4. • Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos
Laborales, se entenderá como riesgo laboral la posibilidad de
que un trabajador sufra un determinado daño derivado del
trabajo.
• En la misma Ley, queda definido el término prevención como
el conjunto de actividades o medidas adoptadas o previstas en
todas las fases de actividad de la empresa con el fin de evitar
o disminuir los riesgos derivados del trabajo.
5. Riesgos en atención sociosanitaria
• Riesgos biológicos, derivados del contacto con agentes
patógenos presentes en el aire, fluidos corporales, heces o
heridas de pacientes con determinadas patologías e
infecciones.
• Riesgos ergonómicos / posturales, derivados de la
movilización de pacientes encamados, dependientes o con
escasa movilidad.
• Riesgos químicos, derivados de la limpieza, desinfección y
esterilización de materiales e instrumental sanitario.
• Riesgos psicológicos, derivados del trato diario con pacientes
demenciados con alteraciones cognitivas y conductuales,
además de la sobrecarga de trabajo.
7. • Se entiende por riesgo biológico aquel que está producido por
la presencia de organismos o agentes patógenos que plantean
una amenaza para la salud humana, dentro de los cuales
incluimos virus, bacterias, hongos o parásitos.
• Generalmente podremos exponernos a este riesgo durante la
realización de procedimientos asistenciales como la higiene,
recogida de eliminaciones, tratamiento de heridas,
manipulación de sondajes, limpieza de material contaminado,
etc.
8. • El riesgo biológico puede ser:
• Parenteral (sanguíneo): por exposición sanguínea a
microorganismos trasmitidos por la sangre, fluidos corporales
(secreciones, orina) o heces de un paciente portador, a través
de un pinchazo accidental, mucosas o piel no intacta.
• Respiratorio: por inhalación en forma de gotas o aerosoles de
microorganismos que se contagian por vía respiratoria
procedentes de un paciente portador.
• Digestivo: por ingestión de alimentos o bebidas contaminadas
de agentes presentes en las heces o por contagio ano-mano-
boca.
• De contacto: por exposición directa de piel o mucosas con
materiales contaminados.
11. • Son aquellos derivados de la manipulación de cargas, posturas
forzadas o movimientos repetidos durante la realización de la
actividad profesional.
• En las labores asistenciales de enfermos de Alzheimer será
necesario llevar a cabo tareas de deambulación, movilización y
traslado, tareas que requieren de pequeños o grandes
esfuerzos, a veces de forma repetida y en situaciones poco
cómodas o incluso imprevistas.
• Todo ello da lugar a sobreesfuerzos y sobrecargas, que pueden
traer consigo lesiones musculares o articulares e incluso
caídas, heridas, contusiones, etc.
12. • Manipulación de cargas: realización de acciones de traslado o
movilización de enfermos como el levantamiento, empuje,
tracción o desplazamiento unidas a la elevada frecuencia con
que se realizan dentro de la jornada laboral, dan lugar a
cansancio muscular, sobrecarga y lesiones principalmente de
espalda (más localizadas en la región dorsolumbar).
• Posturas o movimientos forzados: realización de posturas
fijas o estáticas durante un tiempo determinado, con
mecanismos de protección y compensación que producen
sobrecargas musculares y posturas forzadas y asimétricas,
pudiendo aparecer inflamación de las articulaciones o
contracturas musculares.
13. • Movimientos repetidos: realización de movimientos
continuos, repetidos y mantenidos durante la actividad laboral
que sobrecarga y produce dolor en determinadas partes del
cuerpo, principalmente los miembros superiores (síndrome
del túnel carpiano, tendinitis, etc.).
• Movimientos imprevistos: personas con escasa movilidad o
problemas mentales pueden provocar movimientos bruscos e
inesperados para el cuidador que debe evitar la caída o lesión
del paciente, dando lugar a movimientos poco controlados y
sobreesfuerzos que aumentan el riesgo de sufrir lesiones.
15. Normas fundamentales
• La mecánica corporal es una disciplina que se encarga del
correcto equilibrio (estabilidad), movimiento coordinado y
alineación (postura) del cuerpo en la realización de una
actividad, siendo sus objetivos mantener una actitud
funcional, disminuir el gasto de energía, evitar la fatiga y
prevenir anomalías en el aparato musculo-esquelético.
• Se refiere a la utilización adecuada del cuerpo humano y
comprende una serie de normas fundamentales que deben
respetarse para evitar la fatiga, el cansancio y prevenir
lesiones en los cuidadores que realizan actividades de
movilización y traslado de pacientes.
16. 1. Conservar el centro de gravedad bajo, flexionando la cadera y rodillas, sin doblar la cintura.
2. Mantener una base de apoyo amplia, separando bien los pies, lo que proporciona estabilidad
lateral y desciende el centro de gravedad.
3. Mantener bien alineadas las diferentes partes del cuerpo al realizar esfuerzos, moviendo los pies
para evitar girar el tronco y manteniendo la espalda recta.
4. Preparar el espacio físico antes de llevar a cabo ninguna actividad, retirando objetos u obstáculos y
colocando al paciente o el objeto en la posición adecuada.
5. Colocarnos cerca del paciente u objeto antes de comenzar a manipularlo y trasladarlo próximo al
cuerpo cerca de la cintura, el centro de gravedad, para evitar forzar los músculos de la espalda.
6. Contraer la musculatura abdominal y glútea antes de mover cualquier persona u objeto,
estabilizando la pelvis.
7. Es preferible, siempre que sea posible, tirar del peso a empujarlo, pues los músculos flexores del
codo son más fuertes que los extensores.
8. Es preferible, siempre que sea posible, empujar o deslizar antes que levantar, pues esto último
implica ir en contra de la gravedad. Para facilitar el deslizamiento, la superficie sobre la que vamos
a actuar debe ser lo más lisa posible.
9. Utilizar el peso de nuestro cuerpo facilita las maniobras de empujar o tirar y exige menor energía.
10. Conocer nuestras limitaciones físicas y solicitar ayuda siempre que sea necesario para evitar la
aparición de lesiones y fatiga.
11. Realizar los movimientos de manera coordinada cuando interviene más de una persona.
12. Utilizar dispositivos de ayuda para cargar o mover personas u objetos pesados, si se dispone de
ellos.
13. Usar zapatos cómodos y cerrados, de tacón bajo, con suela flexible antideslizante, para favorecer la
correcta alineación y movimiento del cuerpo, además de prevenir accidentes.
18. • Se entiende por riesgo químico aquel que está derivado del
contacto, ya sea cutáneo o respiratorio, con productos o
sustancias químicas en la realización de la actividad laboral.
• Una de las tareas más comunes en el ámbito asistencial
sanitario es la descontaminación de materiales e instrumental.
Se pueden distinguir tres procesos que proporcionan distintos
grados de descontaminación: limpieza, desinfección y
esterilización.
• Los cuidadores de enfermos de Alzheimer sólo deberán llevar
a cabo tareas de limpieza y desinfección química mediante la
utilización de sustancias desinfectantes, ya que la
esterilización requiere de métodos físicos o sustancias
químicas altamente especializados utilizados en instituciones
sanitarias por profesionales convenientemente entrenados y
elevadas medidas de seguridad.
21. Son aquellos que son derivados de un exceso de carga psíquica y
exigencias emocionales en la realización de determinadas
actividades laborales o profesionales, que pueden desencadenar
con frecuencia en alteraciones psicológicas como estrés,
depresión, fatiga, síndrome de burnout (síndrome del
“quemado” o de agotamiento emocional).