El sistema financiero mexicano está formado por entidades reguladoras como el Banco de México, intermediarios financieros que obtienen recursos de prestamistas y los ofrecen a prestatarios, y organismos de apoyo que coordinan el sistema financiero e impulsan las políticas monetarias. La Secretaría de Hacienda regula y coordina el sistema financiero para canalizar el ahorro de los prestamistas a los prestatarios.