Este documento describe la investigación arqueológica realizada en el valle de Laboyos en Pitalito, Huila, Colombia. Se resumieron los hallazgos de tres períodos de ocupación prehispánica en el sitio de Cálamo desde 1000 AC hasta 1550 DC. Se clasificaron y analizaron los estilos cerámicos de cada período y se propusieron pautas de asentamiento. El documento también agradece a las personas e instituciones que apoyaron la investigación.
Canarias ante el reto de una nueva viticulturaYOLANDA YANES
Canarias ante el reto de una nueva viticultura: variedades de uvas canarias y sus correspondencias continentales. Curso teórico y práctico con cata de vinos canarios y sinonimias peninsulares.
Canarias ante el reto de una nueva viticulturaYOLANDA YANES
Canarias ante el reto de una nueva viticultura: variedades de uvas canarias y sus correspondencias continentales. Curso teórico y práctico con cata de vinos canarios y sinonimias peninsulares.
Reportaje bilingüe (inglés-español) sobre la evolución del flamenco y un compendio de nuevos grupos surgidos a partir de la matriz flamenca publicado en el número #16 de Babylon Magazine.
Designing some kind of cross/inter/trans media game around a small and nice castle. Should be "intergenerative", so here I designed some tasks where also younger and older people together could succeed within the game.
Also, some thoughts on real-life adventure design are attached in the end.
Reportaje bilingüe (inglés-español) sobre la evolución del flamenco y un compendio de nuevos grupos surgidos a partir de la matriz flamenca publicado en el número #16 de Babylon Magazine.
Designing some kind of cross/inter/trans media game around a small and nice castle. Should be "intergenerative", so here I designed some tasks where also younger and older people together could succeed within the game.
Also, some thoughts on real-life adventure design are attached in the end.
este libro es una compilación de artículos sobre los enclaves económicos en américa latina pero en este caso la importancia es por el análisis económico de las caucheras
La ruta del mosaico romano. El sur de Hispania (Andalucía y Algarve).Mosaicos Romanos
La ruta del mosaico romano. El sur de Hispania (Andalucía y Algarve).
J. M. Campos Carrasco, A. Fernández Ugalde, S. García Dils, A. Gómez Rodríguez, J. Lancha, C. Oliveira, J.F. de Rueda Roigé y N. de la O Vidal Teruel. Equipo MOSUDHIS (Interreg IIIA).
http://www.mosaicosromanos.es/
Las "cupae" de la Tarraconense en contexto: revisión, actualización y novedadesJavier Andreu
Material de apoyo a la conferencia que, con el mismo título, dictó el Dr. D. Javier Andreu, Profesor Titular de Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Navarra en el marco del Convegno Internazionale di Studi "Cupae: riletture e novità" (https://www.currentepigraphy.org/2016/07/20/cupae-riletture-e-novita-oristano-5-7-september-2016/) celeberado en Oristano (Cerdeña) entre los días 4 y 7 de Septiembre de 2016 y organizado por la Università di Sassari.
Orientaciones básica par construir desde una perspectiva de enfoque de derechos los manuales de convivencia escolar base para garantizar la sana convivencia entre los estudiantes de un establecimiento educativo.
Habermas es uno de los filósofos actuales más destacados al identificar la comunicación humana como una de las principales acciones humanas que da sentido al ser y su interacción con el otro.
Instrucciones del procedimiento para la oferta y la gestión conjunta del proceso de admisión a los centros públicos de primer ciclo de educación infantil de Pamplona para el curso 2024-2025.
3. PROCESO HISTORICO
PREHISPANICO
DE SAN AGUSTIN
EN EL VALLE DE LABOVOS
(Pitalita - Huila)
HECTOR LLANOS VARGAS
Profesor Asociado
Departamento de Antropología
Universidad Nacional de Colombia
Fundación de Investigaciones Arqueológicas Nacionales
Banco de la República Bogotá, 1990
4. FICHA BIBLIOGRAFICA
1. SAN AGUSTIN - PITA LITO (Huila) II. Arqueología Colomb iana
l. Títul o 2. Serie
Clasificación Dewe: 913 .8657
LLANOS VARGAS , HECTOR
Proceso histórico prehispánico de San Agustín en e/ Valle de Laboyos (Pita/ito, Hui/a)
BIBLIOGRAFIA: p. 106
Págs. 121, Ilust, 29. Cms. 24 (Publicación de la fundación de Investig aciones Arqueológicas
Nacionales ) No . 44
6. AGRADECIMIENTOS
La investigación arqueológica en el valle de Laboyos se pudo hacer
gracias a la junta directiva de la Fundación de Investigaciones Arqueoló-
gicas Nacionales, del Banco de la República, que aprobó su realización y
aportó su financiación. En particular, su director ejecutivo, el doctor Luis
Duque Gómcz, que como reconocido investigador de la cultura de San
Agustín, desde un comienzo fomentó el desarrollo de este trabajo. De
igual manera merece nuestro reconocimiento el departamento de funda-
ciones del Banco de la República por el apoyo constante para la ejecución
del mismo, de manera particular a la doctora Ivonne Hatty , su directora.
Desde el inicio de la prospección en la población de Pitalito recibimos
la acogida por parte de sus moradores, sobre todo de los señores Jaime y
Alberto Saad Molina, que en compañía de sus familiares nos brindaron no
sólo el permiso para trabajar en la finca Cálamo, sino también las instala-
ciones para el alojamiento del equipo científico. Gracias a su interés por la
arqueología y por todo lo que pueda rescatar la historia de la región de
Laboyos, este trabajo se pudo culminar. También queremos agradecer a
Leonel, Concha, Gloria y demás miembros de la familia Cabrera de
Pitalito por la acogida que nos dieron.
Don Hem án Cuéllar, administrador del Parque Arqueológico Nacio-
nal de San Agustín, desde trabajos anteriores y en particular para éste,
junto con su familia, han merecido nuestra gratitud por brindamos todo lo
que ha estado a su alcance, en beneficio de la investigación agustiniana.
La exploración del valle de Laboyos se inscribe en el Programa de
Investigaciones Arqueológicas del Alto Magdalena, del Departamento de
antropología, de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad
Nacional de Colombia. Por eso recibió la aprobación de sus directivas y se
9
7. inscribió en los cursos del área de Arqueología de la carrera de Antropo-
logía, que conllevó la participación de un grupo de alumnos, como parte
de sus prácticas de terreno y laboratorio.
En la primera temporada se tuvo la colaboración de los estudiantes
Aura María Gómez, María Mercedes Villalobos, Jorge Sánchez, Eduardo
Durán y de Carlos López, hoy egresado como antropólogo.
Para la segunda temporada de terreno se tuvo la valiosa colaboración
profesional de los antropólogos Leonardo Moreno y Arturo Cifuentes y
del auxiliar de investigación, Fernando Osorio.
El doctor Pedro José Botero, como en otras ocasiones, nos ofreció de
nuevo sus conocimientos científicos como investigador del Centro Intera-
mericano de Aerofotointerpretación (CIAF), para la interpretación de los
suelos excavados y asociados a la secuencia histórica prehispánica del
valle de Laboyos. También fue indispensable la colaboración del doctor
Elfas Ruiz Beltrán, por sus valiosos conocimientos adquiridos en sus
trabajos de investigación agrológica, realizados en el valle de Laboyos,
para el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC, 1988).
El antropólogo Fernando Piñeros, además de ofrecernos sus resulta-
dos obtenidos en su investigación sobre paleoecolcgía en el volcán de
Merenberg (1987), en un comienzo, motivó la realización de esta investi-
gación al darnos datos preliminares sobre hallazgos cerámicos en la
región de Pitalito, obtenidos como auxiliar del proyecto sobre la influen-
cia tectónica y cambios climáticos en los patrones de sedimentación en la
cuenca cuaternaria de Pitalito, del investigador Jos Bakker (1990).
De igual manera agradecemos a este último investigador y a la colega
Luisa Fernanda Herrera, porque este último trabajo ha sido un gran
complemento para la arqueología del valle de Laboyos, sobre todo en lo
concerniente a los cambios climáticos sucedidos en esta región en los
últimos 7.000 años. El análisis palinológico realizado, que corresponde a
este período, hecho por estos dos científicos, aportó valiosa información
sobre prácticas agrícolas muy antiguas (segundo y tercer milenio antes de
Cristo), y los cambios climáticos que ayudaron a comprender los períodos
de ocupación precolombina del valle de Laboyos.
El antropólogo Luis Guillermo Vasco, profesor del Departamento de
Antropología de la Universidad Nacional, además de participar en la
prospección inicial del valle de Laboyos, mantuvo su interés a lo largo del
10
8. proyecto y colaboró con sus conocimientos sobre la etnología de las
comunidades indígenas del departamento del Cauca.
Carmen Alicia Peña participó en la presentación final de la parte
gráfica, y el texto final tuvo la ayuda, en su corrección, de Javier Alonso
Lozano y en la mecanografía de Gladys Montoya.
A todos ellos ya las demás personas que colaboraron con este trabajo ,
nuestro reconocimiento y agradecimiento.
