POLÍTICA CRIMINAL - SEGURIDAD CIUDADANA Y TECNOLOGÍA.pptx
Diálogo social clave para democracia Mexicana
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Diálogo social tarea pendiente de nuestra democracia
2. Diplomacia ciudadana y la sociedad civil como actor globalExperiencias InternacionalesDiálogo social tarea pendiente de nuestra democracia
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Índice
1 Yazmín Fabiola Benítez Sánchez
El diálogo social para el cambio democrático
2 Alberto Solís
Han pasado más de cuatro años. Experiencia de diálogo e
interlocución del MPJD
3 Rosario Espinosa y Nadjeli Babinet
Reflexiones en torno la importancia del diálogo social para
transformar conflictos: el caso de un proceso de diálogo multi-
actor sobre energía eólica
4 Eugenia Mata
La CVO: una vía para el diálogo y descubrir la verdad
5 Elena Díez Pinto
La experiencia de construcción de la paz en Guatemala
6 Interpeace
POLJUVE, La respuesta a la violencia juvenil en El Salvador
7 Adam Kahane
Experiencias de escenarios en Shell, Sudáfrica y Guatemala
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El diálogo social para el cambio democrático
Yazmín Fabiola Benítez Sánchez
Iniciativa Ciudadana para la Promoción de la Cultura del Diálogo, A.C.
E
n el contexto actual de mucha violencia tanto generada por el
gobierno, como la generada por la delincuencia organizada
que han generado una ruptura del tejido social; así mismo,
los casos de Ayotzinapa, Tlatlaya, la Casa Blanca (propiedad de la
esposa del Presidente); las agresiones a los movimientos sociales
en Puebla, han derivado en un reclamo fuerte de justicia y en una
desconfianza de parte de la sociedad hacia las instituciones y
autoridades de nuestro país. Es en este contexto que el diálogo
social es una herramienta que nos puede ayudar a fortalecer la
cohesión social, así como construir un proyecto de futuro que sea
incluyente y con un enfoque de derechos humanos.
El diálogo social en un país democrático fomenta
la participación de la sociedad civil, así como de
instituciones del Estado, con el fin de llegar a la
confluencia de un proyecto de cambio y la mane-
ra de cómo llegar al él. Es decir, el diálogo social
permite fortalecer la cohesión social y el estado
de derecho.
El término de diálogo social se utiliza para referirse
a un tipo de relaciones horizontales entre el Estado
y las organizaciones de la sociedad civil con el fin
de abordar conjuntamente los problemas sociales
y contribuir a elaborar soluciones fundadas en el
consenso.
Además, incluye todos los tipos de negociación,
consulta e intercambio de información entre repre-
sentantes de gobiernos, sociedad civil sobre temas
de interés común, con el fin de diseñar, implementar,
o monitorear estrategias, políticas o programas que
impliquen a toda la sociedad.
Aunque es una práctica cotidiana en las democra-
cias más consolidadas, muchas veces a través de
Consejos Económicos y Sociales, también es muy
útil para sociedades que se encuentran en crisis,
como los proceso de paz en Colombia o Guatemala,
para que puedan fortalecer las instituciones.
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El área donde se tiene una mayor experiencia es
en el ámbito laboral. De acuerdo con la Organi-
zación Internacional del Trabajo (OIT), “la manera
en que se efectúa este diálogo social varía de
acuerdo al país y la región. Puede tratarse de un
proceso tripartito, en el que el gobierno interviene
como parte oficial en el diálogo, o bien consistir
en relaciones bipartitas establecidas exclusiva-
mente entre los trabajadores y las empresas,
con o sin la participación indirecta del gobierno.
El proceso de diálogo social puede ser informal
o institucionalizado, siendo con frecuencia una
combinación de ambos tipos. Por otra parte, puede
ser interprofesional, sectorial, o combinar ambas
características. (…) Las estructuras y los procesos
del diálogo social, cuando son exitosos, tienen el
potencial de resolver importantes temas económi-
cos y sociales, promover una buena gobernanza,
avanzar en la paz y estabilidad social e industrial,
y estimular el progreso económico.”1
Condiciones que posibilitan el diálogo social
Para que sea exitoso el diálogo social debe cumplir
con las siguientes características:
• Inclusivo. Deben formar parte del diálogo
todos los sectores involucrados en el tema a
tratar o en el conflicto que se quiere resolver.
1
OIT, El diálogo social, recuperado de http://www.ilo.org/global/about-
the-ilo/decent-work-agenda/social-dialogue/lang--es/index.htm
• Respeto de los derechos humanos. Se
deben respetar los derechos humanos de
todos los involucrados, en el sentido de
que las personas participantes no tengan
miedo de represalias por formar parte del
diálogo.
• El diálogo tiene que darse en un espacio
de neutralidad.
• Expertos. Debe contar con expertos en
los temas a tratar, ya sea que los involu-
crados tengan los conocimientos técnicos
necesarios sobre el tema o que cuenten
con asesores expertos.
• Independencia y fortaleza de las institu-
ciones participantes, ya que deben tener,
además de un carácter deliberativo, un
carácter resolutivo.
• Voluntad política y compromiso de todos
los participantes para llegar a acuerdos.
• Tener un respaldo institucional adecua-
do para que puedan darse resoluciones.
En cuanto al diálogo en sí mismo es necesario que:
• Se establezca el conflicto con claridad,
ya que puede haber conflictos de urgente
resolución, y otros conflictos que implican
un proceso más largo. Es decir, se deben
priorizar los conflictos.
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• Es fundamental hacer un mapeo de acto-
res, ya que debe ser un diálogo incluyente
de todas las partes. También se deben
incluir tanto aquellos que pueden favorecer
la resolución del conflicto como aquel que
lo genera.
• Preparación de una logística adecuada
que favorezca el diálogo.
• Contar con documentos preparatorios que
apoyen el conocimiento del conflicto, así
como el avance que tiene en su resolución.
• Consolidación de un grupo de trabajo per-
manente y el mantenimiento de la red de
personas que la integran.
• Mantener activa la red de organizaciones
e instituciones a articular.
Como puede observarse para que un diálogo social
debe tener ciertas condiciones para que sea eficaz
en la solución de conflictos, pero también en la
construcción de una sociedad más democrática,
incluyente, y donde los derechos de todos y todas
sean respetados. En México hay muchas organi-
zaciones que promueven espacios de diálogo que
necesitan ser fortalecidos y multiplicados para que
nuestro país avance en la tan pospuesta consoli-
dación democrática.
Han pasado más de cuatro años.
Experiencia de diálogo e interlocución
del MPJD
Alberto Solís
SERAPAZ
Han pasado más de cuatro años desde ese 8 de
mayo del 2011 en que la marcha por la paz llegó
al zócalo de la Ciudad de México encabezada por
el reconocido poeta de Cuernavaca Morelos que
había perdido a su hijo, el 28 de marzo del mismo
año. Ese día escuchamos de su voz, un discurso
de 6 grandes puntos que ponían énfasis en la
necesidad de una transformación radical del país
y que fueron punto de partida para uno de los pro-
cesos de diálogo más significativos entre el Estado
y ciudadanía, agrupada en un movimiento social,
en los últimos años en México.
Ese 8 de Mayo Javier Sicilia no sólo logró conmover
al país con su testimonio y coraje, sino que colocó
una agenda, que abriría una discusión nacional en
relación a las propuestas que la sociedad civil podía
y debía formular, para afrontar la situación de violen-
cia expandida en México durante los últimos años.
Pero más importante, para afrontar con propuestas
ciudadanas, la estrategia de seguridad que había
posicionado el entonces presidente Felipe Calderón
Hinojosa, como marca distintiva de su gobierno y
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que ponía el énfasis en la confrontación del crimen
organizado, haciendo a un lado las condiciones
sociales y económicas en las que se desarrollaba
el fenómeno de la violencia.
Los 6puntos de dicha
agenda fueron:
1) Verdad y Justicia para las víctimas
2) Fin a la estrategia de guerra y asumir
un enfoque de seguridad ciudadana
3) Combatir la corrupción y la impunidad
4) Combatir la raíz económica de la
violencia y las ganancias del crimen
organizado
5) Acciones de emergencia a la juventud
y acciones efectivas de recuperación
del tejido social
6) Democracia participativa y democracia
en los medios de comunicación
La guerra contra el narcotráfico era un discurso por
demás desgastado a esas alturas del sexenio. Las
miles de muertes reflejadas a diario en los titulares
de los periódicos, demostraban una incapacidad
por parte del Estado mexicano de contener la vio-
lencia. Se criticaba al gobierno desde distintos
frentes, por la opción político-estratégica que había
tomado luego de una campaña electoral que había
emprendido, concentrando sus propuestas en el
empleo y unas elecciones polémicas marcadas por
la acusación de fraude. Pero el posicionamiento
de ésta agenda por parte de la “Marcha por la
Paz con Justicia y Dignidad”, que daría origen al
movimiento del mismo nombre, impulsaba a una
transformación radical del discurso concentrado en
la posición de crítica, e invitaba a un ejercicio de
propuesta, que pasaba por la apertura necesaria de
un diálogo amplio entre diversos sectores, grupos,
organizaciones y movimientos del país para dotar
de contenidos precisos y capacidad de debate a
esos 6 puntos cuya temática había sido trabajada
de manera aislada y dispersa por académicos,
especialistas y organizaciones en los últimos años.
Se abría así, el reto de un ejercicio de diálogo, que
pasaba en primer orden por convocar a la población
en general, academia y sociedad civil organizada, a
lo que un primer momento se comprendió confusa-
mente como un pacto social; y digo confusamente
porque la idea de pacto, trasladó a más de una
persona a la idea de abrir un acuerdo directo con
la autoridad, brincándose el ejercicio ciudadano de
abrir primero la discusión entre la gente. Esto hubo
que aclararlo y definirlo como un pacto que debía
ser primero entre la propia población y por ello se
convocó desde el mismo zócalo aquel 8 de mayo
a un gran encuentro en Ciudad Juárez, sitio que
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el propio poeta definía como “el rostro más visible
de la destrucción nacional”. Y para llegar allá, se
convocó a una gran caravana que recorrería buena
parte de ciudades de distintos estados del centro
y norte del país, hasta llegar a la mencionada ciu-
dad fronteriza. El efecto más importante de dicha
caravana, es probablemente uno de los legados
principales que el Movimiento por la Paz dejó al
país, expresado en la capacidad de visibilización del
sujeto “víctimas” que existía en una posición más
olvidada o hecha a un lado en ese momento, que
luchaba dispersamente, estigmatizado y ocultado
por las autoridades entre los números de miles de
muertos que dejaba como saldo la confrontación
entre grupos del crimen organizado y de éstos
mismos con las fuerzas armadas del Estado; que
era separado de su nombre, para convertirse en
estadística imprecisa, convenenciera y desestimada
que se presentaba como un precio de algo que era
necesario pagar bajo el denominativo de “víctimas
colaterales”. Éste fue el sujeto que se unió a las ca-
ravanas y movilizaciones desde aquella que partió
de Cuernavaca al zócalo, pero que se volvió más
claro y contundente al pasar por distintas ciudades
del país, tomar la palabra y decir lo que estaba
viviendo, lo que le había pasado y lo que sentía.
