El documento analiza si la revolución en Cuba puede considerarse una revolución desde tres aspectos: económico, social y político. En el aspecto económico, describe las medidas de industrialización, reforma agraria y control estatal de la economía. En el aspecto social, señala los cambios demográficos, el rol de la mujer y las transformaciones raciales y de servicios. En el aspecto político, destaca el liderazgo de Fidel Castro, la evolución de los partidos políticos y los cambios en la organización gubernamental.