El oso polar es el carnívoro terrestre más grande del Ártico. Tiene un pelaje blanco translúcido que lo ayuda a regular su temperatura corporal en el frío clima polar. Se alimenta principalmente de focas y crías de reno, consumiendo hasta 30 kilos de comida por día. Actualmente está amenazado por la pérdida de hábitat debido al cambio climático.
1. EL OSO POLAR
El oso polar u oso blanco es una especie de mamífero carnívoro de la familia de
los osos.
Rivaliza con su pariente, el oso Kodiak , por el título de carnívoro terrestre más
grande de la Tierra. Vive en el medio polar y zonas heladas del Hemisferio
Norte. Es el único superdepredador del Ártico.
Descripción: Presenta un perfil más alargado que el de otros osos y las patas más
desarrolladas, tanto para caminar como para nadar largas distancias. Las orejas y
la cola son muy reducidas, para mantener mejor el calor corporal, al igual que en
muchos otros mamíferos árticos. En esto también colaboran una gruesa capa de
grasa subcutánea y un denso pelaje, que en realidad no es blanco, sino
translúcido, formado por miles de pelos huecos (que al estar llenos de aire, son
un buen aislante térmico). Bajo el pelaje se encuentra la piel, que es negra para
atraer mejor la radiación solar y aumentar así el calor corporal. La luz ordinaria
se refleja sobre el pelaje, generando normalmente la falsa sensación de blancura.
No obstante, en determinados momentos y lugares puede verse amarillenta o
incluso parda clara.
Reproducción: El período de apareamiento (único en que los osos de ambos sexos
se reúnen y tratan de forma amistosa) es entre abril y mayo, pero los óvulos no
se fertilizan y comienzan a desarrollar hasta septiembre aproximadamente, en lo
que se conoce como implantación diferida. Durante este tiempo, la hembra trata
de almacenar la mayor cantidad de grasa posible.
Sólo las hembras preñadas buscan refugio durante el invierno (aunque no
hibernan), dando a luz una o dos crías durante el invierno en un refugio
excavado en el hielo. El resto de los individuos siguen siendo activos a pesar de
la oscuridad y frío extremo que reinan en el ambiente y vagabundean a la
búsqueda de comida sobre la plataforma helada. Las madres no comen nada
durante este periodo, sino que viven de la grasa que han acumulado en su cuerpo
durante el invierno, mientras que los cachorros se alimentan de la leche materna.
Esto ocasiona en las madres una fuerte pérdida de peso, que deben recuperar
durante el verano.
2. Población: No existen subespecies auténticas de oso polar,[12] debido al reciente
origen de la especie (probablemente a finales del Pleistoceno) y la gran movilidad
de sus individuos sobre los vastos campos de hielo, lo que reduce el aislamiento
genético de éstos. Aun así, los especialistas distinguen de un modo informal seis
poblaciones mayores:
• Oeste de Alaska y la isla de Wrangel
• Norte de Alaska
• Canadá (60% de los ejemplares mundiales)
• Groenlandia
• Svalbard-Tierra de Francisco José
• Siberia
Alimentación: El oso polar se alimenta de muchos animales árticos. A pesar de
todo, sus favoritas son las crías de focas y renos (que son mucho más escasos
que los primeros) y llegan a comer unos 30 kilos de comida al día, y los
cachorros 1 kilo. Los osos polares no toman agua, ya que en su ambiente es
salada y ácida. Sacan los fluidos que necesitan de la sangre de sus presas.
También se ha descubierto recientemente que pueden llegar a ser caníbales, en
especial los machos, ya que si sufren demasiada hambre, no tienen problemas en
comerse a otros osos en especial jóvenes o muertos generalmente.
Amenaza: Tradicionalmente, los osos polares fueron cazados por los esquimales y
otros pueblos árticos, por su carne y piel, evitando ingerir el hígado, que por
contener niveles extremadamente altos de Retinol (forma de Vitamina A
encontrada en miembros del reino animal) consumirlo resulta peligroso para el ser
humano.[13]
Los colonos europeos comenzaron a matarlos también por deporte y para evitar
sus incursiones en los poblados, donde podían robar comida o atacar a los
animales domésticos. En raras ocasiones se dieron ataques contra humanos, aunque
la gran mayoría de éstos fue obra de animales heridos previamente por los
propios hombres.