De ésta manera, se colocó en el orden de lo público
un diálogo con la población en general, incluyendo a
las autoridades, que rebasaba a los 6 puntos, pero
que les daba un rostro más humano, más concreto,
el rostro de una madre o un padre buscando a su
hija o a su hijo, el de una esposa o esposo des-
esperado, el de una persona como cualquiera de
nosotros y nosotras exigiendo justicia y localización
de sus seres queridos.
El fracaso de la construcción del pacto por la paz
en Juárez, que terminó en la lectura de unas mi-
nutas de contenidos recuperados a manera de
lluvia de ideas con elementos contradictorios entre
los mismos y con el propio discurso pacifista del
movimiento recién surgido; mostró la complejidad
de articular una construcción colectiva con una
agenda tan amplia, entrecruzada por intereses y
posturas tan distintas, sin desarrollar un ejercicio
más cuidadoso y preciso para la construcción de
acuerdos y consensos amplios. Mostró también la
complejidad que se enfrentaría al dotar de conte-
nidos, los 6 puntos de la agenda expresada en el
discurso de Sicilia, en un ejercicio colectivo, amplio
y masivo desde la dinámica de un movimiento
social que agrupaba a muchos otros movimientos
y luchas con demandas específicas; que a su vez
se relacionaban de maneras muy distintas a la
exigencia de parar la guerra desde una estrategia
de reconstrucción del tejido social, que ponía un
énfasis central en las causas estructurales de la
violencia, a partir de la inequidad del sistema eco-
nómico y la injusticia social.
Esta experiencia, marcaría la primer gran ruptura
del Movimiento por la Paz, misma que redefiniría
su dinámica en adelante, con una composición
diferente de sus integrantes, concentrando una
participación menos amplia de organizaciones,
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académicos y personas simpatizantes, con una
agenda cada vez más acotada a ciertas perspec-
tivas de abordaje, a la cual se le fueron quitando
las expectativas de reivindicación de movimientos
históricos y sectoriales.
Aello se sumó, la complejidad que implicó la apertu-
ra de un primer diálogo con el ejecutivo federal, que
muchos calificamos de precipitado en su momento.
Ello, debido a que la construcción de contenidos de
las propuestas, no había tenido un nuevo esfuerzo
de ordenamiento desde el encuentro en Ciudad
Juárez. Pero con mucho instinto y cierta osadía,
se impulsó un diálogo caracterizado por la capa-
cidad de la ciudadanía, de hablarles de uno a uno
al presidente de la república y a sus principales
funcionarios. Esto, lo hicieron confrontando al poder
y sus definiciones, desde la palabra y testimonio de
muchas de esas víctimas que se habían sumado
al movimiento desde la caravana y cuya voz se
volvía inapelable, como una demostración de la
incapacidad del gobierno para dar una respues-
ta responsable a los efectos que generaban sus
decisiones, en torno a la seguridad y el desarrollo
social y comunitario. Ese encuentro extendió el
ejercicio de interlocución y propuesta, a un conjunto
de cuatro mesas con autoridades de alto nivel, que
reordenaría las demandas de los 6 puntos, con
el objetivo de responder a los planteamientos del
movimiento desde lo que hacía y tendría que hacer
el Gobierno Federal.
Las 4 mesas acordadas fueron:
1) Gestión de Justicia para las víctimas.
Mesa en la que se trabajaron los casos y expe-
dientes judiciales de las diferentes víctimas, sobre
todo de desaparición involuntaria, que se habían
agrupado en torno al movimiento en ese momento.
2) Nuevo Modelo Nacional de relación,
valoración y justicia a los derechos
de las víctimas.
Esta mesa abordó la propuesta de Sistema Nacional
de Victimas que se convertiría en la columna ver-
tebral de la propuesta de Ley General de Víctimas
presentada por el movimiento a final del sexenio; en
contraposición con la respuesta que dio el gobierno
federal con la creación de la Procuraduría Social
de Atención a Víctimas del delito y que implementó
una semanas después del diálogo. Esa misma ley
sería vetada y confrontada jurídicamente por el
gobierno de Calderón antes de terminar su sexenio.
3) Revisión de la Estrategia Nacional
de Seguridad con énfasis en el
fortalecimiento del tejido social.
Mesa sumamente compleja, que sumaba agendas
de 4 de los 6 puntos de las demandas del discurso
del Zócalo, con agendas de organizaciones de
desarrollo, derechos humanos, incidencia social,
jóvenes, pueblos indígenas, estudiantes, seguridad,
transparencia y anticorrupción. En ella se concentró
la complejidad de la discusión de un nuevo mode-
lo de seguridad y el debate por la concepción de
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distintas visiones de desarrollo, que a menudo se
volvían incompatibles en el proceso de del diá-
logo. Fue la mesa que probablemente encontró
menos elementos de acuerdo y cuyos resultados
terminaron siendo más inasibles y dispersos. La
diversidad de temas tratados en la misma, generó
una dinámica de diálogos aislados con diferentes
responsables de programas y tareas del gobierno
que iban presentándose sin capacidad ni espacio
para llegar a acuerdos.
4) Impulso de programas de democracia
participativa y democratización de
medios.
La participación de organizaciones especializadas
en estas materias en el movimiento, con agendas
sumamente elaboradas, permitió que esta mesa
lograra alcanzar un mayor nivel de acuerdo en-
tre funcionarios e integrantes del movimiento en
relación a propuestas concretas. Las cuales, de
manera cotidiana sufrían de incapacidad de con-
creción, por lo que les suponía a grupos de interés
de fuerzas políticas y empresariales que no estaban
en la mesa, pero que ejercían una presión real y
más fuerte sobre el gobierno. Esto le demostró al
Movimiento que existían espacios de poder con
mayor capacidad de influencia y decisión que el
propio gobierno en la materia.
Han pasado justo cuatro años, desde esos agosto y
septiembre, en que se realizaron estas mesas que
supusieron un importante ejercicio y oportunidad de
diálogo para la sociedad civil con autoridades del
Estado mexicano, que lamentablemente carecie-
ron de la voluntad del Gobierno necesaria para el
aprovechamiento del mismo en la transformación
de políticas que habrían podido dar un giro impor-
tante a la situación de violencia que hasta la fecha
se sigue viviendo.
El primer descalabro de éste ejercicio, se vivió des-
pués de otro diálogo, que se tuvo ahora con el poder
legislativo, con integrantes de los distintos partidos
políticos con representación en el congreso. Éste
tuvo como resultado el impulso de la aprobación
de la ley que volvía la educación media superior
obligatoria en México, pero que careció de avances
reales en ese momento en materia de seguridad
y víctimas. A los pocos días de su realización se
aprobó en una de las Cámaras la Ley General de
Seguridad Nacional, la cual reforzaba aún más el
modelo de seguridad dura, implementado por el
gobierno de Calderón; lo cual paralizó por un tiempo
el diálogo del Movimiento por la Paz con autorida-
des, mismo que se reanudó con la promesa de no
continuar el proceso legislativo para su aprobación
hasta terminar los diálogos. Un importante logro
del Movimiento, que supo combinar la presión y
movilización con el diálogo y la interlocución en ese
momento, fue lograr detener el avance de dicha ley
hasta el día de hoy.
El proceso de diálogo con el ejecutivo, se cerró
después de un atropellado 2do encuentro con el
Presidente de la República y sus funcionarios el
14 de octubre del mismo año. Atropellado porque
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la presidencia de la República buscó faltar a su
palabra por todos los medios, antes de permitir la
realización del mismo e incluso intentó plantear
que el diálogo comprometido para entregar los re-
sultados de las mesas de trabajo de dos meses y
la construcción de acuerdos sobre los mismos, no
era sólo con el Movimiento por la Paz con quiénes
lo acordó en el diálogo previo; sino que debía ser
también con otras organizaciones de víctimas de
secuestro a empresarios que le eran afines. Al final
se logró construir un acuerdo en el que se permitió
la participación de dichas organizaciones en una
parte de la reunión, pero sólo después de discu-
tir los resultados de las mesas acordados con el
Movimiento por la Paz. Fue un encuentro con una
postura que ya no tenía nada de propositiva, del
que ya sólo se buscaba salir sin pena ni gloria por
parte del gobierno. Como es natural, con una pos-
tura así, la mayor parte de los acuerdos quedaron
al aire y no tuvieron continuidad alguna.
A pesar de no haber alcanzado los resultados que
se hubieran podido desear, el diálogo que em-
prendió el Movimiento por la Paz, sí marcó una
postura de parte de los movimientos sociales hacia
el Estado. Unos años después volvió a sentar a
todos los candidatos presidenciales en un diálogo
público que nunca se había hecho por parte de
alguna organización social o movimiento desde la
ciudadanía.
Logró colocar no sólo en la mesa de interlocución,
sino en la esfera de la opinión y el debate público,
un tema que sigue siendo fundamental para nues-
tros días y contribuyó con ello, radicalmente a la
sensibilización de una sociedad que cada vez de
manera más clara, clama por justicia y se niega a
normalizar la violencia desatada en una situación de
gravedad tan alta como la que se vive actualmente
en México. Abrió un momento de reflexión y análi-
sis, que ha sido asumido por diferentes espacios,
académicos y sociales, mostrando una manera de
generar presión social a través de la visibilización
del diálogo y una posición política comprometida
con cambios en las formas discursivas y de relación
con el Estado desde la no-violencia y la transfor-
mación social.
A más de cuatro años de su surgimiento es impor-
tante recuperar ésta experiencia del Movimiento por
la Paz con Justicia y Dignidad, desde sus apren-
dizajes, fortalezas y debilidades, ante los nuevos
retos de transformación social que se viven en el
país y para los que vendrán mañana frente a tantos
elementos que han demostrado no sólo lo ineficaz
de la estrategia de seguridad implementada aún en
México, sino la perversidad de sus efectos traduci-
dos en un problema de corrupción e impunidad que
se muestra cada vez más descontrolado.
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Reflexiones en torno la importancia del diálogo social para transformar conflictos:
el caso de un proceso de diálogo multi-actor sobre energía eólica
Rosario Espinosa y Nadjeli Babinet,
Centro de Colaboración Cívica
sectores (comunidades, autoridades, empresarios,
expertos, organizaciones civiles) y regiones (Oa-
xaca, Chiapas, Baja California, Puebla, Zacatecas
y Jalisco). Igualmente, para fortalecer las buenas
prácticas contenidas en el estudio, se realizaron
entrevistas internacionales a expertos, empresarios
y funcionarios de Estados Unidos, India, Canadá,
Alemania, España, Dinamarca y Colombia.
Durante el mes de septiembre de 2015 se llevó
a cabo un diálogo con más de noventa personas
representantes de distintos sectores y regiones
en la ciudad de Tehuantepec, Oaxaca. Durante la
reunión se presentaron los resultados de las en-
trevistas y se escucharon las diferentes historias
que han vivido y experimentado las personas y
organizaciones durante el desarrollo de esta in-
dustria en el país. En este diálogo, a diferencia de
la mayoría en los que ha trabajado el CCC, no se
buscó la construcción de acuerdo alguno, sólo que
los diferentes actores se escucharan y conocieran
las opiniones y experiencias de los demás.
