Este documento presenta el programa de las celebraciones de la Semana Santa de 2011 de Acción Católica General en Madrid. En menos de 3 oraciones:
El documento anuncia las celebraciones de la Semana Santa de 2011 de Acción Católica General en Madrid, incluyendo lecturas y reflexiones para cada día, comenzando con el Domingo de Ramos y finalizando con el Jueves Santo. Proporciona información sobre las lecturas bíblicas, oraciones y temas a contemplar durante las celebraciones para ayudar a los asistentes a
Respuesta a múltiples objeciones protestantes contra la fe que profesamos los católicos, basada exclusivamente en textos bíblicos. Autor: Jorge Arturo Rodríguez Reyna (Perú).
Trato de explicar que el Espíritu Santo ha obrado, obra y sigue manifestándose en nuestra iglesia, y como éste se ha manifestado en la vida de los santos
Respuesta a múltiples objeciones protestantes contra la fe que profesamos los católicos, basada exclusivamente en textos bíblicos. Autor: Jorge Arturo Rodríguez Reyna (Perú).
Trato de explicar que el Espíritu Santo ha obrado, obra y sigue manifestándose en nuestra iglesia, y como éste se ha manifestado en la vida de los santos
Acá les dejo este material sobre el Triduo Pascual, lo adapte de un manual litúrgico para Semana Santa, espero sea útil para el trabajo con los alumnos en la clase de religión.
Diseña una experiencia de aprendizaje sobre lectura y escritura como
herramientas de aprendizaje transversal integrando recursos digitales.
La experiencia se debe planear en el formato 1 y luego, se socializa en
una presentación Power Point y se sube a un Slide Share, Issu u otro
recurso que genere un enlace para su visualización.
Fuente: Emeric Amyot d'Inville, C.M. "Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de San Vicente", Vincentiana: Vol. 41: No. 4, Artículo 7.
Guia de las cartas del tarot de el extraño mundo de jack.
Arcanos mayores y arcanos menores.
Primera guía cien porciento en español!
Con 5 tiradas para comenzar predicciones.
Aprende y utiliza este mazo para divertirte.
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.
Mensaje - El Cristiano y la Vana Gloria de la Vida.pptx
Semana santa 2011 para Jóvenes y Adultos
1. Semana
Santa
2011
Anunciamos,
Tu
Resurrección
Acción Católica General
Alfonso XI, 4 5º
28014 Madrid
www.accioncatolicageneral.es
1
2. Domingo de Ramos - A 17 de abril
Is 50, 4-7 “No me tapé el rostro ante los ultrajes, sabiendo que no quedaría defraudado”
Sal 21 “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
Flp 2, 6-11 “Se rebajó, por eso Dios lo levantó sobre todo”
Mt 21, 1-11 “Bendito el que viene en nombre del Señor”
Ruego por pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesucristo y, así, poder
seguirlo mejor.
Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado.
Leo el texto. Después contemplo y subrayo.
Cuando se acercaban a Jerusalén y llegaron a Betfagé, en el monte de los
Olivos, envió a dos discípulos diciéndoles: «Id a la aldea de enfrente,
encontraréis enseguida una borrica atada con su pollino, los desatáis y me
los traéis. Si alguien os dice algo, contestadle que el Señor los necesita y
los devolverá pronto».
Esto ocurrió para que se cumpliese lo dicho por medio del profeta: «De-
cid a la hija de Sión: “Mira a tu rey, que viene a ti, humilde, montado en
una borrica, en un pollino, hijo de acémila”».
Fueron los discípulos e hicieron lo que les había mandado Jesús: trajeron
la borrica y el pollino, echaron encima sus mantos y Jesús se montó. La
multitud alfombró el camino con sus mantos; algunos cortaban ramas de
árboles y alfombraban la calzada.
Y la gente que iba delante y detrás gritaba: «¡Hosanna al Hijo de David!
¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!».
Al entrar en Jerusalén, toda la ciudad se sobresaltó preguntando: «¿Quién es
este?». La multitud contestaba: «Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea».
Mt 21, 1-11
En los HECHOS vividos... ¿en qué y en quién he encontrado al Jesús que “se hace obediente hasta la
muerte...” (Fl 2, 8)?
En mi Proyecto de Vida, en estos días de Semana Santa... ¿cómo voy a seguir los pasos de Jesús que se
compromete del todo y abre el camino de la Vida? ¿Con qué actitud iré a las celebraciones?
Llamadas que me hace -nos hace- el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso.
Plegaria. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Para situar este evangelio resurrección de Cristo. Y se nos ofrecen dos evange-
lios: el de Mateo 21, 1-11 (que nos trae la entrada de
Sí... es la lectura de la PASIÓN. Es una lectura gran- Jesús en Jerusalén) y Mateo 26, 14-27, 66 (que nos
de y larga para hacer Estudio del Evangelio. Sí, el sitúa en la pasión).
Estudio del Evangelio requiere tiempo, el de hoy
La liturgia de la bendición y de la procesión de los
requiere más. Os invito ha hacer una lectura reposa-
da (coger una Biblia si os es mas cómodo) y las notas ramos anticipa ya el triunfo de Cristo, el rey pacifico
que os ofrezco son para ayudarnos a mirar, situar- y humilde que entra en la ciudad de Jerusalén acla-
nos... Entrar en nuestra “Jerusalén” y a vivir el com- mado. Y la Eucaristía nos presenta a Jesús como el
promiso cotidiano entre expectativas y fidelidades- siervo, el que proclama su mensaje, es perseguido y
entregas, miedos y miradas cautivadoras. muere en la Cruz para liberar al hombre del pecado.
Betfagé se encontraba probablemente en la vertiente
La celebración del domingo tiene dos partes: la occidental de la montaña de los Olivos, delante de
conmemoración de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, la ciudad símbolo de la presencia de Dios
Jerusalén y la eucaristía, memorial de la muerte y en medio del pueblo.
2
3. Jesús toma la iniciativa en procurarse cabalgadura y de salvación a manos llenas;
entrar en la ciudad. Sólo Mateo añade con insistencia del nosotros compartido, del todos o ninguno,
al pollino y la borrica. Lo que se explica por la cita y del silencio respetuoso y contemplativo.
profética que añade Mateo, y no trae ni Marcos ni
Lucas: «Decid a la hija de Sión: Mira a tu rey, que viene Tiempo de amor, tiempo de clamor;
a ti, humilde, montado en un asno, en un pollino, hijo tiempo concentrado, tiempo no adulterado;
de acémila». Es un texto de Zacarías (9, 9-10), en el que tiempo para sorberlo hasta la última gota.
Mateo ha dejado solo «humilde», y ha omitido los Tiempo de Nueva Alianza y fidelidad
adjetivos «justo, victorioso», y de carácter más bélico: por encima de lo que sabemos,
queremos y podemos.
«Destruiré los carros de Efraín y los caballos en Jerusa-
Tiempo en el que Dios nos toma la delantera
lén, destruirá los arcos de guerra y dictará paz a las
y nos ofrece la vida a manos llenas.
naciones...». Mateo, que ha leído ese oráculo mesiáni-
co, concentra su atención en lo esencial: el rey llega Es el tiempo de todos los que han perdido,
con rasgos de “humildad” y se presenta lleno de dul- de los que han sufrido o malvivido,
zura. La borrica se opone al caballo que, en la Biblia, y de los que han amado sin medida.
es siempre la montura guerrera. El Mesías viene a Es el tiempo de la memoria subversiva,
Jerusalén no como el Señor de la guerra y conquista- de Dios haciendo justicia y dándonos vida.
dor; viene como portador de la salvación y la paz, sin
carros, sin caballos, sin armas... Al viento del Espiritu. Fl.Ulibarri
A Jesús lo reconocen como Rey, un Rey que trae la
paz, según la simbología bíblica (Zac 9, 9; Is 62, 11). Ma-
teo habla de una multitud enardecida: el entusiasmo
se trasluce en los gestos (extienden mantos, cortan
VJA
árboles, gritan, lo aclaman como rey de Israel, here-
dero del trono de David y en quien se cumple la
promesa hecha por el profeta Natán (2Sm7, 12-16) y en
la anunciación (Lc 1, 32-33). Mateo ha identificado a
Jesús como rey lleno de ternura-dulzura por medio
de Zacarías, y ahora lo hace como el soberano nacido
de la estirpe de David (el guerrero).
