El documento describe los orígenes de Roma y su desarrollo geográfico. Los etruscos llegaron al Lacio, una zona importante para el comercio de ganadería, agricultura y marítima. Al ver las oportunidades económicas que ofrecía la región, decidieron establecerse allí de forma permanente. Luego unificaron las tribus latinas y organizaron el territorio, sentando las bases para el desarrollo de la civilización romana.