La educación actual mata la creatividad de los estudiantes al enfocarse demasiado en exámenes estandarizados y calificaciones. En lugar de eso, los sistemas educativos deberían permitir que los estudiantes exploren sus propios intereses y aprendan haciendo preguntas. Esto fomentaría la curiosidad natural de los niños y los ayudaría a desarrollar como personas creativas e innovadoras.