Este documento discute posibles transformaciones al sistema educativo costarricense para satisfacer las demandas del siglo 21, incluyendo más lecciones de inglés para obtener un certificado de dominio conversacional, clases opcionales de un tercer idioma como portugués, mandarín o alemán, y una educación más enfocada en el análisis crítico que en las pruebas estandarizadas. También señala que los contenidos curriculares y las modalidades del sistema no deben variar según los intereses de los mercados mundiales o para proveer mano