Lee mejoró una célula solar de perovskita compartida por científicos japoneses, logrando una eficiencia de conversión superior al 10%. Su invención causó un gran interés en las energías limpias. Las perovskitas son atractivas porque usan materiales abundantes y económicos, pero aún deben superar desafíos como la protección contra la humedad y la degradación, y contienen plomo tóxico.