El documento describe los dos períodos del Renacimiento: el primero se sitúa a lo largo del siglo XV y se caracteriza por ver al hombre como la obra más perfecta de Dios, el surgimiento del taller del maestro y pintar la figura humana independientemente de lo que represente; el segundo período corresponde al siglo XVI e implica el paso del teocentrismo medieval al antropocentrismo humanista, buscando las formas artísticas clásicas y la imitación de la naturaleza, comenzando con el Alto Renacimiento y terminando