1. Sinestesia callejera
Hambriento de cambio
En Guatemala es una realidad que la desnutrición es un problema creciente y que afecta a
una gran mayoría de niños en el país, es un problema ante el cual las autoridades no
encuentran una solución real y talvez no se han esforzado aun en encontrarla.
Probablemente muchos de los problemas que existan en la mente de los gobernantes sean
demasiado triviales o egoístas, entre que ropa usarán para la reunión de mañana, el carro
nuevo que hay que blindar, en que avión viajaran, o bien en que restaurante pomposo
degustaran un delicioso filete mañana, sin que les pase siquiera por la mente los miles de
niños que aun no ha probado bocado en todo lo que va del día, que no saben si tendrán
algo que comer al levantarse.
Los índices son claros, miles de niños nacen en hogares pobres, así mismo viven en
condiciones extremas y debido a la falta de alimento, no llegan a desarrollarse como
deberían tanto física como mentalmente, esto influye no solo en su estatura, sino en su
desarrollo escolar y a su vez en su desarrollo personal.
Como pretendemos mejorar el país si las condiciones de vida son deplorables en muchos
casos, si hay miles que no tuvieron ni siquiera una oportunidad, y cuando todos sabemos
que aquel viejo adagio se vuelve cada vez más cierto, en Guatemala el rico se hace más
rico y el pobre se hace mas pobre.
Pueden existir miles de problemas en el país, pero el hecho de que aun ser humano por
alguna razón incomprensible, se le niegue un trozo de pan duele e indigna. Por una u otra
razón yo tengo algo que comer y muchos no, y no lo entiendo, me da cierta vergüenza,
me llena de hambre, de hambre de cambio, de justicia.