Este documento presenta una introducción a los conceptos de política monetaria y fiscal. Define políticas económicas y clasifica los tipos de políticas en cuantitativas, cualitativas y de reformas. También distingue entre políticas macroeconómicas y microeconómicas, y entre políticas a corto y largo plazo. Finalmente, explica los objetivos económicos, sociales y cuasi objetivos que guían las políticas.
2. Bibliografía
Política económica: Elaboración, objetivos e
instrumentos.
Parte I. Conceptos y problemas básicos.
Elaboración de la política económica
Capítulo 3. Objetivos, instrumentos y políticas:
un marco conceptual básico
• Cuadrado, J. R., Mancha, T., Villena, J.,
Gonzáles, M., Casares, J., Marín, J., & Peinado,
M. L. (2010). Política económica: Elaboración,
objetivos e instrumentos. Madrid: McGRAW-
HILL/INTERAMERICANA DE ESPAÑA, S. L.
3. Definición de política
económica
• “La política económica consiste en la
variación deliberada de cierto número de
medios para alcanzar determinados
objetivos”, Erick Thorbecke.
• “la política económica la forman el
conjunto de decisiones
gubernamentales en materia
económica”, Jean Meynaud.
4. Política
económica
• Los cuatro elementos que generalmente
las integran son:
• La existencia de una autoridad que
actúa como agente principal (el
gobierno, o el conjunto de autoridades
públicas de un país)
• Unos fines y/o objetivos cuyo logro se
persigue
• El carácter deliberado de las acciones
que la citada autoridad desarrolla en
el terreno económico
• La existencia de unos instrumentos o
medios que pueden ser manipulados o
alterados por las autoridades para
alcanzar los fines propuestos.
5. Taxonomía de
las políticas
económicas.
• Según el tipo de criterio adoptado,
pueden establecerse algunas distinciones
importantes:
• En función del carácter de los
instrumentos, cabe distinguir entre
políticas cuantitativas, políticas
cualitativas y reformas.
• El nivel de actuación permite
diferenciar, a su vez, entre políticas
macroeconómicas y microeconómicas.
• La dimensión temporal de las acciones
político-económicas permite calificarlas
como políticas económicas a corto, a
medio y a largo plazo.
6. Políticas
cuantitativas,
cualitativas y
de reformas.
• Para iniciar la literatura internacional la traducen en dos
conceptos:
• Políticas de ordenación: Estas corresponden a todas aquellas
actuaciones encaminadas a establecer o modificar el «marco»
de actuación de la economía, en general, y el de la política
económica, en particular. Ejemplo: Todas aquellas que se
encaminen a hacer que el mercado funcione bien, por una
parte, y a defenderlo de las posibles posiciones de dominio de
algunos oferentes o demandantes, por otra (sirvan como
ejemplo las políticas relacionadas con la defensa de la
competencia).
• Políticas de proceso: Incluyen todas aquellas actuaciones que
están más directamente encaminadas a resolver los problemas
y desequilibrios específicos derivados del funcionamiento (del
«proceso») de la economía. Ejemplo: las políticas sectoriales
ligadas a la solución de los problemas más específicos de una
rama de actividad, hasta las políticas de ajuste orientadas a
estabilizar la evolución de los precios, recuperar el equilibrio de
la balanza de pagos o suavizar el ciclo económico.
7. 1) Políticas cuantitativas, cualitativas y de
reformas.
Posteriormente Jan Tinbergen propuso una distinción más clara que la anterior.
• Políticas cuantitativas: Corresponden a todas aquellas modificaciones o variaciones introducidas en
el nivel de los instrumentos ya disponibles en la economía de la que se trate; por ejemplo, una
modificación del tipo de interés básico del Banco Central; la modificación del precio de intervención
de una producción agraria; un cambio en los coeficientes bancarios obligatorios, etc. Las políticas
cuantitativas no aspiran, pues, a modificar ni los fundamentos ni la estructura institucional de la
economía en cuestión. Se orientan a ajustar o adaptar de forma regular la economía a los cambios
que normalmente se producen, particularmente en cuanto afectan a cualquiera de los equilibrios
básicos y sus consecuencias en términos de desempleo, incrementos de los precios, desequilibrio con
el exterior y fluctuaciones en la producción. Estas políticas tendrían una clara correspondencia con
las políticas de proceso a las que anteriormente nos hemos referido.
8. Políticas cuantitativas, cualitativas y de reformas.
Políticas cuantitativas.
Políticas cualitativas: Se consideran como tales aquellas que se orientan
a la introducción de cambios estructurales en la economía, aunque sin
afectar a los aspectos esenciales de la organización económico-social.
