2. 2
PERSPECTIVA DESDE EL ENFOQUE SISTEMICO EN FAMILIAS CON
DISFUNCIONALIDAD Y SU AFECTACIÓN EN EL DESARROLLO
PSICOAFECTIVO DE LOS ADOLESCENTES.
Perspective from the systemic Approach in Families With Dysfunctionality And Its Impact
on the Psychoaffective Development Of Adolescents.
Toro Marín, Massiel Julieth1
1
Estudiante en Formación de la Fundación Universitaria del Área Andina_
mtoro27@estudiantes.areandina.edu.co
Resumen
La familia se puede considerar como un grupo de individuos estructurados, cuya
conformación genera normas de funcionamiento, por ende, la familia hace parte
independiente de ciertos aspectos que rigen el comportamiento individual. La familia es un
sistema abierto en tanto intercambia información con el medio, en la familia es donde se
obtienen el logro de las necesidades primarias de crecimiento y desarrollo del ser humano,
esta toma importancia, debido a que incide en el desarrollo socioafectivo de todo individuo,
este sistema llegara a existir un ambiente hostil, contraproducente para los miembros de la
familia donde se genera el conflicto; de lo anterior en el presente artículo con un enfoque
cualitativo se basa en la recopilación de la información, donde se realizó una variada
revisión de artículos, que implico el rastreo de la información, con el fin de justificar
teóricamente la influencia que tiene la disfuncionalidad familiar en el desarrollo psicoactivo
de los adolescentes desde el enfoque sistémico, además de los elementos como la cohesión,
comunicación, asimismo que la descripción de las características de las familias
disfuncionales con hijos en etapa adolescente. Se destaca que crecer en un ambiente
conflictivo como lo es la familia afecta directamente a los menores de edad, ya que se
recalca que el desarrollo psicoactivo del adolescente se ve afectado cuando la familia se
convierte en un factor de riesgo, la cual no permite construir la identidad del joven, su
autoestima y confianza en sí mismo, debido al contexto negativo en el cual se pertenece y
relaciona.
3. 3
Palabras clave: enfoque sistémico, disfuncionalidad, adolescente, familia, conflicto
y desarrollo psicoactivo.
Abstract
The family can be considered as a group of structured individuals, whose
conformation generates functioning norms, therefore, the family is an independent part of
certain aspects that govern individual behavior. The family is an open system as it
exchanges information with the environment, in the family is where the achievement of the
primary needs of growth and development of the human being is obtained, this takes
importance, because it affects the socio-affective development of every individual , this
system will come to exist a hostile environment, counterproductive for the members of the
family where the conflict is generated; of the foregoing in this article with a qualitative
approach is based on the collection of information, where a varied review of articles was
carried out, which implied the tracking of the information, in order to theoretically justify
the influence of family dysfunction in the psychoactive development of adolescents from
the systemic approach, in addition to elements such as cohesion, communication, as well as
the description of the characteristics of dysfunctional families with children in the
adolescent stage. It is highlighted that growing up in a conflictive environment such as the
family directly affects minors, since it is emphasized that the psychoactive development of
the adolescent is affected when the family becomes a risk factor, which does not allow
building the identity of the young person, their self-esteem and self-confidence, due to the
negative context in which they belong and relate.
Keywords: systemic approach, dysfunctionality, adolescent, family, conflict and
Psychoactive development.
4. 4
Introducción
A partir del enfoque sistémico la
familia es de gran relevancia, debido a
que la forma como están organizados sus
miembros, el papel que juega cada uno de
ellos, la forma en la que se comunican,
van a determinar el tipo de relaciones que
se establece en dicho sistema familiar, lo
que a su vez manifestara o no la
representación u/o mantenimiento de
problemas psicológicos. Las
intervenciones familiares por otro lado
son positivas, ya que es el método más
sano o positivo en el que podría conciliar
una familia en conflicto.
Podría decirse que desde el campo
de la psicología se tuvieron en cuenta
muchos fenómenos tratados en el
diplomado titulado abordaje de casos
clínicos desde tres enfoques
psicoterapéuticos donde una de las
temáticas trabajadas fue la familia, la cual
es catalogada como un constructo
abstracto, es decir, sistema de vínculos
que existen entre un grupo de personas,
analizando la dinámica, su estructura, los
subsistemas, creencias e historias que
yace a su alrededor; una de las
observaciones que se realizo fue la
evolución familiar que forman parte de
cada individuo que pertenece a un
sistema, es decir, se le tiene en cuenta el
ciclo vital de la familia, como lo es: el
nacimiento y crianza de los hijos, la
partida de éstos del hogar y la muerte de
algún miembro (Reyna, Salcido, y
Arredondo, 2013).