«¡Hosanna...!» era originariamente una petición de
ayuda: «¡sálvanos!» (Sal 118, 25s). Más tarde se convirtió
en una aclamación mesiánica, que es el sentido que
tiene aquí. Toda la escena, con “mucha gente” que
aclaman recuerda la coronación de un rey (1Re 1, 38-40).
Que «toda la ciudad se inquietó» ya lo había predi-
cho Mateo en las escenas del nacimiento (Mt 2, 3).
Ante Jesús nadie queda indiferente, todo el mundo
se posiciona: unos por acogerlo y otros para recha-
zarlo. Se preguntan por la identidad de Jesús, y la
multitud lo identifica con el profeta anunciado, el
VER: Hace unas semanas, las revueltas populares
segundo Moisés (Dt 18, 15.18); así, no se espera ruptura que se produjeron en algunos países árabes, y sobre
sino continuidad con las instituciones judías... Así, si todo el terremoto y tsunami que sufrió Japón, junto
leemos lo que le ocurre a Jesús en Jerusalén, vemos con la situación de emergencia de la central nuclear
que más tarde este pueblo pide la muerte de Jesús. de Fukushima, nos pusieron ante una realidad en la
que no solemos pensar habitualmente: que por mu-
La gente se ha posicionado... Esto se ha ido viendo cho que creamos que tenemos controlada una situa-
a lo largo de todo el camino en Jerusalén. Pero la ción, previstas todas las contingencias, y que las co-
verdadera posición será la de cada cual, la que to- sas van a ocurrir como tenemos pensado, siempre
memos nosotros ante su muerte y resurrección. puede ocurrir algo que echa por tierra todo lo ante-
Quienes hoy vivimos la eucaristía (y sabemos que en rior, y nos coloca en una situación de inseguridad e
ella viene Jesús) deberíamos salir luego a la calle y, indefensión: lo que nunca hubiéramos imaginado es
sin dejarnos instrumentalizar, deberíamos ejercer el lo que ocurre. Y entonces caemos en la cuenta de
señorío sobre las cosas con dulzura y mansedumbre que la vida, la existencia, es en su mayor parte un
(al servicio del Reino de Dios). misterio. Y debemos asumirlo.
JUZGAR: Durante la Cuaresma, hemos estado
PARA ANUNCIAR LA SEMANA SANTA
reflexionando acerca de tener unos “encuentros en
la 3ª fase” con Jesús, no un encuentro “de vista”, o
Éste es el tiempo de la historia,
superficial, sino un encuentro personal y profundo
de la historia dura y pura;
con Él por la fe. Y en esta Semana Santa, ante el mis-
de la pasión de Dios desbordada
terio que supone la existencia humana, ante todo
y de las realidades humanas.
eso que no podemos comprender ni explicar y que
Es tiempo de muerte y vida, nos provoca incertidumbre y miedo, vamos a encon-
3
4. trarnos con el Misterio de Dios, que aunque sea in- jó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte
abarcable por nuestra razón, no provoca miedo e de cruz». Jesús sabía que iba a ser entregado por uno
incertidumbre, sino que nos ofrece la única certeza de sus amigos... «Os aseguro que uno de vosotros
sobre la que apoyarnos. Y vamos a encontrarnos con me va a entregar... El que ha mojado en la misma
diferentes aspectos de este Misterio de Amor que es fuente que yo, ése me va a entregar... ya está cerca el
Dios. que me entrega»; indirectamente los otros discípulos
también le entregan... «lo abandonaron y huyeron».
Y en este Domingo de Ramos, nos encontramos con
Pero aun así Jesús cumple la profecía del Siervo que
el misterio de la entrega. Si buscamos en el dicciona-
hemos escuchado en la 1ª lectura: «no me he rebela-
rio, entregar, aparte de “dar una cosa a alguien”,
do ni me he echado atrás... ofrecí la espalda... la meji-
tiene, entre otros, dos significados: por una parte
lla... no oculté el rostro...» llevando su entrega hasta
“poner a alguien a disposición de otras personas,
el extremo. Ante el misterio de la maldad humana,
como sus enemigos”; y por otra “dedicarse alguien
encontramos el Misterio del Amor de Dios entre-
por entero o desinteresadamente a una cosa, activi- gando a su Hijo.
dad, etc”. La misma acción puede tener muy diferen-
tes consecuencias, positivas o negativas: hay quien
traiciona y “entrega” a otros para conseguir sus pro- ACTUAR: Ante el misterio de la existencia
pios intereses, y hay quien se entrega por los demás humana, que no podemos controlar; ante el misterio
y olvidándose de sí mismo. Y por qué las personas de la maldad humana, de esas “entregas” a traición
hacen una opción u otra a veces es un misterio. que conocemos o incluso hemos sufrido, la Semana
Santa nos pone frente al misterio de la entrega por
En el Evangelio de la Pasión hemos encontrado los amor que Dios lleva a cabo en Jesús, su Hijo, llegan-
dos aspectos. Por una parte, la entrega en sentido do hasta la muerte de cruz. Él nos indica el camino a
negativo: Jesús es entregado, por parte de Judas... seguir: frente al mal, el dolor, el sufrimiento... sólo
«¿Qué estáis dispuestos a darme si os lo entrego?... cabe una entrega por amor, como Él hizo. Habrá
andaba buscando ocasión propicia para entregarlo»; situaciones que seguirán siendo un misterio, pero
por parte de los sumos sacerdotes y los senadores entrando nosotros en el Misterio de Amor que es
del pueblo... «atándolo le llevaron y le entregaron a Dios, experimentaremos que «mi Señor me ayudaba,
Pilato»; por parte de Pilato... «después de azotarlo, lo por eso no quedaba confundido... y sé que no que-
entregó para que lo crucificaran». Pero junto con daré avergonzado». Compartiendo la entrega como
estas “entregas”, nos encontramos con el misterio de Jesús y con Jesús, tendremos la certeza de que la
“la entrega” que Jesús hace de su vida, y que hemos última palabra no la tendrá la cruz, sino la Resurrec-
escuchado sintetizada en la 2ª lectura: «se despojó ción y la Vida.
de su rango y tomó la condición de esclavo... se reba-
4
5. Jueves Santo - A 21 de abril
Éx 12, 1-8. 11-14 “Prescripciones sobre la cena pascual”
Sal 115 “El cáliz de la bendición es comunión con la sangre de Cristo”
1Co 11, 23-26 “Cada vez que coméis y bebéis proclamáis la muerte del Señor”
Jn 13, 1-15 “Los amó hasta el extremo”
Ruego por pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesucristo y, así, poder
seguirlo mejor.
Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado.
Leo el texto. Después contemplo y subrayo.
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora
de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que esta-
ban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando; ya el diablo
había suscitado en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la inten-
ción de entregarlo; y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en
sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se
quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la
jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la
toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro y este le dice: «Señor,
¿lavarme los pies tú a mí?». Jesús le replicó: «Lo que yo hago, tú no lo
entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro le dice: «No
me lavarás los pies jamás». Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes
parte conmigo». Simón Pedro le dice: «Señor, no solo los pies, sino tam-
bién las manos y la cabeza». Jesús le dice: «Uno que se ha bañado no
necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También
vosotros estáis limpios, aunque no todos». Porque sabía quién lo iba a
entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios».
Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he
hecho con vosotros? Vosotros me llamáis “el Maestro” y “el Señor”, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo,
el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he
dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».
Jn 13, 1-15
Ahora apunto aquello que descubro de JESÚS y de los otras personajes, la BUENA NOTICIA que escu-
cho... ¿Dejo que Jesús se me haga servidor, que tenga la iniciativa en mi vida, que se me meta tanto en casa
que no pueda vivir sin Él?
