Los lectores litúrgicos tienen la enorme responsabilidad de hacer llegar la Palabra de Dios a la comunidad que celebra.

5. Diálogo con los
primeros padres
Promesas
hechas a
los
patriarcas
Hecho
liberador del
éxodo
Conquista de la
tierra
Historias de
los jueces
Ministerio
de los
profetas…
Revelación plena:
JESUCRISTO

7. Jesús hereda una
Escritura.
Para sus discípulos él
es la palabra de Dios.
Para Pablo la
“Palabra del
Señor” es la que
tiene autoridad,
no la suya propia.
Para el evangelio de
Juan, Cristo es la
Palabra encarnada
del Padre (Jn 1).
La comunidad cristiana, que venera a Cristo y acoge su
palabra como palabra de Dios, acogerá también la palabra
de los apóstoles con toda autoridad: Tradición Apostólica.

8. Tradi-
ción
apos-
tólica
Por
escrito
(Pablo,
evang.)
Pala-
bra
de
Dios,
Solem-
nidad y
vene-
ración:
liturgia
Nor-
ma
de
fe y
vida

10. Los
relatos de
la cena
El relato de
Emaús
La eucaristía
en Tróade
(Hch 20)
El caso de Corinto y (1
Cor 12, 7-11; 12, 28-30):
La reflexión
de Juan 6
La celebración en el
siglo II: el
testimonio de san
Justino (1 Apol 67)

12. El lector en la asamblea litúrgica presta su
boca y su inteligencia a Dios mismo
Por tanto, el lector en la celebración
litúrgica no lee para sí un texto, sino que lo
proclama ante la asamblea
El lector continúa así la tarea de los
profetas, la misión de los apóstoles:
proclamar la Palabra de Dios.

13. En la función del lector se unen
dos realidades complementarias:
la fuerza de la Palabra de Dios y la
realización humana de la
proclamación
Por consiguiente, el lector
debe pedir la iluminación y
ayuda del Espíritu y
prepararse para la
proclamación de la manera
más completa posible.