Cuando una o más formas visuales se repiten en una composición de manera regular, se genera un ritmo que puede ser uniforme, si se repiten a intervalos iguales y manteniendo el mismo tamaño, o alterno, si se repiten más de una figura. Los ritmos también pueden ser decrecientes o crecientes dependiendo de si el tamaño o espacio entre las figuras va disminuyendo o aumentando. Algunos polígonos regulares tienen la propiedad de poder rellenar el plano por sí solos creando superficies rítmicas.