sin causa aparente6,22. La presentación clínica puede consistir en un cuadro de prurito o supuración en el conducto auditivo y puede visualizarse un crecimiento nodular, a menudo exofítico. A pesar de que los tumores benignos acos- ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 39. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO tumbran a crecer de forma peduncu- lada y los adenocarcinomas tienden a hacerlo de forma infiltrativa y se presentan como crecimientos difusos y ulcerados, se recomienda en todos los casos una extirpación quirúrgica amplia, ya que algunos tumores malignos pueden tener un componen- te exofítico e infiltrar a su vez en su porción más profunda. Los adenocarcinomas se comportan de forma infiltrativa, pueden afectar estructuras vecinas como la glándula salival parotídea y producir deforma- ción facial. Las metástasis al ganglio regional (parotídeo o submandibular) se producen en estadios iniciales del proceso y se encuentran a menudo presentes en el momento de presenta- ción a la clínica6,22. Tumores mesenquimatosos Fibrosarcoma Se trata de un tumor derivado de fibroblastos del tejido dérmico o sub- cutáneo y es la neoplasia más fre- cuente en esta especie. En la actuali- dad se separa en tres entidades clíni- cas con características clínicas dife- renciadas5, 6. Fibrosarcomas múltiples de gatos jóvenes. Aparece con mayor frecuen- cia en animales de edad inferior a 5 años, infectados a la vez con el virus de la Leucemia Felina (FeLV) y el virus del Sarcoma Felino, que se ve favo- recido del primero para su replica- ción en fibroblastos. La presentación clínica consiste en un crecimiento mul- tifocal de masas de elevada consistencia, evolución rápida, mal delimitadas y con adherencias en tejidos vecinos. No se describe una terapia efectiva y aunque en estadios iniciales pueden extirparse quirúrgicamen- te, son frecuentes las recidivas y la aparición de nue- vas masas. El pronóstico es grave6. En nuestra expe- riencia, esta presentación es rara en España. Fibrosarcomas aislados de gatos viejos. Tienden a presentarse de forma aislada en cualquier área cutá- nea en animales de 8 a 10 años, no infectados por virus, y son de consistencia elevada, de contorno irre- gular, crecimiento lento y mal delimitado. Las metásta- sis se consideran infrecuentes (14%) y afectan predo- minantemente los pulmones. Se aconseja una extirpa- ción quirúrgica el máximo de amplia que permitan los tejidos vecinos, ya que son tumores con una elevada tendencia a las recidivas. La quimioterapia puede faci- litar su extirpación quirúrgica ya que reduce el volumen de la masa. El pronóstico empeora proporcionalmente a la presencia de criterios histológicos de malignidad (mitosis, pleomorfismo celular y anaplasia) y mejora en aquellos tumores localizados en áreas en las que puede efectuarse una cirugía agresiva6. Fibrosarcomas asociados a vacunación. Desde los primeros casos descritos en 1992, se sabe que existe una asociación estadística entre la administración de vacunas y la aparición de sarcomas en la especie feli- na. A pesar de que se han descrito casos asociados a la administración de vacunas de la rinotraqueítis, cali- civirus y panleucopenia, solamente se ha conseguido establecer una relación estadística entre la aparición de sarcomas y la administración de vacunas del virus de la Leucemia Felina (FeLV) y de la Rabia. Investigaciones realizadas en EE. UU. indican que la incidencia de estas neoplasias es baja, describiéndo- se en distintos estudios 10 a 20 casos por cada 100.000 animales vacunados de FeLV o rabia. También se conoce que el riesgo de desarrollar fibro- sarcoma aumenta con el numero de vacunaciones que ha recibido el animal en la zona afectada. Aunque se ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 40. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO desconoce aún la patogenia exacta de estas neoplasias, un estudio reciente ha demostrado que no se encuentran asociadas a la presencia de aluminio en el adyuvante, a la casa comercial de la vacuna, a la vía de administración (subcutánea o mus- cular) ni a la presencia de infección por el virus de la Inmunodeficiencia Felina (FIV) o por el FeLV6,9. Actualmente se cree que la transfor- mación neoplásica puede ocurrir a partir de fibroblastos y miofibroblas- tos reactivos en inflamaciones cróni- cas locales inducidas por adyuvantes vacunales, antígenos o ambos11. El intervalo entre la administración de la vacuna y la aparición del tumor oscila entre 3 meses y 3 años. Cuando aparece, crece de forma rápida, infiltrativa y muy raramente metastatiza16. A pesar de que la extirpación quirúrgica puede ser cura- tiva, son muy frecuentes las recidivas, incluso en casos en los que histológi- camente se observa márgenes amplios sin tejido tumoral. Esto puede deberse a la presencia de distintos comportamientos en misma masa tumoral o al hecho de que con fre- cuencia estas neoplasias presentan crecimientos "satélite", alejados de la masa principal6. La Asociación Americana de Veterinarios Clínicos Felinos aconseja continuar los protocolos habituales de vacunación de rabia y FeLV, dada la baja incidencia de estas neopla- sias en el total de la población vacu- nada y al elevado riesgo que supon- dría su suspensión para la salud humana y felina. A continuación lis- tamos algunos consejos que esta Asociación propone y que creemos aplicables también a nuestro país6. — Seguir los protocolos de vacunación especificados por la casa comercial. — Realizar vacunaciones subcutáneas cuando sea posible. Las masas a este nivel se palpan con mayor facilidad y por lo tanto pueden ser detectadas en esta- dios iniciales, facilitando la posibilidad de una extir- pación quirúrgica completa. Es preferible vacunar a nivel de la extremidad. En el caso de recidivas, la amputación del miembro sería curativa. — Administrar las vacunaciones en áreas corporales distintas. Si se utiliza siempre un área para el mismo tipo vacunal, se podrá establecerse en el futuro una relación entre tipo vacunal y aparición de sarcoma. (Rabia: pierna derecha; FeLV: pierna izquierda; vacu- nas vivas modificadas: región interescapular). — Utilizar vacunas sin adyuvantes (cuando sea posible). — Agitar el producto antes de la administración. — Evitar vacunas con aluminio. — Evitar vacunas combinadas. Mastocitomas Esta neoplasia tiende a aparecer en animales de edad media o avanzada (de 8 a 10 años). En la especie feli- na existen dos presentaciones clínicas. La forma visceral afecta principalmente órganos abdominales, aunque se han descrito también metástasis cutáneas y presentación simultánea en órganos internos y piel. La forma cutánea se presenta afectando piel y tejido subcutáneo y se mani- fiesta como una placa o nódulo que superficialmente puede mostrar alopecia o ulceración. En animales jóve- nes (edad inferior a 4 años) los mastocitomas cutáneos tienden a presentarse de forma aislada y pueden remitir espontáneamente. En animales de mayor edad se pre- sentan predominantemente de forma aislada, aunque aquellos con mayores signos histológicos de malignidad (atipia celular, mitosis) pueden aparecer distintos nódulos espaciados en el tiempo. Las recidivas locales tras la extir- pación quirúrgica son infrecuentes y sólo ocasionalmente ONCOLOGIA CUTANEA i
  • 41. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO se han descrito casos aislados de metástasis a ganglios regionales y a órganos internos. Aunque no ha sido aún suficientemente investigada, algu- nos autores sugieren que puede existir relación entre el mastocitoma cutáneo y la presencia de infección por el FIV6,7. Los síndromes paraneoplásicos se consideran menos frecuentes que en el perro, aunque han sido descritas las ulceraciones gastroduodenales. Linfoma cutáneo Se considera infrecuente en la espe- cie felina y afecta predominantemen- te animales de edad avanzada. Recientemente se ha descrito que puede existir una relación entre esta neoplasia y la existencia de infección latente por el FeLV. La presentación clí- nica es extremadamente variable e incluye pápulas, placas, nódulos, úlceras, dermatitis exfoliativa, costras, eritema o alopecia. Tiende a apare- cer de forma aislada, aunque tam- bién puede ser