Y vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi entorno... desde el evangelio... ¿A
quién encuentro que viva haciendo caso de lo que Jesús dijo: “lo que yo he hecho con vosotros...”?
Llamadas que me hace -nos hace- el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso
Plegaria. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas sobre el texto, contexto y pretexto conscientemente. Su amor hasta el fin será la nueva
Escritura (Dt 31, 24); amor y fidelidad (Jn1, 14) será al
La frase inicial introduce no solo el discurso de la característica de la nueva humanidad.
cena, sino toda la narración de la entrega y muerte
La ambición y la codicia -“ladrón”- induce a Judas a
de Jesús. Se omite toda mención a Jerusalén: esta
Pascua será la de Jesús, la que permitirá el éxodo de la traición. El enemigo-diáblo, el dinero-poder, es el
las tinieblas a la Luz (pasar de este mundo al Padre). principio de homicidio y mentira que inspira al círcu-
NO va la muerte -su hora- arrastrado por las circuns- lo dirigente; engendra hombres que son enemi-
tancias, sino que da su vida voluntariamente- gos/diablos.
5
6. Jesús parece que tiene plena conciencia de su mi- Desde niño me siento a tu mesa,
sión -el Padre ama al hijo y todo lo que ha puesto en invitado y querido.
su mano- de su origen y de su itinerario y meta: el y tú siempre me acoges con amor.
don total de sí, en el que Dios está plenamente pre- Pero yo me acostumbro y no caigo en la cuenta
sente como vida absoluta. de que algo muy grande
está ocurriendo cada vez.
El manto, la prenda exterior, la vestidura de respe-
to, propia del Señor y maestro que Jesús era; y se ¡Sentarme a tu mesa y comer contigo!
queda solo con la túnica, que es el atuendo de los En realidad tú mismo eres la comida,
siervos. Coge una toalla y se la ciñe a la cintura, y así la mesa y los cantos.
queda vestido como un criado (Lc 22, 27) símbolo del Tú me alimentas, y yo me transformo en ti.
servicio; así va a enseñar a los suyos qué significa el ¡Quién pudiera verlo y palparlo y sentirlo!
amor fiel. Les muestra su amor, que es el del Padre,
que se ejerce en el servicio al hombre desde abajo. Pero creo, Señor, aunque no lo vea,
Ni el deseo de hacer bien puede justificar ponerse y te quiero, te doy gracias hoy de todo corazón.
por encima del hombre... esto equivaldría a ponerse Sigue, Señor, transformando mis entrañas
por encima de Dios. Jesús, el Señor, se hace servidor, para hacerme como eras tú
por tanto, se propone dar libertad -dar categoría de y como sigues siendo hoy:
señores- y crear así la igualdad, eliminando todo hermano verdadero de toda mujer,
rango. Todos han de ser libres y, por su servicio, de todo hombre...
seguir creando libertad e igualdad. Envuélveme con tu calor eucarístico
Dejó el manto y tomó el manto, vemos un paralelo
y expándeme,
con Jn 10, 17s: entregar al vida/recobrarla. Ensánchame desde tu mesa
hasta la calle, hasta el mundo:
Extrañeza y protesta de Pedro: llama a Jesús Señor. hasta esa fraternidad que acoge,
Para él Jesús debe ocupar el trono de Israel: él es que ama, que abraza,
súbdito, no admite la igualdad. Jesús no se extraña que se compromete
de la protesta de Pedro que mantiene el esquema de con la justicia y los pobres,
una sociedad injusta (mantener las diferencias- contigo, a tu lado siempre, cantando...
rangos). Jesús responde con contundencia: si no
admite el amor que crea igualdad, no puede estar Mis eucaristías tienen que cambiar, Señor.
con él, no puede participar en su Espíritu; quien re- Tienen que ser mucho más calientes,
chaza el servicio como rasgo definitivo del grupo hacerse ternura y después
queda excluido de la unión con él. movilización por los pobres.
Cuántas ganas tengo de celebrar tu pascua,
La reacción de Pedro muestra su adhesión personal Contigo, a tu lado, cantando... y actuando.
a Jesús, pero no entiende su manera de obrar... esta
dispuesto ha hacer lo que Jesús diga por ser voluntad P. Loidi, Mar adentro
del jefe, no por convicción. No acepta la acción como
servicio, la acepta como rito religiosos (purificación
que elimina algún obstáculo para estar con Jesús).
VJA
Jesús corrige la interpretación de Pedro, no se trata
de un rito, sino del servicio (el paño ceñido); esto es, es
el hacer propio el mensaje lo que purifica al hombre.
Tomar el manto, recobrar la vida-autoridad (“yo
entrego mi vida y así la recobro”). Jesús no se quita el
paño/toalla, señal de su servicio, que continuará para
siempre. Y vuelve a la posición de hombre libre (se
recostó a la mesa) con el paño puesto: el servicio no
disminuye la libertad ni la dignidad del hombre.
Lo que hace Jesús, Maestro y Señor, es válido para
todos. No impone, sino que intenta que asimilemos
(comer su carne). Con su acción, les ha dado expe-
riencia de ser amados y les ha enseñado ha amar
como él (Maestro). El servicio no nace del sentido del
deber, sino de la espontaneidad del amor.
VER: El Domingo de Ramos decíamos que frente al
MEDITACIÓN DEL JUEVES SANTO mal, el dolor, el sufrimiento... sólo cabe una entrega
por amor, como Jesús hizo. Y esa entrega por amor
¡Tantas veces como has llamado a mi puerta, puede hacerse de una vez, en un momento puntual y
para invitarme a tu eucaristía, Señor! por una circunstancia excepcional, pero sobre todo
Aquí me tienes, recordando tus llamadas se realiza día a día, como un servicio a los demás. Si
y la celebración misteriosa de tu última cena. nos detenemos a pensar, caeremos en la cuenta de
que son muchas las personas que, desde el anonima-
6
7. to, viven desde esa actitud de servicio: unas veces sus discípulos (y para nosotros), incluso provoca el
por su profesión; otras veces asumiendo algún tipo rechazo de Pedro («Señor, ¿lavarme los pies tú a
de voluntariado; otras veces en los acontecimientos mí?»); pero Jesús insiste: «Lo que yo hago, tú no lo
cotidianos... Pero todos tienen algo en común: no se entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Y
limitan a “cumplir”, a “hacer su trabajo”, a “quedar es tan importante entrar en el misterio del servicio,
bien”, sino que van más allá, poniendo un cuidado y que indica: «Si no te lavo, no tienes nada que ver
una atención especial no sólo en el modo de hacer lo conmigo». Ser discípulos de Jesús conlleva necesa-
que hacen, sino teniendo presente a la persona que riamente adoptar esa actitud de servicio: «Pues si yo,
en ese momento tienen delante, sea conocida o des- el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también
conocida. No son simplemente personas serviciales; vosotros debéis lavaros los pies unos a otros». Una
se ponen en lugar del otro y se plantean: “¿Qué ne- actitud de servicio que requiere no quedarnos en el
cesita de mí, qué puedo hacer por él?”. simple y correcto cumplimiento, sino ir más allá: «os
he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con
JUZGAR: En esta Semana Santa, ante el misterio vosotros, vosotros también lo hagáis». Seguir su
ejemplo es entrar en ese misterio del servicio por
que supone la existencia humana, ante todo lo que
no podemos comprender ni explicar y que nos pro- amor, “lavar los pies”, incluso a quienes no lo mere-
voca incertidumbre y miedo, vamos a encontrarnos cen o no me gustan.
