3. • El movimiento vanguardista que más influyó en la poesía española
fue el surrealismo de origen
• francés. Se ha cuestionado mucho si realmente hubo surrealismo en
España. El surrealismo
• español no es ortodoxo. Nuestros poetas no eran surrealistas estrictos,
pero sí integraron en sus
• obras la liberación de la imagen, desatada de bases lógicas, y con ello
consiguieron un
• enriquecimiento prodigioso del lenguaje. La irrupción del surrealismo
significa el fin de la
• deshumanización del arte.
4. • Lo humano e incluso lo social y lo político penetran de nuevo en la
• literatura española.
• Dentro de la Generación del 27 cultivaron especialmente la vanguardia
autores como Gerardo
• Diego, quien afianzó la base del creacionismo y el surrealismo en
España, Vicente Aleixandre, que
• profundizó en el conocimiento humano a través de las imágenes, y
Luis Cernuda, quien halló en la
• vanguardia la expresión idónea para explicarse la homosexualidad y
recrear los que él llamaba
5. • Para los surrealistas la obra nace del automatismo puro, es decir, cualquier
forma de expresión en la que la mente no ejerza ningún tipo de control. Intentan
plasmar por medio de formas abstractas o figurativas simbólicas las imágenes
de la realidad más profunda del ser humano, el subconsciente y el mundo de los
sueños. Para lo que utilizan recursos como: animación de lo inanimado,
aislamiento de fragmentos anatómicos, elementos incongruentes, metamorfosis,
máquinas fantásticas, relaciones entre desnudos y maquinaria, evocación del
caos, representación de autómatas, de espasmos y de perspectivas vacías. El
pensamiento oculto y prohibido será una fuente de inspiración, en el erotismo
descubren realidades oníricas, y el sexo será tratado de forma impúdica.
6. • El Surrealismo comienza en 1924 en París
con la publicación del "Manifiesto
Surrealista" de André Breton, quien
estimaba que la situación histórica de
posguerra exigía un arte nuevo que
indagara en lo más profundo del ser
humano para comprender al hombre en su
totalidad.
• Siendo conocedor de Freud pensó en la
posibilidad que ofrecía el psicoanálisis
como método de creación artística.
7. PRECEDENTES DEL SURREALISMO
• Los pintores se encontraron con precedentes en Los
caprichos de Goya, en el Bosco y Valdés Leal, aunque
los más inmediatos deben buscarse en el
movimiento Dada y en Giorgio de Chirico, creador de
la pintura metafísica.
• Chirico crea un mundo enigmático que es reflejo de
la desolación provocada por la guerra, que se
percibe inquietante y desolador. En Héctor y
Andrómeda, introduce maniquíes, únicos seres
capaces de habitar sus plazas desiertas y calles
que se sumergen en el infinito. La pintura de
Chirico es el principal antecedente del surrealismo.
8. LOS ARTÍFICES DEL SURREALISMO
• Observamos dos vertientes. El surrealismo
abstracto, donde artistas como Masson,
Miró o Klee crean universos figurativos
personales a partir del automatismo más
puro. Y Ernst, Tanguy, Magritte o Dalí que
se interesan más por la vía onírica, un
surrealismo figurativo cuyas obras
exhiben un realismo fotográfico, aunque
totalmente alejadas de la pintura
tradicional.
9. EL “MANIFIESTO SURREALISTA” Y SU DIFUSIÓN EN ESPAÑA
El 2 de octubre de 1924 aparece el “Manifesté du surrealismo”, en el que André Breton
refiere la definición del término: «Surrealismo: Automatismo psíquico por el cual se
pretende expresar, sea verbalmente, por escrito o de cualquier otra manera, el
funcionamiento real del pensamiento. Dictado del pensamiento en ausencia de todo
control ejercido por la razón, al margen de toda preocupación estética o moral».
Dos meses después de aquella fecha, el 18 de diciembre de 1924, el número VI de la Revista
de Occidente informa de ello con un artículo de Fernando Vela, “El suprarrealismo”, en el
que el autor ilustra los principios del nuevo movimiento. Fueron, desde entonces, muchas
las publicaciones al respecto. Entre otras: Guillermo de Torre, “Neo dadaísmo y
superrealismo” (Plural, enero de 1925); César Muñoz Arconada, “Hacia un superrealismo
musical” (Alfar, febrero de 1925); José Bergamín, “Nominalismo suprarrealista” (Alfar,
mayo de 1925). Finalmente, la revista Alfar (abril de 1926) recoge el primer “Texto
superrealista” de André Breton