En este caso, se consideró que propiciar un es-
pacio de escucha multi-sectorial era un objetivo
oportuno debido a la gran diversidad de voces
existentes sobre el tema y a la falta de espacios
México es percibido por propios y extraños como
un país donde la violencia rige los destinos de la
Patria sin rumbo y sin ley. Y no les falta razón. Los
casos de violencia cotidiana y de grandes trage-
dias sin la debida acción de la justicia dejan, por
un lado, la sensación de vulnerabilidad extrema
en la que se encuentra la mayoría de la población
y, por otro, la percepción del imperio de la impuni-
dad. Sin embargo, también hay espacios, actores
y procesos que alientan la esperanza de que hay
formas distintas de hacer las cosas, de lograr acuer-
dos y, sobre todo de evitar la espiral de violencia
y confrontación. Incluso en los casos en los que
pareciera prácticamente imposible dialogar y llegar
a acuerdos, hay cabida para el entendimiento y la
transformación positiva de los conflictos.
En este sentido, el el Centro de Colaboración Cívica,
impulsó en los últimos dos años, con financiamiento
de la Fundación Climate Works y la embajada de
Finlandia, una iniciativa para generar aprendizajes
con base en las experiencias, preocupaciones y
buenas prácticas nacionales e internacionales en
torno a los proyectos de energía eólica.
En este proyecto se llevaron a cabo entrevistas y
grupos focales con más de 500 actores de diferentes
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de diálogo entre los diferentes sectores. En este
marco, cabe destacar que el diálogo no es sólo una
herramienta útil para la generación de acuerdos,
sino que en muchos casos, el que diversos actores
puedan escuchar con respeto y genuina curiosidad
perspectivas completamente diferentes a las suyas
permite construir un entendimiento común, que es
la base para la generación de contextos de paz y
transformación positiva de los conflictos.
Este proceso de diálogo, mostró a los diversos
actores que existen diversas perspectivas sobre
cómo se ha desarrollado la energía eólica en México
y, cuáles han sido sus consecuencias -positivas y
negativas- para las personas y comunidades in-
volucradas. Si bien cada sector tiene una versión
de la historia, con diversos matices, al sumar las
diversas voces sale a la luz que dependiendo de
los contextos locales, las prácticas de las empresas
y las comunidades, así como la efectividad de la
acción gubernamental como garante de derechos,
las historias del avance de esta industria pueden
potenciar el desarrollo local y la convivencia pa-
cífica, o detonar tensiones y conflictos entre las
diferentes personas involucradas.
La situación descrita presenta semejanzas con
diversos proyectos de infraestructura y uso de re-
cursos naturales en los que el CCC ha intervenido
como facilitador de diálogo, como son los casos de
la minería, el turismo o la pesca. A pesar de que en
cada lugar y en cada proyecto se dan situaciones
diferentes, se pueden detectar algunos factores
comunes que pueden servir como aprendizajes para
que en los casos donde se desarrollen proyectos
de infraestructura o uso de recursos naturales,
con el fin de prevenir el surgimiento de conflictos
violentos y para contribuir al desarrollo económico,
ambiental, social y culturalmente sostenible de las
comunidades.
Algunos elementos clave identificados como detona-
dores de las diferencias entre los distintos proyectos
y su impacto a nivel local, fueron el nivel de infor-
mación y la participación comunitaria en las etapas
de planeación y negociación de los proyectos y la
definición de en qué se ocupan los beneficios des-
tinados a la comunidad, así como la transparencia
al momento de la distribución de los mismos. La
reflexión sobre estos factores puede resumirse en
una pregunta que vale la pena establecer para la
planeación y evaluación de proyecto: ¿La comunidad
–tanto posesionaria como no posesionaria— recibe
la información pertinente, ve atendidas sus preo-
cupaciones y es partícipe de los beneficios de los
proyectos en el largo plazo? Si es posible responder
positivamente a esta pregunta para los proyectos
que se lleven a cabo en el territorio nacional, será
posible impulsar un desarrollo que responda a los
valores, riquezas y necesidades locales, donde se
garanticen efectivamente los derechos de todas las
personas y se promueva la convivencia pacífica.
Otro aspecto a considerar en la implementación de
proyectos de esta naturaleza es el nivel de trans-
parencia en el manejo de los datos; las cifras; las
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concesiones; los mapas; de parte de las autorida-
des. La transparencia es un pilar de la confianza.
Si los miembros de la comunidad perciben que hay
manejo discrecional de la información, concesiones
amañadas, mapas tergiversados, la desconfianza
se asienta desde el principio y es difícil revertirla. La
existencia de prejuicios de unos actores con respec-
to a otros son obstáculos muy difíciles de superar.
Sólo la construcción de la confianza a través de
muestras significativas de apertura y transparencia
pueden irlos derribando. En este sentido, el rol de
rectoría del Estado no se restringe sólo al aspecto
jurídico como garante de los derechos humanos
sino que se amplía a cumplir un rol de intermediario
legítimo entre los intereses de las empresas y los
intereses de la comunidad.
De las lecciones más importantes de este proceso
desde la perspectiva del diálogo es que es posi-
ble sentar a la misma mesa a los actores que, en
principio parecen ser enemigos acérrimos. En el
Istmo de Tehuantepec, estuvieron frente a frente,
promotores de la industria eólica al lado de oposito-
res a cualquier proyecto de este tipo. No sin cierto
temor de traicionar sus respectivas convicciones
pero con la decisión de escuchar las razones que,
para el otro son válidas.
No decimos con este breve ejemplo, que esta es
la panacea para los grandes problemas que vive el
país, sin embargo, sí podemos afirmar que es una
posibilidad real desde donde se puede restañar el
deteriorado tejido social.
La cvo: una vía para el diálogo y descubrir la verdad
Eugenia Mata | Secretaria Ejecutiva de la CVO
A partir del mes de Septiembre de 2014, inició sus
actividades, la Comisión de la Verdad de Oaxaca
(CVO) para la investigación de los hechos que
motivaron las violaciones a los derechos humanos
del pueblo de Oaxaca en los años 2006 y 2007,
bajo los principios de Justicia Transicional, como
son: el derecho irrenunciable a la verdad, el acceso
a la justicia y a la reparación del daño de quienes
fueron víctimas, con el propósito que estos hechos
no se repitan más.
Como se recordará, el conflicto político social que
se dio en el periodo mencionado, fue producto de
la represión que ejerció el gobierno del estado de
Oaxaca, contra el magisterio que se mantenía en
plantón en el zócalo, el 14 de Junio de 2006 y que
derivó en la generación de un gran movimiento
popular, concretado en la Asamblea Popular de los
Pueblos de Oaxaca (APPO).
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En su Artículo 6 de la Ley que decreta su creación,
(Decreto 2056), le mandata investigar hechos histó-
ricos de naturaleza social, política y jurídica para co-
nocer la verdad material y contribuir con las labores
de las autoridades competentes en la investigación
de posibles violaciones a los derechos humanos
y la probable comisión de hechos constitutivos de
delitos, incluidos los de lesa humanidad, como son:
la desaparición forzada, la tortura y el asesinato2
.
La CVO, actualmente se encuentra en el proceso
de investigación y culmina su labor de 18 meses,
en Febrero de 2016. En la metodología de inves-
tigación, un asunto trascendental y estratégico,
es el levantamiento de testimonios en primer
lugar de las y los propios afectados: las víctimas;
así mismo de quienes fueron testigos de esas
violaciones e incluso de actores políticos y ser-
vidores públicos, que incurrieron en las mismas.
Es decir, se trata de conocer la verdad histórica
de lo que pasó, pues aun cuando se trata de un
conflicto del cual se ha escrito abundantemente,
además del propio Informe Caso Oaxaca, de
la SCJN3
y de las Recomendaciones 15/2007 y
50/2008 emitidas por la CNDH, se requiere que
sobre todo las víctimas brinden su testimonio,
ya que incluso, muchas de ellas no denunciaron
en su momento, por temor a ser re victimizadas
o incluso detenidas nuevamente.
La creación de la CVO es inédita, debido a que
no existe ninguna otra comisión en el mundo que
esté investigado hechos recientes, en relación a
sucesos que ocurrieron hace nueve años. Las otras
comsisiones, incluída la de Guerrero, investigaron
hechos cometidos décadas atrás, lo que quiere
decir que los actores del conflicto del 2006 –que
sobrevivieron-, siguen todavía vivos y activos, sobre
todo aquellos considerados posibles perpetradores.
Si bien la CVO está obligada a guardar estricta re-
serva y confidencialidad de los documentos y datos
personales de las víctimas, testigos y de todo aquel
que haya rendido su testimonio en el desarrollo de las
investigaciones4
, bajo protocolos claramente defini-
dos y asumidos, también ha desarrollado estrategias
para el levantamiento de los testimonios que pueden
convertirse en un mecanismo o recurso novedoso de
participación ciudadana, cuando la sociedad escucha
sucesos relatados por las propias víctimas, eventua-
lemnte provoca que otras personas que vivieron una
situación similar, encuentren una nueva esperanza
para el acceso a la justicia.Tal fue el caso de la Sesión
Pública que se llevó a cabo el 14 de Junio de 2015,
fecha emblemática precisamente por la represión
que el gobierno de Ulises Ruiz Ortiz generó contra el
magisterio y que como se mencionó con anterioridad,
generó toda una respuesta popular.
2
Decreto Num. 2056.- Mediante el cual se crea la Comisión de la Verdad
para la Investigación de los Hechos que motivaron las violaciones a los
derechos humanos del pueblo de Oaxaca en los años 2006 y 2007.
LXI Legislatura Constitucional del Estado Libre y Soberano de Oaxaca.
Periódico Oficial, 19 de Octubre de 2013. Oaxaca de Juárez, Oax.
3
Investigación de posibles violaciones graves a Derechos Humanos “Caso
Oaxaca”. Crónicas del Pleno y de las Salas. Crónica de la Facultad de
Investigación 1/2007, Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación. 4
Artículo 18, del Decreto, op.cit.
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Ciertamente el relato y el diálogo por sí sólo, no
generan la reparación ni el acceso a la justicia. A
las instancias encargadas de la procuración de
justicia, les compete resarcir una deuda que tienen
pendiente con las víctimas, desde lo económico,
lo físico y lo psicológico, hasta otro tipo de medi-
das, además de la aplicación de la penalidad, para
quienes incurrieron en tales violaciones y delitos.
Los procesos implementados por la CVO han gene-
rado una serie de lecciones que es importante recu-
perar y fortalecer para otras experiencias similares:
• El conocimiento real de lo que les pasó
las víctimas, fuera de interpretaciones y/o
inconsistencias que algunos medios difun-
dieron de manera dolosa.
• El reconocimiento de la dimensión y se-
cuelas que las violaciones a los derechos
humanos causaron, no solamente a las
víctimas, sino al pueblo en general.
• La pluralidad de las voces –a favor o en con-
tra- de la movilización popular, pero que al fin
y al cabo, la represión ejercida, por supuesto
impactó en diferentes niveles y tuvo conse-
cuencias en la población en su conjunto.
