La enseñanza de la historia hace más de 15 años se centraba principalmente en la memorización de fechas, sucesos y personajes históricos a través de lecturas, resúmenes y cuestionarios, sin un análisis más profundo que relacionara el pasado con el presente. La narración en primera persona de personas que vivieron en otras épocas y actividades de investigación sobre acontecimientos históricos proporcionan un aprendizaje más significativo en la asignatura de historia.