11
9. INDICE GENERAL
Pági na
Abreviaturas 15
Fechas de C.14 17
INTRODUCCION 19
1. EL VALLE DE LABOYO S 23
l. Paisajes 25
2. .'SENTAM IENTOS PREHISPÁNICOS 31
l. Localización .......................... ........ 31
1.1 Cála mo ...... 31
1.2 Finca Santa Isabel ........................................................... 36
1.3 Colegio Juvenil Campesino 37
lA La Ca neca.. .......... 37
1.5. Vereda Montañita 38
1.6. Casa antig ua de la finca Cálamo 38
1.7. La Lagun a ....................................................................... 39
2. Excavaciones en la finca Cálamo (Cortes 1 y 2) 39
2. 1. Primera ocupación (Período Form ativo) 41
2.2. Segunda ocup ación (Período Clásico Regional) 46
2.3. Tercera ocupación (Período Reciente) 50
13
10. Página
3. ALFARERÍA Y PAUTAS OE ASENTAMIENTO:
UN PROCESO HISTÓRICO REGIONAL 53
1. Período Formativo (l000 A.e. - 300 O.e.) 58
1.1. Alfarería 58
Baño rojo pulido (l) .. 64
Baño café claro pulido (2) .. 65
Baño café osc uro pulido (3) 66
Café claro sin baño (2) ................. ...... 67
1.2. Pautas de asentamiento 69
2. Período Clásico Regional (300 - 800 O.e.) 70
2. l. Alfarería 71
Baño rojo (1) ......................................... ........................ .. 71
Baño café claro (2) 75
Baño café oscuro (3.2) 75
Negra (4). ........................... .............................. ........... 76
Café claro sin baño (2) 76
Crema sin baño (4.4) 76
2.2. Pautas de asentamiento 78
3. Período Reciente (800 - 1550 O. C) 81
3. l . Alfarería 81
Baño Rojo (1) 82
Baño café claro (2) 82
Baño café oscuro (3) 85
Café friable sin baño (l) 85
Café claro sin baño (2) .......... 85
Café oscuro no friable (3) 86
Rojiza sin baño (5) 86
3.2. Pautas de asentamiento 92
BIBLIOGRAFÍA ::....................................................................... .. 107
INDICE DE LÁMINAS 111
INDICE DE FIGURAS 115
14
11. ABREVIATURAS
Lam.(s) : lámina(s)
Fig.(s) : figura(s)
N. : número
A.e. : antes de Cristo
D.e. : después de Cristo
BP. : antes del presente
NOTA: Todos los dibujos fueron elaborados por el autor, lo mismo las
fotografías, a excepción de las que se especifiquen en el índice de láminas.
Para la localización de los materiales arqueológicos se utilizó un solo
sistema de codificación: por ejemplo:
P. 3.2.1 donde:
P : Pitalito
3 : sitio arqueológico
2 : número de corte
1 : número del nivel
15
12. FECHAS DE C.14
BETA-25156 Corte 2 Cuadrícula A 1430 ± 370 BP.
Nivel 95-100 cm. (520 D. C.)
BETA-25157 Corte 2 Cuadrícula A 2200 ± 120BP.
Nivel 120-125 cm . (250 A. C.)
17
13. INTRODUCCION
Como se aprecia en este informe, la región sur del Alto Magdalena, en las
últimas dos décadas ha sido investigada de manera continua, por parte de
investigadores, que han aumentado de manera considerable el conoci-
miento que se tiene sobre la llamada cultura de San Agustín . El universo
de datos y sus significados, cada vez más, alcanza una mayor aproxima-
ción a su compleja historia prehispánica.
Al tomar conciencia de la magnitud del territorio cultural de San
Agustín, en los últimos años se ha buscado estudiar nuevos asentamientos
aborígenes, localizados en regiones diferentes a las investigadas hace
varias décadas. Primero se investigó la región de Quinchana (Llanos y
Durán, 1983), luego el cañón del río Granates en el municipio de Salado-
blanco (Llanos , 1988), y en esta ocasión se escogió el valle de Laboyos,
que por su ubicación geográfica y por sus características fisiográficas y
climáticas, constituye un área atractiva para haber sido ocupada por los
mismos habitantes precolombinos de San Agustín.
De la arqueología del valle de Laboyos apenas se tenía conocimiento
de algunos hallazgos ocasionales recientes, pero esta zona no había sido
objeto de un proyecto de investigación arqueológica. Razón por la cual
esta exploración se propuso como objetivo general lograr una primera
aproximación a los asentamientos prehispánicos, para apreciar sus víncu-
los culturales con la historia agustiniana investigada en regiones vecinas.
La prospección realizada en diferentes sectores del valle, en una
primera etapa, permitió apreciar la gran cantidad de yacimientos arqueo-
lógicos, entre los que sobresalieron los ubicados en la finca Cálamo,
porque en ellos se pudo apreciar que se trata de las diferentes ocupaciones
19
14. aborígenes identificadas en San Agustín, -íesdc el período formativo hasta
los tiempos de la conquista hispánica.
Los cortes realizados en Cálamo ratificaron y precisaron la aprecia-
ción inicial. En una misma terraza se encontraron, de manera superpuesta,
las evidencias culturales de sitios de vivienda y campos de cultivo del
período formativo superior, el clásico regional y el reciente, según la
periodización propuesta por los investigadores Luis Duque Gómcz y Julio
César Cubillos Ch. (1979).
Lo anterior hizo que este trabajo se inscribiera en la compleja realidad
prehispánica del sur del Alto Magdalena. De inmediato, se integró el valle
de Laboyos a San Agustín, 10 que dio la oportunidad de hacer un balance
de los períodos que conformaron su proceso histórico. Por tal razón, los
materiales cerámicos se presentan integrados a la información existente
sobre los demás elementos culturales, que constituyeron sus respectivas
pautas de asentamiento.
Es interesante destacar que los indígenas de San Agustín no sólo
habitaron los paisajes conformados por ellomerío de origen volcánico, o
en las terrazas aluviales y coluviales a orillas de ríos como el Magdalena,
el Quinchana o el Granates, sino también en terrazas naturales, en medio
de áreas pantanosas o inundables, propias del valle del Laboyos. Lo que
significa la gran capacidad de adaptación a diferentes medios ambientes,
de los grupos indígenas del sur del Alto Magdalena, que les permitió el
aprovechamiento de sus recursos animales y vegetales y la utilización
permanente de unos suelos propicios para la agricultura de cultígenos. de
los pisos cálido, templado y frío.
Cada vez más , se ratifica y amplía, que en el sur del Alto Magdalena
se dio un proceso histórico indígena durante más de dos milenios, que
produjo una tradición cultural rica en experiencias sobre el manejo de una
naturaleza compleja y difícil, Yen prácticas rituales mágicas cuyos sím-
bolos perduran tallados en la piedra, como testimonio de un pasado que
aún merece ser conocido en el presente.
20
15. LOCALlZACION AREA DE INVESTIGACION
MUNICIPIOS SUR DEL HUILA
'0,- - //
.
"
~
'- '- ' 1.
'- ...... . . / ..-'"
" SALADO - - - -
- - -~ BLANCOe!)
)
C--
....
N
CAQUETA
o VALLE DE LA BOYOS
r GAC . 1. 985
ES CALA 1: 400 .0 0 0
16. 1
EL VALLE DE LABOYOS
La región escogida para ser investigada se conoce con el nombre de valle
de Laboyos, que hace parte del municipio de Pitalito, ubicado en el sur del
departamento del Huila y que limita con los siguientes municipios : al
norte con Saladoblanco y Elías, al noroeste con San José de Isnos, al
noreste con Timaná, al sur con Palestina, al este con Acevedo y al oeste
con San Agustín .
El valle de Laboyos es la parte central del municipio de Pitalito y
constituye el centro geográfico de la parte sur del Alto Magdalena,
delimitado por las estribaciones de la cordillera oriental, hacia el sur y el
oriente, y varias serranías que lo separan del profundo cañón del río
Magdalena, hacia el norte y el oeste . (Lams. 1-2). Está ubicado entre
1°51'13" y 1°54'4" de latitud norte y entre 76°1'7" y 76°5'40" de longitud
oeste.
Es una región privilegiada en tanto que de ella se desprenden vías
naturales que la comunican con la Alta Amazonia, con el valle medio del
río Magdalena, el altiplano de Nariño y el valle del río Cauca.
El valle ha sido formado principalmente por la acción de los ríos
Guarapas y Guachicos que nacen en la cordillera Oriental y corren para-
lelos de sur a norte; el primero desemboca en el río Magdalena después de
hacer recibido las aguas del segundo. El valle también es regado por
quebradas como Mortinal, Regueros, Aguadulce y El Guadual, que corren
de norte a sur formando un solo caudal que se llama Cálamo, que desem-
boca en el río Guarapas, en un sitio que hace parte del perímetro urbano de
Pitalito. (Lam . 1).
La zona estudiada del valle se encuentra en clima templado, entre
1.200 y 1.500 metros. De un total de 1.012 kilómetros que tiene el
23
18. municipio de Pitalito, 681 pertenecen al piso t érmico medio y 331 al Irío.
Las temperaturas varían entre los 17 y los 23 °C., para las tierras del piso
templado del valle de Laboyos. (Univ. Nacional, 1983: 20).
Según Holdridge, el valle se inscribe en la zona de vida de bosque
húmedo subtropical (bh-ST):
"La vegetación primaria ha sido, en gran parte, destruida para
formar potreros y algunos cultivos como café, caña, cacao y otros;
solamente hacia las cañadas y en la vega del río Guarapas, se
presenta uno que otro especimen vegetal como guama (inga sp),
guadua (Guadua angustifotia), balso (Ochroma lagopus), sangre-
gao (Groton sp), guarumo (Cecropia sp), higuerón (Ficus labran-
ta), aguacate (Persea sp), sauce (Satix humboLtiana), carbonero
(Calliandra semaniiy y una variedad de especies menores disemi-
nadas en toda el área estudiada". (lGAC, 1988: 12) (Lam. 1:1).
El clima del valle de Laboyos es relativamente homogéneo, " los
parámetros climáticos no varían excesivamente respecto los promedios
anuales". (ldem: 6). Hay un promedio anual de lluvias de 1.000 a 2.000
mm. Existen dos períodos de mínima precipitación, comprendidos, el
primero entre finales del mes de diciembre y comienzo de marLO, y el
segundo entre los meses de agosto y septiembre; de igual manera dos
períodos de invierno, uno entre el mes de octubre y los comienzos de
diciembre, y el otro entre abril y junio. (ldem).
1. Paisajes
La región centro y norte de Pitalito, recorrida por los ríos Guarapas y
Guachicos es el 40% del área del municipio y corresponde a suelos
desarrollados a partir de rocas sedimentarias. (Univ. Nacional, 1983: 21).
En esta zona se distinguen cuatro tipos de paisajes: zona montañosa,
zona de terraza, zona de valles y vegas recientes y montículos y colinas .
De ellas, se han seleccionado como área de investigación de este proyecto
los paisajes de terrazas planas y de valles y vegas recientes:
"El ambiente morfogenético en el cual se han desarrollado los
paisajes del valle y piedemonte, es de carácter deposicional y en
su construcción han tenido acción principal los ríos Magdalena,
Guachicos y Guarapas, los que en competencia con otros ríos, en
25
19. su continuo divagar, han depositado materiales, dejando por esta
causa los diferentes tipos de relieve". (IGAC, 1988: 3).