• Aunque no de manera absoluta, contribuye
a la dignificación de las víctimas, al dar
a conocer a la sociedad, las situaciones
por las que pasaron, los delitos que se les
fabricaron, la falta de un debido proceso y
las secuelas que todo ello les dejó.
• La urgencia de seguir luchando contra la
impunidad, porque mientras no se haga
justicia, esas violaciones siguen vigentes.
Desafíos para el diálogo y la reconciliación
• El diálogo, como una vía para conocer,
analizar y reflexionar sobre los sucesos
ocurridos, debe llevar al conocimiento de
la verdad histórica.
• El horizonte de la CVO es el acceso a la
justicia, como un derecho irrenunciable
que tenemos todos los seres humanos,
debiendo consignarse y posteriormente
sancionar a quienes fueron responsables
directos a nivel material e intelectual, de los
delitos, así como de quienes fueron omisos
y/o continúan siéndolo, aun tratándose de
otra administración gubernamental.
• La incidencia pública de la sociedad organi-
zada, en la generación de políticas públicas
que eviten la repetición de los lamentables
sucesos del 2006, brindando recursos lega-
les e institucionales efectivos, para la consig-
nación y posterior sanción a los culpables.
• La recomposición del tejido social que se
fracturó y que aun mantiene polarizados a
los diversos sectores sociales, generando
procesos de reconciliación entre la y los
oaxaqueños. De cara a una nueva relación
sociedad- gobierno.
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La experiencia de construcción de la paz
en Guatemala
Elena Díez Pinto
Antecedentes
El 29 de diciembre de 1996 marcó un hito impor-
tante en la historia de Guatemala al firmarse la paz
luego de más de tres décadas de enfrentamiento
armado interno que produjo un altísimo costo hu-
mano-- 200,000 víctimas, 440 aldeas destruidas y
45,000 personas desaparecidas--5
, dejando a una
sociedad fragmentada, severos daños a la infraes-
tructura física y un débil desarrollo económico.
La temible dictadura militar que se instaló en Gua-
temala a partir del derrocamiento del Presidente
Jacobo Arbenz Guzmán en 1954 produjo un Es-
tado militarizado, inspirado en un anticomunismo
fundamentalista, que fue cerrando espacios y
limitando la participación política mediante una
creciente represión estatal contra sus opositores,
reales o supuestos.6
Como resultado, se originaron
dos irrupciones guerrilleras, la primera en 19627
y
la segunda que ganó una fuerte presencia entre
1980 y 1982 y que se integró en la Unidad Revo-
lucionaria Nacional Guatemalteca (URNG).8
Otras
causas del enfrentamiento armado, de acuerdo
al informe de la Comisión de Esclarecimiento
Histórico, fueron la injusticia prevaleciente, la
profundización de una institucionalidad débil y
excluyente, y la renuencia de los regímenes a
impulsar reformas sustantivas para reducir pro-
blemas estructurales, tales como la desigualdad
y la pobreza que alcanzaba a más del 50% de la
población guatemalteca, la falta de acceso a los
servicios básicos de educación, salud, problemas
en el agro y tenencia de la tierra, racismo y mar-
ginación de los pueblos indígenas.9
Aunque en
1986 se vuelve al régimen de partidos políticos
y se instala el primer gobierno civil después de
32 años, la paz llega hasta una década después.
El Proceso de Paz
Las negociaciones de paz se desarrollaron a lo largo
de 10 años, entre la URNG y tres distintos gobier-
nos, y produjeron 16 acuerdos y otras declaracio-
5
Informe de la Comisión del Esclarecimiento Histórico, Guatemala: 1999.
6
La constitución de regímenes militares a partir de 1954 “conformaron un
Estado terrorista, que destruyó organizaciones sociales, partidos políticos
y otras formas de organización, su liderazgo y asesinó a decenas de
millares de personas, muchas de las cuales no estaban en la oposición
democrática. El Estado terrorista tuvo tres funciones intersectadas: a)
destruir a la guerrilla; b) destruir a la oposición democrática y c) des-
truir los apoyos sociales a la guerrilla”. Torres Rivas, Edelberto (2006),
Guatemala: desarrollo, democracia y los acuerdos de paz, Revista
Centroamericana de Ciencias Sociales, Guatemala. Página 12.
7
Las FAR nacieron en 1963 como una alianza de oficiales del Ejército
(insatisfechos con el gobierno del general Manuel Ydígoras Fuentes y
como secuela del proceso democrático interrumpido en 1954), el Partido
Comunista y algunos líderes de izquierda.
8
La URNG formada en 1982 unificó a los cuatro grupos guerrilleros:
Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), Ejercito Guerrillero de los Pobres
(EGP), Partido Guatemalteco de Trabajo (PGT) y Organización del
Pueblo en Armas (ORPA).
9
Informe de la Comisión del Esclarecimiento Histórico, Guatemala: 1999.
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nes que pusieron fin al enfrentamiento armado.10
El proceso contó con el apoyo de países amigos,
notablemente México, que albergó varias reuniones
y fue el escenario de importantes acuerdos que
llevaron la paz a Guatemala. Cabe mencionar que
el proceso de paz arrancó despacio los primeros
años (1987-1993), produciéndose tres acuerdos
únicamente. Sin embargo, en ese período la URNG
sostuvo múltiples diálogos principalmente con los
diversos sectores de la sociedad (Iglesias, partidos
políticos, académicos, cooperativistas, sindicatos,
empresarios, organizaciones de la sociedad civil).
Además se abrieron importantes espacios para que
los sectores dialogaran entre sí y articularan pro-
puestas para trasladarlas a la mesa de negociación.
En el período 1994 -1996 tienen lugar la mayoría
de las negociaciones directas entre la URNG y el
Gobierno, muchas de ellas tensas, moderadas por
las Naciones Unidas, en las que se logró la firma
de 13 acuerdos.
En 1987, los cinco mandatarios centroamericanos
firmaron el Acuerdo de Esquipulas II, en el cual
se estableció el procedimiento para la paz firme y
duradera en Centro América. Como consecuencia,
en Guatemala se creó la Comisión Nacional de
Reconciliación (CNR), la cual tuvo dos grandes
logros: laAsamblea del Diálogo Nacional, que abrió
espacios de participación a los sectores civiles,11
y propiciar el diálogo directo entre el Gobierno
demócrata cristiano de Vinicio Cerezo y la URNG,
que inició ese mismo año en Madrid. En 1990 se
firmó elAcuerdo Básico para la Búsqueda de la Paz
(Acuerdo de Oslo) en el que se establecieron las
bases para iniciar un proceso de diálogo entre la
URNG y representantes de los principales sectores
sociales del país que culminó con negociaciones
directas entre las partes. Ese año la comandancia
de la URNG y representantes de nueve partidos
políticos se reunieron en España resultando el
“Acuerdo de El Escorial” en el que se comprome-
tieron a apoyar reformas constitucionales, mientras
que los miembros de la URNG acordaron suspen-
der sabotajes contra la infraestructura del país
durante el período electoral, aceptar como válido
el contenido de los Acuerdos de Esquipulas II y la
Constitución Política del país. También acordaron
un calendario de reuniones entre los sectores y
la URNG que incluyeron: una reunión en Ottawa,
Canadá con la cúpula empresarial que no produjo
acuerdos ni comunicados conjuntos; una reunión
de varias denominaciones religiosas guatemaltecas,
entre ellas la Iglesia Católica, Judía y Evangélica
en Quito, Ecuador, que produjo un comunicado
conjunto llamando la atención a las agudas dife-
rencias socioeconómicas en Guatemala, así como
a la necesidad del pleno respeto de los derechos
humanos, y dos reuniones en México, una con re-
presentantes del sector sindical y popular en México
(Reunión de Metepec), y otra con representantes
10
7 acuerdos se firmaron en 1996, 1 acuerdo en 1995, 5 acuerdos en 1994,
2 acuerdos en 1991, 1 acuerdo en 1990. Ver http://www.guatemalaun.
org/paz.cfm.
11
En la Asamblea del Diálogo Nacional participaron 55 organizaciones
para discutir temas políticos, sociales y económicos y para desarrollar
propuestas, aunque éstas no llegaron a ser tomadas en cuenta.
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del sector cooperativista, pequeños y medianos
empresarios, académicos, profesionales (Reunión
de Atlixco). Ambas reuniones hicieron un llamado a
la negociación directa entre el Gobierno y la URNG.
El nuevo gobierno civil de Jorge Serrano Elías, tomó
posesión en 1991 con la promesa de firmar la paz.
Se crea la Comisión Negociadora de losAcuerdos de
Paz (COPAZ). Las partes se reunieron varias veces
en México a lo largo de ese año. Se firmó elAcuerdo
del Procedimiento para la Búsqueda de la Paz por
Medios Políticos, que establecía una agenda de 11
puntos para la negociación previa a la firma de la paz
(“Acuerdo de México” ) así como el Acuerdo Marco
sobre Democratización (“Acuerdo de Querétaro”).
En mayo de 1993, el presidente Serrano Elías
disolvió los poderes Legislativo y Judicial, y sus-
pendió las garantías constitucionales con el apoyo
de un sector del Ejército, lo que dio lugar a que
la URNG suspendiera las negociaciones de paz,
calificando al Gobierno como un régimen de fac-
to. Ramiro De León Carpio, ex Procurador de los
Derechos Humanos, es nombrado por el Congreso
de la República como presidente para concluir el
mandato constitucional de Serrano Elías. De León
Carpio emitió una propuesta de plan de paz que
inicialmente fue rechazada por la URNG.
Apartir de 1994, las Naciones Unidas se encargaron
de moderar las negociaciones de paz y convocar
al diálogo entre las partes.12
En México se firma
el Acuerdo Marco para la Reanudación del Pro-
ceso de Negociaciones, que establece tanto una
nueva calendarización y agenda de reuniones del
proceso de paz, como el establecimiento de la
Asamblea de la Sociedad Civil13
También en México
ese mismo año se firmaron el Acuerdo Global de
Derechos Humanos y el Acuerdo para el Reasen-
tamiento de las Poblaciones Desarraigadas por el
Enfrentamiento Armado. En Oslo se firmó uno el
Acuerdo sobre el Establecimiento de la Comisión
del Esclarecimiento Histórico, con la finalidad de
recuperar la memoria histórica como un patrimonio
colectivo de la sociedad y conseguir la reconciliación
nacional como parte integral de la construcción de
un Estado democrático que implicaba dar con los
responsables de las violaciones a los derechos
humanos, de reparar a las víctimas y de contar
la historia sucedida, para no repetirla nunca más.
En noviembre de 1994, se instala la Misión de
Naciones Unidas para la Verificación del Acuerdo
Global sobre Derechos Humanos en Guatema-
la (MINUGUA). En 1995, en México se firmó el
Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos
Indígenas. En enero de 1996, ÁlvaroArzú asume la
Presidencia y promete firmar la paz a fin de año. A
12
Hay coincidencia en señalar el desempeño del mediador, representante
del Secretario General de la ONU, que fue decisivo para lograr acuerdos.
