La evolución política de la zona republicana estuvo marcada por la dualidad de poderes tras la revolución de julio de 1936, los intentos de reconstruir el estado y el ejército, y los gobiernos sucesivos de Largo Caballero y Negrín. En la zona sublevada, Franco centralizó el poder bajo su mando como caudillo y dictador, estableciendo un régimen autoritario de corte fascista. La guerra tuvo graves consecuencias demográficas, culturales, económicas y sociales, y Castilla