con el Misterio de Dios, que aunque sea inabarcable
por nuestra razón, no provoca miedo e incertidum- ACTUAR: El Misterio de Amor entregado hasta
bre, sino que nos ofrece la única certeza sobre la que el extremo nos cuestiona esta tarde: ¿Cómo evalúo
apoyarnos. Y hoy, Jueves Santo, vemos que frente el mi trato con los demás, en casa, en el trabajo, con
misterio del mal hay otro misterio mayor: el del vecinos y amigos...? ¿Me conformo con “cumplir”
amor, porque también el amor es otro misterio. So- correctamente, o procuro ponerme en el lugar del
bre todo cuando ese amor se hace servicio, y aún es otro y plantearme qué necesita de mí y qué puedo
más misterio cuando se hace servicio hacia quienes hacer por él? ¿Estoy dispuesto a seguir el ejemplo de
humanamente “no lo merecen”, o hacia desconoci- Jesús para ir “más allá” y entrar en el misterio del
dos. Por eso la entrega de amor servicial es el distin- servicio por amor? ¿Estoy “lavando los pies” a al-
tivo de los cristianos, porque entonces estamos tes- guien?
timoniando de modo creíble el Misterio de Amor
que es Dios. Para que podamos adentrarnos en el Misterio del
Amor entregado que se hace servicio humilde, para
El Evangelio de hoy no deja lugar a dudas: «Jesús... que podamos seguir el ejemplo de Jesús, Él mismo se
habiendo amado a los suyos... los amó hasta el ex- nos entrega en el sacramento de su amor: la Eucaris-
tremo». Humanamente podríamos pensar que los tía. Que la comunión y posterior adoración ante el
discípulos no merecen tantos desvelos y atenciones Monumento nos haga sentirnos en “común-unión”
por parte de Jesús; no acaban de entenderle, siguen con Jesús para que, aunque haya cosas que “no en-
con sus esquemas... Pero aun así, Jesús los ama «has- tendamos ahora”, estemos dispuestos a “lavarnos los
ta el extremo». Y puesto que no acaban de entender pies unos a otros” para seguir su ejemplo y ante el
sus palabras, Jesús hace un gesto que se les quedará misterio del mal y del dolor, sepamos mostrar el
grabado: se pone a lavarles los pies. Jesús, «El Maes- Misterio del Amor que en Jesús se nos ha revelado.
tro» y «El Señor», adopta una actitud de servicio
humilde. El por qué de su actitud es un misterio para
7
8. Viernes Santo - A 22 de abril
Is 52, 13-53, 12 “Él fue traspasado por nuestras rebeliones”
Sal 30 “Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu”
Hb 4, 14-16; 5, 7-9 “Aprendió a obedecer y se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación”
Jn 18, 1-19 “Pasión de nuestro Señor Jesucristo”
Ruego por pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesucristo y, así, poder
seguirlo mejor.
Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado.
Leo el texto. Después contemplo y subrayo.
Después de decir esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente
Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí él y sus discípulos. Judas, el
que lo iba a entregar, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a me-
nudo allí con sus discípulos. Judas entonces, tomando una cohorte y unos
guardias de los sumos sacerdotes y de los fariseos, entró allá con faroles, an-
torchas y armas. Jesús, sabiendo todo lo que venía sobre él, se adelantó y les
dijo: «¿A quién buscáis?». Le contestaron: «A Jesús, el Nazareno». Les dijo
Jesús: «Yo soy». Estaba también con ellos Judas, el que lo iba a entregar. Al
decirles: «Yo soy», retrocedieron y cayeron a tierra. Les preguntó otra vez:
«¿A quién buscáis?». Ellos dijeron: «A Jesús, el Nazareno». Jesús contestó:
«Os he dicho que soy yo. Si me buscáis a mí, dejad marchar a estos». Y así se
cumplió lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste».
Entonces Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó e hirió al criado del
sumo sacerdote, cortándole la oreja derecha. Este criado se llamaba Maleo.
Dijo entonces Jesús a Pedro: «Mete la espada en la vaina. El cáliz que me ha
dado mi Padre, ¿no lo voy a beber?».
La cohorte, el tribuno y los guardias de los judíos prendieron a Jesús, lo ata-
ron y lo llevaron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, sumo sacerdo-
te aquel año; Caifás era el que había dado a los judíos este consejo: «Convie-
ne que muera un solo hombre por el pueblo». Simón Pedro y otro discípulo
seguían a Jesús. Este discípulo era conocido del sumo sacerdote y entró con
Jesús en el palacio del sumo sacerdote, mientras Pedro se quedó fuera a la
puerta. Salió el otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló a la
portera e hizo entrar a Pedro.
La criada portera dijo entonces a Pedro: «¿No eres tú también de los discípulos de ese hombre?». El dijo:
«No lo soy». Los criados y los guardias habían encendido un brasero, porque hacía frío, y se calentaban.
También Pedro estaba con ellos de pie, calentándose. El sumo sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus
discípulos y de su doctrina.
Jn 18, 1-19
Apunto aquello que descubro de JESÚS y de los otros personajes, la BUENA NOTICIA que escucho...
Y vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi entorno... desde el Evangelio.
Llamadas que me hace -nos hace- el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso.
Plegaria. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas para fijarnos en Jesús y el evangelio maní hasta la muerte en cruz. Y ese relato fue, posi-
blemente la base común para los cuatro evangelis-
La iglesia de Jerusalén debió de elaborar un relato tas... aunque después cada uno los amplió según sus
de la pasión de Jesús desde su detención en Getse- propias fuentes e intencionalidades.
8
9. dar testimonio de su amor a los hombres. Pero en el
La historia de la pasión de Jesús en el Evangelio de
mundo de la tiniebla opresora la muerte violenta era
Juan está transida de gloria. Los acontecimientos más inevitable y ella va a manifestar hasta el máximo la
humillantes y dolorosos están traspasados por hilos maldad del mundo y el amor de Dios. Jesús no busca
de exaltación y glorificación; desde esta convicción: el dolor, pero lo acepta cuando es consecuencia
“Jesús es Señor”. Y este señorío único se muestra ineludible del testimonio del amor y la denuncia de
aquí en su pasión, es la “hora” de la exaltación y glo- la opresión. No responde al odio con el odio ni
rificación. Sólo con esta clave podemos entender y combate la violencia con la violencia, para no imitar,
contemplar los hechos y las palabras que forman los aun a costa de la vida, la maldad del sistema opresor.
cc. 18 y 19 del cuarto evangelio. A Jesús no se le ve Muestra así que Dios es puro amor y ajeno a toda
abatido ni derrotado, sino victorioso y triunfante. violencia.
Muchos episodios parecen anticipos de su resurrec-
ción. Se cumple la palabra de Jesús: “Ha llegado la Insiste Juan en la complicidad de todos los poderes,
hora en que va a ser glorificado el Hijo del Hombre” civiles y religiosos. En el momento decisivo, todos
(Jn 16, 23). Con esta aclaración se iluminan las grandes descubren su verdadero rostro: son los enemigos del
diferencias entre Juan y los otros evangelios. hombre y de la vida. Dios o Jesús no necesitan en
este mundo defensores ni protectores. Usar la fuerza
Juan no refiere la agonía de Getsemaní, nada dice o utilizar la violencia con ese pretexto significa atri-
de su angustia y su tristeza. buirles la misma injusticia del sistema y destruir toda
Y recordemos el lenguaje tremendamente simbóli- alternativa. Lo único válido es repetir el gesto de
co que Juan tiene... profundizar en el mismo será Jesús, entregar la vida por amor al hombre.
muy extenso... sin renunciar a ello... perdonad si soy Aquí los discípulos no huyen, y Jesús se ocupa de
prolifero y me extiendo, recordar que las notas son ponerlos a salvo: “Si me buscáis a mí, dejad marchar
para situarme y mejor comprender. a éstos”.
Para fijarnos en el Evangelio Pedro no está preparado para seguir a Jesús (18, 15-
27):no hace caso del aviso de Jesús, otro es el predi-
Se enlaza el discurso de la cena (Jn 17 “La oración de lecto de Jesús y modelo de discípulo. El que experi-
Jesús”) con la Pasión. Opción de Pedro. mentaba el amor de Jesús responde a ese amor acep-
Un huerto, en Juan tiene un simbolismo de vida y tando el riesgo de seguir a Jesús hasta el fin (entró
fecundidad, será un huerto lugar donde le crucifi- con Jesús).
quen y lo sepulten, el huerto como lugar de reunión, Pedro no entra espontáneamente, se deja conducir;
conocido: así la muerte se va a situar (huerto) en el no lleva el distintivo de discípulo, hay que preguntar-
ámbito de vida, la comunidad de Jesús se sitúa (huer- le si lo es. Pedro, al romper con Jesús se encuentra
to) en esfera de vida. mezclado con sus enemigos entre los siervos.