En un sistema familiar podemos
observar principalmente las propiedades
de totalidad, causalidad circular,
equifinalidad, equicausalidad, limitación,
regla de relación, ordenación jerárquica y
teleología (Chinchilla Jiménez, 2015).
La perspectiva del enfoque
sistémico se considera el marco
conceptual más extendido en la terapia
familiar, ya que ha llegado a ser en los
últimos años uno de los modelos de más
popularidad no sólo entre los
psicoterapeutas sino también en el campo
de la asistencia y bienestar social, las
organizaciones y redes sociales, la salud,
y los problemas escolares. Este enfoque
maneja un campo de aplicación particular
con el trabajo de familia, se sitúa en el
centro de la vida social, pocas cosas
ocurren con independencia de la familia,
en sus múltiples y renovadas formas,
entendida como grupo socio afectivo
5. 5
primario (Espinal, Gimeno, y González,
2006).
Este es un enfoque que se
diferencia de otros modelos de la
intervención psicológica como el
psicodinámico, el humanista, el
fenomenológico, conductual, cognitivo,
debido a su particularidad analítica frente
al sistema y no el individuo, ni la persona,
tan ensalzadas por la psicología
tradicional y la civilización occidental. En
efecto, de acuerdo con Guillem F. et al.
(2016) considera que sus bases
conceptuales no son ni la personalidad y
sus rasgos, ni la conducta individual, sino
el sistema familiar como un todo, como
un organismo estructurado e
interdependiente que se comunica con
unas pautas de interacción, y en las que el
individuo sólo es uno de sus
componentes, su valor tiene que ver con
la función y posición en el sistema
(Guillem y col., 2016).
Por ello en la pericia de la Terapia
Sistémica desde este enfoque, se expone
razones tan relevantes tanto éticas y
legales en la intervención con familias,
que definitivamente no pueden pasarse
por alto pues son la base de una práctica
profesional, desde la intervención familiar
con niños y adolescentes, merecedora de
una atención especial por las
particularidades que posee, y se detiene
en distintos encuadres de la psicoterapia
tal y coma intervención en parejas, la
terapia individual, las familias
inmigrantes, la enfermedad, duelo
familiar y la psicosis, entre otras (Guillem
y col., 2016).
Por otro lado, consideramos que
desde el enfoque sistémico es muy tratado
la temática familiar y lo que sucede a su
entorno desde cómo surge, se constituye,
se genera, como se interviene y la
relevancia que tiene para el ser humano
este sistema denominado “familia”; se
dice que es el núcleo básico la sociedad,
esta conceptualización en la constitución
de 1991, afirma que la familia es “una
institución básica de la sociedad,
conformada por el matrimonio entre un
hombre y una mujer” (Florence, 2013), es
decir, que ya no es primordial que su
formalización sea civil o religiosa.
De acuerdo con Digital UNID
(2017) considera que el concepto de
sistema fue extraído de la industria y del
comercio, y actualmente se utiliza para
tratar de comprender las relaciones
humanas, por ende, se considera que un
6. 6
sistema está compuesto por diferentes
partes que son fundamentales y que están
relacionadas entre sí con el fin de llegar a
un resultado, por lo que, un sistema
establece su orden y su secuencia con las
acciones, las respuestas y las
interacciones de sus partes, es decir, que
el sistema se encuentra funcional sólo
cuando sus fracciones están presentes.
Asimismo, es posible estudiar a la
familia como un sistema en el que cada
una de sus partes, es decir, cada uno de
los elementos de la familia (hijos, padres,
hermanos) experimenta distintas
situaciones como el poder, la intimidad,
la autonomía, la confianza y la habilidad
para comunicarse entre sí (Paladines y
Quinde, 2010); estas experiencias son
relevantes en la forma de vivir y enseñan
a entenderse con otras personas. Para
Bion (1992) la primera identidad humana
es una identidad grupal, ya que el
individuo nace en una matriz social
(familiar). Además, el contexto en el que
se desarrolla una persona es dentro de la
familia, por ello, desde el momento en el
que llega un nuevo integrante a la familia,
es decir, desde que nace, los padres son
los encargados y responsables de educar a
sus hijos trasmitiéndole valores para que
pueda enfrentarse a ese mundo en el que
vive, que es la familia (Digital UNID,
2017).