Entre las vegas del río Guarapas y el piedemonte de la cordillera
Oriental se localizan en secuencia terrazas: baja, media y alta. La primera
integra el paisaje del valle y es "estrecha, alargada, contigua y paralela al
cauce del río Guarapas, está formada de materiales francos y arcillosos
sobre estratos pedregosos". (Idem: 4) (Lam. 1).
La terraza media "se ha formado a partir de sedimentos aluviales
espesos (arcillas) que descansan sobre estratos profundos de materiales
arenosos,...", y tienen un desnivel de 60 a 70 metros con respecto de la
baja. (Idem: 4).
La terraza alta es considerada la más antigua, y "está localizada entre
los abanicos y la montaña y se ha formado a partir de materiales aluviales
arcillosos"; tiene un desnivel de 15 a 20 metros a la terraza media. (Idem :
4).
Por último, el piedemonte lo forma el abanico, que "está formado por
depósitos aluviales derivados de rocas volcánicas muy antiguas (de edad
Jurásica) correspondientes en su mayoría a la formación Saldaña, que está
integrada por rocas ácidas e intermedias, especialmente ignimbritas de
tipo riolita y riodacita y lavas volcánicas de tipo andesftico". (Idem: 4)
(Lam. 2: 1).
Como se verá más adelante en el capftulo de la prospección, la
mayoría de los asentamientos hallados , se localizan entre las formas de la
terraza media: taludes, albardones y cubetas de decantación.
Los taludes:
"se han formado como producto de la incisión y entalle ocasiona-
da por el río Guarapas y otros caños, intermedios entre el nivel alto
de la terraza media y la terraza baja. Tienen configuración estre -
cha y alargada; son paralelos al curso del río Guarapas y caños
menores; topográficamente son rectilíneos, de relieve fuertemente
quebrado y con pendientes entre 25 y 75% Yestán dominados por
el relieve plano de los albardones". (Idem: 5).
Los albardones son diques naturales que :
26
21. "corre sponden a depósitos de materiales efectuados en un proceso
de modelaje según el cual, los ríos en esta zona sufrieron represa-
miento en el choque contra la cordillera Oriental , dividiendo su
cauce en brazos y éstos efectuaron la respectiva disposición en sus
márgenes en un sistema fluvio deltáico. Debido a su dinámica
alterna de deposición inicialmente horizontal (rápida) y posterior-
mente vertical (lenta), predominan los materiales arcillosos con
inclusiones, en zonas de materiales arenosos. Como resultado de
este proceso, estas formas son de configuración estrecha y sinuosa
con relieve plano convexo, con pendientes de 0-1-3-7%. (ldem : 5)
(Lam. 2: 2).
Las cubetas de decantación son las formas depre sionales característi-
cas del sistema fluvio deltáico:
"Estas posiciones que alternan en complejo con los albardones
(diques), en gran cantidad , en el valle de Laboyo s constituyen un
subpaisaje multideltaico-multibasínal. Las cubetas han sido so-
metidas a estancamiento prolongado de agua y la deposición de
materiale s sobre estas posiciones, ha sido en forma vertical, lenta,
por tanto en general son arcillosas con más de 60% de arcilla. En
su configuración son anchas, masivas, de relieve plano cóncavo y
pendiente de 0-3%". (ldem: 6) (Lam. 3: 1).
En general los suelos se han desarrollado a partir de material es
aluviales de diferentes orígenes: "los sedimentos son arrastrados desde las
cordillera s y depositados en el valle de Laboyos. Hay materiales igneo s
metamórficos y sedentarios". (Idem: 117). Los relieves son plano con-
vexos y plano cóncavos:
"En los conve xos el agua percola fácilmente, los suelos son mo-
deradamente bien drenados. En los relieves cóncavos el agua no
percola fácilmente y forma un ambiente de saturación, originando
suelos pobremente drenado s. También las zonas de bajos que se
encuentran constantemente en medio hidromórfico, han favorec i-
do el ambiente para la formación de los suelos orgánicos". (ld em :
59).
Sin embargo, se puede decir "que los aportes de materiales de origen
aluvial que han formado abanicos, terrazas y vegas ya estabili zadas, han
contribuido tanto en la ganancia de materiale s como en la nivelación de
estas superficies, facilitando en cierta forma su uso adecuado". (ldem:
59).
28
22. Como se pudo constatar en las escavaciones, los suelos de la terraza
media al ser derivados de sedimentos aluviales, " poseen un estrato supe-
rior espeso de arcillas que descansan sobre estratos profundos de materia-
les arenosos, que sirven de matriz a materiales heterométricos". (Idem :
59).
En la formación de bosque húmedo subtropical (bh-ST), la lluvia
excede a la evapotranspiración, lo cual significa un sobrante de agua en el
suelo , lo que es "condición favorable para la planeación de las tierras de
esta región y en especial para aprovechar al máximo sus suelos". (Idem:
12) Además, por ser generalmente un área de tierras planas, los procesos
erosivos son muy escasos, siendo favorables para actividades agrícolas.
(Idem : 73).
En síntesis, los suelos del valle de Laboyos tienen una fertilidad
generalmente alta . Una dificultad se presenta en las regiones más bajas ,
como La Coneca, donde los suelos están muy saturados de agua, form an-
do pantanos, pero que si se drenan bien, serían aptas para la agricultura al
ser ricas en contenidos orgánicos.
Los aborígenes que vivieron en el valle de Laboyos, desde tiempos
anteriores a la era cristiana hasta los tiempos de la colonización hispánica,
comprendieron las características de los suelos, con sus cualidades para la
agricultura y con la dificultad de saturación de agua en algunas área s,
porque de lo contrario no se entendería cómo lo habitaron durante tan
largo proceso histórico.
29
23. 2
ASENTAMIENTOS PREHISPANICOS
1. Localización
Al no existir un trabajo de investigación arqueológica anterior sobre el
valle de Laboyos, inicialmente se hizo una exploración de los diferentes
paisajes que lo conforman, con el fin de localizar asentamientos aboríge-
nes y para lograr una primera aproximación a sus pautas de asentamiento,
según planteamientos utilizados en trabajos anteriores, en Quinchana
(Llanos y Durán, 1983) y en el cañón del no Granates (Llanos, 1988).
1.1. Cálamo
El punto de partida de la prospección fue la finca Cálamo, que limita con
los barrios del noroeste de la ciudad de Pitalito y que pertenece a los
señores Jaime y Alberto Saad Molina, porque se tenía conocimiento de los
hallazgos ocasionales hechos por un trabajador de la finca. Este había
encontrado en un campo de cultivo, algunas tumbas, en una de las cuales
obtuvo una cabeza antropomorfa de piedra (Lam. 6: 2) y unas pequeñas
vasijas de barro. Estas piezas se conocieron con anterioridad gracias a la
información dada por don Hemán Cuéllar, administrador del Parque
Arqueológico Nacional de San Agustín, que había sido llamado a la finca
cuando fueron encontradas.
El sitio del hallazgo se localiza en un albardón que bordea la margen
derecha de la quebrada Cálamo (Fig. 1, p. 1-3). Este aterrazamiento es
casi plano en su totalidad, teniendo en la parte central dos elevaciones
naturales de cima plana. (Lam. 3: 1).
El lugar donde aparecieron algunas de las tumbas (p. 1), es plano,
levemente inclinado hacia el borde oriental de la terraza, que cae varios
31
25. o P.IO
LOCALlZACION SITIOS ARQUEOLOGICOS
TERRENO SUJETO A INUMDACIO N
o P.12
N
- - A SAN AG ST IN
-.
VALLE DE LABOYOS
I.G .A. C . 1.976
M . DE PITALlTO
ESCALA 1:25000
26. metros de forma casi vertical hacia el cauce de la quebrada Cálamo. La
superficie se encuentra alterada por actividades agrícolas modernas. Aquí
se hicieron varios pozos de sondeo, de 30 x 30 cm. a lo largo de un eje que
cruza el campo de cultivo (16 mt . de largo).
En la superficie del terreno como en todos los pozos de sondeo se
encontraron fragmentos de cerámica y algunos artefactos de obsidiana y
otras rocas con varios fragmentos de carbón, en la tierra orgánica de color
café negruzco, con buen contenido de arcilla, que alcanzó una profundi-
dad de SO cm.; luego se halló un horizonte de arcilla gris oscura con
pequeñas piedras que no contenía evidencias culturales. Todo parece
indicar que se trata de un basurero prehispánico en donde también hay
varios entierros.
Según información del trabajador, las tumbas eras superficiales y se
conformaban de una fosa más o menos rectangular, cubierta parcialmente
con algunas lajas de piedra sin tallar, con formas columnares.
La tumba donde se excavó la cabeza de piedra se localiza a unos cien
metros en línea recta del sitio anterior, hacia la parte central más alta del
aterra zamiento (p. 2). Aquí se hicieron varios pozos de sondeo cuyos
contenidos indicaron que se trataba de un lugar de habitación aborigen
donde también se hicieron varios entierros.
Este plano central tiene una pendiente suave que lo integra al resto del
aterrazamiento, en donde se arrojaron las basuras (cerámicas y líticos), y
en donde se localizó una tumba que se excavó. La fosa , de forma ovoidal ,
fue hecha en la capa de tierra arcillosa, debajo de la capa vegetal, a una
profundidad de SO cm.; de largo tiene 104 cm., de ancho 38 cm . y 24 cm .
de profundidad. En el extremo oeste se comunica con un nicho que tiene
50 cm. de largo, 30 cm. de ancho y 36 cm. de alto. (Fig . 2) Encima del
nicho, a manera de cubierta se hallaron unas piedras de forma columnar,
apoyadas sobre las paredes. La tumba y el nicho solamente contenían
fragmentos de cerámica y piedra en la tierra de relleno. Por sus dimensio-
nes corresponde al entierro de un niño.
Los datos del trabajador de la finca que había guaqueado otras tumbas
se confirmaron y precisaron con esta excavación. Por informaciones
obtenidas en la región, se pudo conocer que cuando hicieron la carretera
circunvalar de Pitalito, que cortó el aterrazamiento en referencia, se
destruyó su extremo norte, y los obreros encontraron otras tumbas, con
algunas vasijas y lajas de piedra similares a las excavadas.
34
27. )Oc .... . 104 e .... .
"' ....
