La declaración conjunta de 1961 entre Argentina y Uruguay estableció que el límite exterior del Río de la Plata era la línea imaginaria entre Punta del Este y Punta Rasa. Ambos países querían usar el río para la pesca y el comercio, aunque Uruguay solo podía hacerlo en marea baja. El acuerdo estableció franjas con inflexiones para que los canales de acceso a los puertos de ambos países y los canales de navegación estuvieran en aguas de uso común.