La superioridad militar de Estados Unidos se debe a su uso sofisticado de las tecnologías de la información como las microondas dirigidas y la RFID, que permiten atacar objetivos rápidamente y rastrear suministros con precisión. Otros países como Rusia y China también están desarrollando estas tecnologías militares. Además, la precisión de las nuevas armas tiende a incentivar un mayor uso de bombardeos, aunque los militares confían en reducir los daños colaterales.