N
PLANTA TUteA P. 2
t
5Oelftt.
12e.... EST RATO ARCIUDSO
CAFE CLARO
e ORT E A - A'
FiQuro No 2
35
28. En las barrancas que generó la carretera en el extremo norte del
aterrazamiento, quedó a la vista un perfil estratigráfico, donde se pudo
apreciar una secuencia de estratos con fragmentos de cerámica, hasta una
profundidad de 150 cm., que corresponden a los diferentes complejos
identificados para la cultura de San Agustín.
La barranca del lado norte de la carretera está muy alterada a diferen-
cia de la que está al sur. Por lo cual en los terrenos planos de encima de
este lado se hicieron pozos de sondeo controlados, que ratificaron la
secuencia apreciada en el perfil de la barranca. (p. 3).
El trazo de la carretera sigue en línea recta, después de cruzar la
quebrada Cálamo, en dirección oriental, hasta encontrar la carretera prin-
cipal del norte que llega a Pitalito procedente de Timaná.
Lo observado en la terraza de la finca Cálamo, mostró que se podía
tomar la carretera como un eje de prospección, en este sector del valle de
Laboyos, en tanto que ésta cruza otros albardones y cubetas de decanta-
ción. Se localizaron cuatro terrazas más, de menor magnitud que la de la
finca Cálamo (p. 4, p. 5, p. 6, p. 7), donde se hicieron pozos de sondeo que
resultaron positivos, pero no tan atractivos en cuanto a complejidad
cultural como los tres primeros yacimientos.
1.2. Finca Santa Isabel (p. 8)
Queriendo continuar con la prospección de la terraza media del valle de
Laboyos, se tomó la carretera que sale de Pitalito para Acevedo, en
dirección suroriental. A un kilómetro de distancia aproximadamente se
tomó una desviación hacia el norte que pasa por la finca Santa Isabel. A
orillas de esta carretera está la casa de la finca, que como se pudo apreciar
fue construida encima de un albardón que había sido habitado en tiempos
prehispánicos.
En el patio posterior de la casa y en un cafetal que está a continuación,
afloran en la superficie gran cantidad de pedazos de carámica. Los pozos
de sondeo que aquí se hicieron, dieron una alta concentración de materia-
les culturales, en la capa vegetal (hasta 40 cm. de profundidad), mostran-
do que son basureros del período tardío de San Agustín.
Por información de los campesinos, en esta zona es frecuente hallar
fragmentos de cerámica y artefactos líticos cuando se cultiva, de tal
proporción que motivó que a una corriente de agua que cruza el área se la
llamara zanjón de los tiestos.
36
29. 1.3. Colegio Juvenil Campesino (p. 9)
Posteriormente se continuó la exploración hacia los terrenos del sur de
Pitalito. Para ello se siguió la carretera que sale del hospital regional, en
dirección sur, de manera paralela al río Guarapas, hasta llegar al Colegio
Juvenil Campesino. Este, limita con la finca de don Alvaro Barrera, en
donde se encuentran algunas de las altas terrazas que conforman la
margen derecha del mencionado río en este sector del valle. (Lam . 1: 1).
En potreros inmediatos a la casa de la finca y a orillas del río Guarapas se
hicieron varios pozos de sondeo que dieron algunos fragmentos de cerá-
mica, sin encontrarse una concentración de los mismos.
Luego se prospectó la finca que está al frente, en la otra margen del
río. A diferencia de las tierras planas de la margen derecha, los terrenos de
la margen izquierda son lomas altas y de cimas redondeadas. (Lam . 2: 1)
Varias de ellas se sondearon sin lograr resultados positivos.
1.4. La Coneca (p. 10)
Una vez realizado el reconocimiento del área suroriental del valle de
Laboyos se visitaron los terrenos de La Coneca, que hacen parte del sector
norte del valle, con el fin de apreciar si habían sido ocupados en tiempos
prehispánicos en tanto que hacen parte del paisaje más inundable del
valle .
Las tierras, al ser bajas (cubetas de decantación), en un alto porcentaje
han permanecido inundadas, al estar los suelos sobresaturados de agua ,
que los campesinos actuales están drenando y adaptando para la agricul-
tura, en tanto que son suelos muy ricos en contenidos orgánicos.
Los terrenos de La Coneca limitan con el conjunto de lomas que
bordean el valle de Laboyos en su parte norte y que lo separan del
profundo cañón del río Magdalena, en la parte que corresponde a la
inspección de policía de Guacacayo.
En medio de las tierras planas de La Caneca hay algunas elevaciones
no muy altas (albardones) , en donde se cultiva café; algunas de ellas se
prospectaron encontrándose restos culturales asociados al período tardío
de San Agustín. Fue interesante observar una constante o pauta de asen-
tamiento similar, en tanto que los sitios prehispánicos se localizaron sobre
albardones, que a manera de islas se encuentran rodeados de cubetas de
decantación o tierrasinundables.
37
30. 1.5. Vereda Montañita (p. 11)
Está localizada hacia el norte de Pitalito. Sobre la margen occidental de la
carretera que viene de Timaná, y a unos 5 kilómetros antes de llegar a
Pitalito, está localizada la casa de la finca Montañita de la señora Celenia
de Burbano. En la parte posterior de esta casa se hizo una prospección en
un cafetal. Los pozos de sondeo indicaron que en la capa vegetal hay
fragmentos de cerámica e instrumentos líticos que constatan la presencia
de grupos indígenas del período reciente o tardío de San Agustín.
1.6. Casa antigua de la finca Cálamo (p. 12)
La casona de la colonial hacienda de Cálamo fue construida sobre un
albardón rodeado de cubetas de decantación. En ambos lados de la casa
que corresponden a los extremos de la terraza, hay cultivos de café y maíz.
En estos campos aparecen gran cantidad de fragmentos cerámicos y
artefactos líticos en la capa superficial. Además de núcleos lascados,
golpeadores, fragmentos de metates, hachas, manos de moler, raspadores,
cortadores y gran variedad de lascas de obsidiana, sobresale la presencia
de una pequeña punta de proyectil en este material, de forma triangular y
con pedúnculo (25 mm. de alto por 20 mm. de ancho en la base). En uno
de sus lados presenta retoques por presión y se encuentra fracturada en
uno de los ángulos de la base. (Lam. 12: 1).
Esta punta de proyectil por sus características técnicas y formales
tiene gran similitud con la excavada por el arqueólogo Julio César Cubi-
llos Ch. en la tumba No. 1 del cementerio de la Mesita C., del Parque
Arqueológico Nacional de San Agustín, fechada en el siglo III D. C.
(Formativo Superior) . Se diferencia por ser ésta última un poco más
grande y por haber sido tallada en cristal de roca. (1980).
Desafortunadamente por haber sido hallada en recolección superfi-
cial, no se puede hacer una asociación cultural directa, pero sí significa en
compañía de la punta de proyectil de la Mesita C, que en el Alto Magda-
lena se mantiene una tradición de talla no sólo de instrumentos líticos de
carácter doméstico, en obsidiana, sino también de puntas de proyectil
cuya función puede estar asociada a la cacería, aunque por ser tan escasas,
no se puede descartar una función mágica, como lo insinúa la presencia de
una de ellas en una tumba, y la escultura de un guerrero sentado en un
banco, que apoya sobre el pecho con su mano izquierda una flecha
(montículo No. 1 del Alto de los ldolos, fechado en el siglo 1 A. C.) .
38
31. Según los investigadores Duque Gómez y Cubillos, quienes excava-
ron este montículo, la estatua que "guarda la entrada, es una deidad de la
caza y de la pesca. Lleva en las manos una ardilla y atrás una bolsa
(cargador) con dos peces, cuyas cabezas sobresalen a los lados". (1979:
48).
1.7. La Laguna (p. 13)
Aunque el objetivo principal de este proyecto era investigar el valle de
Laboyos, se decidió hacer un recorrido del lamería de la inspección de
policía de Guacacayo y de los alrededores de la laguna de Guaitipán o La
Gaitana, en la inspección de policía de La Laguna, localizados en la
margen derecha del río Magdalena (norte del municipio de Pitalito).
La Laguna se encuentra rodeada de montañas y suaves lomas, donde
se encontraron fragmentos de cerámica del período reciente de San Agus-
tín, que como se expondrá más adelante está asociado a la etnia de los
Yalcones, que enfrentó a los conquistadores españoles en el siglo XVI.
(Lam. 3: 2).
Como bien se sabe, las lagunas tuvieron un carácter sagrado, para
culturas aborígenes como los Muiscas y aún lo tiene para comunidades
indígenas del Cauca, como los Guambianos y los Paeces, cuyos mitos
hablan de la presencia sagrada de los páramos y las lagunas.
Sería interesante poder investigar esta región de la laguna de Guaiti-
pán, en un futuro, para profundizar el significado que debió tener en su
mundo cosmológico.
2. Excavaciones en la finca Cálamo (cortes 1 y 2)
Los pozos de sondeo realizados en el sector p. 3 de la gran terraza de la
margen derecha de la quebrada Cálamo, pertenecientes a la finca con el
mismo nombre, indicaron que era un yacimiento que contenía una secuen-
cia histórica de ocupaciones culturales asociada a los diferentes períodos
de San Agustín, razón por la cual se escogió para ser excavada. (Lam . 3:
1).
Se delimitó un área muy pn. . .na al borde de la barranca del lado sur
de la carretera circunvalar, por estar libre del cultivo de cafetos. Allí, en
primer lugar se realizó un primer corte, en forma de L, de tres cuadrículas
de dos metros de lado cada una (A-B-C); luego. de acuerdo con los
39
33. resultados obtenidos en este primer corte, se decidió ampliar la informa-
ción obtenida, haciendo un segundo corte, a 8 mts. de distancia en
dirección oriental, de 2 por 4 mt., subdividido en dos cuadrículas (A-B) .
(Lam. 4: 1, 2).
La excavación de los dos cortes se hizo de manera controlada, con
niveles artificiales de 5 cms. y con el registro detallado de los materiales
culturales y los cambios estratigráficos.
Como la estratigrafía de los dos cortes tiene una correspondencia
cultural histórica, o sea pertenecen a una misma secuencia de períodos de
ocupación prehispánica, a continuación se presenta la estratigrafía del
corte 2, por ser la más rica en contenidos culturales, y se complementa con
los resultados del corte 1.
