La Constitución de 1824 estableció la primera república federal de México, decretando la división de poderes y la elección del primer presidente, Guadalupe Victoria. Pretendía resolver problemas como el riesgo de fragmentación o concentración excesiva de poder mediante un sistema de estados libres y soberanos dentro de los Estados Unidos Mexicanos. Sin embargo, la falta de acuerdos entre federalistas y centralistas impidió que rigiera efectivamente la nación.