La familia tiene un papel
fundamental dentro de la sociedad, al ser
el primer ente de socialización con el que
se encuentran los seres humanos. Siendo
así, el tipo de familia y las formas de
interacción dentro de la misma, van a ser
aspectos de gran relevancia en tanto van a
influir en las conductas de sus miembros.
La familia es un grupo natural que en el
curso del tiempo ha elaborado pautas de
interacción. Estas constituyen la
estructura familiar, que a su vez rige el
funcionamiento de los miembros de la
familia, define su gama de conductas y
facilita su interacción recíproca. Además,
la familia necesita de una estructura
viable para desempeñar sus tareas
esenciales, a saber, apoyar la
individuación al tiempo que proporciona
un sentimiento de pertenencia (Minuchin
y Fishman, 2004, p. 25). En ese sentido,
dado que existe una complementariedad
en las conductas de cada uno de los
miembros de una familia es esperable que
exista un equilibrio en el que las familias
den y reciban atención, reaccionando de
forma interdependiente (McGoldrick y
Gerson, 1985) citado por (Minuchin y
Fishman, 2004).
7. 7
Según Buscarons (2018) considera
que desde la figura sistémica, la familia
se considera un sistema abierto,
jerarquizado, constituido por diferentes
miembros que interaccionan entre sí
(circularmente) según unas reglas de
comportamiento y funciones dinámicas,
que se encuentran en constante
intercambio (p. 50), debido a que en las
familias puede estar constituida de
individuos con una realidad psicoafectiva
específica aunque la globalidad familiar
es algo más que la suma de sus miembros,
es decir, que dentro de la familia la
conducta de cada uno de sus individuos
está relacionada directa o indirectamente
con la de los otros del tal forma que una
modificación en uno de ellos provoca
cambios en alguno de sus miembros o en
la totalidad.
Dentro de este artículo, se
pretende abordar la temática familiar y la
afectación en el desarrollo psicoafectivo
del adolescente tomando como punto de
partida o referencia el enfoque sistémico,
ya que estudia todo lo relacionado con la
temática familiar desde sus causas hasta
el proceso que ocurren en un sistema
mientras cuando están presentes los
conflictos familiares.
Reflexión
Luego de una breve introducción
acerca de lo que es la familia, se debe
tener en cuenta que la familia es un grupo
organizado según unas pautas de
interacción y unas reglas que indican la
estructura interna del sistema y que, a la
vez, están influenciadas por las fronteras
o los límites que se establecen entre el
individuo y su sistema familiar, o bien
entre el sistema familiar y el entorno
social (Méndez, 2017).
Las relaciones entre padres e hijos
han sufrido una ruptura, los estilos de
interacción en la familia disfuncional son
distintos y muy escasos en la dinámica
familiar, la cual se ha visto afectada por el
consumismo, el uso inadecuado de la
tecnología y prácticas de crianza
inadecuadas (Parra, 2021), por
consiguiente, es relevante resaltar que
durante la adolescencia los padres siguen
siendo una importante fuente de apoyo
para sus hijos, ya que durante esta etapa
se desarrollan competencias
socioemocionales, con las cuales se busca
habilidades para relacionarse
positivamente con los demás y la
capacidad de autorregular las emociones,
las cuales influyen en el proceso de
8. 8
búsqueda y consolidación de la identidad,
ampliando la perspectiva de las normas
sociales y la satisfacción de una serie de
necesidades interpersonales.
De acuerdo, con Sierra (2018) se
puede clasificar la familia en diferentes
culturas. Entre ellas tenemos la Familia
compuesta sólo por la pareja. En la cual
los cónyuges viven juntos, no tienen hijos
porque así lo decidieron o presentan
dificultades a nivel biológico para
concebir, en algunos casos los hijos ya no
viven con ellos. Familias de tres
generaciones. Es la familia extensa con
varias generaciones que viven en estrecha
relación entre sus miembros. Es
importante saber cuáles son sus diferentes
funciones y al mismo tiempo conocer su
organización, jerárquica y aclarar los
límites que se presentan entre los
subsistemas. Familias reconstituidas.
Uno o los dos miembros de la pareja
conyugal han estado casados con
anterioridad y cuando establecen una
nueva relación incorporan a la nueva
familia los hijos de la relación anterior.