La interpretación de los resultados del análisis del laboratorio de las
muestras de los diferentes suelos, se logró con la valiosa colaboración del
doctor Pedro J. Botero, investigador del Centro Interamericano de Aero-
fotointerpretación (CIAF). La información sobre los paleoclimas se reto-
ma del trabajo de investigación realizado por el antropólogo Fernando
Piñeros sobre la paleoecología en el volcán de Merenberg y la arqueología
del valle de La Plata (1987), que se puede ampliar para el valle de
Laboyos en términos generales. Las fechas que se dan se obtuvieron por el
análisis de C.14 en muestras de carbón vegetal asociadas a estratos.
También se incluyen los análisis palinológicos hechos por Jos Bakker y
Luisa Fernanda Herrera, en el sitio La Coneca (Bakker, 1990: 123).
Por encontrarse que el asentamiento fue ocupado en tres períodos
prehispánicos, se hace la descripción e interpretación de los estrato s
asociados a aquellos, desde los más profundos y antiguos hasta los más
superficiales y tardíos, para reconstruir el proceso histórico de la ocupa -
ción indígena de la terraza de Cálamo (ver Fig. 3; Lams. 5, 6: 1).
2.1. Primera ocupación (período Formativo)
Entre el 7200 y el 4100 antes del presente , el clima del valle de Laboyos
mejoró, se volvió más tropical, la vegetación comprendió elementos
tropicales y subandinos bajos (1.200-1.800 m.s.n.m.): Acalypha, Cecro-
pia, Urticaceae/Moraceae, Proteaceae. En La Coneca existieron lagunas
con vegetación característica (Selaginella, Oenotheraceae, algae Botryo -
coccus, Pediastrum y Spirogyra). De acuerdo con cálculos cronológicos,
en esta zona se halló polen de maíz (Zea Mais) con una antigüedad de
41
36. 2 PERFI L ESTRATI GR AF IC O PAR E D
2 00
I
•
•
f RANCO A RE NOSO 4
5~
[[[]j]Jj FR " eo ARC I LLOSe AF.'
ErWS<" 7 . FRA ca
mi
N IIk CI LLOS0 ARENOse
10 _ _ PAlEOS LJELO FRAN CO
"" Cll Losa
e
"
2 f RANCC' ARENOSü fRAN CO 8 ................. fR AN CO AFiC ll l OSQ AkENQ5 r
3
• fR ANCO ARCILLOSO IIRENOSO A REN OSO f RANCO 9 . F RA NCO AFoU lO S C
37. 4.300 años antes del presente (2350 A. C.), siendo la evidencia más
antigua de agricultura en el sur del Alto Magdalena (Bakker, op. cit.: 129).
Esta fecha parece insólita, al profundizar de manera considerable la
presencia de grupos agricultores en el sur del Alto Magdalena, pudiéndose
pensar que el período Formativo va hasta el tercer milenio antes de Cristo;
pero, no parece extraña, si se asocia al fogón excavado en el Alto del
Lavapatas fechado en el 5250 ± 120 antes del presente (3300 A. C.).
(Duque y Cubillos, 1988) . Aunque no hay materiales culturales asociados
a estas fechas antiguas, se puede afirmar que la presencia de grupos
humanos es muy antigua en el sur del .Alto Magdalena, abriéndose una
dimensión histórica que futuros proyectos de investigación arqueológica
ayudarán a comprender.
La investigación arqueológica más reciente está constatando la exis-
tencia de agricultura del maíz, con fechas cada vez más antiguas, en el
suroccidente colombiano. En el valle de El Dorado (región Calima, Valle
del Cauca), se halló "polen fósil de maíz en estado ya probablemente
domesticado, en un estrato fechado seis mil y medio milenios (4730 ± 230
A. C.)" . (Herrera, Cardalc y Bray, 1990: 115). Recientes estudios hechos
en el Araracuara, río Caquctá (Amazonia), muestran agricultura del maíz
en el 4645 ± 40 antes del presente (2695 ± 40 A.c'). (Mora, Herrera y
Cavalier, 1988: 106).
Entre el 4100 y el 2800 antes del presente (2.150-850 A. C.) las
colinas del valle de Laboyos estuvieron cubiertas con vegetación tropical
y subandina (Cecropia, Palmae, Alchomea, Quercus, Hedyosmun, Melia-
ceae, Solanaceae, Vallea, Clethra y Rapanea); además hubo lagunas
rodeadas por vegetación (Gramineae, Labiatae, Poligonum, Piper, Gya-
theaceae, Elaphoglossum) y otros elementos como Hydrocotylc y Rumex
que pudieron fijar sus raices en los suelos arcillosos. También se encontró
polen de maíz (Zea mais) y fríjol (Phaseolus spp.), fechado hacia el 3500
antes del presente (1550 A.c') (Bakker, op . cit.)
Este último dato significa la continuidad de grupos agricultores en el
valle de Laboyos . Para esta fase formativa (segundo milenio antes de
Cristo) tampoco hay evidencias culturales materiales, aunque está próxi-
ma a la fecha más antigua asociada a material cerámico del período
formativo de San Agustín, hallado en una tumba del Alto de Las Piedras
del siglo IX A. C, y al perteneciente a un sitio de vivienda fechado en el
siglo VII A. C. (Duque y Cubillos, 1988: 104)
45
38. Según el trabajo de Piñeros (op. cit.) entre el año 1050 y el 50 antes de
nuestra era la precipitación aumentó y disminuyó la temperatura, bajan-
dose el bosque Alto Andino; por eso grupos de agricultores del sur del
Alto Magdalena habitaron la terraza a orillas del río Cálamo, hacia el siglo
III A. C. (2.200 ± 120 B.P.), al encontrar un clima más favorable que el de
las altas sierras de las cordilleras.
La terraza debió ser muy atractiva para construir allí sus viviendas y
cultivar sus huertas, por estar próxima al río y a las áreas lacustres de las
tierras más bajas, en donde podemos pensar, habitaron especies animales
propias para hacer parte de una dieta alimentaria. El suelo superficial, en
ese entonces, fue el resultado de un largo proceso evolutivo, maduro y con
elementos de origen volcánico, muy apropiado para la agricultura (Fig . 3,
estrato 10; Lam. 6: 1, paleosuelo negro) .
Allí, en ese entonces, los indígenas cultivaron sus huertas, tallaron
artefactos de piedra como lo indica la presencia de un raspador lateral, una
navaja de obsidiana, un cuchillo, tres núcleos y varios desechos de talla.
En un determinado momento, sobre este suelo agrícola construyeron
casas de planta circular y paredes con estructura de postes. (Fig. 4).
Los aborígenes permanecieron en la terraza en un período durante el
cual manufacturaron una alfarería con un estilo propio y una tecnología
que habían heredado de sus ancestros, que habitaron en la cima del Alto de
Lavapatas, hacia el siglo VII A. C. (Duque y Cubillos, 1988).
Por razones que se desconocen la teraza de Cálamo fue abandonada.
Según parece, sus habitantes emigraron hacia otros terrenos del valle o
hacia las cordilleras. Se sabe que sus descendientes vivieron durante el
siglo 1 D. C. en lugares como la cima de una loma en El Mondey
(municipio de Saladoblanco) (Moreno, 1987) y el Alto del Lavapatas
(Duque y Cubillos, 1988).
2.2. Segunda ocupación (período Clásico Regional)
A diferencia del período anterior, el clima mejoró y se caracterizó por la
disminución de la temperatura y la humedad, entre el 50 A. C. y el 550 D.
C. (Piñeros, op. cit.). Durante este período climático, favorable para la
ocupación humana, la terraza de Cálamo no fue habitada, aunque no se
puede descartar que los aborígenes trasladaron sus viviendas a otros sitios
del valle. Sobre este período se sabe que los indígenas agustinianos
estuvieron ocupando otras regiones localizadas más que todo en el piso
46
39. 2 mt s 2 m ts .
l,
PA L EOSU ELO NEGRO +
+
t>
N
.
, ,
" ,,
o
+
2 mIs .
+
t •
RASPAD OR
.
,, +
t::. " , +
"" -, .
.... -,
. ........... ...... ...... ...... +
+
CORTE 2 P.3 NIVEL: 115cms.
FORMATIVO TARDIO (SI GLO m A.C .)
•
CONVE NCI ONE5
PL ANTA HUECOS DE POSTES DE
V IVIENDA
C A R BO N VEGETAL
F RA GME NT OS DE CE RA MICA
o 20 40 60 eo 100 cm• .
FRAG MENTOS LIT I C OS ESC .
40. térmico templado, donde construyeron su , centros funerarios monumen-
tales, en un período de esplendor cultural .
A partir de esta sexta centuria y hasta el 1300 D. C, el clima volvió a
cambiar, aumentando la precipitación y la temperatura (ldem.). Esto
parece confirmarse en la terraza de Cálamo, porque los estratos que están
superpuestos arriba del paleosuelo negro (del 9 al 4) se originaron por
fenómenos de inundación, causados por el desbordamiento de la quebrada
Cálamo.
A pesar de las inundaciones un denso grupo aborigen habitó la
terraza. Estos estratos también tienen cenizas volcánicas que los hicieron
propicios para la agricultura. Los materiales volcánicos fueron arrastrados
desde las montañas por los ríos del valle, y no se puede descartar la
posibilidad de que hayan llegado por vía aérea , en tanto que se tienen
datos en la investigación de Luisa FemandaHerrera (1986), que indican
lluvias de ceniza volcánica en el comienzo y al final de este período
climático, en regiones de la Cordillera Central, en los departamentos del
Cauca, Huila y Tolima (Piñeros, 1987).
En el corte 2, los estratos 9 y 8 corresponden al comienzo de la
segunda ocupación, En éstos hay restos culturales arrojados como basu-
ras. Los estratos 6 y 7 pertenecen también a la segunda ocupación. (Fig. 3)
En el estrato 7 se halló un piso de vivienda levemente inclinado (entre 95
y 100 cm.), de arcilla amarilla endurecida. En la cuadrícula B sobre este
piso se localizaron 5 huecos de postes de vivienda, de planta circular (Fig.