13
La Asamblea de la Sociedad Civil tuvo como mandato “desarrollar
propuestas frente a los acuerdos sustantivos, es decir, los que trataban
de la situación de la población desarraigada, el establecimiento de la
Comisión de Esclarecimiento Histórico, la situación agraria y socioe-
conómica, y el fortalecimiento del poder civil. La ASC también avalaba
lo acuerdos firmados en la mesa de negociaciones entre las partes.
Intrapaz (2001), Espacios nacionales para la búsqueda del consenso
en Guatemala 1985-2000. Guatemala. Página 36.
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lo largo de ese año se firman 7 acuerdos que con-
cluyen las negociaciones de paz.14
Finalmente, el
29 de diciembre se firma el Acuerdo de Paz Firme
y Duradera en ciudad de Guatemala.
La construcción de la Paz
Guatemala ha comprobado que el fin de la gue-
rra no significa construir la paz. La construcción
de la paz es un esfuerzo de largo aliento y, en el
caso guatemalteco, está implicando hasta el día
de hoy la construcción de un Estado fuerte, más
democrático e incluyente y la implementación de
una agenda política de modernización de mediano
y largo alcance, apoyada en reformas políticas e
institucionales y en actores con una clara voluntad
política y compromiso de transformación.
Varios aspectos constituyeron limitaciones para
la construcción de la paz inmediatamente des-
pués de haberse firmado. La consulta popular de
1999 rechazó las 47 reformas constitucionales
estipuladas en los Acuerdos que hubieran permi-
tido construir un Estado multilingüe, multiétnico y
pluricultural, transformando el sistema judiciario y
limitando el poder de las fuerzas armadas. Hubo
un desconocimiento popular de los acuerdos, y
por lo tanto, poca apropiación de los mismos. Los
actores que suscribieron el proceso tuvieron poca
voluntad política para impulsarlo: la URNG, debili-
tada y aislada políticamente, el Gobierno del PAN,
dividido internamente en el apoyo a los Acuerdos
y habiendo convertido la firma de la paz en un
hecho partidario envés de uno que pertenecía a la
nación entera, y los partidos políticos y organiza-
ciones sociales, sin base social para impulsarlos.
La institucionalidad débil del Estado se tradujo en
serias limitaciones para diseñar y ejecutar políticas
públicas para el cumplimiento de los Acuerdos.
La polarización ideológica, acentuada durante el
enfrentamiento, obstaculizó el diálogo franco y
realista que permitiera trascender los Acuerdos de
Paz para dar soluciones definitivas a los problemas
que originaron el enfrentamiento.
A pesar de estas limitaciones, la década que siguió
a la firma de la paz fue una época de renovado
entusiasmo y esperanza en el futuro. Un aspecto
notable e irreversible fue el reconocimiento multiét-
nico que permeó la cultura nacional. La sociedad
se reencontró al participar en múltiples espacios
en los que se formularon políticas públicas y se
construyeron propuestas sobre temas clave de
desarrollo nacional.15
A lo largo y ancho del país
14
En México se firmaron: el Acuerdo sobre Aspectos Socioeconómicos
y Situación Agraria y el Acuerdo sobre Fortalecimiento del Poder Civil y
Función del Ejército en una Sociedad Democrática; en Oslo se firmó el
Acuerdo sobre el Definitivo Cese al Fuego: en Estocolmo, el Acuerdo
sobre Reformas Constitucionales y Régimen Electoral; en Madrid, el
Acuerdo sobre Bases para la Incorporación de la Unidad Revolucionaria
Nacional Guatemalteca a la Legalidad; y en Guatemala, elAcuerdo sobre
el cronograma para la implementación, cumplimiento y verificación de
los Acuerdos de Paz y el Acuerdo de Paz Firme y Duradera.
15
Algunos ejemplos de estos diálogos y encuentros son: Visión Guatemala,
Mesa de Desarrollo Rural, Mesa de Interculturalidad, Mesa de Nego-
ciación para Conflictos de Tierras de Cobán, Mesas de Concertación
Departamentales, Diálogo Multipartidario, Diálogo para el Acuerdo de
Salud y Nutrición, Visión Educación, Diálogo Agrario, Diálogos Muni-
cipales, Diálogo sobre la Ley de Concesiones, Comisiones Paritarias
de los Acuerdos de Paz, etc.
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tuvieron lugar cientos de diálogos que contribuyeron
a reconstruir la confianza y el tejido social dañado
por años de temor y represión.
En los últimos 10 años han surgido nuevas amenazas
a la estabilidad y a la democracia de Guatemala, pi-
lares esenciales para construir la paz. Una de ellas,
es la crisis de seguridad pública y la violencia, ahora
provocada por la delincuencia común, las maras y
la presencia creciente del narcotráfico por servir el
país como punto de tránsito para la droga producida
en América del Sur con destino a Europa y Estados
Unidos. Otra amenaza es la impunidad generaliza-
da derivada de la existencia de cuerpos ilegales y
aparatos de seguridad clandestinos incrustados en
el Estado, legado directo de los regímenes milita-
res. En 2007, a petición del Gobierno se establece
la Comisión Internacional contra la Impunidad en
Guatemala —CICIG—de las Naciones Unidas.
Similarmente, la falta de respuestas efectivas y sos-
tenibles a la conflictividad y a la violencia continúa
debilitando el estado de derecho, la convivencia
social, la gobernabilidad democrática y las posibi-
lidades de establecer políticas públicas de desa-
rrollo. Pero además la violación de los derechos
humanos, particularmente la intimidación a líderes,
organizaciones sociales y operadores de justicia.
Guatemala Hoy
Desde abril de 2015, Guatemala está experimentan-
do un despertar de la conciencia ciudadana como
hacía tiempo no se veía en el país. La CICIG, junto
a la fiscalía especial del Ministerio Público, han
destapado los mayores escándalos de corrupción
que han ocurrido en la historia del país. Docenas
de funcionarios, políticos, candidatos para las próxi-
mas elecciones, y operadores de justicia han sido
arrestados, por formar parte de redes criminales
incrustadas en el Gobierno. Los guatemaltecos
han visto a personajes intocables y poderosos ser
llevados engrilletados hacia las cárceles y enfrentar
a los tribunales de justicia. Las percepciones sobre
el poder tradicional están cambiando.
La finalidad de estas redes criminales ha sido el
saqueo sistemático de los recursos del Estado a
través de defraudación aduanera, las contrataciones
fantasma, el lavado de dinero, y las compras y ad-
quisiciones anómalas en la administración tributaria
(SAT), el seguro social (IGSS), la Policía Nacional,
en puertos, aeropuertos y en varios ministerios. La
ciudadanía en todo el país, indignada, ha salido por
miles a las calles a reunirse en las plazas centrales
de la ciudad o de los departamentos para demandar
transparencia y honestidad en la función pública,
exigir la renuncia del Presidente (la Vice Presi-
denta ya renunció por los fuertes señalamientos
de corrupción en su contra), juicio a los corruptos
y reformas políticas sustantivas que cambien el
rumbo del país. Los nuevos movimientos están
caracterizados por la participación de una amplia
gama de sectores, especialmente de jóvenes—las
generaciones post enfrentamiento armado— y el
uso de plataformas digitales de comunicación. Han
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empezado a dialogar y a agruparse en varios frentes
de trabajo para construir propuestas.
Esta nueva primavera, al centrarse en el impulso
a la reforma política del Estado, constituye hoy por
hoy la mejor apuesta para seguir construyendo la
paz en Guatemala.
La respuesta a la violencia juvenil en El
Salvador
Interpeace, POLJUVE
Las respuestas del Estado a la violencia juvenil y
al fenómeno de las maras y pandillas se expresan
a través de políticas públicas, leyes, normativas,
programas y proyectos, diseñados en consulta con
la sociedad civil, o bien por funcionarios públicos.
Se distinguen tres niveles de prevención de la
violencia: primario, secundario y terciario. En el
nivel primario se pretende evitar que la violencia
ocurra; en el secundario se busca reducir el impacto,
presencia y aumento de la violencia, una vez que
esta aparece; y, en el terciario, se intenta mejorar
la calidad y condiciones de vida de las personas
violentas que están en proceso de recuperación.
Como la atención se tiene sobre la violencia de
pandillas, esto implica: a) no sólo centrarse en la
violencia sino considerar el problema del delito y otras
realidades profundas; b) entender la violencia de las
pandillas como un problema social relacionado con
la cultura de violencia; y, c) abarcar los tres niveles
indicados para lograr un sistema efectivo de preven-
ción. En términos epidemiológicos, podría compa-
rarse este problema con la enfermedad, entonces
es preciso evitar el contagio (nivel primario), atender
inmediatamente los síntomas (nivel secundario) y
atender a los que se encuentran en nivel de recu-
peración para evitar la propagación (nivel terciario).
Las respuestas del Estado salvadoreño a la
violencia juvenil
Los sondeos de opinión pública señalan que la situa-
ción económica y la inseguridad y delincuencia son
las dos mayores preocupaciones de la población16
.
Uno de los mayores déficits de la gestión pública de
las últimas dos décadas, corresponde al problema
de la seguridad ciudadana y aumento de la violencia.
El fenómeno de la violencia no es nuevo para El
Salvador. De la violencia política militar de los
años ochenta se transita a otro tipo de violencia
16
Esto lo registra tanto LPG Datos (del periódico La Prensa Gráfica),
como el IUDOP (de la Universidad Centroamericana) y el CIOPS (de la
Universidad Tecnológica). Debe puntualizarse que durante los ochenta
esta preocupación se expresaba como “el problema de la violencia” en
especial referencia a la guerra civil; después de la firma de los acuer-
dos de 1992, la gente expresaba más su inseguridad en referencia a
la delincuencia y la violencia en general. Por ejemplo, en una encuesta
sobre percepción de seguridad ciudadana (enero 2002) realizada por
Fundaungo-IUDOP a solicitud del Ministerio de Gobernación y el CNSP,
mostraba altos niveles de inseguridad de la gente al viajar en bus, en el
mercado o en parques púbicos. Cf. Salvador Samayoa, La prevención
social de la delincuencia como eje central de la Seguridad Pública en
http://www.ocavi.com/docs_files/file_160.pdf Para 2007 la encuesta del
IUDOP indicaba que el 44.5% identificaba a la violencia yla delincuencia
como el principal problema del país y un 50.3% indicaba que la delin-
cuencia aumento respecto al año anterior,cf. http://www.uca.edu.sv/
publica/iudop/Web/2007/Informe114.pdf
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y a la delincuencia, después de la firma de los
Acuerdos de Paz en 1992. En ese momento, el
Estado y la sociedad civil comparten su preocu-
pación y discuten sobre el problema, con el aus-
picio del Programa de Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD). En ese entonces, se empieza
a perfilar la preocupación sobre el tema de las
pandillas y se plantea la necesidad de atender
los factores estructurales y la situación del sis-
tema penal; asimismo se hace énfasis en que es
necesario no confundir el término violencia con
el de delincuencia.
El tema de pandillas y violencia tiene dos fases:
antes y después del lanzamiento del Plan Mano
Dura, en julio de 2003. Previo a esta fecha, la
intervención del Estado se centra en la atención
primaria –prevención estricta- a través de sus ins-
tituciones; aunque no hubo una política específica
de atención al problema. Posteriormente, en julio
de 2003, se implementa una política represiva en
contra de maras y pandillas.
