2. Aumentar el consumo de alimentos
ricos en fibra:
Frutas: manzanas, albaricoques, peras,
plátanos, fresas, naranjas, etc.
Verduras: zanahorias, patatas, coliflor,
brócoli, guisantes, espinacas, etc.
Legumbres: garbanzos, judías, lentejas,
habas, etc.
Cereales y derivados de grano entero:
arroz, pasta, pan integral, etc.
3. Disminuir el consumo de grasas
animales:
Evitar el consumo de grasa visible en las
carnes
Limitar el consumo de embutidos y
huevos
Sacar la piel al pollo
No utilizar grasas animales para cocinar
Limitar el consumo de quesos grasos,
leche entera, productos de pastelería y
helados
4. Aumentar el consumo de verduras y
frutas frescas:
Sobre todo por el beneficio de las
vitaminas A y C que se encuentran en
estos alimentos
5. Seguir métodos de cocción correctos:
Evitar freir los alimentos a altas
temperaturas
No reutilizar el aceite varias veces, debido
a la liberación de tóxicos que se produce
Preferible cocinar los alimentos hervidos,
al horno o al vapor
No abusar en el consumo de alimentos
ahumados, salados o en adobo
6. Evitar la obesidad y el aumento de
peso:
Las dietas bajas en calorías combinadas
con ejercicio moderado, están
recomendadas para reducir el riesgo de
cáncer