En el prendimiento, se hace resaltar el número de las Jesús no responde a las preguntas del sumo sacerdo-
fuerzas que intervienen en el prendimiento: peligro te -que quiere saber quienes le apoyan- y sobre su
que representa Jesús para “el mundo”, intensidad de doctrina no tiene nada secreto que revelar. El sumo
la violencia de éste y magnitud del odio. Acuden sacerdote le pide información y él no le reconoce
todos los componentes de la oposición a Jesús. Judas autoridad. Jesús no responde a la violencia (del sier-
hace de jefe, es figura “del jefe del orden este”, re- vo) con la violencia, le pide que analice sus palabras
presenta a los círculos de poder. Faroles y antorchas, sin prejuicios: lo llama a la razón, a fijarse en la reali-
caminan en la tiniebla; llevan armas, instrumentos de dad de los hechos (fundamento del juicio personal y
muerte. Se identifican tinieblas y muerte. Quieren de la libertad). Vemos a Jesús con pleno dominio de
extinguir la luz/vida. sí, mientras Pedro -que no se ha movido- le niega
Jesús sale; los que llegan no entran en el huerto, (segunda, ahora pública), tiene miedo.
lugar de la vida. No se dirige a Judas, sino al grupo Contraste entre la actitud de Jesús y la de Pedro;
entero. El Nazareno señala al descendiente de David. como trasfondo está el otro discípulo, el verdadero
Soy yo, se identifica como Mesías. Echarse atrás, seguidor. Pedro, por miedo, reniega de su condición
lenguaje simbólico para significar derrota; caer a de discípulo (dio su adhesión a ideas, ideal de Mesí-
tierra, derrota total. La entrega de Jesús vence al as, más que a Jesús).
mundo. No intenta escapar. Pone a salvo a sus ami-
gos, por quienes va a dar la vida.
Pedro no entiende la alternativa de Jesús, que no RECUERDO DE TU AMOR
consiste en triunfar dando muerte, sino en entregar-
se para comunicar vida. El, por amor, esta dispuesto a Padre, ¿dónde encontraremos tu amor? ¿Cómo po-
dar su vida por Jesús, pero quiere impedir que Jesús dremos ver bajo las costillas del mundo tu corazón y
le manifieste el suyo. Pedro no ha superado la tenta- sabremos de su rápido palpitar? ¿Cómo, si nunca te
ción de hacerlo rey. hemos visto, y siendo de esta tierra habitas, sin em-
bargo, en otro planeta?
Jesús detiene a Pedro. La aceptación de la muerte
entra en el designio del Padre: presentar, ante el Jesús nos lo dirá. Jesús nos recuerda tu amor, nos lo
odio y la violencia, la alternativa del amor. El Padre trae, nos lo entrega. Jesús nos dice cómo amas tú al
no ha destinado a Jesús a la muerte; su misión era hombre, cuánto nos amas, cuánto me amas... a mí.
9
10. Ahí está, en la cruz, sangre caliente todavía, que ha es cada vez mayor, el mayor interrogante al que se
caído sobre la tierra y la empapa y la hace germinar. enfrenta el ser humano.
¡Hijos de Abraham nacerán de esta tierra!
Ahí está, colgado de lo alto de la infamia. ¿No podías
JUZGAR: La cruda realidad de la muerte y sus
consecuencias en las personas, los rostros del dolor
haberle ahorrado el golpe? Lo dejaste indefenso. La
y del sufrimiento, provocan rechazo, evitamos mirar-
furia del mal lo torturó con hierro y quiso raer su
les cara a cara, como hemos escuchado en la 1ª lectu-
nombre y descendencia de la faz de la tierra.
ra de hoy: «muchos se espantaron de él, porque des-
figurado no parecía hombre, ni tenía aspecto huma-
¿No podías haberlo librado del tormento y la des-
no... lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y
trucción? Nada había en él que no fuera de Ti. Era tu
evitado por los hombres, como un hombre de dolo-
resplandor, el espejo luminoso de tu rostro. Estabas
res... ante el cual se ocultan los rostros; despreciado y
en él del todo. ¿Por qué lo dejaste, machacado, bajo
desestimado».
los clavos del odio?
Pero apartar la mirada no soluciona nada: el misterio
Amó al principio, en medio y al final. Amó a destajo. de la muerte va a seguir estando ahí, con su interro-
Amó en la dulzura de la paz y en el fragor del conflic- gante perpetuo. Por eso hoy, Viernes Santo, ante ese
to. Amó a quemarropa. Y no lo pudieron soportar. interrogante no apartamos la mirada, sino que la
ponemos en Jesús, que libremente acepta pasar por
Allí estabas también Tú. En los clavos, en la sangre y el trance de la muerte y asume la cruz, como hemos
en las carnes desgarradas. Allí estaba tu amor, que escuchado en el relato de la Pasión: «Tomaron a Je-
rompió las fronteras de Jesús hasta reventar. Estalló sús y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado
su cuerpo, y tu amor salpicó sobre cada uno de no- “De la Calavera” (que en hebreo se dice Gólgota)».
sotros. Él, que era toda vida, pasó por la destrucción En Jesús vemos cumplida la profecía del Siervo: «Él
total. Vencido, derrotado, esclavo por nosotros. Pero soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros
luego vencedor para nosotros. dolores... traspasado por nuestras rebeliones... el
Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes... vo-
Jesús, recordatorio de tu amor. Por él sabemos cómo luntariamente se humillaba y no abría la boca... murió
amas al hombre, cuánto nos amas, cuánto me amas... con los malvados, aunque no había cometido críme-
a mí. nes ni hubo engaño en su boca».
Patxi Loidi. Mar adentro Pero si seguimos poniendo la mirada en Jesús cruci-
ficado veremos que, si se cumple en Él esta parte de
la profecía de Isaías, también se cumplirá la siguien-
te: «Cuando entregue su vida como expiación, verá
VJA su descendencia... mi siervo justificará a muchos...
Por eso le daré una parte entre los grandes... porque
expuso su vida a la muerte y fue contado entre los
pecadores, él tomó el pecado de muchos e interce-
dió por los pecadores». Su Pasión y su muerte en la
cruz no han sido inútiles, no son actos sin sentido,
estériles.
Por eso, cuando nos encontramos con el misterio de
la muerte, podemos poner en Él nuestra mirada,
porque como hemos escuchado en la 2ª lectura: «no
tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compa-
decerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo,
igual que nosotros, excepto en el pecado». Jesús ha
pasado por la prueba de la muerte, como nosotros
tenemos que pasar. Cuando nos encontremos con el
misterio de la muerte en cualquiera de sus formas,
con la crudeza de la muerte, debemos recordar que
«Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con
lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía
VER: Si no es que nos toca de cerca, habitualmen- salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su actitud
te no lo pensamos, pero todos los días nos encon- reverente. Aceptando la cruz, llevado a la consuma-
tramos con la muerte, y basta con escuchar o leer las ción, se ha convertido para todos los que le obede-
noticias para darnos cuenta: un accidente de tráfico, cen en autor de salvación eterna». Mirar la cruz, sola,
o doméstico; una catástrofe natural; una enferme- nos provoca miedo y rechazo; mirar la cruz con Cris-
dad; un acto de delincuencia; una irresponsabilidad to, mirar a Cristo en la cruz, no elimina el dolor, pero
que acaba en tragedia... Nos encontramos con la poniendo la mirada en Cristo crucificado podemos
muerte de múltiples maneras, y el por qué se presen- mantener «firmes la fe que profesamos», porque
ta de unas formas u otras es un misterio: Y como no sabemos que por Él y con Él la muerte no tendrá la
queremos afrontar esta realidad, evitamos pensar en última palabra.
