El documento trata sobre la prueba ilícita en el proceso penal. Define la prueba ilícita como aquella obtenida mediante medios que violan los derechos fundamentales de las personas, como el derecho a la intimidad personal. Señala que la prueba ilícita no puede ser utilizada en un proceso debido a que lesiona la legalidad procesal. El documento cita varias normas nacionales e internacionales que protegen el derecho a la intimidad personal.