El poema describe la vida imaginaria de un hombre imaginario que vive en una mansión imaginaria rodeada de árboles y un río imaginarios. El hombre pasa las tardes imaginarias observando el paisaje imaginario desde un balcón imaginario. Por las noches, sueña con la mujer imaginaria que amó en su imaginaria vida pasada. El poema enfatiza lo imaginario y no real de la existencia del hombre a través del uso repetido del adjetivo "imaginario".