Los osos polares viven en el Ártico y el norte de Canadá, donde las temperaturas son muy bajas. Están bien adaptados al frío, con un grueso pelaje aislante y grasa subcutánea. Se alimentan principalmente de focas, cazándolas en el hielo marino y el agua. El deshielo causado por el calentamiento global amenaza a los osos polares al reducir su hábitat y tiempo de caza.