Un ejemplo de ello sería la modificación del cuadro fiscal del país,
introduciendo nuevas figuras impositivas o modificando el peso relativo
de los distintos impuestos en el conjunto del sistema. Un buen número
de políticas cualitativas —aunque no todas— pueden identificarse con
los que anteriormente se calificaron como políticas de ordenación.
9. Políticas cuantitativas, cualitativas y de reformas.
Políticas cuantitativas.
Políticas cualitativas.
Reformas fundamentales: El fin último de este tipo de políticas es cambiar o modificar, totalmente o en parte, los fundamentos mismos del sistema económico. Con las
«reformas», lo que se pretende es afectar a los aspectos o bases esenciales de la organización socioeconómica. Ejemplo: La centralización o la descentralización de la toma
de decisiones; el control o la limitación del derecho de propiedad, y las nacionalizaciones, constituyen ejemplos de este tipo de políticas.
En realidad, estas actuaciones no pueden considerarse «políticas económicas» en sentido estricto, puesto que todas ellas suelen tener siempre fuertes implicaciones de
carácter político y afectan a la propia organización social y, en ocasiones, a sus instituciones y reglas básicas de funcionamiento, que pueden quedar incluso sustituidas.
Prácticamente, todas las políticas de reformas fundamentales entran dentro de la categoría de políticas de ordenación.
10. Políticas cuantitativas, cualitativas y de
reformas.
Así al ver la
clasificación, de
Tinbergen, se
identifican las
relaciones entre
objetivos e
instrumentos.
Las políticas
cuantitativas suponen,
simplemente, una
modificación de un
instrumento que
puede afectar a un
objetivo de forma
directa y a otros de
manera más o menos
indirecta.
Una política cualitativa
puede dar lugar, sin
embargo, a que
aumenten (o
disminuyan) el número
de instrumentos en
relación con los
objetivos, lo que
tendrá influencia sobre
el grado de coherencia
de las autoridades en
sus actuaciones.
Asimismo, algunas
políticas cualitativas y,
por supuesto, las de
reformas
fundamentales,
afectan al marco de
funcionamiento de la
economía y, por tanto,
al marco de referencia
en el que se mueven
las actuaciones de los
policy makers.
11. • La política macroeconómica: Su núcleo de atención son
los agregados y variables macroeconómicas que se
relacionan con los grandes equilibrios de una economía
(p. ej.: el producto nacional bruto, el ahorro, la inversión,
los precios, el déficit exterior, el déficit público, etc). Se
acepta, pues, que las autoridades, o las agencias
responsables de dirigir la política económica, pueden
influir claramente sobre determinados agregados
económicos y que pueden tratar de moverlos, en
particular, de acuerdo con las metas establecidas para
determinados objetivos, como son la estabilidad de
precios o la recuperación del equilibrio exterior. Se
supone, asimismo, que el logro de estos y otros objetivos
conduce a preservar y mejorar el bienestar económico
colectivo.
2). Políticas macro y
microeconómicas.
12. 2). Políticas macro y
microeconómicas.
• La política macroeconómica.
• Las políticas microeconómicas: Su centro de atención es la toma
racional de decisiones por parte de unidades económicas individuales;
(v. gr., las decisiones de una empresa o de los consumidores
individuales). En consecuencia, las políticas explícitamente
microeconómicas podrían identificarse con aquellas actuaciones de las
autoridades que pretendan influir o alterar dichas decisiones
individuales con el fin de modificar la asignación de recursos. Como
ejemplos de políticas de este tipo, en sentido estricto, podrían citarse
tanto las acciones encaminadas a influir en las decisiones de producción
y/o de fijación de precios por parte de las empresas singulares de una
rama productiva determinada como el establecimiento de impuestos
sobre productos muy determinados para desincentivar su consumo, o
las sanciones legales y otras medidas similares que afecten a
productores o consumidores, individuales o en grupos bien delimitados.
13. 3). Políticas a corto y a largo plazo
El horizonte temporal permite diferenciar, como antes
se ha indicado, tres grandes categorías de políticas: las
políticas a corto, a medio y a largo plazo.
El largo plazo se han ligado a períodos superiores a los 8 años,
pudiendo abarcar incluso hasta los 12-15 años, como suele hacerse
a la hora de definir los planes de largo alcance en materia de
infraestructuras, de energía o de ordenación del territorio.
El medio plazo se ha identificado convencionalmente con períodos
de 4-5 años.
En economía, el corto plazo suele referirse a períodos de tiempo
que, como máximo, abarcan los 18 (e incluso a veces los 24) meses.
