Benjamín no quería disfrazarse para Halloween, pero salió con sus amigos a pedir dulces. Apareció una bruja malvada llamada Violeta que intentó convertirlo en rana. Benjamín no tuvo miedo y habló con Violeta, descubriendo que estaba sola. Se hicieron amigos y rompió el hechizo sobre Violeta, quien fue a vivir felizmente en el pueblo.