ello... pero así no esquivamos la muerte, y el misterio
10
11. ACTUAR: La muerte forma parte de la existencia nos, por tanto, confiadamente al trono de gracia a fin
de alcanzar misericordia y hallar gracia para ser soco-
humana, aunque no queramos reconocerlo y aunque
rridos en el tiempo oportuno». La muerte seguirá
pretendamos apartar la mirada cuando se cruza en
siendo un misterio, pero mirando a Jesús crucificado
nuestro camino. Hoy miramos a Jesús crucificado,
aprenderemos a afrontarla y aceptarla manteniendo
porque sólo poniendo en Él nuestra mirada sabre-
la fe y la esperanza en que tras el misterio de la
mos y podremos afrontar el misterio de la muerte.
muerte nos encontraremos con el misterio de la
Por eso dentro de unos momentos adoraremos la
Vida, como mañana celebraremos en la Vigilia Pas-
cruz: no como una exaltación del dolor, sino como
cual.
un gesto de fe. Como decía san Pablo, «acerquémo-
11
12. Vigilia Pascual - A 23 de abril
Hch 6, 1-7 “Escogieron a siete hombres llenos de espíritu” Gn 1, 1-2, 2 “Vio Dios todo lo que había hecho, y
era muy bueno” Sal 103 “Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra” Sal 32 “La misericordia del
Señor llena la tierra” Gn 22, 1-18 “El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe” Sal 15 “Protégeme, Dios
mío, que me refugio en ti” Éx 14, 15-15, 1 “Los Israelitas en medio del mar, a pie enjuto” Sal: Éx 15, 1-18
“Cantaré al Señor, sublime es su victoria” Is 54, 5-14 “Con misericordia eterna te quiere el Señor, tu redentor”
Sal 29 “Te ensalzaré, Señor, porque me has librado” Is 55, 1-11 “Venid a mí y viviréis, sellaré con vosotros
alianza perpetua” Sal: Is 12, 2-6 “Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación” Ba 3, 9-15. 32-4, 4
“Caminad a la claridad del resplandor del Señor” Sal 18 “Señor, tú tienes palabras de vida eterna” Ez 36, 16-28
“Derramaré sobre vosotros un agua pura y os daré un corazón nuevo” Sal 41 “Como busca la cierva corrientes
de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío” Sal 50 “Oh Dios, crea en mí un corazón puro” Rm 6, 3-11 “Cris-
to, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más” Sal 117 “Aleluya, aleluya, aleluya”
Mt 28, 1-10 “Ha resucitado y va por delante de vosotros a Galilea”
Ruego por pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesucristo y, así, poder
seguirlo mejor.
Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado.
Leo el texto. Después contemplo y subrayo.
Pasado el sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María la
Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuerte-
mente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose,
corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su ves-
tido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron
como muertos. El ángel habló a las mujeres: «Vosotras no temáis, ya sé
que buscáis a Jesús el crucificado. No está aquí: ¡ha resucitado!, como
había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discí-
pulos: “Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a
Galilea. Allí lo veréis”. Mirad, os lo he anunciado». Ellas se marcharon a
toda prisa del sepulcro; llenas de miedo y de alegría corrieron a anunciar-
lo a los discípulos.
De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos». Ellas se acer-
caron, le abrazaron los pies y se postraron ante él. Jesús les dijo: «No te-
máis: id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán».
Mt 28, 1-10
Ahora apunto aquello que descubro de JESÚS y de los otros personajes, la BUENA NOTICIA que escu-
cho... En los hechos vividos esta Semana Santa, ¿qué experiencias he tenido de encuentro con el Resucita-
do? ¿A través de que personas? ¿Cómo me predispone a volver a mi “Galilea” donde pueda “ver” al Señor?
Y vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi entorno... desde el evangelio. ¿Qué he
descubierto sobre la muerte y la resurrección del Señor en estos días? ¿Qué me supone renovar las prome-
sas bautismales en la Noche de Pascua?
Llamadas que me hace -nos hace- el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso.
Plegaria. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas sobre el texto, contexto y pretexto cósmicos... En un genero literario que llamamos apo-
calíptico (temblor, ángel-relámpago, blanco...). Pero
Los cuatro evangelistas, con notables variaciones, coge espacial significado el día, el domingo la comu-
contienen relatos centrados en una misma confesión nidad se reúne y confiesa-celebra.
de fe: “¡El crucificado ha resucitado!”. A esta revela-
“El domingo” se refiere al primero día de la semana
ción se le añaden otros episodios: tumba vacía, apa-
riciones de Jesús, presencia de ángeles, fenómenos para los cristianos, pero aquí alude también al primer
12
13. día de la creación (Gn1, 5). La nueva creación. La indica- to (Jn 20, 17). San Pablo también utiliza este término (Rm
ción precisa del día y la hora en qué las mujeres “fue- 8, 29). Y la carta a los Hebreos, refiriéndose a Jesús en
ron a visitar el sepulcro” no es nada insignificante: relación a la comunidad, dice: él no se avergüenza de
según la manera judía de contar los días, el domingo denominarlos hermanos (He 2, 11).
es el tercero día desde el viernes, día de la muerte de
La Pascua de Jesucristo, pues, manifiesta plena-
Jesús (Mt 16, 21; 17, 23); y tres días dentro el sepulcro era
el tiempo considerado suficiente para poder estar mente que el Hijo de Dios es hermano nuestro, por-
seguros de la muerte de alguien; entonces empeza- que comparte la misma condición humana y nos
ban las visitas para llorar al difunto (Jn 11, 31). ofrece de compartir con Él la vida de Dios.
A partir de la experiencia de aquella mañana, cada
domingo será, para los discípulos de Jesús -los “her- ESTO TE DECIMOS, DIOS, AMIGO NUESTRO
manos”- la Pascua Semanal, la Pascua celebrada en
medio de la vida ordinaria. ¿Cuál es tu pascua- Dios, amigo nuestro, así te decimos:
domingo?
Danos entusiasmo para buscar
Para fijarnos en el Evangelio la verdad donde se encuentre.
Danos resignación para aceptar
El primer día de la semana, al despuntar el alba, nuestras propias limitaciones.
María Magdalena, siempre la primera, y otra María
(Marcos dice que es la madre de Santiago), que habí- Danos coraje para luchar
an sido testigos de la sepultura, ahora acuden al se- cuando todo nos salga mal.
pulcro como una muestra de que le seguían que-
Danos lucidez para admitir la verdad,
riendo y no podían olvidarle (motivos que hoy mue-
sin que nadie nos la imponga.
ven a muchos a ir a cementerios).
Danos fuerza para preferir
De repente, el terremoto y el “ángel del Señor” -
lo difícil a lo fácil.
que en el AT indica una intervención de Dios mismo
(Gn 16, 7) y que en el NT aparece a menudo como Danos valor para rechazar
mensajero de Dios (Mt 1, 20.24; 2, 13.19; Lc 1, 11; 2, 9)- son lo vulgar y lo rastrero.
elementos característicos de las manifestaciones de
Dios. También lo son la luz y el “vestido blanco” y el Danos valentía para luchar
“miedo” de los testigos. Con este lenguaje y estas contra nuestra apatía y desgana.
imágenes Mateo trata de mostrar que el sepulcro Esto te decimos, Dios, amigo nuestro.
vacío es reflejo de la acción de Dios que ha resucita- Amen.
do Jesús de entre los muertos.
“Tal y como dijo” se refiere a Mt 26, 32: “cuando
resucite iré por delante vuestro a Galilea”. Es el lugar
de la vida de los discípulos/as, dónde viven, traba-
VJA
jan... dónde han conocido Jesús y, a partir de ahora,
dónde continuarán viviendo con Él y dónde le anun-
ciarán a otras que, como ellas, serán llamadas a ser
discípulas. No es casual que sean mujeres las prime-
ras en recibir la noticia de la resurrección y el encar-
go de comunicarla a los discípulos. En aquella cultura
el testimonio de la mujer no se consideraba válido.