Familias monoparentales. En este tipo de
familia se da por consecuencia de un
divorcio, abandono o separación de la
pareja, por lo general, uno de los
progenitores vive con los hijos de la
unión. Cuando la madre o el padre
deciden no responsabilizarse de su
paternidad, delegando toda la
responsabilidad en la madre (Vanegas, et
al., 2016, p. 207).
Si bien es cierto a nivel general, la
comunidad está formada por familias, es
decir, que todos provenimos de una
familia y en cierta forma gran parte de
nosotros hemos constituido una nueva,
por lo que, la familia es el fundamento de
la vida social y el principal medio de
transmisión de la cultura (Belart, 2008).
Efectivamente, el inicio de todo está en la
familia, sin darnos cuenta nos
comportamos tal y como aprendimos a
hacerlo en nuestra familia de origen, ya
que en ella se fue estableciendo la imagen
que cada uno tiene de sí mismo, el
sentimiento de valor interno, la
personalidad y las expectativas hacia la
vida (Montaño, Merfi, Palacios y
Gantiva, 2009).
En el núcleo familiar también se
desarrolla la afectividad, el estilo de
comunicación, la forma de relacionarse
con los demás y la capacidad de asumir
responsabilidades. En última instancia, es
en el contexto familiar dónde se forjan las
líneas básicas de nuestra conducta, el
9. 9
sistema de valores, creencias y la actitud
ante la vida. Todas las orientaciones
psicológicas coinciden en afirmar que en
el seno de la familia se conforman los
cimientos de los individuos; las personas
y las familias tienen capacidad para
transformar su propia realidad; de esta
manera se puede elegir cambiar y
esforzarse por crear unas relaciones
mejores, en vez de resignarse a vivir en el
malestar y el conflicto (Consejería de
Familia y Asuntos Sociales, 2010).
De los anterior, se puede decir que
si los integrante de la familia son
personalmente sanos y sus lazos son
buenos esta será funcional, debido a que
promueve un desarrollo favorable para
todos sus miembros; si las relaciones
familiares son conflictivas, exponiendo
un desequilibrio en su estructura y
organización, mostrando una
comunicación ineficaz e incapacidad en la
resolución de conflictos, la familia será
disfuncional, por los que existirá
inhabilidad para reconocer y compensar
las necesidades emocionales básicas de
cada uno de sus miembros, en especial los
adolescentes, porque no se encuentra un
equilibrio en el sistema familiar.
En este orden de ideas, en la
familia si no existe un ambiente protector
y facilitador para la formación del joven a
medida de su crecimiento pueden mostrar
afectaciones en su desarrollo
psicoafectivo, generado frustración, lo
cual crea impotencia frente a la realidad
vivida en el sistema familiar (Sierra,
2018).
Aunque cabe resaltar que en casi
todas las familias se generan conflictos,
por lo tanto, desde este enfoque a todos
los profesionales sobre todo los del
campo de la psicología que les puede ser
de gran ayuda disponer de conocimientos,
herramientas y estrategias útiles para
acompañar y orientar a las familias
durante determinado proceso. El material
que aquí se presenta está centrado en el
análisis de los conflictos familiar y su
afectación en el desarrollo
socioemocional del adolescente desde un
enfoque sistémico. Los lazos familiares se
transforman en la base para el
funcionamiento saludable de la familia,
las cuales tienen un impacto significativo
en la manera como el sistema enfrenta los
diferentes cambios que se presentan
durante la adolescencia.
10. 10
Por lo tanto, se toma como
referencia el Modelo Circumplejo de
sistemas familiares desarrollado por
Olson, Sprenkle, & Russel (1989) ya que
es uno de los más importantes en la
comprensión de la dinámica e interacción
en los sistemas familiares y su vez,
consiente en clasificar a las familias en
funcionales o disfuncionales según los
indicadores de cohesión, adaptabilidad y
comunicación, desde una búsqueda
bibliográfica y temas tratados se deben
resaltar los siguientes conceptos ya que
fueron relevantes para la comprensión y
describiendo las dinámicas familiares
Olson, (1979, citado por Echeverría,
2015), por ello se tienen en cuenta dos
conceptos básicos de este modelo:
Cohesión Familiar: la cual se
refiere al vínculo emocional que los
miembros de la familia que tienen entre
sí. La Cohesión evalúa el grado en que los
miembros de la familia están conectados
o separados a ella, en donde los niveles
extremos señalan disfuncionalidad (Olson
et al., 1989). Este modelo consta
diferentes niveles en cuanto a la cohesión
que son: no relacionados,
semirelacionados, relacionados y
aglutinados (Aguilar, 2017).
