La medicina moderna tiene sus raíces en el pasado antiguo pero se estableció definitivamente como la corriente principal del conocimiento médico a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuando se crearon las bases de la anatomía humana a través de la disección de cadáveres, el desarrollo de la farmacología y la observación, así como el descubrimiento de la penicilina y el uso de anestésicos.