Por ello sorprende -y es así signo de autenticidad-
este hecho que perduró en la memoria de los prime-
ros cristianos.
Según el conjunto de los relatos evangélicos, las
mujeres son las primeras que conocen y anuncian la
resurrección de Jesús. Son testigos que la tumba esta
vacía. Pero sobre todo son las que reciben la buena
noticia de la resurrección. Y, con la buena nueva, la
misión de hacer este mismo anuncio a los otros dis-
cípulos. Un encargo que les es dado por el ángel y
por Jesús mismo.
En el encargo que reciben las mujeres vemos que el
anuncio de la resurrección tiene que preparar el en- VER: Ayer reflexionábamos acerca de las veces en
cuentro con el Señor: “allá lo veréis”, “allá me verán”. que nos encontramos con el misterio de la muerte.
Es bien significativo que el evangelista pone en Pero aun en esas situaciones, nos encontramos tam-
labios del Resucitado la palabra “hermanos” para bién con sorpresas: bosques arrasados por el fuego
referirse a aquellos que el ángel denomina “discípu- en los que al poco tiempo empiezan a aparecer nue-
los”. Esto mismo lo recoge Juan en el mismo contex- vos brotes; varios días después de una catástrofe son
13
14. encontrados supervivientes cuando ya no se espera- En Cristo, el Dios que es la Vida nos ha mostrado que
ba nada; niños que superan varias intervenciones Él triunfa por encima de la muerte, de cualquier tipo
quirúrgicas difíciles hasta para un adulto... Son oca- de muerte.
siones en las que nos encontramos con el misterio
de la vida, que se abre paso a pesar de todo. Aunque encontremos tanta muerte a nuestro alrede-
dor, aunque parezca que todo apunta a que la cruz y
la muerte es el final, esta noche nos encontramos
JUZGAR: Esta noche estamos celebrando el con el Misterio de la Vida que es Cristo Resucitado y
triunfo de la Vida. Tras la oscuridad del Viernes San- resuena para cada uno de nosotros el anuncio: «No
to, la Luz de la Vida, simbolizada en el Cirio Pascual, temáis; ya sé que buscáis a Jesús el crucificado. No
brilla con fuerza en la noche. Como hemos procla- está aquí: ha resucitado, como había dicho».
mado en el Pregón: «Esta es la noche en que, rotas
las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso Al encontrarnos con el Misterio de la Vida que es
del abismo...». Esta es la noche en la que nos encon- Cristo Resucitado, la luz de la esperanza brilla para
tramos con el Misterio de la Vida, porque si sólo nosotros, porque nos damos cuenta de lo que decía
pudiéramos llegar hasta el Viernes Santo, si sólo san Pablo en la 2ª lectura: «si nuestra existencia está
tuviéramos ante nosotros el misterio de la muerte, unida a él en una muerte como la suya, lo estará tam-
¿de qué nos serviría haber nacido...? La existencia bién en una resurrección como la suya».
humana, todo lo que existe, sería un absurdo. Como hizo con María la Magdalena y la otra María,
Pero no: hoy celebramos el triunfo del Dios de la Jesús Resucitado sale también a nuestro encuentro y
Vida. En la liturgia de la Palabra hemos hecho un nos dice: «Alegraos».
repaso del plan de salvación de Dios, de ese Plan de
Vida que Él ha dispuesto para todos. ACTUAR: Este debe ser nuestro sentimiento
- Un Plan de Vida que partió de su impulso creador predominante esta noche, lo que impregne nuestro
(1ª lectura). actuar: la alegría. Es cierto que la muerte no ha des-
- Que a veces no es comprendido por el hombre (2ª aparecido de nuestro mundo ni de nuestra vida, pero
lectura). ha sido vencida. Porque «Cristo, una vez resucitado
- Que se traduce en liberación (3ª lectura). de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya
- Un Plan de Vida que Dios ofrece con amor a pe- no tiene dominio sobre él». Y nosotros, incorporados
sar de la infidelidad de su pueblo (4ª lectura). a Cristo por el Bautismo, estamos incorporados tam-
- Que para Dios es una alianza perpetua que re- bién a una resurrección como la suya. Ése es el moti-
nueva una y otra vez (5ª lectura). vo de nuestra alegría, de nuestra fe, y por eso dentro
- Que siempre está disponible para nosotros cuan- de unos momentos renovaremos las promesas bau-
do queramos acogerlo (6ª lectura). tismales.
- Que nos renueva y purifica (7ª lectura). Que este encuentro con el Misterio de la Vida haga
- Un Plan de Vida que alcanza su culminación en que nos sintamos «vivos para Dios en Cristo Jesús, y
Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, crucificado andemos en una vida nueva», y como María la Mag-
y resucitado. dalena y la otra María, anunciemos sin miedo que
verdaderamente Jesús el crucificado HA RESUCITA-
DO como había dicho.
14
15. Domingo de Pascua - A 24 de abril
Sal 117 “Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo”
Secuencia (ad libitum) “Ofrezcan los cristianos...”
Col 3, 1-4 “Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo”
Jn 20, 1-9 “Él había de resucitar de entre los muertos”
Ruego por pedir el don de comprender el Evangelio y poder conocer y estimar a Jesucristo y, así, poder
seguirlo mejor.
Apunto algunos hechos vividos esta semana que ha acabado.
Leo el texto. Después contemplo y subrayo.
El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amane-
cer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a
correr y fue donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús
amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos
dónde lo han puesto». Salieron Pedro y el otro discípulo camino del se-
pulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pe-
dro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose, vio los lien-
zos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y
entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le
habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio
aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado
primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendi-
do la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.
Jn 20, 1-9
Ahora apunto aquello que descubro de JESÚS y de los otros personajes, la BUENA NOTICIA que escu-
cho... Los que corren para ver -la Magdalena, Pedro, el otro- ¿me entran ganas de “ver” a Jesús, de tenerlo
conmigo? ¿Qué hago para verlo?
Y vuelvo a mirar la vida, los HECHOS vividos, las PERSONAS de mi entorno... desde el evangelio. En la
Revisión de Vida, cuando el ver es iluminado por la Palabra de Dios, ¿hago experiencia de “ver” al Señor en
la vida, en los acontecimientos?
Llamadas que me hace -nos hace- el Padre hoy a través de este Evangelio y compromiso.
Plegaria. Diálogo con Jesús dando gracias, pidiendo...
Notas sobre el texto, contexto y pretexto mo de Simón Pedro. Él y otros discípulos necesitarán
apariciones, y hasta tocar.
Las tradiciones del sepulcro vacío y de las aparicio-
nes son las dos formas más antiguas de expresar la fe Para fijarnos en Jesús y el Evangelio
en la resurrección. Este relato lo hace a través del
sepulcro vacío. Este evangelio nos presenta dos escenas: la primera,
con “María Magdalena” como protagonista, conduce a
Al destacar el estado en que se encontraban las
la segunda, con “Simón Pedro y el otro discípulo”.
vendas y el sudario, excluye el rumor que circuló en
torno al robo del cadáver. El sepulcro vacío no se En la primera se destaca “el primero día de la se-
debe a un hurto, ni es invención de mujeres. mana” o “el domingo”. Esta expresión sugiere co-
mienzo, nueva creación.
Para el discípulo ideal, representado en aquel al
que amaba Jesús, ver el sepulcro vacío, las vendas y También se destaca que todavía era oscuro “antes
el sudario son pruebas suficientes de la resurrección. de salir el sol”, es decir, simbólicamente, que todavía
En la ausencia, descubre ya su presencia. Por eso se no brilla la luz de la fe.
dice: «Vio y creyó». No se dice, sin embargo, lo mis-
15
16. María Magdalena “vio que la piedra había sido ¡en ninguna muerte,
quitada” e intuye alguna novedad. Con sólo este para nadie que quiera vivir!