Adaptabilidad familiar: es la
capacidad de un sistema marital o familiar
para cambiar su estructura de poder, las
relaciones de roles y las reglas de las
relaciones, en respuesta al estrés
situacional y propia del desarrollo, es
decir, un balance entre cambio y
estabilidad (Olson et al., 1989) citado por
(Aguilar, 2017). Aquí también existen
unos niveles de adaptabilidad son: Rígida,
estructurada, flexible y caótica. La
adaptabilidad rígida se refiere a que los
roles son estrictamente definidos y reglas
son inflexibles y autoritarias, por su parte,
la adaptabilidad caótica los roles son
confusos, existe cambio de reglas
frecuentemente y poca disciplina.
La adolescencia es un período de
vida con muchos cambios físicos,
psíquicos, sociales, emocionales,
afectivos, etc., esto ocurre de forma
rápida y a gran escala, por tanto, la
familia efectúa un rol de acompañamiento
para afrontar dichos cambios.
Funcionamiento Familiar
En este orden de ideas se puede
hablar de funcionamiento familiar lo cual
es un equilibrio entre la adaptabilidad
familiar a las situaciones cotidianas, la
cohesión de los integrantes y estilo de
11. 11
presentación o búsqueda de gratificación
de los integrantes de la familia con
personas dentro o fuera del núcleo
familiar (Beavers y Hampson, 1993;
Olson 2000), en el funcionamiento
familiar se evidencian elementos como el
nivel de compromiso, sensación de
bienestar, nivel de comunicación,
expresión de aprecio, cantidad y calidad
de tiempo y destrezas en el manejo de
conflictos y crisis (Stinnett, 1979). Para
que exista un funcionamiento familiar
adecuado es necesario que los integrantes
de la familia sientan satisfacción en las
interacciones y buenas estrategias de
comunicación y solución de conflictos
(Olson 2000) citado por (Borrero
Oropeza, 2012).
De acuerdo con Minuchin (1982)
considera que ha tomado más relevancia
la calidad de las relaciones familiares
como determinantes en el desarrollo del
adolescente, dice que la interrupción de
una relación en el sistema afecta no solo a
este sino a todo el sistema. Hay
situaciones en que las familias encuentran
dificultades, por ejemplo, cuando un
miembro quiere más cohesión y
adaptabilidad y el otro no (Olson y
colegas, 1989; Polaino-Lorente y
Martínez, 2003).
Se sabe que la adolescencia posee
sus propias tareas del desarrollo cuya
debida realización lo conduce a la
autorrealización y al éxito en las tareas
posteriores, llevándolo a un
funcionamiento adaptativo durante la
madurez, y cuyo fracaso lo llevara a la
desaprobación de la sociedad, y a las
dificultades que pueda encontrar en el
logro de tareas posteriores. Cuando las
familias funcionan en los extremos de la
cohesión y adaptabilidad se pueden
frustrar y se da lugar a los conflictos
(Olson y colegas, 1989); por otro lado,
según Stinnett (1979) el funcionamiento
familiar se define como aquellos patrones
o formas de relacionarse que las familias
establecen y que las distinguen unas de
otras (Borrero, 2012).
Cuando se habla del funcionalidad
familiar se tiene presente que no siempre
está funcional, existe la disfuncionalidad
y el conflicto, desde cualquier enfoque se
estudian las causas u orígenes que rodean
a la problemática que se esté presentando
dentro de la familia, a partir del enfoque
sistémico se estudian unos elementos que
se tienen en cuenta, con el fin de analizar
cualquier tipo de conflicto familiar
elementos como la estructura familiar o
mapa familiar, los límites, el nivel de
12. 12
cohesión familiar, el nivel de
adaptabilidad familiar, la comunicación
familiar, la conyugalidad y parentalidad,
el ciclo evolutivo individual y familiar,
los pacientes o examinado identificados y
las posibles soluciones intentadas por
parte de las personas implicadas (López,
2009); elementos que ayudan en cierta
forma a comprender problemáticas que
estén pasando internamente en la familia
y que pueden afectar al adolescente.
Herrera (1997), afirma que “la
principal característica que debe tener una
familia funcional es que promueva un
desarrollo favorable a la salud para todos
sus miembros, para lo cual es
imprescindible que tenga: jerarquías
claras, límites claros, roles claros y
definidos, comunicación abierta y
explícita y capacidad de adaptación al
cambio”.