5). En este estrato se encontraron evidencias de ocupación humana: tierra
quemada (fogón), área de basurero y de vivienda, gran cantidad de frag-
mentos de cerámica y sectores con carbón y dos raspadores circulares, un
pulidor, dos fragmentos de manos de moler, un núcleo lascado, siete
fragmentos de núcleo, tres lascas de obsidiana y varios desechos de talla.
El piso de esta área de vivienda fue fechado en el siglo VI D. C. (1430 ±
370 BP).
Los materiales culturales disminuyen en el estrato 6; a causa de una
inundación, el sitio de vivienda fue abandonado. Luego, en el lugar se
construyó otra vivienda, en tanto que a los 60 cm. se encontró un hueco de
poste, asociado a pedazos de carbón vegetal y a escasos fragmentos de
cerámica. Este segundo piso de vivienda es arenoso. (Estrato 5).
El estrato 4 contiene el tercer piso de vivienda de esta segunda
ocupación. En la cuadrícula B a los 40 cm. se localizó otro hueco de poste
48
41. ~ rnr S .
1"1
/:;. . ; '>,
/:;. /:;. /:;.
/:;.
<.: i·:
/:;. ,.;,. ' .- é;
/:;. é; /:;.
t /:;.
/:;. A
+
~ /:;. é;
+
/:;.
® F R AGM E NTO DE
M A NO DE MOLE R
/:;.
2m! s ,
/:;. /:;.
/:;.
PI SO DE AR E NA t
Y AR C IL L A
e: /:;.
/:;.
/:;.
/:;.
.
»Ó :
'.'
/:;.
/:;.
/:;.
CORTE 2 P. 3 NIVEL : 95-IOOcms .
CLASICO REGIONA L (SIG LO 1LI D .C .)
CONVENCIONES
•é9
PL ANT A HUE COS DE POST ES
DE VI V I EN DA
P ISO OE A RCI LLA SOLI DO
FR AGMENTOS DE CE RA MI C A
20 40 60 80 1 0 c ms .
0
t F R A G ME NTOS L IT I C O S
ESC .
F i g ur o No 5
42. de vivienda, a cuyo lado estaban tres núcleos lascados, algunos desechos
de talla y restos de carbón vegetal. Esta vivienda también sufrió el
impacto de una inundación, lo que motivó su abandono, como lo señala
una delgada capa de arcilla localizada a los 35 cm.
En el estrato 4, en sectores, como el correspondiente a la cuadrícula
A, hay abundantes fragmentos de cerámica y líticos (un raspador lateral,
un cuchillo, cuatro lascas de obsidiana, cuatro núcleos lascados y dese -
chos de talla). (Lam. 11). Las basuras están esparcidas en un terreno que
fue una huerta o campo de cultivo.
El estrato 3 es delgado y aparece en sectores (cuadrícula A); hasta
aquí llegó la ocupación del período Clásico y significa el abandono de la
terraza.
Los aborígenes de esta ocupación del período Clásico son los cons-
tructores de las monumentales obras funerarias (montículos, templetes,
tumbas, esculturas), localizados en diferentes regiones del sur del depar-
tamento del Huila, como en las Mesitas del Parque Arqueológico Nacio -
nal de San Agustín y en Morelia (Saladoblanco). Las tumbas guaqueadas
y la excavada, junto con la cabeza de piedra, localizadas en la misma
terraza donde se efectuaron los dos cortes, pertenecen a la fase final de
este período Clásico.
Los maestros escultores desarrollaron una cerámica que tiene dife-
rencias formales con la de los alfareros de la primera ocupación, como se
analizará en el capítulo siguiente.
2.3 Tercera ocupación (período Reciente)
La tercera ocupación cultural de la terraza de Cálamo corresponde a los
dos primeros estratos y aunque no se pudo fechar, su alfarería se ubica en
el período Reciente de San Agustín, que ha sido fechado entre el siglo X y
el XVI D. C.
Los indígenas de la segunda ocupación, aunque soportaron parte del
período climático caracterizado por las inundaciones, resolvieron aban-
donar la terraza. Esta quedó desocupada durante un largo período, des-
pués del cual volvió a ser habitada por tercera vez.
Los últimos 1.100 años antes del presente (850 D.C., - período colo-
nial hispánico) se caracterizaron por el incremento y establecimiento de
50
43. elementos tropicales alrededor del valle de Laboyos. En la base de esta
zona hubo Myriophyllum, Polygonum, Typha y Cyperaceae que indican
la presencia de pequeñas lagunas (Bakker, op .cit.: 130).
La abundante presencia de asentamientos humanos del período Re-
ciente en el valle de Laboyos, detectados en la prospección, parecen haber
surgido con el cambio de clima, que como lo anota Piñeros (op.Git.), hacia
el 1300 o. C. la temperatura y la humedad ambiental volvieron a dismi-
nuir (hacia condiciones actuales), mermándose los elementos del bosque
andino-subandino, haciendo del valle una zona más propicia para ser
habitada, por la etnia de los Yalcones, hasta el tiempo de la conquista
hispánica, durante el siglo XVI.
Para Bakker (op.cit.), la desaparición de Quercus hacia 450 antes del
presente (1500 O. C.), fue causada probablemente por actividad humana
(deforestación), que permitió la aparición de elementos tropicales como
Acalypha, Cecropia y Trema, como vegetación secundaria en espacios
abiertos.
En el corte 2 de la terraza de Cálamo los dos primeros estratos son
suelos agrícolas; en el segundo se encontraron restos culturales esparci-
dos, a diferencia del primero, donde en el extremo oriental de la cuadrícu-
la B se halló un pequeño basurero. En esta cuadrícula a 10 cm . de
profundidad se encontró una pequeña lámina de oro fino, rectangular (7x4
mm.) y repujada. En el corte 1, a 20 cm. de profundidad, donde se inició la
tercera ocupación, se localizaron cinco huecos de postes de una vivienda
circular, asociados a un fogón, a fragmentos de cerámica y a varios líticos
(Fig.6).
A semejanza de lo sucedido durante los dos períodos anteriores, la
terraza de Cálamo fue el asiento de viviendas, construidas cercanas a
huertas o campos de cultivo y a los sitios donde arrojaron sus basuras,
durante el período Reciente.
La terraza de Cálamo, aunque parcialmente excavada, resultó muy
interesante, porque en ella se conservan testimonios culturales del largo
proceso histórico de las comunidades aborígenes que habitaron en los
territorios del sur del departamento del Huila, en los contextos particula-
res de los paisajes investigados del valle de Laboyos.
51
44. L:. L:.
+-
+
L:.
+-
L:.
0 ®
¡ L:.
N
()---+ PU LI DOR
t
L:.
+- +-
+ L:.
+
L:. .:». L:.
+ ....'.:.',
"'
.
CORTE 1 P. 3 NIVEL 20 cms.
RECIENTE (800-1550 oc:
CONVENCIONES
~,
-,
+-
,,
. ,,
0 0
¿L}.Q' A RE A DE
----- F O GD N
+
• PLAN TA HUECOS DE POSTES DE
V I VIENDA
CA R 8 0 N VEGETAL
,
", ,
+
' "A
+-
FRA GM ENT OS DE C E RA M ICA
L:. ~
+ FR AGM ENTOS LlT ICO S ® " ... ,
..... -,
.....
t-
....... ..... ...... ........ .....
+-
ESC.
o
.
' . ,
_1Ii::= __t::::=__'
20
, 40 60 80
!
IOOC"lI .
+
+-
+ +
45. 3
ALFARERIA Y PAUTAS DE ASENTAMIENTO:
UN PROCESO HISTORICO REGIONAL
Como ya se había planteado desde el trabajo realizado en los asenta-
mientos prehispánicos de Quinchana (San Agustín) (Llanos y Durán,
1983), el arqueólogo le da mucha importancia a objetos materiales como
la cerámica, para hacer identidades étnicas en un referente cronológico.
Como hien se sabe, ésta es la concreción que resulta de un proceso cultural
llamado alfarería, que satisface necesidades cotidianas, tanto en el mundo
doméstico como en el mágico.
Para cada una de las comunidades aborígenes con desarrollos sociales
equivalentes, las necesidades que satisface la alfarería pueden ser las
mismas, pero cada una de ellas le imprime aspectos formales propios, que
hacen parte de su identidad cultural. Por eso, el estudio de la cerámica
excavada no consiste en identificar arbitrariamente elementos materiales
aislados, sino en llegar hasta la comprensión del conjunto de elementos de
identidad cultural que produjo cada comunidad.
En sociedades comunitarias cuando el conjunto de unidades que
conforman su vajilla doméstica y ritual satisface las necesidades del
grupo, tiende a perdurar, identificándose solamente algunas variantes
regionales y temporales. Como las culturas no están aisladas, es de
esperarse que en determinadas fases de su proceso histórico se den con-
tactos interétnicos que pueden alterar su alfarería con la aceptación o
imposición de elementos de identidad cultural foráneos.
Si el conjunto de elementos culturales de una alfarería o sistema
alfarero cambia radicalmente, desapareciendo su estructura de identidad,
es porque hay hechos históricos que significan la destrucción de esa
cultura, como sucede cuando se da la invasión de su territorio por parte de
otra etnia; si los cambios son parciales, no estructurales, es mejor pensar
53
46. en una causa producida por la propia cultura, que desarrolla cambios
relacionados con la alfarería. Los cambios también pueden surgir y satis-
facerse en y con otros grupos étnicos con los que ha establecido inter-
cambios, apareciendo nuevos elementos cerámicos transplantados o adop-
tados y recreados en su propio estilo alfarero. De todas maneras aunque el
estudio de los sistemas alfareros permite aproximarse a las identidades
culturales prehispánicas y a sus cambios históricos, al no estar descontex-
tualizados de una realidad cultural, hace falta conocer los demás elemen-
tos y objetos culturales en los respectivos asentamientos, a través del
concepto de pautas de asentamiento y de un enfoque metodológico, como
el que se ha experimentado en la región de Quinchana y en Morelia.
(Llanos, 1988).