En general, se distinguen tres acciones principales
frente al problema de las pandillas y la violencia
Programas de
prevención primaria
Programas de
represión
Programas de
rehabilitación
Contexto
en que se
desarrollan
Los supuestos de la prevención
son que los jóvenes incurren en
la violencia y/o se integran a las
pandillas en virtud de:
- La disponibilidad del tiempo
libre.
- La débil organización
local para ejercer control
ciudadano.
- El decrecimiento de los
valores cívicos.
Los programas de represión
inician en julio de 2003, en la
administración de Francisco
Flores (Plan Mano Dura). En
octubre de 2003, se tiene
la Primera Ley Antimaras
con vigencia temporal de
seis meses; pero, en abril
de 2004, se establece la
Segunda Ley Antimaras.
Los programas de rehabilitación
atienden, en las comunidades,
a jóvenes pandilleros que
abandonan las pandillas que
expresan el deseo de hacerlo.
A estos jóvenes se les ofrece
capacitación laboral y remoción
de tatuajes. Si se encuentran
dentro del sistema penitenciario
se les apoya a través de la granja
escuela, que es un proyecto de
internamiento voluntario.
Instituciones
responsables
Organización comunitaria de
adultos y jóvenes:
Promueve la participación,
el desarrollo de actividades
complementarias a las
escolares.
- Promueve el deporte y las
actividades lúdicas.
Gubernamental, a cargo de
la Policía Nacional Civil.
Generalmente ejecutados
con la colaboración de las
organizaciones de la sociedad
civil
23. Diplomacia ciudadana y la sociedad civil como actor globalExperiencias InternacionalesDiálogo social tarea pendiente de nuestra democracia
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!...
Sin cuestionar los resultados de programas de pre-
vención primaria que atienden importantes grupos
de población joven17
ni los reportes policiales sobre
los operativos en contra de pandillas18
y delincuen-
cia común, lo cierto es que las pandillas, la delin-
cuencia y la violencia son un problema central para
El Salvador19
. Las estadísticas del primer trimestre
de 2009 muestran que el problema no disminuye
y que la política no es efectiva.
En relación a los resultados se tienen varias posicio-
nes: una, que la dimensión del problema supera lo
previsto, lo que significa que un diagnóstico limitado
condujo hacia planes, presupuestos y resultados
igualmente limitados. En este sentido, se tiene
una mayor población para atender en prevención
primaria y el fenómeno de las pandillas en términos
cuantitativos y cualitativos supera los cálculos ini-
ciales y proyectados. Y, dos, que los planteamientos
con que se enfrenta el problema que demostraron
ser inadecuadas y poco efectivas, principalmente
las políticas represivas, no se asumen formalmente
como parte de las evaluaciones de los programas
de prevención y atención de la violencia.
El hecho de que las políticas represivas no son
efectivas es una tesis extendida y expresa la coin-
cidencia de que en países como El Salvador, la
represión por sí misma no resuelve el problema
del delito y de la violencia20
. Aunque las críticas a
dichas políticas limitan su intensidad, no evitan otro
tipo de implicaciones: por un lado, El Salvador es el
promotor de la lucha regional contra las pandillas a
través del CentroAntipandillas Transnacional (CAT).
El combate contra las pandillas cambia del supuesto
de “juventud de la calle” a “bandas transnacionales
para el crimen organizado”, constituyéndose en un
peligro para la seguridad nacional. Y, por otro, la
implementación de política represivas –que podría
ser funcional como modelo de prevención en el nivel
secundario-, condiciona los niveles de prevención
primaria y terciaria.
Los enfoques
de prevención
primaria
Los programas de
atención terciaria
Tienden a estar
dominados por
una actitud de
sospecha y/o
rechazo a jóvenes
con determinadas
características
(estigmatización).
No son visualizados dentro de
la óptica de la prevención.
En el sistema penitenciario no
se permite la atención debida
a los internos, lo que limita los
procesos de rehabilitación.
Esta situación degenera en
un proceso de adiestramiento
y especialización en actos
violentos y delincuenciales,
propiciando círculos intensos
de violencia y criminalidad.
17
Porejemplo,elprogramaPROJOVENESdelCNSP,desarrolladoentre2003-
2008 atendió un total de 89,238 (equivalente a un 178% de ejecución) de
diversas comunidades y centros educativos, especialmente con una oferta
recreativa, artística y cultural. Cf. CNSP, En la ruta de la prevención, San
Salvador, p.79, s.f. en http://www.cnsp.gob.sv/descargas/Projovenes.pdf
18
Para el 2007, el Ministerio de Seguridad Pública contabilizaba en unos
16,810 los miembros activos de pandillas, con un total de detenidos de
5,950 (un 63% con condena; 37% bajo proceso).Como correlato, para
el año 2000 la población penitenciaria total era de 7,820 (para una
capacidad instalada de 8,110, según datos de 2007). Para el 2003, la
población penitenciaria fue de 11,451 creciendo los años siguientes,
situando la población total para el 2008 en un aproximado de “más o
menos 20,000” reclusos. (Información suministrada por la Dirección de
Centros Penales)
19
Ante el repunte de los homicidios en los primeros meses del 2009 el
director de la PNC dijo que “el responable es el Trece”, un pandillero que
24. Diplomacia ciudadana y la sociedad civil como actor globalExperiencias InternacionalesDiálogo social tarea pendiente de nuestra democracia
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!...
A continuación se presentan las acciones preventivas del Estado y su contraste con la política represiva,
respecto a la manera de abordar el problema de la violencia y las pandillas21
:
Programa Institución Publico meta Acciones
PODER
Ministerio de
Educación
Jóvenes entre
los 13 y 21 años
Formación y desarrollo en los siguientes componentes:
- Educación para la vida
- Promoción y desarrollo integral (arte, deporte,
recreación)
- Solidaridad y convivencia (mediación, solución de
conflictos)
PROJOVENES
Consejo Nacional
de Seguridad
Pública
57 comunidades
de trece
municipios
del área
metropolitana de
San Salvador
Generación de espacios de participación juvenil,
desarrollo de infraestructura y fortalecimiento de
capacidades institucionales.
Período de 2003 a 2008.
Proyecto piloto
Familias
Fuertes
Ministerio de
Salud
Adolescentes
entre 10 y 14
años y sus
familias
Programa combinando disciplina consistente y cercanía
amorosa.
Período de tres meses.
Casas de la
Juventud
PNUD y Comités
de Prevención
de la Violencia
en coordinación
con los gobiernos
municipales
Zona norte área
metropolitana
Promoción del protagonismo juvenil y desarrollo de
actividades de prevención primaria, principalmente
culturales y deportivas.
Inserción
laboral
Secretaría de la
Juventud
e INSAFORP
Capacitación laboral y/o desarrollo de bolsas de trabajo
locales.
se fugó de las instalaciones judiciales; el procurador de los derechos
humanos comentó diciendo que “si esa es la opinión del director de la
PNC, mejor sería que se buscara otro trabajo”, cf. http://www.elfaro.net/
secciones/Noticias/20090309/noticias2_20090309.asp (“Si el director de
la Policía reconoce esto, mejor que se dedique a otra cosa” y http://www.
elfaro.net/secciones/Noticias/20090309/noticias3_20090309.asp (“La
fuga de “el Trece” y de otros generó un incremento muy considerable
en los homicidios”
20
“Debemos evitar el error común de suponer que la ley criminal opera
previniendo formas determinadas de conducta. En realidad, la leycriminal
proscribe, pero no siempre previene” (D. Husak, 2005, p. 117). “Las
prisiones no disminuyen el crimen: pueden extenderse, multiplicarse o
transformarse, pero en términos cuantitativos el crimen y los criminales
se mantienen estables o, pero aún, se incrementa” (M. Foucault, Dis-
cipline and Punish, 1975, p. 265). “Las guerras están gobernadas por
las leyes de la guerra. Las acciones de la policía, no... Comparando
la guerra en sí (en sus leyes y procedimientos) con la guerra contra
el crimen, es evidente el trato desigual, por ejemplo en los campos de
detención y las cárceles”, cf. Markus Dirk Dubber (2004),p. 55-56. Por
último, Markus Dirk Dubber, citando a Mead dice que el castigo “provee
la condicion más favorable para el sentido de solidaridad grupal puesto
que en el ataque común del enemigo común las diferencias individuales
se desvanecen”, cf. Summner (2004), p. 52.
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Iniciativas para la construcción participativa de
políticas de prevención
En los últimos años, el Estado desarrolla diversas
iniciativas para elaborar políticas públicas para
reducir y resolver el problema de la violencia y las
pandillas, algunas promovidas por organismos inter-
nacionales como la Cooperación Técnica Alemana
(GTZ por sus siglas en alemán) y PNUD, regular-
mente en coordinación con la Oficina Panamericana
de la Salud (OPS). Dos iniciativas, relativamente
recientes, deben mencionarse:
- La del Ministerio de Gobernación, en el
segundo semestre de 2004, que organiza
mesas de trabajo y produce el documento
“Construyendo juntos una política de pre-
vención, atención y control de la violencia
juvenil”. El proceso incluye la participación
de las instituciones del Organismo Ejecu-
tivo y Judicial, representantes de organi-
zaciones no gubernamentales e iglesias
(FUNDASALVA, Visión Mundial y Alianza
Evangélica, entre otras). Entre los resul-
tados de las mesas de trabajo se tienen
propuestas, un plan coordinado interinsti-
tucional y el presupuesto para el desarrollo
integral del plan de prevención; sin embar-
go, al final cada institución desarrolla sus
propuestas de forma independiente y no
en el marco de una política pública integral.
La Unidad de Justicia Juvenil de la Corte Supre-
ma de Justicia, en el segundo semestre de 2007,
desarrolla un proceso de consulta y trazado de
políticas públicas con la participación del Estado y
la sociedad civil. Esta iniciativa se desarrolla en el
marco del proyecto “Investigación preliminar: delin-
cuencia juvenil, políticas económicas y sociales” y
bajo la coordinación de una comisión de notables.
Las respuestas de la sociedad civil
Respuestas a la violencia juvenil
El tratamiento del tema resulta en dos temáticas
relacionadas: la violencia en general y la violencia
de pandillas. Algunas respuestas hacen énfasis en
el nivel primario de prevención y pocas trabajan en
el nivel terciario.22
Se dice que las respuestas de
la sociedad civil parten en sentido contrario a la
política de “mano dura” del Estado, sin embargo,
esto no es del todo exacto. La sociedad civil tiene
tres tipos de respuestas a la violencia juvenil:
- “Mano dura” civil. Después de varios años
de inacción del Estado ante el problema
de la violencia, el Plan Mano Dura logra
adeptos dentro de la población salvadore-
ña. Esta visión represiva puede conside-
rarse como un elemento inmerso dentro
de la cultura de violencia. El salvadoreño
21
Una revisión exhaustiva de iniciativas gubernamentales y no guberna-
mentales puede encontrarse en las siguientes fuentes: PNUD – OPS
(2006), Ernesto Rodriguez (2006), Cruz (2006), Santacruz (2006)
22
Cf. a los trabajos de OPS-GTZ, OPS-PNUD y del IUDOP para tener un
visión más amplia de las diversas iniciativas de la sociedad civil.