Disfuncionalidad Familiar
Por otro lado, se considera que la
familia disfuncional será aquella en donde
se presentan sentimientos de
sobreprotección hacia sus hijos, los
límites son rígidos y muy débiles, las
normas y reglas son confusas y
encubiertas o a su vez flexibles, por lo
tanto, predomina en ellos la incapacidad
de resolución de conflictos, ante los
demás muestran aparente felicidad y la
comunicación no es clara presentando
alteraciones (Pillcorema, 2013).
En este orden de ideas, para
Hernández (1997), en la adolescencia
suceden una serie de eventos psicológicos
que influyen en sus relaciones familiares
y sociales, como son la búsqueda de
autonomía, el estilo personal de
relacionarse y la construcción de la
identidad, consecuentemente, estos
hechos psicológicos forman en las
familias con hijos adolescentes, que estos
empiecen dentro del sistema a bajar los
niveles de cohesión familiar, ya que los
jóvenes demandan privacidad e incluso
respeto en sus puntos de vista, creando la
necesidad de una comunicación más clara
y fluida, donde se acuerden ciertos
aspectos de la vida familiar, en lugar de
imposiciones absolutas que pueden
generar tensiones (Poaquiza y Burgos,
2017, p.16).
De acuerdo con Satir (1994),
considera que existen familias
disfuncionales o conflictivas y
funcionales o nutricias. Las conflictivas
tienden a estar sujetas a reglas rígidas e
inmutables y su comunicación es más
13. 13
bien indirecta, vaga o incluso inexistente.
En estas familias subyace cierto
sentimiento de culpabilidad que les
bloquea la capacidad de disfrutar de la
vida por lo que en ellas hay desesperanza,
impotencia y soledad. También es verdad
que hay familias disfuncionales en las que
las normas son arbitrarias, es decir,
dependen del humor o del estado de
ánimo de los progenitores. En ellas la
comunicación entre sus miembros puede
llegar a ser caótica: todos hablan a la vez,
se interrumpen unos a otros y nadie
escucha a nadie (Belart, 2008).
Asimismo, en los sistemas disfuncionales
se presentan problemas de comunicación,
sus miembros no llegan a expresar
libremente sus sentimientos y la unidad
no es productiva, ni satisface las
necesidades emocionales de sus
miembros (Sierra, 2018), estos no tienen
en cuenta la existencia de su problemática
y por el contrario responde de manera
agresiva e indiferente a posibles
soluciones para mantener una aparente
normalidad, unido a la frustración que
fomenta la incapacidad a enfrentar las
dificultades, las cuales se manifiestan a
través de violencia física y emocional, de
igual manera, existe la incapacidad para
compartir actividades colectivas
productivas, existe el autoritarismo, el
miedo y la ausencia del cariño (Sierra,
2018).
También se identifica que las
familias disfuncionales con hijos en etapa
adolescente se caracterizan por generar
respuestas inadecuadas frente a
situaciones que generen estrés, es decir, el
nivel de afrontamiento de los problemas
es bajo, por ende, la familia se le hace
difícil adaptarse a los cambios que
produce la llegada de la adolescencia.
Consta de una incapacidad para reconocer
y satisfacer las necesidades emocionales
básicas en cada uno de sus partes, las
cuales son individuos psicológicamente
rígidas, exigentes, críticas y
desalentadoras.
Por ende, en el caso de los
adultos, tutores o padres de los menores
de edad, que presentan estas
características evidencian un desajuste
emocional y psicológico, por lo tanto, el
adolescente que se ve expuesto a la
dinamia de una familia disfuncional
empieza a manifestar sus frustraciones al
imposibilitarlo de no hacer nada,
exteriorizando conductas agresivas como
gritos, enojos, odio, lo cual afecta su
14. 14
desarrollo psicoafectivo y entre este, en
mayor medida el área socioemocional.
La familia disfuncional presenta
un desequilibrio en su estructura y
organización, sus métodos de formación y
acoplamiento a las dificultades son casi
nulos, presenta sentimientos de
sobreprotección hacia sus hijos, los
límites son rígidos y muy débiles, las
normas y reglas son confusas y
encubiertas o a su vez flexibles, por lo
tanto, predomina en ellos “la incapacidad
de resolución de conflictos, ante los
demás muestran aparente felicidad y la
comunicación no es clara presentando
alteraciones” (Pillcorema, 2013; Sierra,
2018).
