Debido a las cordilleras montañosas que separaban las regiones de Italia y a la insuficiencia de tierras para la explotación, los italianos desarrollaron el comercio marítimo entre Europa, África y el Medio Oriente. Esto llevó al surgimiento de la burguesía y las ligas comerciales que defendían los derechos de los comerciantes y artesanos, y al establecimiento de nuevas ciudades y burgos donde se asentaron los siervos. El comercio floreció bajo el sistema económico