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promedio, organizado o no, puede añorar
el regreso de la política del General Maxi-
miliano Hernández Martínez a quien se
adjudica la disminución significativa de la
delincuencia, entre 1931 y 1994, mediante
el uso de la fuerza. Sin embargo, en la
medida que la política represiva fracasa,
así disminuye el apoyo a la misma. La
adición a este tipo de medidas también
está relacionada con la práctica del castigo
dentro del hogar (padres a hijos).
- Indiferencia limitada. Una parte de la socie-
dad civil reconoce la presencia del proble-
ma y expresa su preocupación, esperan-
do que las instancias correspondientes lo
atiendan. Esta población se ve afectada,
pero no encuentra la manera de impulsar
salidas eficaces a la violencia juvenil. Este
es el caso de ciertas gremiales vinculadas
a la actividad económica, como por ejem-
plo el sector del transporte y las Pequeñas
y Medianas Empresas (PYMES).
- Respuesta activa. Otra parte de la sociedad
civil se enfrenta con el problema de forma
directa o indirecta, en diversos grados y
niveles, a través de diferentes manifes-
taciones y enfoques y de forma aislada,
conjunta e incluso en colaboración con el
Estado, logrando efectos variados.
Respuestas a la violencia
Generalmente, las iniciativas civiles se centran en
el nivel primario de prevención, trabajando con la
juventud23
más o menos en riesgo. Esto hace pare-
cer que pandillas relativamente sanas son excluidas
y que las iniciativas de prevención no tienen nada
que ver con las pandillas, sino con el problema de
violencia o conducta desviada de la juventud.24
Por otro lado, las instituciones que se enfocan
en el nivel terciario son insuficientes, habiéndose
identificado únicamente tres que trabajan en el
sistema penitenciario: Cáritas Nacional que es la
expresión civil de la iglesia católica en su vertiente
de pastoral social, Confraternidad Carcelaria que
es una organización ecuménica parte de la Prision
Fellowship International y la Fundación de Estudios
para la Aplicación del Derecho (FESPAD) que tra-
baja con el recinto de mujeres.
A continuación se presenta información general
sobre algunas iniciativas, que tienden a trabajar el
tema de violencia como un componente y no como
una línea de trabajo específica de la organización
o institución.
23
Como se ha descrito, no toda pandilla es delictiva per se. Grupos
juveniles incluso identificándose a sí mismo como “dieciocho” no son
necesariamente delictivas a menos que se les aplique erróneamente el
cargo de “asociaciones ilícitas” o se les aplique “cárcel preventiva”. El
caso debería plantea cómo evitamos que grupos juveniles caigan en el
delito o comisión de violencia. Cf. L. Monterrosa (2006)
24
Esto es con todo, una cuestión importante porque corresponde a visiones
determinadas de lo que son las pandillas.
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Iniciativa
Organizaciones/
Instituciones
Labor
Iniciativas
basadas en el
derecho
Fundación de Estudios para
la Aplicación del Derecho
(FESPAD)
En el período de mano dura trabaja en el debido proceso,
derechos de los detenidos, procesados y privados
de libertad. En 2007, presenta la Propuesta para la
prevención de la violencia juvenil en El Salvador.
Iniciativas locales
para la inserción
laboral
MOJE, Fundación Salvador del
Mundo
(FUSALMO) y Polígono Industrial
Don
Bosco
Desarrollan experiencias significativas de prevención a
través de la capacitación laboral y el emprendimiento.
Iniciativas para
el uso del tiempo
libre
INTERVIDA, Visión Mundial y
PNUD
De forma paralela a la iniciativa de PNUD para la creación
de las Casas de la Juventud, que se desarrolla en
coordinación con los gobiernos locales y varias ONG,
llevan a cabo programas con la misma finalidad.
Trabajo directo de
inserción
Hommies Unidos, PASSOS y
Catholic Relief Services (CRS)
CRS desarrolla un manual de capacitación para jóvenes
en construcción de paz, con un enfoque de justicia
restaurativa. PASSOS hace énfasis en la perspectiva de la
violencia y la recuperación del trauma.
Control
comunitario
Sorprende que de dos municipios vecinos, uno tenga
problemas de violencia y el otro sea tranquilo. El último
suele tener una organización comunitaria sólida de
organización popular propia de la guerra civil.
Desarrollo integral
Muchas organizaciones, que no abordan directamente el
tema de pandillas y/o violencia, trabajan bajo el supuesto
de que mejores condiciones de vida permiten un entorno
favorable para la convivencia e integración social.
Fragmento del Informe
Puede consultar el informe completo en:
http://www.interpeace.org/publications/central-american-youth-programme/35-youth-
violence-maras-and-pandillas-in-el-salvador-spanish/file
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Experiencias de escenarios en Shell,
Sudáfrica y Guatemala*
Adam Kahane | GENERON
Durante los últimos 14 años he tenido una vida
poco usual, transitando entre el mundo empresarial
y el de los activistas. Pasé la mayor parte de ese
tiempo en los negocios, los primeros siete años en
dos grandes empresas y en una consultora con
grandes empresas como Royal Dutch/Shell, Federal
Express, y Price Warehouse Coopers.
En mismo periodo he hecho excursión al mundo de
los políticos y de las guerrillas, servidores públicos y
líderes comunitarios, sindicalistas y clérigos. He tenido
el privilegio de trabajar con personas que tratan de
mejorar algunas de las partes más desafiantes del
mundo, incluyendo a Israel, Irlanda del Norte, Chipre,
y Colombia, así como en dos países que han tenido
algunas de las transiciones pacíficas más importantes
de los años 1990, Sudáfrica y Guatemala.
Alo largo de ambas experiencias me he enfrentado
con las mismas interrogantes ¿Cómo podemos
cambiar al mundo? ¿Cómo podemos tener una
influencia benéfica? ¿Cómo podemos influir sobre
el futuro? Aquí me enfoco a hablar en el lenguaje
de los negocios. La mejor manera que encuentro
para expresar lo que he aprendido es llevarlos a
través de estos 14 años y contarles cuatro histo-
rias. He escogido estas historias porque explican
cuatro lecciones clave que he aprendido, cuatro
pasos hacia la respuesta para estas interrogantes.
Concluyo con una síntesis de lo aprendido y lo
que creo significan para nosotros en el mundo de
los negocios que queremos hacer una diferencia
en el mundo.
1) Los límites de la separación
Esto me lleva a mi segunda historia a la que llamo
“los límites de la separación.” En 1988, después
de haber estado varios años en PG&E, recibí un
ofrecimiento del departamento de estrategia de la
Royal Dutch/Shell en Londres. Para alguien inte-
resado en el gran mundo de las estrategias corpo-
rativas esta era una maravillosa oportunidad (…).
Lo que más me interesaba es que eran pioneros
de una forma sofisticada de enfrentar el futuro, que
se centraba en una metodología llamada planea-
ción de escenarios. La idea clave era que no era
posible prever o controlar el futuro, y de hecho la
presunción que puedes predecir lo que sucedería
llevaba a una “visión en túnel” que podría ser fatal.
En cambio, su enfoque, era el investigar profunda
y ampliamente sobre lo que sucedía en el mundo y
luego construir dos, tres o cuatro escenarios sobre
cómo podrían resultar las cosas. Estos escenarios
luego se convertían en la base para la exploración
de las diferentes opciones de la compañía y las
decisiones sobre qué hacer. El énfasis era en la
construcción de la capacidad de la empresa de
aprender; Shell jugó un papel muy importante en
el campo de aprendizaje organizacional. (...)
29. Diplomacia ciudadana y la sociedad civil como actor globalExperiencias InternacionalesDiálogo social tarea pendiente de nuestra democracia
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!...
2) El poder del compromiso
Esto me lleva a mi tercera historia, “el poder del
compromiso.” En 1991, después de haber estado
trabajando en la Shell durante tres años, nuestro
departamento en Londres recibió una llamada de
la “University of the Western Cape in South Africa”.
Un grupo de académicos, empresarios y activistas
habían escuchado de la metodología de escenarios
de la Shell y querían utilizarla para pensar sobre
el futuro de Sudáfrica. Se me eligió para ir a ayu-
darles y así fue que terminé facilitando lo que fue
conocido después como el proyecto de escenarios
de Mont Fleur.
El contexto de Sudáfrica es importante para enten-
der la historia. En 1990 Nelson Mandela fue libera-
do de prisión y la prohibición del African National
Congress (ANC) y de otros partidos africanos y de
izquierda, fue levantada. Las primeras elecciones
multirraciales fueron celebradas en 1994. Así que
el proyecto Mont Fleur se celebró precisamente
en medio de un período complejo de muchos tipos
de negociaciones sobre cómo realizar la transición
del apartheid. Había una serie de negociaciones
constitucionales, y también cientos de diversos
“foros” en los que conjuntos de múltiples interesa-
dos trabajaban en asuntos tales como la salud, el
transporte, la educación, la economía, etc.
Durante este periodo nadie estaba en control de la
situación y tanto el gobierno como el movimiento
de liberación habían llegado a la conclusión de que
no podían imponer su solución sobre la otra parte,
y que desafortunadamente, era necesaria alguna
forma de cooperación.
(...)Mont Fleur era un tipo de foro que tenía la in-
tención de influir sobre el futuro del país a través
el desarrollo de un conjunto de escenarios que
señalaban como podrían desplegarse los aconteci-
mientos a durante los siguientes años. El proyecto
tomó su nombre del centro de conferencias en
donde nos reunimos, en las montañas fuera de
Ciudad del Cabo. Cuando llegué no conocía otra
metodología que la que utilizábamos en Shell, así
que esa utilicé en Mont Fleur. Lo que era diferente
en este proyecto, no era el proceso, sino el con-
texto. El trabajo en Mont Fleur no lo realizaban
los colaboradores de una empresa, sino un equipo
de 22 líderes que venían de organizaciones que
cubrían todo el espectro político: activistas co-
munitarios, políticos conservadores, funcionarios
del ANC, sindicalistas, académicos, economistas
ortodoxos, dirigentes empresariales, etc. Una de
las cosas buenas de trabajar con un grupo como
este es que se puede aprender mucho de lo que
sucede al escucharse unos a otros, y se requiere
menos que un grupo de una empresa de jornadas
de aprendizaje y de entrevistar a personas cono-
cedoras para ayudarnos a ver lo que no estamos
viendo. Era como si cada uno de ellos tuviera una
pieza de un rompecabezas más amplio de lo que
es Sudáfrica.
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El equipo creó cuatro escenarios:
• Avestruz era la historia del gobierno blan-
co que creía que podría evitar un acuer-
do negociado con la mayoría negra, que
escondía su cabeza en la arena, y que
complicaba finalmente la situación.
• El pato cojo mostraba la historia de una
transición prolongada en la que el nuevo
gobierno está maniatado por compromisos
que se hayan introducido en la constitución
y, porque “trata de responder a todos pero
no satisface a nadie,” no está en posibilidad
de responder a los problemas del país.
