El documento describe la fragmentación de varios imperios y países europeos debido al nacionalismo en los siglos XIX y XX, incluido el Imperio austrohúngaro, Yugoslavia, Checoslovaquia, Irlanda y España. El nacionalismo llevó a la independencia de Serbia, Rumania, Bulgaria, Grecia y Albania del Imperio austrohúngaro y a la partición de Checoslovaquia, Yugoslavia e Irlanda. España también experimentó un movimiento regionalista que condujo a la creación de las comunidades autónomas en