multifocal, afectando preferentemente la zona de la cabeza, extremidades, tórax y abdomen6. Histológicamente se divide el linfoma cutáneo entre aquellos que muestran epiteliotropismo (Mycosis Fungoides) y los que afectan únicamente dermis y/o tejido subcutáneo. Los primeros se componen por lin - focitos T mientras que entre los segundos predominan los de linfocitos B4. El comportamiento de estas neoplasias es similar al de otros tipos de linfoma. En estadios avanzados pue- den afectar múltiples o amplias áreas cutáneas y metastatizan a ganglios regionales y a órganos inter- nos. La extirpación quirúrgica de lesiones iniciales o aisladas mejora el pronóstico y se describen distintos protocolos de quimioterapia con eficacia variable6,7. TUMORES DEL DIGITO (ESPECIES CANINA Y FELINA) Entre los tumores primarios del dígito se encuentran el carcinoma de células escamosas, los carcinomas de glándulas ecrinas y, menos frecuentemente, el heman- giosarcoma, el melanoma y los tumores de células basales. Estos tumores tienden a comportarse de forma más agresiva que sus equivalentes en otras áreas cutá- neas y pueden metastatizar a ganglios regionales u órganos internos12. ONCOLOGIA CUTANEA i 1. AFFOLTER, V.: «L'istiocitosi». 14.° Congreso anual de la ESVD, Pisa. 113-117, 1997. 2. BOSTOCK, D.E. y cols.: «The prognosis following surgical removal of mas- tocytomas in the dog». J. Small Anim. Pract. 14:27-40, 1973. 3. BOSTOCK, D.E.: «Neoplasms of the skin and subcutaneous tissues in dogs and cats». Br. Vet. J. 142:1-19, 1986. 4. DAY, M.J.: «Immunophenotypic cha- racterization of cutaneous lymphoid neoplasia in the dog and cat». J. Comp. Path. 112:79-96, 1995. 5. D ODDY, F.D. y cols.: «Feline fibrosar- comas at vaccination sites and non- vaccination sites». J. Comp. Path. 114:165-174, 1996. 6. FOX, L.E.: «Feline cutaneous and sub- cutaneous neoplasms». The Vet. Clin. North Am.- Sm. Anim. Pr. 25:961- 979, 1995. 7. GOLDSCHMIDT, M.H. y SHOFER, F.S.: «Skin Tumours of the Dog and Cat». Pergamon Press, 1992. 8. GROSS, T.L. y cols.: «Veterinary Dermatopathology». Ed. Mosby Year Book, 1992. 9. KAHLER, S.: «Collective effort needed to unlock factors related to feline injection-site sarcomas». JAVMA, 202:1551-1554, 1993. 10. LE NET, J. L. y cols.: «Multiple pig- mented cutaneous papules associa- ted with a novel canine Papillomavirus in an immunosupres- sed dog». Vet. Pathol. 34:8-14, 1997. 11. MACY, D.W. y HENDRICK, M.J.: «The potential role of inflammation in the development of postvaccinal sarco- mas in cats». The Vet. Clin. North Am-Sm. Anim. Pr. 26:103-109, 1996. BIBLIOGRAFIA
  • 42. CAPITULO III REVISION ACTUALIZADA DE TUMORES CUTANEOS EN EL PERRO Y EL GATO ONCOLOGIA CUTANEA i 12. MARINO, D.J. y cols.: «Evaluation of dogs with digit masses: 117 cases (1981-1991)». JAVMA. 27:726- 728, 1995. 13. McCAW, D.L. y cols.: «Response of canine mast cell tumors to treatment with oral prednisone». J. Vet. Int. Med. 8:406-408, 1994. 14. PATNAIK, A.K. y cols.: «Canine cutane- ous mast cell tumours: Morfologic gra- dings and survival time in 83 dogs». Vet. Pathol. 21:469-474, 1984. 15. PRIESTER, W.A.: «Skin tumours in domestic animals: Data from 12 United States and Canadian colle- ges for veterinary medicine». J. Natl. Cancer Inst. 50:457-466, 1973. 16. RUDMANN, D.G. y cols.: «Pulmonary and mediastinal metastases of a vac- cination-site sarcoma in a cat». Vet. Path. 33:466-469, 1996. 17. SCOTT, D.W. y cols.: «Small Animal Dermatology». 5.a De. W.B. Saunders Company, 1995. 18. WEISS, E. y FRESE, K.: «Tumours of the skin». Bull. Wld. Hlth. Org. 50:79- 100, 1974. 19. WEISS, E.: «Tumours of the soft (mesenchymal) tissues». Bull. Wld. Hlth. Org. 50:101-110, 1974. 20. WILLIAMS, M. McC. y MIDDLETON, D.J.: «Immunohistochemistry of cani- ne cutaneous mesenchymal tumours». Proc. del III Congreso Mundial de Dermatología Veterinaria. p.90. Edinburgo, Escocia, septiembre, 1996. 21. WITHROW, S.J. y MACEWEN, E.G.: «Small Animal Oncology». 2.a De. W.B. Saunders Company, 1996. 22. YAGER, J.A. y WiLCOCK, B.P.: «Color Atlas and Text of Surgical Pathology of the Dog and Cat». Ed. Mosby-Year Book Europe Ltd., 1994.