El fallecimiento de un empleado por un infarto mientras estaba en los vestuarios de la empresa durante su jornada laboral debe considerarse un accidente de trabajo y dar derecho a una mayor prestación para sus familiares. El Tribunal Supremo falló que los vestuarios son considerados lugar de trabajo y que la presunción favorece considerarlo un accidente laboral a pesar de los factores de riesgo previos del empleado.