Asímismo, se les “dificulta
transitar de una fase a otra en el ciclo
vital, predominando los limites difusos,
los hijos tienden a ser dependientes
emocionalmente o afectivamente de su
familia de origen, principalmente de los
padres” (Montalvo, Sandler, Amarante,
Rodríguez y Valle, 2005, p. 93), dicha
dependencia se podrá detectar por la
dificultad para tomar decisiones
importantes por si solos, aun formando
otras familias, seguirán ligados muy
estrechamente a su familia de origen. De
igual forma existen problemas de
jerarquías, coaliciones y triangulaciones
(Parra-Fabara, 2021).
Según Gil y Garrido (1993);
Haley (1999); Minuchin (1992), definen
las siguientes características patológicas
para identificar una familia disfuncional:
El amalgamamiento: Es la ausencia de
respeto entre los miembros de la familia,
este patrón de conducta disfuncional
dificulta una sana formación de la
personalidad, en especial la del
adolescente, ya que inhibe el espacio
físico, mental, emocional y espiritual. La
rigidez: Se caracteriza por implementar
reglas sin posibilidad de cambio,
estableciéndose para todos los miembros
excepto para aquel que las impone.
El querer solucionar la vida de los
hijos es sumamente dañino, que los
padres les digan que hacer a los
adolescentes en cada momento y les
rescaten o solucionen de sus
contratiempos, dificulta adquirir
responsabilidad, generado dependencia y
falta de autonomía. La evitación del
conflicto: En la familia existe un gran
silencio y nadie es capaz de manifestar lo
que amenaza, existe una omisión de los
problemas, el silencio ante las
15. 15
dificultades evidencia la poca o nula
comunicación que existe, no se demuestra
el afecto entre los miembros (Molineros,
2012; Sierra, 2018).
Dichas características se presentan
por las diversas situaciones que vive el
sistema, ya sean internas o externas, las
cuales afectan el sano desarrollo de los
miembros que la componen porque no
tienen las herramientas adecuadas para
enfrentar las trasformaciones que se
generan en la familia con el transcurso del
tiempo, mostrando rasgos como la falta
de cohesión, como se ha citado
anteriormente, es la capacidad que tiene
la familia para afrontar dificultades
conservando la unidad y afectividad del
sistema (Semenova y col., 2015; Sierra,
2018).
Los padres que presentan estas
características evidencian un desajuste
emocional y psicológico, por lo tanto, el
adolescente que se encuentra expuesto a
la dinamia de una familia disfuncional
comienza a mostrar sus frustraciones al
no poder hacer nada, presentando
comportamientos agresivos como gritos,
enojos, odio, lo cual afecta su desarrollo
psicoafectivo y entre este, en mayor
medida el área socioemocional (Sierra,
2018).
Por otro parte, cabe mencionar
que para mantener una armonía dentro del
hogar será posible dependiendo de la
disposición y actitud de los implicados
dentro del sistema, es decir, que el
equilibrio se alcanza cuando los
propósitos familiares o funciones dentro
de este sistema se cumplen y cuando se
obtiene la meta en una homeostasis sin
tensión mediante la comunicación
asertiva, tolerando lo que el otro pueda
pensar para mejorar la convivencia y esto
hay que tenerlo siempre presente por que
las familias evolucionan cambiando
continuamente su estructura e incluso sus
creencias (Paladines y Quinde, 2010).
Otro punto importante es el
crecimiento que tiene los adolescentes
dentro de la familia, cuando estos van
desarrollando su área psicoafectiva sea
para bien o para mal será aquel proceso
donde se construirá parte importante de
su identidad, es decir, de su yo, asimismo,
como su autoestima, autoconcepto,
seguridad, confianza personal con él y
con el mundo que lo rodeo y la autonomía
en la toma de decisiones. A través de este
proceso el adolescente también puede
16. 16
distinguir las emociones, identificarlas,
manejarlas, expresarlas y controlarlas
(Haeussler, 2000, p. 55).
Si bien los conflictos familiares
afectan directa e indirectamente a todos
los miembros del sistema familiar, en
general son los menores como los
adolescentes quienes acostumbran a sufrir
con más fuerza sus efectos. Las familias
requieren estabilidad y continuidad en su
organización para mantener la integración
de toda la familia (Olson, Russell y
Sprenkle, 1989). Los sistemas se resisten
al cambio debido a la estabilidad que
tienen. La morfogénesis significa que las
familias cambian a lo largo del tiempo
debido al ciclo evolutivo familiar (Jacob,
1987). Por otro lado, en los matrimonios
con altos niveles de conflicto podrían
hacer daño a los hijos porque amenazan
su seguridad emocional y producen
sentimientos de ansiedad y estrés.