En las diferentes clases de asentamientos, viviendas aisladas, pobla-
dos, cementerios y campos de cultivo, entre los principales, vistos de
manera articulada, se conocen las pautas de asentamiento, y por lo tanto a
partir de éstas se logra una identidad cultural integral:
HA cada modelo de organización social corresponde una determi-
nada pauta de asentamiento, que en un proceso histórico regional
adquiere una identidad cultural propia. Si la pauta de asentamiento
cambia es porque hechos históricos de gran trascendencia produ-
cen cambios en toda la sociedad. Los motivos pueden ser muchos
y se particularizan en cada proceso histórico regional. Explicar
estos cambios es muy difícil y no sólo se requiere de una investi-
gación arqueológica interdisciplinaria y sistemática, sino también
de la búsqueda de un mundo conceptual que está surgiendo de la
reflexión crítica de la etnología y la historiografía, que llamamos
enfoque etnohistórico". (Llanos, 1988a).
La región del sur del Alto Magdalena presenta un balance arqueoló-
gico grande y complejo, en tanto que ha sido objeto de investigación por
parte de experimentados arqueólogos como Luis Duque Gómez y Julio
César Cubillos, que han trabajado en ella durante varias décadas, o como
Gerardo Reichel Dolmatoff que ha planteado una interpretación de la
llamada cultura de San Agustín diferente a la de los dos investigadores
anteriores.
Un balance de los resultados y las respectivas interpretaciones de los
autores antes mencionados se hizo en el trabajo del río Granates (Llanos,
1988), aunque allí no se pudo encontrar evidencias de los tres períodos
alfareros del proceso histórico regional, como sí se logró en este proyecto
S4
47. del valle de Laboyos . Es bueno retomar, aunque de manera breve, lo
escrito por estos investigadores, para analizar los resultados obtenidos en
la región de Pitalito.
En primer lugar, Duque Gómez propuso una periodización arqueoló-
gica con base en los resultados que había logrado en las excavaciones
realizadas durante las décadas de los años cuarentas y cincuentas. Es una
secuencia de tres complejos cerámicos que llamó Mesitas; Inferior (siglos
VI A. C. - V D. C), Medio (siglos V-XII D. C) y Superior (siglos XII-
XVI D. e.) (1966).
Posteriormente, Reichel Dolmatoffpublicó los resultados de su inves-
tigación sobre estratigrafía cerámica, definiendo una secuencia de cinco
complejos cerámicos : Horqueta y Primavera (antes de la era actual , sin
fechas de C-14), Isnos (siglos I-IV D.e.), Potrero (sin fechar) y Sombre -
rillos (siglos XV-XVII D. C) (1975). Al encontrar emparentados el
complejo Primavera con el Horqueta y el Potrero con el Sombrerillos, en
publicaciones posteriores reduce su periodización a la secuencia cronoló -
gica de tres complejos: Horqueta, Isnos y Sombrerillos; interpretando que
entre ellos no hay continuidad cultural, sino que por el contrario enfatiza
que en la región del sur del Alto Magdalena no se puede hablar de una
cultura de San Agustín, sino de muchas culturas. (1979).
A diferencia de lo anterior, Duque Gómez desde un comienzo habló
de los cambios en la alfarería de la cultura de San Agustín. Años más tarde
este investigador en compañía de Cubillos hizo esta periodización histó-
rica; Arcaico (3.300- 1.000 A. e.), Formativo (inferior del 1.000 A. e.-
200 A. C. y Superior, del 200 A. e. - 300 D. c .i Clásico Regional (300-
800 o.c.: y Reciente (800-1550 D.C.). (1979).
Si se comparan los complejos cerámicos definidos por Duque Gómez
y Reichel Dolmatoff se constata que entre ellos no hay una equivalencia
tipológica ni cronológica. En términos generales se puede decir que
ambos distinguen tres grandes complejos cerámicos, y a pesar de sus
diferencias metodológicas en la definición de tipos cerámicos, se puede
establecer que se trata de la misma alfarería. Reichel Dolmatoff halló los
mismos materiales cerámicos que había clasificado inicialmente Duque
Gómez, simplemente propuso una clasificación diferente, ignorando la
anterior.
Como se dijo al comienzo de este capítulo el proceso histórico del sur
del Alto Magdalena no se puede reducir a los complejos cerámicos,
ss
48. aislado s de los contextos culturales que contienen otros elementos. El
análisis de la alfarería excavada en el valle de Laboyos se inscribe en la
periodización histórica propuesta por Duque Gómez y Cubillos, con el fin
de identificar los diferentes períodos con sus continuidades y cambios.
Como este trabajo del valle de Laboyos es una continuación de los
realizados en Quinchana (198 3) y el río Granates (1988 ), la clasificación
de los materiales cerámicos se hace con los mismos criterio s metodoló-
gicos y retomando los grupos y unidades ya identificados en ese entonces.
Por tratarse de la cerámica de tres ocupaciones históricas superpuestas
estratigráficamente en la terraza excavada en Cálamo, (cortes 1 y 2), a
continuación se expone de manera integral todo el conjunto de grupos y
unidades cerámicas para los tres períodos, para luego hacer su descripción
y análisis.
SISTEMA ALFARERO
DEL VALLE DE LABOYOS y RÍO GRANATES
Con baño o engobe:
l. ROJO:
1.1. Am bas caras:
1.1. A Pulido (Recie nte)*
1.1. A ' Pulido (Formativo-Clásico Regional)
1.1. A" Pulido (Formativo-Clásico Regional)
1.1. A'" Pulido (Clásico Regional)
1.1. B Friable (Clás ico Regional-Reciente)*
1.2. Cara externa:
1.2. A Pulido (Reciente)"
1.2. A' Pulido (Formativo-Clásico Regional)
1.2. A" Pulido (Formativo-Clásico Regional)
1.2. A'" Pulido (Reciente)
1.2. B Friable (Reciente)"
1.3 Cara Interna:
1.3. A Pulido (Reciente)*
1.3. A' Pulido (Formativo-Clásico Regional)
1.3. A" Pulido (Formativo-Clásico Regional)
1.3. A' " Pulido (Reciente)
1.3. B Friable (Reciente)"
• Las unidades con asteriscos no se encontraron en el valle de Laboyos, pero si está n presentes en la
región de Morelía, en el cañón del río Granates (Saladoblaneo) (1988). Es una cerám ica del
complejo Potrero (S. x D. C.), que plantea relaciones con el grupo baño rojo del Cl ásico Regiona l.
56
49. 2. CAFE CLARO
2. Pulido (Formativo-Clásico Regional-Reciente)
2.' Pulido (Formativo)
2." Pulido (Reciente)
3. CAFE OSCURO
3.1. Burdo (Clásico Regional-Reciente)
3.2. Pulido (Clásico Regional-Reciente)
3.2.'Pulido (Formativo)
3.2."Pulido (Formativo)
3.3. Friable (Clásico Regional-Reciente)
4. NEGRO
4.1.Ambas caras pulido (Clásico Regional)
4.2.Cara externa pulido (Clásico Regional)
Sin baño o engobe:
l . CAFE FRIABLE (Reciente)
2. CAFE CLARO :
2. Pulido (Clásico Regional-Reciente)
2.' Pulido (Formativo)
3. CAFE OSCURO NO FRIABLE
3. Burdo (Reciente)
3.' Burdo (Reciente)
4. CREMA :
4. Pulido (Clásico Regional-Reciente)
4' Gris claro-pulido (Clásico Regional)
5. ROJIZA (Reciente)
En el listado anterior hay algunas unidades cerámicas exclusivas de
algunos de los tres períodos, mientras que otras son compartidas. Estas
últimas no son idénticas en todas sus características en los períodos que
las comparten, sino que tienen algunos elementos en común, pero presen-
tan diferencias en cuanto a forrnas y decoraciones de un período a otro.
Además, se da el caso, como era de esperarse, que varias unidades
pertenecientes a un mismo período comparten entre sí varios elementos en
57
50. cuanto a pasta, formas y decoraciones, diferenciándose por alguno de
ellos, como lo es la presencia de un baño .
En el valle de Labo yos hay tres períodos alfareros que están presentes
en otras regiones del sur del Alto Magdalena, asociados a la llam ada
cultura de San Agustín, que corresponden más o menos, a los tres grandes
complejos establecidos en un comienzo por Duque Gómez y Reichel
Dolmatoff.
Cada uno de estos períodos, tiene su estilo cerámico propio, que en
determinado lapso sufre transformaciones, o mejor dicho, algunas de sus
unidades desaparecen, otra s se transforman (cambios de form as y decora-
ciones) y apare cen nuev as unidades. Las diferencias mayores se apreci an
entre el período Clásico regional con respecto al Reciente. Para explica r
estos cambios cerámicos hace falta anali zarlos en un contexto históri co
social.
1. Período Formativo (tOOO A.C.-300 D. C.)
Para los investigadores Luis Duque Góme z y Julio César Cubillos Chaparro
este largo período no es homog éneo , sino que en él encuentran algunos
cambios, por lo cual lo subdividen en Inferior ( 1000- 200 A. C.) Y
Superi or (200 A. C.-300 D. C.). (1979) .
La fecha más antigua del Form ativo Inferior la obtu vieron en el
relleno de la tumba 1, del montículo 1 del Alto de las Piedras (siglo IX A.
C.) (1988 : 104) y la asocia da a un sitio de vivienda, en el Alto de
Lavapatas (sig lo VII A. C.) (Idem). La fecha que marca la transición entre
el formativo Inferior y el Superior es la del siglo II A. C., lograd a en la
tumba No. 1, del montículo norte de la Mesita B. (19 83: 125). Por último ,
la fecha más tardía del form ativo Superior se obtuvo en la tumb a 27, del
montículo occidental, de la Mesita A (siglo III D. C.) (19 88: 105).
1.1. Alfarería
Se tiene información de la alfarería de este período, procedente de
yacimientos de los municipios de San Agustín, San José de Isnos, Sala-
doblanco y en el valle de Laboyos, que señalan un amplio territorio.
En la terraza de Cálamo (p. 3), en los dos cortes se halló la cerámic a
del Formativo (paleosuelo negro , estrato 10, Fig. 4), que está fechado en
el siglo III A. C. Esta cerámica está conformada por los grupos con baño o
58
51. V ALL E DE LA B O Y O S < C O RR E E S
A T S ~ -~ SU- B G L O
1 n __ P3 BULA R E S_ ~
_ _ _
--
52. lO
~~ 17 18
16
11
19
20 ~ (J
22
24 25
23
SISTEMA ALFARERO DE SAN AGUSTIN
VALL E DE LABOY OS - P.3 - EL MONDEY -SA LADOBLANCO
FORMATIVO TARDIO (SIGLOS n A.C.-JlLD c.)
o $ 10 " lO n 3O {M $
[ SC ,tl, A
L
......... -~ ~
55. engobe: Rojo 0.1. A', 1.1. A", 1.2. A', 1.2. A", 1.3. A', 1.3. A") , Café
claro (2, 2') , Café oscuro (3.2, 3.2'), Y sin baño o engobe sólo la unidad
Café claro (2 ').
