Santo Tomás argumentó que aunque la existencia de Dios no es evidente por sí misma para el entendimiento humano, objetivamente sí lo es. Escribió cinco vías para demostrar la existencia de Dios mediante la demostración quia, que parte del efecto para conocer la causa. Actualmente, la certeza mediata de la existencia de Dios mediante demostración se opone no sólo a los ateos agnósticos sino también a los ateos positivos que niegan la demostrabilidad e insisten en la inexistencia de Dios.