Se puede afirmar que los
adolescentes al estar expuestos a estos
contextos hostiles, incongruentes y con
patrones de crianza autoritaria, se llega a
relacionar con diversos desajustes
emocionales y cognitivos, como
consecuencia, los adolescentes
pertenecientes a familias disfuncionales
suelen ser tímidos, carecen de confianza,
son angustiosos y en algunas
oportunidades guardan mucho rencor;
estas reacciones son internas, pero
también vemos que a medida que crecen
se van exteriorizando y se pueden llegar a
refugiar en la violencia, el alcohol, las
drogas y el sexo (Chicomay Cruz, 2015).
Existen algunos recursos prácticos
que nos pueden ayudar a definir el
conflicto familiar, como por ejemplo, el
genograma es una representación gráfica
que permite, a través de diferentes
símbolos, recoger, registrar, relacionar y
exponer categorías de información del
sistema familiar en un momento
determinado de su evolución (M.
McGoldrick; Gerson, 1987; Suarez, 2010;
Buscarons, 2018).
Se tiene en cuenta que el cambio
en la familia es una transformación de
perspectivas, es decir un proceso que
puede no producirse de manera constante,
si no de manera discontinua, por saltos
repentinos hacia nuevas pautas de
formación. Es preciso que las partes y el
todo cambien guardando cierta
reciprocidad.
Conclusiones
17. 17
A partir de la reflexión y rebusque
teórico concluimos que el entorno
familiar es uno de los factores de mayor
relevancia en el desarrollo del
adolescente, donde se encuentra
constituido por el contexto interpretado
por los miembros que integran la familia
y ha evidenciado ejercer una influencia
característica tanto en la conducta, como
el desarrollo social, físico, afectivo e
intelectual de sus integrantes.
Asimismo, se logra identificar que
las familias disfuncionales con hijos en
etapa de adolescencia se caracterizan por
problemas de comunicación normalmente
en este tipo de familias es muy escasa y
poco clara, nula honestidad y cada
miembro de la familia vela por los
intereses personales y no colectivos. Se
puede evidenciar dentro de las familias
disfuncionales una baja autoestima en sus
miembros, su nivel de afrontamiento ante
las dificultades es bajo, reflejan
sentimientos de sobreprotección hacia sus
hijos en el caso de los padres, los límites
son rígidos y muy débiles, las normas y
reglas son confusas o a su vez flexibles,
ante los demás muestran aparente
felicidad.
Además, se pueden presentar
alteraciones a nivel biopsicosocial, el
ejercicio de la parentalidad suele ser
autoritario y rígido, apelan a la represión,
el miedo, la prohibición, generando
desajustes emocionales y cognitivos en
los adolescentes, ya que se encuentran
expuestos a ambientes poco saludables y
negativos en su proceso de formación, en
este orden de ideas se tiene en cuenta que
en un sistema disfuncional se experimenta
un ambiente de hostil y de malos tratos,
incluso de abuso, insultos y violencia, a
otros individuos del sistema, teniendo
como consecuencia la afectación que se
manifiesta en cada una de las personas
que componen a la familia que vive el
conflicto.
Se puede concluir que se
considera la relevancia y el poder que
tiene una familia en la vida de cualquier
persona, debido a la gran incidencia en el
desarrollo socioemocional de todos sus
miembros y es donde se adquieren las
estrategias y herramientas necesarias para
afrontar la vida adulta y desarrollar
habilidades para todo el potencial de sus
integrantes; cabe resaltar el rol
fundamental de la familia como factor de
protección durante la adolescencia, la cual
debe garantizar el cuidado permanente y
18. 18
el bienestar de los jóvenes, debido a que
en esta periodo el sistema familiar
constituye nuevas formas de relación e
interacción entre sus miembros desde un
proceso circular, generando nuevos
significados y alterativas para afrontar la
realidad del sistema familiar; así que, es
indispensable que las familias sean
conscientes acerca de la manera como se
relacionan con los hijos y el estilo
parental que ejercen, como consecuencia
una disfuncionalidad familiar tiene
repercusiones negativas en el desarrollo
socio emocional de los adolescentes.
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