Las revoluciones de 1848 en Europa se caracterizaron por una serie de levantamientos populares que buscaban mayores libertades políticas y la unificación nacional. En Francia hubo manifestaciones que llevaron a la caída de la monarquía y el establecimiento de la segunda república. En Gran Bretaña se promulgaron leyes que otorgaron más derechos políticos a la clase media. En Alemania e Italia también hubo intentos fallidos de crear estados-nación democráticos debido a las divisiones entre liberales y nacionalistas