Históricamente, todos los golpes de estado en Venezuela han sido promovidos por Estados Unidos, motivados por la necesidad de controlar nuestra producción y reservas petroleras consideradas por el imperio recurso clave y estratégico de seguridad nacional, ya que es necesario para sostener y financiar su enorme poderío militar y su alta capacidad de consumo (EEUU consume el 25% de la energía mundial, siendo solo el 5% de la población mundial).