2. INMADUREZ
Falta de madurez. Se dice de aquellas personas que
no tienen actualizadas al máximo sus
potencialidades, sean éstas de carácter
psicomotriz, intelectual, o afectivo, en relación al
momento cronológico considerado y según un
determinado modelo tipo o patrón.Todavía no
adulto, falta de manejo en todos, o en algunos
campos o habilidades del conocimiento humano.
Persona que no ha llegado a termino en el desarrollo
de todas o algunas sus capacidades como ser
humano, ya sean
cognitivas, afectivas,comportamentales,fisicas.La
inmadurez, es como una etapa en la cual todos
pasamos por ella, no solo la inmadurez es falta de
3. MADUREZ
Para la psicología, alcanzar una cierta edad no
implica haber logrado la madurez emocional.
Los especialistas afirman que ninguna persona
deja de ser, en ciertos aspectos, un niño, ya que
todos necesitamos la protección de los demás. El
hecho de hacerse cargo de uno mismo es un
proceso que comienza en la adolescencia y que
recién finaliza con la muerte. Por eso cuesta
aceptarlo, en una situación que varía de acuerdo
a las distintas personalidades. De esta forma, la
madurez no es sólo una etapa
cronológica, sino que se encuentra asociada a
un estado mental y a una actitud. No siempre se
madura de forma integral y en todos los aspectos
de la personalidad.
4. AMARGURA
La amargura no tiene lugar automáticamente cuando
alguien me ofende, sino que es una reacción no bíblica (es
decir pecaminosa) a la ofensa o a una situación difícil y
por lo general injusta. No importa si la ofensa fue
intencional o no. Si el ofendido no arregla la situación con
Dios, la amargura le inducirá a imaginar más ofensas de la
misma persona. La amargura es una manera de
responder que a la larga puede convertirse en norma de
vida. Sus compañeros son la autocompasión, los
sentimientos heridos, el enojo, el resentimiento, el
rencor, la venganza, la envidia, la calumnia, los
chismes, la paranoia, las maquinaciones vanas y el
cinismo.La amargura es resultado de sentimientos muy
profundos, quizá los más profundos de la vida. La razón
por la que es tan difícil de desarraigar es triple: En primer
lugar, el ofendido considera que la ofensa es culpa de otra
persona (y muchas veces es cierto) y razona: “El/ella debe
venir a pedirme disculpas y arrepentirse ante Dios. Yo soy
la víctima”