Millones de personas no tienen acceso a la electricidad ni a las tecnologías digitales debido a los altos costos de las telecomunicaciones y el internet en los países en desarrollo. Esto crea una brecha digital relacionada con obstáculos educativos y culturales que hacen del internet un objeto inaccesible para muchos. La UNESCO busca trabajar con otras organizaciones para que las políticas de precios permitan el acceso a las tecnologías a precios asequibles para los países más pobres.