“ver”, se va corriendo para avisar “Simón Pedro y al
otro discípulo”. María quiere encontrar el Señor. Puesto que Cristo ha resucitado,
creemos que el hombre
Sobre “el otro discípulo”, dice el texto que es es un proceso ilimitado,
“aquel que Jesús estimaba”. En Jn 13, 23 se habla por y que nada de cuanto podamos imaginar
primera vez del discípulo a quien “Jesús estimaba” es demasiado grande para él.
(Jn 19, 25-27; 21, 7.20-24). No se llama en ningún momento
Puesto que Cristo ha resucitado, creemos en El.
que sea uno de los Doce, aunque la tradición mu-
chas veces lo ha identificado con Juan. Es probable Puesto que Cristo ha resucitado,
que sea la misma persona designada como el otro la fuerza del presente es el futuro.
discípulo en el relato de la pasión (Jn 18, 15-16). En cual-
quiera caso, es una figura capital del evangelio y sirve Puesto que Cristo ha resucitado,
de modelo para los creyentes. el mundo está en marcha
y no lo detendrán las conquistas logradas
En los versículos que siguen hay un contraste entre ni los intereses de los vencedores.
Pedro y este “discípulo estimado”. Pero el texto res-
peta los datos de la tradición cristiana primitiva, que Puesto que Cristo ha resucitado,
recuerda a Pedro como el primero de los testigos de estamos en la revolución permanente
la resurrección. y es preciso cambiar el mundo desde sus cimientos.
Este evangelio pone en un lugar de privilegio a una Puesto que Cristo ha resucitado,
mujer: “María Magdalena” (Jn 20, 11-18). Hay varias mu- hay que construir una ciudad sin clases,
jeres que tienen un lugar destacado en el evangelio donde el hombre no sea lobo para el hombre
según Juan: la madre de Jesús, a comienzos de la sino compañero y hermano.
actividad de Jesús (Jn 2, 1-12) y al pie de la cruz (Jn 19, 25- Puesto que Cristo ha resucitado,
27); la samaritana (Jn 4); Marta y María (Jn 11); y María
hay un amor y una casa ¡para todos!
Magdalena (Jn 19, 25; 20, 1-18).
Puesto que Cristo ha resucitado,
En la segunda escena, los dos discípulos, motiva-
creemos en una Tierra Nueva.
dos por el aviso de María, salen “corriendo”. Tam-
bién quieren “ver” lo que ha pasado Y porque creemos y esperamos,
no tenemos nada que conservar;
Pedro y el otro discípulo “vieron” las mismas seña-
y afirmamos que el mejor modo de conseguirlo todo
les de la resurrección de Lázaro; pero Lázaro sale es perderlo todo por una sola cosa.
atado, es decir, vuelve a la vida para morir; en cambio
aquí “la sábana de amortajar” estaba por el suelo,
que significa que Jesús se ha desatado de las ligadu-
ras de la muerte. VJA
Ni María, ni Simón Pedro, ni el otro discípulo han
visto Jesús. Sólo ven el sepulcro vacío. En este mismo
momento, uno de ellos, “el otro discípulo... vio y
creyó”. Son los ojos de la fe, y la luz de la Palabra de
Dios los que permiten de ver la resurrección de Je-
sús en el sepulcro vacío. María se acerca con amor,
pero “todavía era oscuro”. Más adelante podrá decir
que le ha visto, como también los apóstoles: hemos
visto el Señor (Jn 20, 25).
Jesús tenía que resucitar de entre los muertos.
Solamente tras la glorificación de Jesús se puede
hablar de creencia. Es una enseñanza compartida por
todo el NT. El evangelio según Juan lo remarca de
varias formas (Jn 12, 16; 13, 7.19; 14, 29; 20, 9). Pero lo enseña
mediante la promesa del Espíritu (Jn 7, 39; 14, 16.26; 15, 26-
27; 16, 7-15): tan solos tras la venida del Espíritu será
posible creer en Jesús, porque sólo entonces se po-
drá conocer su misterio. Creer y conocer van unidos.
CREEMOS EN CRISTO RESUCITADO
VER: El Viernes Santo reflexionábamos acerca de
las veces en que nos encontramos con el misterio de
Puesto que Cristo ha resucitado, la muerte. Pero aun en esas situaciones, nos encon-
creemos en la vida, ¡para siempre! tramos también con sorpresas: bosques arrasados
por el fuego en los que al poco tiempo empiezan a
Puesto que Cristo ha resucitado, aparecer nuevos brotes; varios días después de una
no creemos en la muerte, catástrofe son encontrados supervivientes cuando ya
16
17. no se esperaba nada; niños que superan varias inter- habían entendido la Escritura: que él había de resuci-
venciones quirúrgicas difíciles hasta para un adulto... tar de entre los muertos».
Son ocasiones en las que nos encontramos con el
misterio de la vida, que se abre paso a pesar de todo Como ellos, también nosotros hoy nos encontramos
con el Misterio de la Vida que es Cristo Resucitado.
Como ellos, tenemos que aprender a “ver y creer”, a
JUZGAR: Hoy estamos celebrando el triunfo de no quedarnos en las apariencias y a saber interpretar
la Vida. Tras la oscuridad del Viernes Santo, la Luz de los signos que nos indican que Cristo ha vencido a la
la Vida, simbolizada en el Cirio Pascual, brilla con muerte.
fuerza en este día. Porque si sólo pudiéramos llegar
hasta el Viernes Santo, si sólo tuviéramos ante noso- Al encontrarnos con el Misterio de la Vida que es
tros el misterio de la muerte en sus múltiples formas, Cristo Resucitado, la luz de la esperanza brilla para
la existencia humana, todo lo que existe, sería un nosotros por encima del misterio de la muerte, por-
absurdo. que como decía san Pablo en la 2ª lectura, «habéis
resucitado con Cristo, ahora vuestra vida está con
Pero no: hoy celebramos el triunfo del Dios de la Cristo escondida en Dios, y cuando aparezca Cristo,
Vida. Anoche, durante la Vigilia Pascual, en la liturgia vida nuestra, también vosotros apareceréis, junta-
de la Palabra hicimos un repaso del plan de salvación mente con él, en gloria».
de Dios, de ese Plan de Vida que Él ha dispuesto para
todos. Un Plan de Vida que alcanza su culminación
en Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, crucificado ACTUAR: Desde la certeza de la resurrección de
y resucitado. Cristo se impone un cambio profundo en nosotros,
en lo interior y en lo exterior. Como decía san Pablo:
En Cristo, el Dios que es la Vida nos ha mostrado que «buscad los bienes de allá arriba, donde está Cris-
Él triunfa por encima de la muerte, de cualquier tipo to...». Ahora sabemos que nuestra vida, que toda la
de muerte. Aunque encontremos tanta muerte a existencia, tiene una meta clara: el encuentro defini-
nuestro alrededor, aunque parezca que todo apunta tivo con Cristo Resucitado. Y hacia esa meta debe-
a que la cruz y la muerte es el final, hoy nos encon- mos orientar nuestra vida.
tramos con el Misterio de la Vida que es Cristo Resu-
citado, como hemos escuchado en el Evangelio que Por eso nuestro sentimiento predominante hoy, lo
se lo encontraron María Magdalena, Pedro y el discí- que debe impregnar nuestro actuar, es la alegría y la
pulo a quien quería Jesús. esperanza. Es cierto que la muerte no ha desapareci-
do de nuestro mundo ni de nuestra vida, pero ha
Donde ellos esperaban encontrar un cadáver, un sido vencida. Que este encuentro con el Misterio de
signo de muerte, no encuentran nada («se han lleva- la Vida que es Cristo Resucitado haga de nosotros
do del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han testigos creíbles que, sabiendo interpretar los signos
puesto»). Los otros signos de muerte -vendas, suda- de los tiempos, anunciemos sin miedo que verdade-
rio...- quedan apartados... y empiezan a entrar en el ramente Jesús, el crucificado, HA RESUCITADO co-
Misterio de la Vida, empiezan a comprender que mo había dicho.
Jesús, que les había dicho que era el Camino, la Ver-
dad y la Vida, ha triunfado, «pues hasta entonces no
17