Los sistemas tecnológicos han tenido un impacto negativo significativo en la contaminación ambiental a través de la destrucción de hábitats, el aumento de la contaminación del aire y el agua, la generación de residuos peligrosos y la pérdida de biodiversidad. Si bien la tecnología también puede usarse para crear conciencia sobre la protección del medio ambiente, el uso actual de los sistemas tecnológicos ha contribuido en gran medida a la crisis ambiental global.