14. 3). Políticas a corto y a
largo plazo
• Las políticas a corto plazo, o de
carácter coyuntural, suelen toman
como referencia unos objetivos en
términos de estabilidad de precios, el
logro de una determinada tasa de
crecimiento del país, o la reducción del
déficit público a un cierto porcentaje
del PIB, que pueden ser alcanzables en
un período de tiempo relativamente
corto.
15. 3). Políticas a corto y a largo plazo
• Las políticas a corto plazo.
• Las a medio-largo plazo tienen otros objetivos cuyo
logro requiere períodos bastante más largos, ya que
difícilmente cabe esperar resultados apreciables a
corto plazo. Tal sería el caso de las acciones
encaminadas a mejorar la distribución de la renta de
un país, a modificar las estructuras productivas para
permitir que puedan lograrse tasas de crecimiento
más elevadas, o en el caso de algunos países, la
solución de los problemas crónicos de la balanza de
pagos.
17. Fines generales y objetivos
económicos
• Los fines generales (aims), se identifican con aquellos
propósitos de carácter más general que una sociedad se ha
propuesto alcanzar. Los policy-makers, «interpretan» los
deseos de la sociedad partiendo de una base
constitucional, aunque teniendo también en cuenta la
manifestación pública derivada de las votaciones que
marcan las preferencias sociales en distintos momentos, lo
que puede dar lugar tanto a variaciones en cuanto de
prioridades como sobre el contenido y la importancia que
se asigna a cada fin general. Ejemplos de «fines generales»
son: el bienestar material, la igualdad, el respeto a las
libertades individuales, la solidaridad, la seguridad y el
orden.
19. Fines generales y objetivos
económicos
• Los objetivos más específicos (objectives), son los objetivos
económico-sociales, implican una cuantificación de lo que se
pretenderá lograr los fines, para mejorar el bienestar económico o
una mayor igualdad entre los ciudadanos. Implican, pues, una
definición mucho más precisa de una buena parte de los propósitos
de carácter político más general y se refieren a algunos de sus
componentes concretos, como el logro de una tasa de crecimiento de
la economía, la creación de empleo o la obtención de mejoras en la
distribución de la renta del país.
• Los «objetivos» son traslaciones al terreno económico y social de los
fines políticos, transformándolos en conceptos y metas que
generalmente pueden cuantificarse mediante indicadores estadísticos,
que permiten apreciar los logros y desviaciones con respecto a las
metas previamente establecidas.
20. Objetivos económicos, objetivos
sociales y cuasi objetivos
• Los objetivos económicos (también calificados como objetivos
«puros» de política económica) son los que están más íntimamente
ligados al bienestar económico general. Los cinco que normalmente
figuran en cualquier programa de política económica son los
siguientes:
• El crecimiento económico (aumento o expansión de la
producción del país).
• El logro de un pleno empleo (o de un nivel relativamente alto de
empleo).
• La estabilidad de precios.
• El equilibrio de la balanza de pagos.
• Una distribución más equitativa de la renta y la riqueza (o, al
menos, la reducción de las desigualdades de renta existentes).
21. Objetivos económicos, objetivos sociales y cuasi
objetivos
Los objetivos de carácter social puede
llegar a ser muy amplio. En él se integran
normalmente todos aquellos objetivos que
no son propiamente económicos, pero que,
por una parte, se orientan a mejorar o
preservar el bienestar social, y por otra,
absorben una parte importante de los
recursos económicos de la nación.
Por ejemplo: la defensa; la seguridad
interna y externa; la educación; la salud; la
protección del medio ambiente; las ayudas
a otros países. Algunos de estos objetivos
se relacionan muy directamente con lo que
ha dado en llamarse la «calidad de vida»,
objetivo de carácter bastante amplio, cuyo
contenido se analiza en un capítulo
posterior.
22. Objetivos
económicos,
objetivos
sociales y cuasi
objetivos
• Los cuasi objetivos, grupo en el que se incluyen algunas
«variables intermedias», que quienes elaboran y deciden la
política económica elevan a veces a la categoría más alta de
«objetivos». Sin embargo, no son objetivos propiamente
dichos o, cuando menos, no lo son en sentido estricto, ya que
no representan cuestiones por las que los ciudadanos se
interesan o que les afecten muy directamente. Se trata de
«variables» que, aun siendo importantes, se sitúan a un nivel
más bajo que los objetivos, puesto que son, realmente,
«medios» para lograr los objetivos más relevantes. Por
ejemplo «el equilibrio de la balanza de pagos». Podrían entrar
también dentro de esta categoría, y quizá con más claridad
que en el ejemplo anterior, «la elevación de la tasa de
inversión», el «crecimiento de la cantidad de dinero (M2, M3)
dentro de unos márgenes determinados », la «promoción de
la división internacional del trabajo» y «la promoción de la
competencia interna», entre otros.