• Ícaro describía lo que sucedería si un go-
bierno fuerte de mayoría negra llegaba al
poder mediante el voto enorme de la po-
blación y se embarcaba en un gigantesco
programa de gastos que desestabilizaba
la economía.
• El vuelo de los Flamingos era una historia
sobre como el nuevo gobierno podía evitar
los escollos de los primeros tres escenarios
y gradualmente reconstruir una economía
exitosa.
(...)Una vez que lo escenarios quedaron escritos, el
equipo organizó una serie de talleres con diversos
grupos políticos, empresariales y cívicos, en donde
se presentaron las historias y se discutían las im-
plicaciones. Uno de los talleres fue con la dirección
del Congreso Pan Africano (PAC), un partido negro
radical, y en esta reunión, uno de los miembros del
equipo de Mont Fleur, que era el principal econo-
mista del PAC, presentó el escenario Ícaro. Dijo,
"Esta es la historia delo que pasará si nuestros
rivales del ANC, obtienen el poder. Y si acaso no
lo hacen, probablemente nosotros los empujare-
mos hacia ello." Esa provocación llevó a uno de
los talleres más productivos que tuvimos. Muchos
años después, en 1999, cuando otro miembro del
equipo fue nombrado gobernador del banco central,
dijo en su discurso inaugural, "Nosotros no somos
Ícaro. No hay necesidad de temer que volaremos
demasiado cerca del sol." En general, una de las
sorpresas más importantes de la Sudáfrica post-
1994 es lo económicamente prudente que ha sido
el nuevo gobierno. Así que al menos uno de los
escenarios –y probablemente los otros también,
ha sido una influencia significativa sobre cómo se
desarrolló el futuro.
¿Por qué habrá ejercido este escenario una in-
fluencia tan fuerte y amplia? y ¿Por qué se sentía
una energía tan extraordinaria y apasionada en
los talleres de Mont Fleur? La respuesta es obvia,
aunque durante años no la reconocí. Aunque la
metodología era la misma que utilizamos en Shell,
el propósito era fundamentalmente diferente. Los
participantes en Mont Fleur, no eran, a diferencia
de los estrategas corporativos, personas que solo
trataban de adaptarse al futuro lo mejor posible;
se habían reunido porque querían influir sobre
el futuro, hacerlo mejor. Estaban jugando en un
campo mucho más amplio. Cuando pensamos de
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!...
manera lógica, una de las razones por la que el
futuro es impredecible, es porque podemos influir
sobre él. Los miembros del equipo no se veían a si
mismos como observadores externos, sino como
participantes activos; la mayoría había dedicado
sus vidas a luchar por una Sudáfrica mejor. Es-
taban conscientes de cómo sus pensamientos y
acciones tenían un impacto en lo que sucedía a su
alrededor –reflexionaban- sobre los peligros de sus
propias acciones, como fue el caso del economista
del PAC que vio los peligros de su propio partido.
El proyecto Mont Fleur me mostró el enorme po-
tencial que tienen los procesos cooperativos entre
múltiples interesados para cambiar al mundo. Pero
también planteó varias interrogantes. Noté que va-
rios del equipo estaban incómodos con el consenso
del grupo y especialmente con el intento de llegar
a una visión compartida del futuro que deseaban,
tal como se articuló en El vuelo de los Flamingos.
Estaban preocupados porque se habían compro-
metido, que no habían sido leales a sus ideas e
ideales, tan importantes para ellos; les preocupaba
haber colaborado con el enemigo. Obviamente los
sudafricanos habían dado pasos gigantes hacia
la reconciliación y la resolución pacífica de sus
terribles diferencias, pero siempre me interrogaba
sobre qué se requería para que las barreras caye-
ran aún más. (...)
3) Cinco minutos que cambiaron la historia
Mi última historia se llama “Cinco minutos que cam-
biaron la historia” es sobre uno de esos proyectos
de escenario cívicos, que dirigimos en Guatemala
en 1998–99.
El proceso que utilizamos se basó en el modelo
Mont Fleur original, pero mejorado a lo largo de
los años. La situación en Guatemala era en cierta
manera similar a Sudáfrica y en otras diferente.
Guatemala había sufrido la guerra civil más larga
y brutal de América Latina, durante más de 36
años en que habían muerto o desaparecido más
de 200,000 en su mayoría a manos del gobierno.
Este y las guerrillas habían finalmente firmado un
acuerdo de paz en 1996, la sociedad había empe-
zado la difícil tarea de la reconstrucción.
Trabajamos con un grupo de 45 líderes de todos
los sectores de la sociedad guatemalteca, secre-
tarios de gobierno, antiguos líderes guerrilleros,
oficiales militares, dueños de empresas, dirigentes
de universidades, periodistas, dirigentes de mo-
vimientos de derechos humanos, alcaldes, estu-
diantes y otros más. Eran de mayor nivel y mayor
diversidad que el grupo de Mont Fleur. Guatemala
es el país de América con el mayor porcentaje de
indígenas (más de la mitad) y el grupo compren-
día a un fuerte contingente de líderes mayas. En
la primera etapa del trabajo, la de construcción
de escenarios, el grupo de reunió tres veces en
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el bello lago Atitlan. Los resultados de esta fase
eran parecidos a los de Mont Fleur: un conjunto
de tres escenarios de lo que podría suceder en
Guatemala en los siguientes años:
• “La ilusión de la Mariposa nocturna. El
camino de la mariposa nocturna es peli-
groso; vuela hacia cualquier luz que ve y
por lo tanto muchas veces se deslumbra y
es quemada. En este escenario, las con-
diciones económicas no mejoran y no se
toma seriamente la diversidad e intercultu-
ralidad, así que persiste la discriminación
de todo tipo. La reconciliación nacional
es superficial, y continúan la polarización
y el conflicto social. La gente busca el
mesianismo político y el autoritarismo. La
inestabilidad laboral y el desempleo se
elevan, la cooperación internacional de-
crece. La economía se caracteriza por el
cortoplacismo. Los ingresos fiscales no son
suficientes par las necesidades sociales. El
espíritu nacional es pesimista, prevalece
la mediocridad, el régimen de derecho
está ausente y permanece la impunidad.
En general el proceso es de cansancio y
desgaste para la gente, las expectativas
no son respondidas, se desgasta la soli-
daridad ante agendas egoístas.
• “El Zigzag del Escarabajo. El vuelo ida
y vuelta del escarabajo es errático y sin
dirección. En este escenario, ocurren avan-
ces y retrocesos en la vida política, social
y económica. Hay crecimiento económico
pero sin igual participación en los bene-
ficios; interculturalidad al mismo tiempo
que exclusión y discriminación; y partici-
pación ciudadana junto con apatía y falta
de representatividad. Crece la degradación
ambiental. El estado es incapaz de lograr
una verdadera fiscal reforma. La Reconci-
liación y dialogue coexisten con profundas
heridas y temor. En general el patrón es de
resultados mezclados sin progreso claro.
• “El vuelo de la luciérnaga”. Cada luciér-
naga ilumina su propio camino y también
el los demás; juntos un grupo de luciér-
nagas va deshaciendo la oscuridad. En
este escenario, los Guatemaltecos se
enfrentan y aceptan su historia y constru-
yen un modelo en el que la tolerancia y
la transformación económica crean inter-
culturalidad y eliminan la discriminación.
El desarrollo holístico se refleja en una
nación con su propia identidad, y con
pluralismo, equidad, estado de derecho,
y un genuino consenso. Un estado demo-
crático da iguales oportunidades a todos.
Un pacto fiscal reduce las brechas entre
sectores. La participación ciudadana y la
productividad crecen. Un desarrollo sos-
tenido y equitativo crean la reconciliación
verdadera y amplían el optimismo.”
Una vez que hubo acuerdo sobre estas historias,
comenzó la segunda fase del proyecto, utilizar los
33. Diplomacia ciudadana y la sociedad civil como actor globalExperiencias InternacionalesDiálogo social tarea pendiente de nuestra democracia
I n i c i a t i v a C i u d a d a n a p a r a l a P r o m o c i ó n d e l a C u l t u r a d e l D i á l o g o 31
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!...
escenarios para encontrar a la nación como un todo.
En esta fase el trabajo fue diferente del de Sud-
áfrica, mucho más ambicioso y con un propósito.
El equipo utilizó los escenarios no solamente para
estimular sino para provocar acciones concretas
con la intención de cambiar el futuro de su país.
Los miembros del equipo tomaron parte importante
en las elecciones nacionales de 1999, sea como
candidatos, como redactores de propuestas polí-
ticas, como figuras públicas no partidistas figures;
trabajaron en las reformas educativas de las uni-
versidades y del sistema de educación pública, en
proyectos de desarrollo local en Quetzaltenango, la
segunda ciudad del país y trabajaron en re-tejer el
tejido social desgarrado a través de la multiplicación
del proceso de diálogo del equipo con cientos de
organizaciones de empresarios, mayas, acadé-
micos, ONG, medios de comunicación, militares,
de iglesia y de trabajadores. El Proyecto Visión
Guatemala, que todavía continúa es un capítulo
significativo en la reconstrucción de la Guatemala
de la post-guerra.
¿De dónde vino este nivel tan elevado de compro-
miso por cambiar al mundo? Daré una respuesta
micro y una macro. A nivel macro, los convocantes
y participantes del proyecto estaban dispuestos, a
diferencia de los de Mont Fleur, a tratar de acordar
explícitamente no solamente en lo que podría su-
ceder en Guatemala (los escenarios) sino lo que
deseaban que pasara (la visión, i.e. el escenario
del Vuelo de la Luciérnaga); por ello se le dio el
nombre al proyecto Visión Guatemala. Quizá esto
se debió al hecho de que el proyecto se realizó
después de la guerra civil y también después de
las negociaciones de paz, (en tanto que Mont Fleur
se realizó durante las negociaciones) de manera
que el tiempo estaba maduro para trabajar juntos,
para que se viera que se trabajaba juntos, hacia
objetivos comunes. Quizá también se deba a una
diferente orientación por parte de los líderes o aún
a una diversa orientación mía.
Mi explicación micro para el éxito del proyecto,
es que fue logrado durante un episodio de cinco
minutos durante el primer taller. En la segunda
noche de la reunión, el equipo se reunió después
de la cena en un círculo y algunos empezaron a
contar historias de sus experiencias y que creían
se relacionaban con lo que había sucedido, lo que
estaba sucediendo, o lo que podría suceder en
Guatemala, es decir compartir su ventana personal
hacia las dinámicas de los escenarios trataban de
iluminar. Por ejemplo una empresaria, que es una
prominente luchadora contra la impunidad judicial,
contó la historia de cómo su hermana fue asesinada
por los militares y cómo fue de oficina en oficina
tratando de saber la verdad, y cómo el primer oficial
con el que había hablado, y que había negado todo
era el hombre que estaba sentado junto a ella esa
noche en el círculo. Así que la gente mostró gran
apertura y valor. Así que al principio de la sesión
del día siguiente, un hombre que no había hablado
la noche anterior, dijo que quería contar una his-
toria, sobre su papel en la exhumación de fosas
comunes de la masacre de una aldea. Habló de