Baño Rojo pulido (1)
El grupo con baño rojo tiene una.pasta de color café (7.5 YR 5/4 brown, 6/
6 reddish brown; 10 YR 7/2 Lightgray; 10 R 4/8 red). Las unidades 1.1.
A' , 1.2. A' Y 1.3. A' tienen un desgrasante conformado por pequeñas
partículas blancas a diferencia de las unidades 1.1. A", 1.2. A", 1.3. A"
cuyo desgrasante es arena fina con abundante mica que aflora sobre la
superficie.
Tod as las unidades de este grupo tienen un baño rojo 00 R 5/6 red, 3/
6 dark red; 2,5 YR 4/2 weak red, 4/4 rcddish brown) y una si perficie
pulida ; las unidades que tienen el desgrasante arenoso con abundante
mica se diferenci an de las otras por tener el baño rojo con tonalidades
gristceas. por efectos de la cocción .
Las formas características de este grupo son : • asijas globulares a
subglobulares con o sin aquillamiento, con borde bien evertido (Fig. 7,
tipos RR, Y., W; Fig. 8: 10, 11 ,20,27; Fig. 9: 52, 57, 59, 60, 61, 64);
cazr elas con o sin aquillamiento, de borde levemente hacia afuera (Fig. 7,
tipos U, Ñ, Ñ'; Fig. 8: 16, 19; Fig. 9: 17,21,22,23,24); cuencos con
borde recto y labio redondeado (Fig. 7, tipo K; Fig. 8: 1, 2).
Es un grupo cerámico con variedad de decoracione s:
Incisa: líneas rectas finas, paralelas, oblicuas, vertic ales y horizonta-
les, hechas sobre la parte superior del cuerpo de las vasijas (encima del
hombro o del aquillamiento); motivos geométricos que se repiten alrede-
dor de las cerámicas (cara externa) (Fig. 11 : 1, 2, 5, 6, 7); alguna s
incisiones están rellenas de pasta blanca (Fig. 11: 1, 2, 3, 9), Yen otros
casos estos diseños se hicieron cuando la arcilla estaba dura o después de
la cocción (Fig. 1}: 4); también existe el caso de una hilera de punto s
hecha sobre el aquillamiento (Fig. 11: 31), Ya lo largo del borde sobre el
labio.
Acanalada : de manera similar, se hicieron diseños geométricos con
líneas acanaladas sobre la parte superior del cuerpo de las vasijas (cara
exte rna) (Fig. 11: 8, 13, 17); hay un caso de acanaladuras zonificadas
sobre la superficie interna del borde, y se encuentran una o dos líneas
acanaladas alrededor del cuello (Fig. 11 : 22, 23).
64
56. Presionada: hileras de puntos ovalados y circulares,horizontales y
verticales, que van paralelos a líneas acanaladas, que se lograron con
instrumentos de punta roma; estos puntos se ubican en la parte superior
del cuerpo de las vasijas, sobre la superficie externa y sen pro tundas (Fig.
11: 28, 29, 30, 32, 36); tambicn hay un/ conjunto de punto s de forma
triangular sobre la superficie interna, o hilera de éstos alrededor del cuello
(cara externa); hay un Iragmento de borde con labio plano, sobre el cual se
hizo una hilera de circulas logrados por impresión de un instrumento
tubul-ar.
Muescas : hilera de muescas hechas sobre el labio y sobre el aquilla-
miento (Fig . 11: 39,41).
Modelada: secuencia horizontal de óvalos en relieve con incisiones a
lo largo de la superficie externa (Fig. 11 : 43); tira en relieve, cortada de
manera intermitente, formando pequeños rectángulos, o tira en relieve,
continua.
Baño Café claro pulido (2)
Este grupo presenta dos unidades que se diferencian por el desgrasante : la
2 tiene inclusiones de arena, abundantes (cuarzo blanco); y la 2' un
desgrasante arenoso , pero con abundante mica que aflora sobre la super-
ficie. La arcilla de ambas unidades es de color café claro o rojizo .
Sobre la superficie se aplicó una especie de aguada (delgada capa) de
la misma arcilla de la pasta, (10 YR 5/4 yellowish brown , 6/3 Pale brown)
que se pulió, quedando algunas huellas del pulidor. En alguna s partes de
las superficies hay manchas grises debidas a la cocción.
La forma característica de este grupo es la vasija globular o subglo-
bular, con o sin aquillamiento, con borde s ligeramente o bastante everti -
dos (Fig. 7, tipos U, RR, Y, W; Fig. 8: 19,22,23; Fig. 9: 55,59,61).
También hay cazuelas con o sin aquillamiento, con bordes levemente
evertidos (Fig. 7, tipo U; fig. 8: 15; Fig. 9: 19,25).
El grupo café claro comparte sus técnicas decorativas con el grupo
con baño rojo:
Incisa : sobre la parte superior del cuerpo de la vasija se hicieron
motivos geométricos que se repiten alrededor de ella (línea s incisas
irregulares y paralelas alrededor del cuello , y cruzadas formando rombos)
65
57. (Fig. 11: 38); algunos de estos motivos se hicieron cuando la archilla
estaba dura o después de la cocción (Fig. 11: 15).
Acanalada: hay conjuntos de líneas acanaladas sobre la superficie
externa (Fig. 11: 13, 14), o formando diseños geométricos (Fig . 11: 27) y
alrededor del cuello (Fig. 11: 23).
Presionada: hilera de puntos ovalados y circulares, paralelos a líneas
acanaladas, y alrededor delcuello (Fig. 11: 28, 36).
Muescas : hilera de muescas sobre el labio con presiones circulares
alrededor del cuello y sobre la superficie interna del borde (Fig . 11: 42).
Muescas delgadas y oblicuas, grandes y verticales sobre el labio (Fig. 11:
39,40).
Baño caf é oscuro pulido (3)
Las dos unidades que pertenecen a este grupo (3.2' Y 3.2"), sólo se
diferencian entre sí por tener la primera un baño café oscuro por ambas
caras (lO YR 4/2 dark grayish brown, 3.1 very dark gray), mientras que la
segunda sólo lo tiene sobre la superficie externa. La cara interna de esta
última es pulida y lleva una delgada capa (aguada), lograda con la arcilla
de la misma pasta, de color café claro o rojizo. (10 YR 7/3 very Pale
brown ; 7.5 YR 6/4 Light brown) .
El color de la arcilla de 3.2' es café, debido a la poca oxigenación
cuando la cocción (7.5 YR 5/4 brown). El desgrasante es fino con abun-
dante mica que aflora sobre la superficie, la que es pulida.
En este grupo hay vasijas globulares con o sin aquillamiento, y con
bordes bien evertidos (Fig. 7, tipos Y, W; Fig. 8: 19,22, 24; Fig. 9: 59,
63), Y cazuelas que pueden tener aquillamiento y con bordes levemente
inclinados hacia afuera (Fig. 7, tipo U; Fig. 8: 10, 16; Fig . 9: 12, 18,23).
También es un grupo cerámico con decoraciones similares a las de los
grupos anteriores.
Incisa : sobre la parte superior del cuerpo de la vasija (cara externa) se
hicieron grupos de líneas paralelas, verticales u horizontales, que se
repiten a lo ancho de la pieza (Fig. 11: 8, 9. 10); Ymotivos zonificados,
reticulares, delimitados'por líneas acanaladas (Fig . 11: 37). Hay líneas de
puntos paralelas a una línea incisa y a otra acanalada, alrededor del
equillamiento, y líneas cortas alrededor de este mismo. (Fig. 11 : 11, 31).
66
58. Acanalada: hay una o dos líneas acanaladas alrededor delcuello (Fig.
11:22, 23), Yvarias líneas formando diseños geométricos (Fig. 11: 13, 14,
16, 17); algunas vasijas tienen un tratamiento especial de la superficie
externa (corrugado-acanalado). (Fig. 11: 26).
Presionada : líneas de puntos ovalares y triangulares formando dise-
ños con líneas acanaladas, o sobre el aquillamiento. (Fig. 11: 27, 28, 29,
30,41).
Muescas: hilera de muescas pequeñas y grandes, paralelas rectas y
oblicuas sobre el labio (Fig. 11: 39, 40).
Café claro sin baño (2 ' )
Comparte todos los elementos con la unidad café claro pulido con baño
(2'), diferenciándose solamente porque no tiene el baño. Por eso es
posible que haya perdido éste por motivos de erosión, aunque parece que
sea un hecho intencional, indicando una función doméstica diferente.
Las formas corresponden a vasijas globulares y subglobulares con o
sin aquillamiento, de bordes muy evertidos (Fig. 7, tipos Y, W; Fig. 8: 19,
20, 21, 22, 23, 24, 25, 26, 28). Hay cazuelas cono sin aquillamiento y
bordes levemente evertidos (Fig. 7, tipo U; Fig. 8: 15, 16; Fig. 9: 17); y
cuencos de borde recto y labio redondeado (Fig. 7, tipo K; Fig. 8: 1,2).
Las decoraciones también son compartidas con los otros grupos:
Incisa: sobre la parte superior del cuerpo de la vasija (cara externa
líneas incisas formando rombos (Fig. 11: 38), y líneas paralelas horizon-
tales y oblicuas (Fig. 11: 8, 10).
Acanalada: conjunto de líneas acanaladas fonnando diseños geomé-
tricos (Fig. 11: 13, 14, 17).
Presionada: hileras de presiones circulares sobre elborde (cara exter-
na e interna (Fig. 11: 33, 34, 35). Línea de presiones ovaladas alrededor
del cuello (Fig. 11: 36), y líneas de presiones ovaladas y circulares
paralelas a líneas acanaladas , formando diseños geométricos, sobre la
parte superior del cuerpo de las vasijas (Fig. 11: 28, 29).
Muescas: grandes y pequeñas, perpendiculares y oblicuas, sobre el
labio (Fig. 11: 39,40).
67