23. Instrumentos: Conceptos y
tipología
• Un instrumento se define como un parámetro que puede
ser controlado (variado, modificado) por las autoridades
económicas. En consecuencia, en el modelo antes definido,
los instrumento siempre se encontrarán entre las variables
consideradas como exógenas.
• Calificaremos como medida de política económica a
cualquier cambio específico que se lleve a cabo en un
determinado instrumento.
• Y finalmente, una política concreta consistirá en un
conjunto de metas definidas de manera bien determinada3
y en un conjunto de medidas que se estiman adecuadas
para alcanzarlas.
24. Instrumentos:
Conceptos y
tipología
• Bajo la denominación genérica de instrumentos se integran todas aquellas
variables que los policy-makers pueden utilizar para tratar de alcanzar los
objetivos fijados para una determinada política económica.
• Las variables objetivo (y1, y2 ... ym ) se consideran variables endógenas
que la política económica toma como referencia o como meta. En el caso
de que la meta a lograr se establezca con carácter absoluto, dicha variable
pasaría a ser una restricción en relación con las restantes variables
endógenas del modelo. Esto ocurrirá, por tanto, siempre que se asigne un
determinado valor a alguna de las variables endógenas o cuando se
establezca una relación fija entre dos de ellas (p. ej., que y3/y4 = k).
• Un instrumento se define como un parámetro que puede ser controlado
(variado, modificado) por las autoridades económicas. En consecuencia,
en el modelo antes definido, los instrumento siempre se encontrarán
entre las variables consideradas como exógenas.
• Calificaremos como medida de política económica a cualquier cambio
específico que se lleve a cabo en un determinado instrumento.
• Una política concreta consistirá en un conjunto de metas definidas de
manera bien determinada3 y en un conjunto de medidas que se estiman
adecuadas para alcanzarlas.
25. Tipos de
instrumentos
Los instrumentos que las autoridades pueden utilizar para
conseguir los objetivos y metas propuestos son relativamente
numerosos y, desde luego, bastante heterogéneos.
Los instrumentos de política económica suelen presentarse
distinguiendo una serie de «familias» o grupos, tales como:
Los instrumentos monetarios y crediticios (política monetaria).
Los instrumentos tributarios y del gasto público (política fiscal,
a veces también denominada política de finanzas públicas y/o
política presupuestaria, aunque la primera incluiría a ambas).
Los instrumentos comerciales y de tipo de cambio.
Los controles y regulaciones directas.
La política de rentas (incorporada, a veces, en el grupo
anterior).
Los cambios institucionales.
Otras medidas de política macroeconómica.
26. Política monetaria
Los instrumentos de política monetaria
constituyen uno de los grupos más
amplios. En general, se orientan a
regular/controlar la expansión de la
cantidad de dinero y la evolución de los
tipos de interés. Se trata de
instrumentos que reflejan la interacción
entre el gobierno central del país (por lo
común a través del Banco Central de
cada país o bien del Banco Central de
un conjunto de países que acuerdan
una política monetaria común).
27. Política fiscal
Los instrumentos incluidos dentro de la
política fiscal, o de finanzas públicas,
abarcan esencialmente los gastos públicos
los impuestos y la política presupuestaria y
de endeudamiento.
El ámbito del gasto corresponde tanto a
los gastos gubernamentales para
suministrar servicios y bienes públicos,
como las transferencias para satisfacer
necesidades y objetivos sociales. En el de
los ingresos se incluyen los distintos tipos
de impuestos que los gobiernos
establecen, orientados no sólo a recaudar,
sino a influir en la distribución de la renta y
en la asignación de recursos.
28. Los instrumentos comerciales
y del tipo de cambio.
Los instrumentos comerciales y del tipo de
cambio han incorporado, normalmente, todas
aquellas medidas relacionadas con el comercio
y los intercambios de un país con el exterior
(aranceles, medidas de apoyo a la exportación,
restricciones) y, sobre todo, la política del tipo
de cambio. Con todo, algunos de estos
instrumentos pueden integrarse también, en
determinados casos, dentro de la política fiscal
(aranceles), de la monetaria (tipo de cambio) o
de la de controles directos (controles de
importaciones y exportaciones; fijación política
del tipo de cambio, etc.). Por esta razón,
algunos textos de política económica no los
consideran formando un grupo bien
diferenciado.